Julio Trinkunas: la muerte de un gran caballero

Durante la presidencia de Julio Trinkunas en Lagoven recibía una invitación trimestral a almorzar con la Junta Directiva de esa gran organización. Allí me preguntaban sobre mis opiniones de la industria petrolera y del país. No era solo yo quien recibía esta invitación sino otro ex-petroleros uo personas activas en el quehacer venezolano. Como contraste, nunca recibí invitación alguna de PDVSA o de Maraven, mi "alma mater".
Hablo de esta invitación porque da la medida de un gran caballero y extraordinario gerente, Julio Trinkunas, quien acaba de fallecer. Al conversar con gente de afuera de la industia Julio y sus colegas del directorio se mantenían informados de lo que sucedía en el mundo exterior, en lugar de contemplarse el ombligo.
 Julio tenía los dones de la suavidad y de la sonrisa cordial. De pocas palabras pero muy efectivo en sus intervenciones, simbolizaba el tipo de gerente orientado a los resultados más que a los efectos de relumbrón.
 Fue un producto de la escuela "prusiana" de Exxon en su sentido más positivo. Lagoven era una empresa eficiente, austera, a la cual admirábamos sin haber pertenecido nunca a ella. Sus integrantes eran profesionales parcos pero no sin corazón. Recuerdo que una vez, después de haber tenido una sesión  traumática en el IV Congreso petrolero Venezolano, Ernesto Sugar me invitó a almorzar en un restaurante de carnes de Altamira. Pensé que seríamos él y yo pero ,al llevarme a un sitio del restaurante, me encontré con una mesa con unos 30 gerentes y técnicos de Lagoven quienes deseaban darme apoyo moral!
 Eso no lo olvidaré nunca. Luego Julio se encargaría de reforzar mi deuda de gratitud con esa extraordinaria organización.
Adios, Julio. Gracias por tu suavidad y tu sonrisa cordial, por tu grandes ejecutorias como gerente, por ser un venezolano de los que deberíamos tener más.