boca cerrada salva El Sistema?
Nos sentimos indignados por lo que ha sucedido y continúa sucediendo en
Venezuela. Para quienes ya estamos al final de nuestra vida es doblemente
doloroso constatar que la última Venezuela que muy probablemente verán nuestros ojos será un país
en ruinas, con militares narcotraficantes, ministros ineptos, un presidente
casi analfabeto, empresas del estado en manos de saqueadores impunes, un poder
judicial prostituído y una población pasando hambre, muriendo de mengua, sin
saber que hacer para sacarse el yugo de encima. Que diferencia, pensamos, a lo
que vieron nuestros ojos de niño. Lo primero que recuerdo era el gobierno amplio,
cordial, democrático, de Isaías Medina Angarita.
Crecí en un pueblo, Los Teques, donde la gente dejaba la puerta abierta de
noche, un pueblo cuyas características eran – según nos decía Aquiles Nazoa
- la de tener entierros con música, y
señoras barbudas quienes -eso sí - eran más virtuosas que las más lampiñas. A
pesar de altibajos como el de la Revolución de Octubre y como el golpe que sacó
a Rómulo Gallegos del poder, a pesar de la dictadura de Pérez Jiménez, la cual
fue muy mala para la democracia y muy buena para las empresas constructoras,
nuestra vida venezolana de clase media se desenvolvió por mucho tiempo amable,
segura y hasta próspera. Tuve mucha suerte de vivir en la Venezuela de
Betancourt, Leoni, Caldera I y menos suerte de vivir durante la Venezuela de Herrera
y de Lusinchi, la cual ya comenzaba su tránsito hacia la mediocridad.
¿Pero ahora? Esto es totalmente diferente. Hace 17 años que Venezuela vive
una verdadera pesadilla dominada por la mediocridad, la corrupción y la cursilería.
Estas características están tan arraigadas que no creo que valga la pena de
seguir diciendo que “Cabello es un troglodita” o perder tiempo analizando las
actuaciones de Iris Varela, Pedro Carreño, los generales narcos o el adulante
de Herman Escarrá. Esta es gente que comparte las características del régimen.
Son mediocres, corruptos y cursis. Pienso que el énfasis de nuestras críticas
debe orientarse hacia venezolanos de talento, quienes por nivel educativo y
capacidad de raciocinio han debido ponerse al lado de la democracia y de la
libertad y han preferido colaborar y someterse a un régimen al cual deberían
despreciar. Por ello, en mis escritos, he mencionado en más de una ocasión al
embajador Alfredo Toro Hardy, inexplicablemente silencioso frente a la barbarie
y a Gustavo Dudamel, un brillante músico venezolano, quien se ha montado desde
hace varios años en el autobús de Chávez y de Maduro y ha permitido que el
programa llamado El Sistema se convierta en una herramienta propagandística
para un régimen que ha promovido la ignorancia y la procacidad como virtudes y
que considera la meritocracia como una mala palabra.
Dudamel es hoy el líder de El Sistema y ha dicho repetidamente que él no se
mete en política, lo cual en la Venezuela de hoy es una declaración totalmente
politizada, ya que no ”meterse en política” viendo el desastre que es el país,
donde el régimen pisotea la constitución y donde la gente muere de mengua , es
una aberración. A lo sumo, Dudamel se duele de las privaciones por las cuales
atraviesa el pueblo, pero agrega que respeta al gobierno, en un acto de
equilibrio imposible de mantener desde el punto de vista ético.
