****Pienso que un cambio político real y efectivo en Venezuela requerirá de
movilización social y de la imparcial pero implacable aplicación de justicia
En Venezuela podría existir un cambio de gobierno sin que exista un cambio
real. Ello sería así si en el proceso no hay intensa movilización social y si
no se aplica la justicia transicional. Creo que la diferencia entre las
oposiciones, una que limita el cambio al proceso electoral y otra que pide el
cambio basado en el rechazo ético de lo que representa el actual régimen, está
esencialmente basada en sus apreciaciones sobre estos dos componentes
mencionados. Para facilitar la discusión del tema llamaría a las dos posiciones: la Posición Capriles y la
Posición López. Yo comparto esta segunda posición pero creo deseable tratar de
comprender ambas con la mayor imparcialidad posible.
Creo que las dos posiciones se insertan dentro de la mejor tradición
democrática venezolana. La posición Capriles es la de buscar una alternancia en
el poder político a través del proceso electoral. Así ocurrió en Venezuela
durante mucha de la segunda parte del siglo XX, hasta el punto de que Venezuela
se convirtió en una muestra de democracia hemisférica digna de imitación. La
posición López es la de restituir la democracia venezolana a través de un
proceso de intensa movilización social, habida cuenta de que ella se encuentra abiertamente
quebrantada. Así ocurrió en 1958, cuando la nación se sacudió la dictadura de
Marcos Pérez Jiménez.
Hoy en día estamos ante una situación de crisis política, económica y
social frente a la cual la oposición reacciona de manera diferente, de acuerdo con estas ddos perspectivas:
La posición Capriles
La posición Capriles ve la situación venezolana como una de crisis que
puede resolverse mediante la aplicación de la receta electoral, rechazando la movilización social porque ella puede
conducir a la violencia. Por ello quienes la apoyan estarían dispuestos a
acudir a un diálogo con el gobierno, promovido por instancias internacionales
como UNASUR, con el objetivo de lograr una normalización del clima político y
social que permita llegar a elecciones en paz. Así lo ha pedido Capriles en
carta a José Mujica, encargado de la presidencia del organismo. Creo que todos
estarán de acuerdo en que un diálogo, para ser exitoso, casi siempre debe
conducir a un intercambio de concesiones. Esto, entre otros problemas de índole
ética, pone en peligro la aplicación correcta de la justicia. Algunos miembros
destacados de la posición Capriles, incluyéndolo a él mismo, han manifestado explícitamente su rechazo a
la posición López. Uno de ellos, Ramón José Medina, llegó a decir que no tenían
planteado hacer nada para sacar a López de la cárcel porque él tenía la culpa
de estar allí. Otro, Julio Borges, ha
dicho que su partido no había ni siquiera considerado firmar el documento de
transición que hoy en día constituye el planteamiento principal de la posición López.
Quienes forman este grupo electoralista ven a los miembros de la posición López como
radicales, hasta peligrosos para la estabilidad política del país.
La Posición López
Quienes abogan por esta posición piensan que la crisis venezolana ha durado
demasiado y que cada día que pasa se hace intolerable. Este sentimiento de
frustración los lleva a plantearse el aceleramiento de la salida del poder del
régimen actual en base a una intensa movilización social, pidiendo la renuncia
del actual encargado de la presidencia, a quien consideran ilegítimo (como también
lo consideró en algún momento la Posición Capriles, posición luego abandonada).
La movilización social, alegan, no tiene por qué ser confundida con una
posición golpista, sino que está perfectamente encuadrada dentro de la
constitución. Esta posición no rechaza el proceso electoral sino que añade a
esa alternativa otras alternativas lícitas de protesta y lucha ciudadana. La
movilización social tiene riesgos, tal y como se vio en Enero-Febrero del año
pasado y se está viendo de nuevo hoy. Pero ese riesgo es el que corren todos
quienes a través de la historia han insurgido en contra del abuso de poder. Para
quienes apoyan esta posición la espera inevitable que acompaña al proceso
electoral es inaguantable, dado que el país se desangra material y
espiritualmente cada día. Algunos miembros
del grupo que apoyan esta posición han llegado a considerar la Posición
Capriles como colaboracionista, blandengue, casi como parte del sistema
perverso que hoy acogota al país. Desde esta posición se piensa que la
violencia en Venezuela es ya inmensa, como lo prueban los muertos cada año, una violencia crónica más que aguda pero hasta más dañina que la que puede resukltar de una intensa movilización social.
