El General V. López Padrino acaba de declarar esto,
“Con el equipamiento ruso, Venezuela es "prácticamente” invulnerable ante posibles ataques de extranjeros. Continuamos en esta tarea de elevación (...) Como ustedes saben hemos comenzado una serie de ejercicios que comenzaron el sábado próximo pasado. Una serie de ejercicios bien importantes de todo nuestro poderío militar… esto hace un conjunto que además del sistema de exploración y vigilancia y nuestra aviación militar hacen prácticamente invulnerables a nuestra patria Venezuela"…. Y algo más importante que eso, bueno el pueblo acompañando a la fuerza militar. Es el pueblo en armas, organizado para la defensa de los más sagrados intereses de la patria. Ahora cuando Venezuela ha sido declarada amenaza de manera inverosímil y bueno, un mensaje como este para el mundo y para Venezuela, para los venezolanos".
El gorilaje está revuelto
Olvidemos piadosamente la incoherente
sintaxis para centrarnos en lo más importante. Un militar que sepa de lo que
habla jamás podrá decir que un sistema de defensa hace a un país “prácticamente
invulnerable”. Sobre todo porque la moral y la preparación del ejército
venezolano está por los suelos, como puede verse por la manera como no
mantienen sus equipos y por los ridículos que han hecho cada vez que se les pide
una demostración. No es Fidel Castro, desde el más allá, quien sabe cómo está ese ejército sino quienes lo ven en “acción”.
Por otra parte, un militar institucionalista no hablaría
jamás de un “pueblo armado, acompañando la fuerza militar”. Ello representa un rompimiento
con toda forma civilizada de sociedad democrática y debe ser tomado como una incitación
más de este oficial desnaturalizado a la violencia en Venezuela.
López Padrino debería ser juzgado por traición
a su misión institucional y por incitar a la guerra sin excusa alguna para
hacerlo. Lo que parece generar su barrabasada es la sanción impuesta por los Estados
Unidos contra siete miembros del régimen, violadores de los derechos humanos, casi todos
quienes son gente de uniforme, un uniforme que han traicionado sin que López Padrino
haga algo para castigarlos.
Peor aún, han sido premiados con promociones.
Si hay algo que la revolución no podrá jamás maquillar es el ridículo.
Si hay algo que la revolución no podrá jamás maquillar es el ridículo.
Los sargentos vestidos de generales que hoy infectan las FF.AA. venezolanas, son perfectos como vende pollos o para reprimir a gente desarmada opuesta al regimen ladron y traidor. Y como machitos de barrio amenazan porque saben que escondidos tras una piedra no corren peligro.
ResponderEliminarTodos tienen el mismo corte de figura igual que los cerdos rechonchos.
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