Dudamel comienza a pagar un precio por su actitud. En el principio quien
hablaba en términos críticos de Dudamel recibía una andanada de indignación por
parte de venezolanos que lo admiran. Hoy la crítica a su postura no solo se limita
a su actitud personal sino a dudar de la eficiencia musical de poner El Sistema
al servicio del régimen. En dos recientes artículos publicado en el New York
Times, se comentan las apariciones de Dudamel y la orquesta Sinfónica Simón
Bolívar en el Carnegie Hall en términos que ya son menos elogiosos en el plano de
lo puramente musical. Dice uno de ellos (traduzco la esencia del comentario, no
literalmente):
“La semana pasada llegaron a Nueva York el conductor Gustavo Dudamel y su
sonriente orquesta sinfónica a inaugurar la temporada del Carnegie Hall, al
mismo tiempo que en Venezuela existe una crisis económica que los
estadounidenses consideran inaceptable. Los enfermos mentales tienen que arreglárselas
sin medicinas anti-psicóticas, no hay agua y muchos culpan las torpezas del
gobierno por esta situación. La orquesta es la última versión de lo que fue la
orquesta juvenil de El Sistema, programa tan atado al gobierno que muchos se preguntan
si no es una especie de misión de
propaganda para un régimen que ha conducido a su pueblo al desastre. Los asistentes
al concierto dudan de cómo deben considerar a la orquesta en este momento. Esta
pregunta ha tomado más relevancia por cuanto la orquesta ya no es un proyecto
educativo sino una organización internacional más convencional, con músicos que
ya no son los jóvenes de antaño. El grupo que oímos en el Carnegie hall no está
en la misma categoría de las grandes orquestas. Fue un concierto agradable, no
un gran concierto…. La orquesta frecuentemente careció de colorido (y, por qué hay tan pocas mujeres en el grupo?)……. Dudamel
ha sido criticado por mantenerse en silencio y, por lo tanto, sumiso, frente al
gobierno y ser un beneficiario del apoyo oficial.
Dudamel ha dicho que su máxima preocupación es la preservación de El
Sistema y piensa que tomar partido pondría el programa en peligro. Ver su opinión en : an op-ed piece in the Los Angeles
Times…. Pero, no hay manera de separar a
la música clásica de una situación política que muchos combaten. Quienes oyen
con agrado al Mambo de West Side Story ejecutado por Dudamel también deben
enterarse de lo que le está sucediendo a sus compatriotas”.
El otro artículo dice (de nuevo, no traduzco literalmente sino el
significado del escrito):
“En 2007 un grupo de jóvenes artistas, la Orquesta Sinfónica Juvenil de Venezuela,
tocó dos conciertos en el Carnegie Hall bajo la batuta de Gustavo Dudamel…
mucho ha cambiado desde entonces, incluyendo el torbellino en el cual se
encuentra Venezuela, bajo los efectos de una crisis catastrófica… Contra este
telón de fondo vimos a la orquesta en su regreso… Hace una década la orquesta
era la bandera de El Sistema pero ahora la orquesta se ha convertido en una
orquesta tradicional y debe enfrentar preguntas incómodas por su afiliación con
un gobierno que es odiado por la mayoría de sus ciudadanos… Esta decisión ha
sido errónea porque incrementa las expectativas de excelencia orquestal. Cuando
era un conjunto de jóvenes estudiantes todos estábamos a su favor pero en esta
ocasión la ejecución fue excitante pero irregular, ciertamente no al nivel de
la orquesta de alto rango que pretende ser”.
Este segundo artículo compara desfavorablemente la misión de la orquesta
venezolana con la de la orquesta que lidera Daniel Barenboim, la Orquesta Diván
Este-Oeste. Dice que la orquesta de Barenboim no está afiliada a un gobierno y
no pretende ser un mensajero político sino un proyecto para combatir la
ignorancia. Añade que Dudamel está tratando de presentar la orquesta como parte
de El Sistema y como una orquesta itinerante tradicional y esa dualidad es
imposible
De nuevo, para quienes estamos abiertamente en contra del miserable régimen
chavo-madurista no vale ya la pena gastar nuestra indignación en contra de
gente que nunca ha podido trascender de su condición de homínidos. Damos por
sentado que gente como Héctor Rodríguez y Mario Silva están más allá de la
redención. Pero Dudamel es un venezolano que, pudiendo haber estado al frente
de la lucha por la libertad, la democracia y la civilización, ha optado por unirse
al carromato que maneja un analfabeto lleno de odio y de complejos de clase. Y
eso si es imperdonable.
Para mi es una persona guabinosa, aprovechadora de la situación del país y por ende "despreciable" a pesar de sus virtudes musicales. Hoy, o estas montado en el bote o te arrimas a la orilla. Dudamel pretende hacernos creer que camina sobre el agua.
ResponderEliminarLa misma vaina del "Marques" singapuro, apoyan el comunismo chavista pero viven como reyes persas.
ResponderEliminarNo comments, CDSM.