Qué hacer?
Lo que parece indudable es que las dos posiciones no son incompatibles. Tanto la movilización social como el voto son
alternativas válidas para promover el cambio de régimen y pueden aplicarse en
combinación. Sin embargo, la situación actual en Venezuela requiere, en mi
criterio, de una dosis mayor de movilidad social y confrontación que de la conciliación y diálogo con un régimen forajido. La Posición
Capriles sería la más cónsona para un país en el cual prevalezca la normalidad
política, en la cual el gobierno de turno juegue con las cartas de la
democracia, al igual que la oposición. Esto no es lo que sucede en Venezuela
hoy en día. El régimen actual es corrupto, ilegítimo, represivo y profundamente
anti-democrático. Las pruebas de esto abundan. Parecería demasiado ingenuo
pensar que está dispuesto a jugar limpio hoy, después de 15 años de jugar sucio.
Hoy, más que nunca, es un gobierno anti-democrático y, solo quienes no quieren ver, pueden seguir pensando así.
La carta que juega la Posición Capriles es más estratégica que ética. Se
basa en que las posibilidades de asumir el control de la Asamblea Nacional son
tan buenas que vale la pena aceptar todos los abusos y las humillaciones a fin
de lograr ese objetivo. Por ello no desean arriesgar llegar allí. La carta que
juega la posición López es más ética que estratégica. Se basa en el deber
ciudadano de insurgir, a todo riesgo, en contra de un régimen represivo y
dictatorial, involucrado seriamente en el tráfico de drogas. Como dialogar con
gente así? Como seguir esperando y correr el riesgo de convertirse
insensiblemente en parte de un sistema tan perverso?
En las posiciones Capriles y López existen intereses nacionales de alto orden
e intereses particulares de segundo orden. Es inevitable que ambos grupos
contemplen la posibilidad de llegar al poder y cada grupo desearía llegar
primero. No puedo saber dónde está la verdad en cada posición. Pero el ejemplo de sacrificio de su tranquilidad
y de su seguridad personal que dan los integrantes de la Posición López me
parece indicativo de una actitud de genuino interés nacional. Las actitudes de
la Posición Capriles son mucho más cautelosas y estudiadas pero ello pudiera
ser el reflejo de su actitud
predominantemente estratégica.
El propósito fundamental no debe ser
un simple cambio de liderazgo político sino de sistema político
El acto electoral generalmente determina un cambio en el liderazgo político
mientras la movilización social y la aplicación de justicia a los criminales en
función de poder deberían más eficaces en lograr un cambio de régimen o sistema
político. Lo que ha sucedido en Venezuela desde 1999 ha sido la aniquilación de
la democracia y su reemplazo por una autocracia corrupta y militarizada,
realmente de corte fascista. No bastará con cambiar a Maduro por López o por
Capriles si no se desmonta el aparato represivo y corrupto construido durante
los últimos 16 años. Por ello, la transición no puede ser “pragmática”,
entendida como un borrón y cuenta nueva y como acomodos entre el viejo y el
nuevo liderazgo. Hay un grupo de 400-600 miembros prominentes del sistema de
gobierno que ha existido durante estos años que deberán ser enjuiciados en
proporción a sus crímenes. No hacerlo sería barrer la basura debajo de la
alfombra e invitar a su pronta reaparición en función de gobierno.
