Hoy terminan las olimpíadas y el
mundo respira con alivio. No hubo mayor cosa que lamentar en Río, a pesar de
tantos temores sobre la criminalidad y el Zika. El único escándalo no fue culpa
de los anfitriones sino de un grupo de nadadores estadounidenses que actuaron
de manera impropia bajo el efecto del alcohol.
A pesar de ese caso tan
infortunado la delegación olímpica de los Estados Unidos se apuntó un rotundo
triunfo, al casi duplicar el número de medallas del país colocado en segundo
lugar (todavía hoy, en el último día de competencia, hay lucha por esa posición entre China y Gran
Bretaña).
El éxito de los Estados Unidos no
puede explicarse por el tamaño del país. India, con una población más de tres
veces mayor apenas ganó dos medallas, ninguna de oro. Ciertamente no puede
explicarse por razones raciales. El grupo de atletas estadounidenses es de los
más variados colores: blancos, negros, morenos, amarillos. No puede explicarse debido
a un sistema centralizado de entrenamiento, a lo Cubano o lo Ruso. Todo lo
contrario, los atletas entrenan cada quien por su lado. Ni tampoco al dinero
del país, puesto que el gobierno de los Estados Unidos no da ni un centavo a
los atletas, quienes deben buscarse su propia fuente de financiamiento de
empresas, universidades y hasta mediante colectas vecinales.
Esa diversidad de atletas de
diferentes orígenes étnicos y sociales, entrenándose al calor de sus
comunidades y centros de estudios, con el apoyo de la sociedad y no del “gobierno”,
en un ambiente de alegría y dedicación, parece ser la clave del éxito que tiene
el deporte olímpico estadounidense. Este “sistema”, si puede llamarse así,
contrasta notablemente con lo que conocemos del dirigismo estatal que predomina
en otros países como Rusia, Cuba y
China. En este último país la rigurosidad del sistema deportivo olímpico ha ahuyentado
a miles de deportistas quienes no ven incentivos para su participación, ya que
deben dedicarse a tiempo completo, bajo la supervisión del estado, a ser
deportistas y un fracaso olímpico significa el final de sus aspiraciones para
progresar en la sociedad. En Rusia, el dopaje se ha convertido en una política
de estado. El colapso olímpico cubano ya tiene varios años en evidencia, desde
las olimpíadas de Beijing y hasta en los Juegos Panamericanos de Toronto, en
2015, cuando perdieron 22 medallas de oro obtenidas en los Panamericanos
llevados a cabo en Guadalajara en 2011.
En muchos de los otros países que
participan sin ser potencias, mucho del éxito ocasional se debe a la excelencia
individual en algún deporte. Por ejemplo, el país al sur de los Estados Unidos
que ha ganado la mayor cantidad de medallas en Rio no es México, ni Brasil, ni Argentina
ni Cuba, ni Colombia, sino Jamaica. Y
dentro del pequeño grupo de velocistas que lo ha hecho posible destaca un
corredor excepcional, Usain Bolt, quien bien podría ser el mejor atleta del
mundo. Las islas Fiji ganaron una medalla de oro en Rugby. Los atletas
orientales son prácticamente imbatibles en Ping Pong y Bádminton.
Venezuela ha tenido un éxito
modesto en estas olimpíadas, al ganar tres medallas, ninguna de oro. En nuestro
país el deporte está politizado y sufre del
complejo de inferioridad que le transmite un régimen integrado por gente
resentida. Para ellos el deporte es una
actividad política. Y así, quienes se destacan son mostrados como producto del “socialismo”.
A los atletas venezolanos que participan en Rio los llaman la “generación de
oro”, a pesar de que no lo han logrado en el terreno.
El éxito deportivo de los Estados
Unidos en los Olímpicos tiene una estrecha relación con el entusiasta aporte de
la comunidad en la formación y el apoyo a sus atletas. La delegación deportiva
de los Estados Unidos es de la Nación,
no del Estado.
En los USA existe una cultura deportiva muy competitiva desde hace tiempo. Y como la economia funciona, hay afluencia, recursos, entrenadores, materiales, y tiempo libre para entrenar.
ResponderEliminarHay recursos para que los atletas se alimenten bien, y tengan buenos entrenadores, mientras van a la escuela, desde pequeños. Y las familias de estos deportistas tambien los apoyan, porque tienen con que. En Rusia, o India, no existen tantos recursos. Y no tienene tiempo para deportes: tienen que trabajar para sobrevivir.
Y tambien hay un sistema muy exigente. Entre miles de atletas que compiten para la olimpiadas, solo van los mejores. Compiten entre ellos mismos. Es un sistema bien organizado y selectivo. En paises como Venezuela, todo es un guiso, no hay buenos sistemas de seleccion en el deporte, la alimentacion no es adecuada, la gente tiene que trabajar para comer y no tiene tiempo para entrenar, no hay buenos coaches.
Y ademas, los mejores deportistas se van de nuestro paises en ruinas en cuanto pueden. Quien se quiere quedar en Vzla, ganando menos y arriesgando su vida? Es decir, el deporte esta relacionado con las economias, y otros factores sociales. Por eso es que los USA ganan tantas medallas de oro. Aparte que la sociedad no esta tan criminalizada, oprimida, como en otros paises. Se dedican a los deportes desde temprano, y la competencia local es feroz.
Acertado comentario. El deporte desde el antiguo comunismo era un arma de propaganda. Por cierto, creo que el mejor atleta es Phelps y no Bolt. Una encuesta on line va de acuerdo con lo que digo. En fin, material para las discusiones.
ResponderEliminarBravo por los atletas Venezolanos que lograron medallas. Entre la miseria, la inseguridad, lo chimbo del estado que se cree dueno de todo, hasta de los atletas (los utilizan para propaganda politica que casi todos ellos rechazan), hicieron un trabajo modestamente alentador.
ResponderEliminarFuese otra historia, si la empresa privada auspiciara a los atletas y no a los mongolicos de la republica madurera. Pero no los dejan.