El día después de mi nombramiento como miembro de la primera Junta
Directiva de Petróleos de Venezuela, Alberto Quirós Corradi, mi jefe en la
Compañía Shell de Venezuela me llamó y me dijo: “vamos a conversar y a cenar en
la casa esta noche en mi casa, Gustavo”. Con gusto accedí porque esto era algo
que hacíamos con frecuencia, ya que mi casa estaba a unos 100 metros de la de
él, en la parte alta de la urbanización La Lagunita.
Esa noche llegué a casa de Alberto cerca de las 8 p.m., después de un largo
día de trabajo en Maraven, la ex-empresa Shell de Venezuela, donde ambos estábamos
empleados, Alberto como Presidente, con autoridad regional sobre todas las
empresas Shell de América del Sur.
Nos tomamos un par de aperitivos, conversamos sobre mi
inesperado nombramiento y Alberto me dijo: “Vamos a la cava a seleccionar el
vino de esta noche”. Alberto tenía un sótano en su casa de La Lagunita con una
temperatura promedio de unos 16 grados centígrados, en el cual tendría, no estoy
seguro del número, unas 1000-1500 botellas. El buen vino era uno de sus grandes
amores. Había viajado con alguna frecuencia a Europa, generalmente junto con Rafael
Tudela, otro aficionado al buen vino, a las regiones vinícolas de Francia y
eran miembros de la Confrerie des Chevaliers du Tastevin, un grupo dedicado a
promover los grandes vinos de Borgoña.
Esa noche comenzamos a ver las botellas y él se detuvo frente
a un estante del cual tomó una botella. Me dijo: “esta es una ocasión muy
especial, Gustavo”. Y me enseñó la botella. Era un Chateau Pichon Longueville,
Comtesse de Lalande de 1959, uno de los grandes vinos de Burdeos. Tenía ya unos
16 años de haber sido embotellado y estaba probablemente en su mejor momento
para tomarlo. Era, me dijo Alberto, de lo mejor que tenía en su cava. Este vino
era de la zona de Pauilac, Burdeos, elaborado con un 45% de uvas Cabernet Sauvignon,
12% Cabernet Franc, 35% Merlot y un 8% de Petit Verdot. El porcentaje de uvas Merlot
le daban una textura más aterciopelada que lo usual para los vinos de Burdeos.
Alberto añadió: “tengo dos botellas de este vino. Esta noche nos tomamos una.
La otra nos la tomaremos cuando yo sea presidente de Petróleos de Venezuela”,
algo que Alberto nunca dudó que llegaría ser. Eso no fue posible, no porque
Alberto no tuviese las credenciales para serlo, sino porque la política palaciega que se enquistó
en PDVSA al cabo de una década de su creación le cerró el paso.
Y así fue como Alberto compartió esa noche conmigo el 50%
de su inventario de Chateau Pichon Longueville, Comtesse de Lalande.
En nuestro apartamento de Virginia
Por algunos años fui frecuente asistente a la casa de
Alberto para almorzar o cenar y siempre bajábamos a su cava a seleccionar algún
gran Burdeos o mis preferidos, el Pommard, exclusivamente elaborado con uvas
Pinot Noir, algunos muy robustos, otros muy delicados como los Clos de Epenaux,
del sur de Beaune. Pero nunca olvidé el gran gesto de Alberto,
quien tenía una avasallante generosidad con sus amigos.
Hace unos días, hojeando una revista dedicada a vinos, “The
Wine Spectator”, vi una página dedicada al Chateau Pichon Longueville, Comtesse
de Lalande y se me humedecieron los ojos. Verla me transportó en el tiempo a
esa cena con Alberto y al vino que compartió conmigo para celebrar mi llegada a
la directiva de PDVSA. Desde su muerte,
hace un año y medio, es raro el día que no tenga un recuerdo para él y en lo
mucho que pudiéramos conversar todavía sobre Venezuela y sobre la empresa
petrolera que consumió tantas horas de nuestros esfuerzos. No me he resignado a
su ausencia.
Bello siempre es encontrarse con gente sofisticada, eso no implica dinero y propiedades, sino modales y buenos gustos .... te felicito Gustavo ...
ResponderEliminarWilli
No olviden jamas que Quiros comenzo cargando tubos en el Edo. Zulia. Asi fue escalando posiciones hasta ser el presidente de Shell.