ResponderEliminarIgual que su Maestro Jose Antonio Abreu todos unos guabinosos y "pederastas" Han estado jalando bolas de desde Medina hasta Maduro!Me consta!
ResponderEliminarEl multimillonario Oswaldo Cisneros, uno de los hombres más ricos de Venezuela, invertirá US$1.000 millones en un campo petrolero controlado por el Estado, en momentos en que el gobierno busca atraer a más fondos privados a su atribulado sector energético.
ResponderEliminarUn grupo de hombres de negocios venezolanos, liderado por Cisneros y autodenominados como Delta Petroleum NV firmará un acuerdo la próxima semana para invertir US$800 millones en la empresa conjunta PetroDelta junto a la estatal Petróleos de Venezuela SA, en el oriente del país, indicó el presidente de PDVSA y un portavoz de Cisneros. A principios de este mes, Cisneros completó la compra del 32% de PetroDelta a la estadounidense Harvest Natural Resources Inc. y la argentina Pluspetrol por cerca de US$200 millones en efectivo y acciones.
El acuerdo más reciente se presenta en momentos en que PDVSA pasa apuros con una caída de la producción. El presidente de la petrolera, Eulogio del Pino, dijo en una entrevista con este diario que desea atraer más inversionistas venezolanos a los campos maduros e impulsar la producción.
PetroDelta es la más reciente en una serie de empresas petroleras de bajo perfil para Cisneros, un emprendedor de 76 años que hizo su fortuna con empresas de telefonía celular y azúcar. En los últimos dos años, compró participaciones en la empresa conjunta PetroCabimas en el occidente de Venezuela y en el productor colombiano Canacol Energy Ltd. También compró la rama venezolana de la danesa Maersk Drilling.
Cisneros planea elevar la producción de PetroDelta de 40.000 barriles al día a 115.000 barriles al día en los próximos tres años, dijo su portavoz. La producción total de crudo de Venezuela cayó 11% en los 12 meses previos a septiembre a 2,3 millones de barriles al día, el descenso más profundo entre los grandes productores con excepción de Nigeria.
Manteniendo un bajo perfil, Cisneros ha sido uno de los pocos capitanes de industria en Venezuela de su generación que continúa prosperando bajo el gobierno socialista de Nicolás Maduro y su predecesor, Hugo Chávez. Ambos presidentes han culpado a la clase industrial, a la que han llamado “la oligarquía podrida” de buscar derrocar a su gobierno.
Su primo Ricardo Cisneros dirige la segunda cervecera más grande del país, Cervecería Regional y otro primo, Gustavo Cisneros, posee la mayor cadena de TV nacional, Venevisión. Ninguno de esos negocios ha sido tocado por las expropiaciones o las auditorías frecuentes de las que se quejan sus competidores, dicen fuentes al tanto.
En relación con ese sujeto y su "sistema", puedo opinar que él como músico es talentoso, pero que las orquestas suenan mediocre, desde siempre, para quien tiene un oído musical educado para la llamada música clásica. Siempre fue así, pero la gente se deslumbra por una cuestión que, como ya sabemos, hasta ya cuenta con un libro de denuncia, escrtio por un británico.
ResponderEliminar¿Dónde están hoy los jóvenes músicos sin un real talento para desarrollar carrera una vez adultos? ¿Alguien ha hecho esa evaluación? ¿Siguen trabajando como músicos? -lo dudo- ¿Ejercen otro trabajo? ¿Están desempleados? ¿No era mejor, desde siemmpre, haber dedicado esos recuros a la multiformación en oficios y profesiones de esos jóvenes y sólo los excepcionales para formarse cómo músicos?
Desde luego,antes el tal "sistema" -y no era poca cosa- servía para inflar el ego de Abreu. Ahora es un vil instrumento de propaganda de un régimen dictatorial y corrupto como ninguno en nuestra sufrida historia. Y sirve para inflar el ego del insoportable Dudamel, un ser vil y un servil.
Yo propongo a que se hagan protestas en frente a la sede de la OEA en Washington DC y por la sede de las Naciones Unidas en New York.....protestas del caracter dictatorial y violador de los derechos humanos del regimen madurista.
ResponderEliminarpuede que de esta forma se logra algo y se pueda tener la atencion de los medios de comunicacion internacional.