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No pidamos perdón por haber hecho lo correcto
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No le demos al régimen pie para creer que hemos errado
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No validemos el culto a la personalidad de los chavistas
No
hay nada que cuadre menos en un sistema realmente democrático que el culto a la
personalidad. El uso saturante de la imagen del “líder” de turno es característico
de los estados dictatoriales, generalmente crueles y despóticos. Se recuerda
asociado con Hitler, con Mussolini, con Stalin, con los grandes carniceros de
la historia. Mao lo utilizó para llevar
a China al desastre del Gran Salto hacia Adelante. En la región
latinoamericana, Castro lo utilizó hasta el cansancio y su hermano lo sigue
utilizando, aunque de manera un tanto más discreta. Lo utilizan déspotas de
segunda categoría como Ortega en Nicaragua o el pobretón de Evo Morales, quien
se disfraza de Hans Solo para buscar su reelección indefinida.
El
culto a la personalidad es cursi, es ridículo, es humillante para los
ciudadanos, demuestra pequeñez y pobreza de espíritu.
Hoy
el culto a la personalidad es utilizado groseramente por Maduro, Cabello y
Padrino López para dar un gran salto, no el de Mao sino el del Tordito. Padrino
López dice: quieren borrar de la memoria a un
hombre que vino a tomar sus banderas, con un profundo humanismo, un hombre…
enamorado de su pueblo, enamorado de su Fuerza Armada, con un concepto
filosófico y un enfoque político de la dirección que debe llevar Venezuela para
mayor equilibrio, mayor justicia, mayor equidad en la repartición de las
riquezas. Yo les digo algo, con estas acciones de carácter fascista, por
cierto, han ofendido el honor militar”. A Padrino le decimos: Ponga el retrato de Chávez en su
casa, no donde no debe estar; deje de
adular su memoria por razones políticas cuando lo que hizo fue un desastre. ¿Quiere
defender el honor militar? Combata el narcotráfico en la Fuerza Armada,
investigue a los narco-generales, pare el contrabando de gasolina, rechace la militarización
del gobierno, deje de hacer política barata. Compórtese dignamente.
Eso de tener que caminar por calles llenas de la efigie
del sátrapa es un insulto al ciudadano. Eso de llegar al aeropuerto y ver la
efigie gigantesca del traidor es una bofetada al ciudadano y al visitante por
igual y ya indica que el país al cual se llega es un país de medio pelo, de lo
que llamaban en Los Teques simiricuire. Me escribe un amigo diciendo: “La
imagen del difunto en las páginas de los consulados resulta una verdadera
pesadilla necrofilica”. Es
el país del vergatario, de la ruta de la empanada, del ministerio de la
agricultura urbana, de los gallineros verticales y la eliminación de la moneda
a favor de la ficha regional, del cambio de hora incoherente, de los panes y
los penes, de los libros y las libras. Es, en suma, el país del absurdo hecho
realidad, un país de las maravillas donde los sobrinos del presidente trafican
con menjurjes psicodélicos. Un país donde
el vicepresidente tiene la sonrisa del gato de Cheshire y donde el presidente
habla como “Jabberwocky”:
agiliscosos giroscaban los limazones, banerrando por las váparas lejanas….
El culto a la personalidad siempre ha tenido adoradores poco
carismáticos. Stalin tenía su Nicolás, Ceausescu y Chávez tiene su Nicolás,
Maduro. Ambos muy incoloros, se encargaban y se encargan de distribuir la
imagen del Padrecito Stalin o del Padre Eterno Hugo Chávez por todos los
rincones de Europa, el primero, o por
todos los rincones del Caribe, el segundo. El culto a la personalidad de Stalin
lo demolió primero Jruschev, luego Gorbachov. Este culto público al difunto
sátrapa deberá ser demolido por los demócratas venezolanos.