ResponderEliminarCreo, corrigeme Gustavo, que no existe empleado alguno en toda la historia de Shell que haya empezado del puesto 0 y llegado al puesto 100.
Estudio arrechamente y llego a hablar varios idiomas. Pero en Venezuela un carajo sin partida de nacimiento y apenas unos cursitos en la escuela de formacion de cuadros de La Habana llega a presidente y un tipo con estudios y cultura debe irse o ver como hace para comer luego de hacer varias horas de cola.
Salir de estos comunistas es una necesidad urgente.
"sótano en su casa de La Lagunita con una temperatura promedio de unos 16 grados centígrados, en el cual tendría, no estoy seguro del número, unas 1000-1500 botellas."
ResponderEliminarInteresante!
Si en esos tiempos el nivel de vida y prosperidad del resto de la Venezuela no relacionada con el sector petrolero no hubiese estado tan desfasado,(en los a#os 90 ten'iamos un indice de pobreza que rondaba el 60-70%) muy probablemente no hubi'esemos tenido a Chavez y la calamidad que de ello se ha derivado.
Tal vez fue el curso natural de la naturaleza humana pero que diferente habr'ia sido si hubiese imperado la sensibilidad y solidaridad social. Algo as'i como un intermedio entre una cava personal con 1500 botellas de fino vino y un rancho de Petare.
mire a lomore, si alguien en su vida trabajo cada centimo y se preparo concienzudamente para lograr sus metas en la vida, que o quien le impide tomar el vino que quiera si es fruto de su trabajo? Si Ud hizo el dinero necesario para ello, quien le puede impedir comprar vino o lo que le venga en gana? Mientras Ud. tome en su casa tranquilamente con sus amistades sin salir a manejar no esta violando ninguna ley. Entonces segun su razonamiento, Quiros debia pasear por La Urbina repartiendo real como San Nicolas? Ud. habla en serio o su comentario es un chiste? Lomore, no sea estupido, hay que ensenar a pescar no dar el pescado, por esa mentalidad suya es que Venezuela no despega. Vea el ejemplo de los Suizos, acaban de votar mayoritariamente en contra de regalar 2000 euros por solo ser nacido alli. Lo que paso en Venezuela fue eso que se le regalo las cosas a un gentio y nunca hubo conciencia de que ese regalo algun dia seria insostenible. Pero venir a decir que es culpa de la gente que si produjo dinero por su esfuerzo personal y supo invertirlo y lo disfruto como le parecio adecuado hacerlo, es una ruin mezquindad.
ResponderEliminarEl suyo, lomore, es el clasico razonamiento del chavismo, entonces si alguien no tuvo es porque otro si tuvo y no dejo que tuviera.
Por que la gente queria irse a Venezuela a vivir en vez de emigrar? Sabia Ud. que en esa decada Venezuela fue el mayor receptor de emigrantes de America Latina? Quien carajo en Venezuela durante la IV tuvo que hacer colas kilometricas de horas y horas para comer? expliqueme eso, porque yo la vivi y no recuerdo nunca haber vivido esto tan horrible que es lo que hoy se vive.
Lo que revela su comentario es un profundisimo complejo de inferioridad que le recomiendo se trate.
La temperatura no era acondicionada. En La Lagunita de esos años un sótano tenía esa temperatura de manera normal. La gente del petróleo trabajaba duro y ganaba bien, aunque no tanto como los bandidos de hoy que ganan un dineral pero se roban todavía más. Quirós era un hombre culto y usaba su dinero para comprar vinos buenos. Recuerdo que tenía un auto muy antiguo, ya que no le gustaba manejar. Su casa en La Lagunita la pasó mes a mes, año a año, como la mía (la pagué en 15 años). La empresa tenía un plan de viviendas para sus empleados. La pobreza no se cura despojando a la clase media de sus ahorros y del producto de su trabajo sino educando a los pobres, no dándole limosnas. Hay que vivir en USA hoy, para ver la calidad de vida de la clase media, profesional. Miles de casas bellas, miles de autos maravillosos por doquier. Pero un carpintero o un plomero buenos gana casi tanto como un profesional y vive casi tan bien.
ResponderEliminarLa educación para el trabajo distingie a los pueblos prósperos de los pueblos atrasados.