Las grandes masas deberán ser educadas para la democracia y ese es un
proceso largo y perseverante La correcta aplicación de la justicia es parte
integral de ese proceso. No puede haber impunidad si se quiere construir un
país razonablemente honesto y transparente. Más aún: la aplicación de la
justicia a los violadores de derechos humanos es un asunto de derecho
internacional, frente a cuyo imperio la soberanía nacional pasa a un segundo plano.
El Estatuto de Roma, el Tribunal Internacional de La Haya, tendrían un papel
que jugar en la aplicación de la justicia en la Venezuela post-chavista,
precisamente porque se teme que acomodos políticos domésticos puedan dar a los
criminales una salida fácil. En ese sentido es deseable que se pongan al día
los esfuerzos que han desarrollado en el pasado Diego Arria y otros
compatriotas.
Este debate de fondo y de altura es fundamental pero aún no ha comenzado en
una Venezuela que apenas sobrevive día a día. Lo que es grave es que este clima
de inestabilidad y polarización extremas es aprovechado por políticos latinoamericanos de baja estofa,
como Samper, Mujica y algunos cancilleres de los países miembros de UNASUR (el
de Ecuador es especialmente cínico) para fragmentar la oposición, dividirlos entre
buenos y malos y hacerle el juego, algunos por dinero, a la barbarie chavista
en el poder.
Gracias. Excelente artículo.
ResponderEliminarEl análisis me parece correcto y justo. Espero que sea leído y conocido por todos los Venezolanos.
Espero también que impulse a la acción patriótica.
Concuerdo con el anterior comentario. Sin embargo, creo que hay un factor extraño al país que forma parte del cuadro de la tragedia que vivimos: Cuba.
ResponderEliminarNo sé que está sucediendo, pero mientras Cuba supuestamente negocia con USA y la EU, su colonia, porque eso somos, es cada día más represiva. Los supuestamente súper informados que decían que para esta fecha Cuba habría capitulado ante la EU -antes de que se supiera lo de USA y Cuba- dicen que el papel del títere es aguantar el régimen venezolano hasta que esas negociaciones coronen. Yo no sé si eso tenga base, pero a mí más bien me parece que los cubanos, a través de su colonia, están demostrando que no van a ceder en nada y lo quieren todo. ¿Cómo se compaginan esas negociaciones cubanas, por ejemplo, con lo de las visas para los ciudadanos de USA que vengan a Venezuela? (De paso, no creo que lleguen a 2 o 3 los que osen venir a este infierno)
Mientras tanto, Venezuela se desangra. No se que piensa Ud. al respecto.
Aqui se le exige a los norteamericanos Visa, pero en cuba "no"
ResponderEliminarcomo se explica eso?
Para mi es como escoger entre Stalin y Trostky.....ambos siguen siendo unos neopopulistas.....me parece que muy en su fuero interno quisieran poder ser como chavez y ya les digo porque:
ResponderEliminar- Los 2 Hablan de mantener ese aparato de sangria de las arcas públicas e irrespeto a la gente considerandolas mendigos como lo son : Las Misiones
- Ninguno Dice que La Industria Petrolera podrá ser explotada...ni aún en mercado de Capitales por los Venezolanos....pretenden seguir teniendo el control total de PDVSA , es decir , de el 95% de las riquezas del País
- El tema militar.......ni lo mientan....
Si no les parece suficiente Izquierdismo y mas de lo mismo....no se que se los parecerá
Como yo lo veo....en Venezuela sólo buscamos cambiar el ladrón de turno.
Una Opción que "Creo" seria más adecuada y menos Populista seria Maria Corina Machado....en verdad nunca he leído ni escuchado declaraciones de ella tratando de parecerse a Chávez....como si lo han hecho en reiteradas oportunidades Capriles y lópez....y ni hablar de otros Petit-Chaves qque Pululan en la MUD.....como el Sr Gerardo Blyde....quien una vez largo algo como esto en "El Universal" :" La Propiedad no es absoluta....Bla Bla Bla"
Saludos. Exitos.