Erradicar del alma venezolana a las falsas deidades es una batalla de la mayor importancia. La
Nación necesita héroes verdaderos, no traidores o desequilibrados disfrazados
de héroes por razones de conveniencia política. Necesita héroes ciudadanos que
inspiren nuestro orgullo, no nuestro rechazo. Héroes son los sanitaristas
venezolanos que eliminaron las grandes plagas del siglo XX, los deportistas
venezolanos que han combinado destreza deportiva con buena ciudadanía, los
artistas plásticos que han hecho relucir el nombre de nuestra patria en todo el
mundo, nuestros músicos y los grandes presidentes formadores de ciudadanía,
quienes se mezclaban sin temor y sin chalecos contra balas con la gente
sencilla.
Pero ni siquiera esos héroes ciudadanos merecen idolatría. Merecen nuestro
agradecimiento y nuestro homenaje, merecen una estatua en alguna población
venezolana, el nombre de una avenida, de un edificio, de un bello parque. Así
lo desearían ellos. Les horrorizaría verse convertidos en instrumentos del
embrutecimiento y del fanatismo.
"El culto a la personalidad", la creacion de heroes falsos, se debe fundamentalmente a la enorme ignorancia popular. Eso es lo que nadie quiere admitir. Eso lo sabemos todos los que somos relativamente educados, con pensamiento analitico propio y capacidad de discernimiento.
ResponderEliminarPero es "politically incorrect" resaltar la causa fundamental de todos los desastres en nuestros paises subdesarrollados: una falta masiva de verdadera educacion. (No me refiero por supuesto a poder leer o escribir un poco, con el cerebro lavado, hasta 3er grado en alguna escuala publica..)
La razon por la cual "el pueblo" crea o accepta a estos Idolos fabricados, falsos en gran parte, (y tambien crea religiones aberrantes, otro tema) es porque son tan ignorantes que necesitan Heroes, Dioses, Virgenes, para sentirse mas seguros, con sentido, con la razon..
Si no estarian perdidos.. sin rumbo, debiles, atemorizados. Es basicamente una enorme falta de educacion.
Bolivar era tremendo Burguesito Pelucon, de una de las familias mas ricas de España. Un Lorenzo Mendoza o Cisneros cualquiera. Si, parece que era bastante brillante en batalla, buenos valores morales, pero tambien fue un verdugo a la hora de acabar con sus opositores, y deshacerse de sus enemigos. Un Sifrino Pelucon Capitalista Derechista Privilegiado en todo caso. Pero "el pueblo" es tan ignorante que lo idolatra como si fuera un Semi-Dios, perfecto, sobrenatural. Eso si, ser ricos es malo..
Chavez? Todavia peor. El culto a ese criminal, mentiroso, doble-cara, narcisista, egomaniatico, Billonario Ladron que destrozo a Vzla es aberrante. Demuestra la Enorme Ignorancia del "pueblo". Todavia lo adoran, le prenden velitas al lado de Maria Lionza y el Burguesito Bolivar, montan cuadros del 'comandante' pajarito corrupto muerto en sus propias casas. Porque? Haganse la pregunta. LKY.
Esto no es nada nuevo, por supuesto, o exclusivo en Vzla. Desde antes de los imperios Chinos, Persas, Egipcios o Romanos, los lideres corruptos, ambiciosos de dinero y poder, todos los "gobiernos" utilizaron el culto a ciertos 'heroes', personajes exagerados y agrandecidos, hasta practicamente el nivel de dioses. Las tribus de indios mas antiguas en Africa lo hacian con sus magicos chamanes, que al final lo que tambien querian era dinero, mujeres y poder. Una vida facil, engañando al "pueblo" mas ignorante que se cree cualquier vaina.
ResponderEliminarHacian estatuas enormes, creaban multiples religiones apoyando al rey o emperador, y asi dominaron siglo tras siglo, en todos los continentes al "pueblo", tristemente esclavizado, engañado, creyente, embrutecido. Welcome to Chavismo, year 2016. La misma vaina.
Gracias, Gustavo Coronel. Bien dicho, la democracia se opone por naturaleza política a los cultos de los presidentes, primeros ministros, o lo que sean. Electos por cortos períodos, sujetos a remoción y reelección limitada, no son fáciles objetos de culto.
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