Una batalla legal que se inició hace más de 20 años en el
tribunal de Lago Agrio, en Ecuador se aproxima a un jaque mate a favor de la
parte acusada Chevron y en contra del grupo acusador de indígenas ecuatorianos
asesorados por un abogado estadounidense poco escrupuloso y apoyado políticamente
por Rafael Correa. El juicio original en Ecuador concluyó en 2011 en una condena
a Chevron por daños ambientales, obligada a pagar $9500 millones de dólares. He
seguido este caso desde 2009 y desde el inicio tuve la convicción de que el
juicio había sido amañado. En efecto, poco a poco se fue desenredando la madeja
de fraudes, sobornos, presiones indebidas a los jueces, conspiraciones entre
los abogados de la parte acusadora y el gobierno de Rafael Correa, informes
fraudulentos de empresas contratistas, engaños a sus financistas de parte del
abogado principal de la parte acusadora, Steven Donziger, todo ello para llegar al dictamen condenatorio
en contra de la empresa petrolera. A medida que se revelaban estos hechos
criminales los financistas de Donziger se fueron alejando y algunos de quienes
habían participado en informes fraudulentos y otros hechos criminales fueron confesando.
Ello llevó eventualmente a Chevron a demandar a Donziger por fraude
(Racketeering) en un tribunal de Nueva York y a pedir que la sentencia de
Ecuador no pudiese ser ejecutada. El tribunal de Nueva York emitió su sentencia
en 2014, mediante la cual Donziger fue hallado culpable y se prohibió la
ejecución de la sentencia ecuatoriana que condenaba a Chevron a pagar la
inmensa suma de dinero.
Ahora, un tribunal de apelación en Nueva York acaba de
confirmar la sentencia de 2014 en contra de Donziger y su grupo, prohibiendo
que se ejecute la sentencia ecuatoriana que obligaba a Chevron a pagar. Esta
sentencia solo aplica a los Estados Unidos y el grupo de Donziger ha declarado
que piensa llevar la batalla a otros países. Sin embargo, el precedente
establecido en USA hará muy difícil que la pretensión de Donziger logre
prosperar.
La historia de Steven Donziger y su equipo de abogados
ecuatorianos y de especialistas prestos a presentar informes falsos, a sobornar
jueces y a escribirle informes a los
expertos “imparciales” nombrados por el tribunal, como fue el caso del informe
del “experto” Richard Lenin Cabrera, es una historia de fraudes financieros,
técnicos y legales que desafía la imaginación. Hasta Rafael Correa llegó a
convertirse en cómplice de este grupo, al amenazar públicamente con apresar por
traidor al juez que fallara a favor de la empresa petrolera.
Un libro sobre esta saga: “Law of the Jungle”, escrito
por Paul Barrett, podría ser llevado a la pantalla, porque – en efecto – la historia
de este juicio es material ideal para un film que exponga la corrupción del sistema
judicial ecuatoriano, el grado de intromisión política en ese sistema, la falta
de escrúpulos de un abogado y sus cómplices y la perseverancia de una empresa
que no quiso aceptar lo inaceptable.
En este caso específico el “underdog” Donziger, adorado
por artistas de Hollywood, conservacionistas y gente "famosa por ser famosa" resultó ser el villano.
The whole lawsuit was a ridiculous shakedown scam perpetrated by con artists. Once eyewitnesses stated that they saw PetroEcuador workers dumping barrels of oil in the disputed area, the whole thing unraveled fast. Correa continues to play the innocent, abused victim at the mercy of the horrible gringos while at the same time he leases 7 million acres of pristine rain forest to Chinese oil interests to repay the same kind of dumb loan deals that Venezuela signed. You can rest assured that China will not react lightly to non-repayment and nationalization of its oil rigs, which are the usual thieving socialist tricks. Things will get "interesting," but it will undoubtedly all be the United States' fault somehow.
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