Parecíamos, más bien, los enjuiciados en Nuremberg!
Como empresario que soy he sido nombrado por el presidente Nicolás Maduro Moros miembro del nuevo Consejo Nacional de Economía Productiva, el cual incluye gobernadores, ministros y uno que otro miembro del sector privado, como yo, quienes representamos los nueve motores que el presidente ha identificado de manera tan precisa. Yo represento el motor más importante. Cuando llegué al sitio de la primera reunión escuché los susurros de los demás: “Ese es el motor principal…”.
Al juramentarnos, el presidente habló de los nueve motores para salir de
esta grave crisis. Él no nos ha dicho todavía como estos motores van a
funcionar, cuál es nuestra misión, si tenemos alguna autoridad, como nos relacionamos
con el Gabinete, con el Parlamento Comunal, con el Consejo de Gobierno, con la
nueva Asamblea Nacional. Este nuevo Consejo está dirigido por Aristóbulo pero,
como él acaba de ser nombrado vicepresidente y no puede haber sido parte de la
formulación de la estrategia que llevó a la creación de este Consejo, debe estar tan perdido como yo.
Sin embargo, el buen político que es Aristóbulo no le da a entender a nadie
que está perdido. El habló y dijo: “Este Consejo tiene una gran responsabilidad
histórica, la de enderezar el autobús del estado, aunando esfuerzos con nuestro
gran conductor, Nicolás Maduro Moros. Esta herramienta que inauguramos hoy será
la punta de lanza en la batalla en contra del empresariado y de las fuerzas del
imperialismo económico”. Y me vio y se sonrió.
Después del discurso de instalación a cargo de Aristóbulo hubo un silencio
general. Todos nos veíamos las caras.
Y ahora, que hacemos?, era la pregunta que se leía en todas ellas,
compartiendo una gran perplejidad. El Ministro que tenía a mi lado me preguntó:
“Como va ser la cosa”?, algo que yo estaba a punto de preguntarle a él. Este es
un joven seleccionado para el recién creado Ministerio Popular de la Cebolla, Ají y Tomate. Mincebato. Le pregunté
de donde venía y me dijo que era de Siquisique, donde había estado a cargo del
Grupo Revolucionario “Tamunangue y Zamora, pá los que salgan”.
En vista de que el silencio persistía, me paré de mi asiento y comencé a
hablarle al grupo. Pensé que si no había idea de cómo proceder, podía tomar la iniciativa.
Soy de los que siempre doy un paso hacia adelante.
“Lo primero que debemos hacer”, dije, “es definir el objetivo principal de
este grupo. Creo que todos estamos de acuerdo en que ese objetivo debe ser
echar a andar la economía venezolana, la cual está en total colapso. Represento
aquí al único motor que funciona, aunque muy mal. Por ello, pienso que lo
primero que debemos recomendar es un cambio radical en la conducción de la
empresa principal de los venezolanos. Esta empresa se ha llenado de empleados, involucrada en actividades que no se corresponden con su negocio medular y se ha endeudado
demasiado. Es preciso sanear esta empresa.
El tiempo está en contra nuestra. El petróleo no tiene vida ilimitada. Cuando
comparamos lo que le queda de vida al petróleo con los inmensos recursos de la Faja del Orinoco, es preciso darnos
cuenta de que muchos de esos recursos podrían quedarse en el subsuelo sin
desarrollar. Pensemos en esto y recordemos que en los últimos 17 años el
gobierno ha estado deshojando la margarita. Es necesario, por lo tanto…".
En ese momento se levantó de su silla el Ministro de Cebolla, Ají y Tomate
y dijo: “Basta de discursos derrotistas, señor motor. No puedo aceptar, como
revolucionario, que se esté enjuiciando de manera tan desconsiderada a la
empresa que es orgullo de todos los venezolanos y
que fue nacionalizada por nuestro Comandante Eterno, Hugo Chávez. Este motor que habla está envenenado por el imperio y quien sabe a qué intereses oscuros responde su
planteamiento”.
Los aplausos del grupo del gobierno fueron estruendosos. Cuando traté de
reanudar mis palabras, recibí grandes abucheos. “Que se siente el escuálido,
espíchenles las bolas”, gritaba la ministro de Agricultura Urbana, despedida
por el presidente por su vulgaridad.
Total, no pude seguir hablando. Me tuve que sentar y apagar mi motor. Después
de varios discursos patrióticos del grupo, en los cuales se ensalzaron las
figuras de Chávez y Maduro, estoy
llegando a casa y me preparo para enviarle un twitter a Aristóbulo renunciando
a mi participación en el Consejo.
Creo que pronto mudarán el lugar de reunión para Bárbula.
Parece una transcripción de la grabación.
ResponderEliminarParece una transcripción de la grabación.
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