La trampa del diálogo que se le quiere imponer a los venezolanos ha sido
montada con la misma crueldad y con los mismos propósitos mezquinos con la cual
los bárbaros llevan a cabo el “gavage”, el proceso de forzar a los gansos a
comer para hacer de sus hígados el “foie gras” que servirá para el placer gastronómico
de una minoría privilegiada. El diálogo venezolano está siendo impuesto,
forzado a través de nuestras gargantas, por una extraña confabulación en la
cual figuran personajes de la peor calaña de la política internacional y representantes
de lo que debería ser la cúspide ética universal. Me refiero a la organización
llamada UNASUR y a sus enviados Zapatero, Fernández y Torrijos, de funesta
actuación en Venezuela, inexplicablemente mezclados con enviados especiales del
Papa Francisco, quien desde Roma ha hecho todo lo posible por llevar al 90% de
la población venezolana que desea ver el fin del régimen, a la mesa de “diálogo”
con un régimen que los ha atropellado y humillado. Este régimen ha tratado de convertir
al país en una pesadilla de ineficiencia y corrupción con el apoyo de las armas
que debieron de haber servido para defender la democracia y hoy están en manos
de narco-generales. Es el mismo régimen que ha sido resistido gallardamente por
los miembros de nuestra Iglesia Católica, a quienes hoy las estrategias del Papa Francisco, en su papel de actor político
y no de pastor de almas, obliga a
plegarse a un acto extemporáneo e inmoral.
Este diálogo forzado viene en el peor de los momentos, en los cuales hasta
los más venezolanos más reticentes a reconocerlo han tenido que admitir lo que
el mundo entero sabía hace años, que Venezuela estaba en las garras de una
feroz y soez dictadura, manejada por un iletrado apoyado por narco-militares.
Sus acciones de las últimas semanas han sido inaceptables para quienes tengan
sangre en las venas. Han aplastado los restos de la democracia, han insultado
al país decente y ya la justicia internacional los considera hampones de la
peor calaña. Cuando el país finalmente se ha decidido a levantarse en su
contra, llega esta arremetida desde la extraña confabulación de bandidos y de santos,
para forzar un diálogo que representaría una claudicación de nuestra ética
ciudadana y una oxigenación de un régimen que nos ha destruido y que lo ha
hecho entre risas y burlas.
El agente catalizador de esta confabulación de bandidos y santos, aliados
de circunstancia, no es ético sino
político. La alianza de circunstancia incluye bandidos y mercenarios que desean
perpetuarse en el poder en simbiosis con quienes desean que no se produzcan
graves alteraciones de orden público en Venezuela, las cuales pudieran
influenciar negativamente intereses geopolíticos de mayor importancia relativa
que la suerte de unos cuantos millones de venezolanos. En ese empeño están
dispuestos a sacrificar a quienes luchan por su dignidad y por su libertad. Los
bandidos no tienen problemas con esto. Los santos deberían tener un sentido de
culpa pero ese sentido de culpa pertenece, piensan, al campo de la ética cuando
lo que está en acción es un juego político, el mismo juego político que ha
hecho posible similares alianzas contra natura para manejar, también de manera
inmoral, el caso cubano.
En el fondo la alianza de circunstancia si encuentra puntos de contacto
entre el bandidaje y la santidad. Son puntos de contacto ideológico que
entrelazan el bandidaje del Foro de Sao
Paulo con los santos de la teología de la liberación, que convierten a muchos
miembros de los esforzados luchadores sociales Maryknolls en herramientas del
extremismo político y que hacen de algunos jesuitas aliados, no querer
queriendo, de las dictaduras de izquierda extrema. Estos ingredientes
ideológicos están presentes en el caso venezolano aunque no nos atrevemos a decir
en cuanta proporción comparados con los
genuinos buenos deseos y el genuino amor por nuestro pueblo. Eso no lo sabemos
y no queremos ser injustos con quienes
pudieran estar animados de los mejores propósitos para aliviar el sufrimiento
de nuestro pueblo pero a ellos les digo que no se libera a un pueblo haciéndolo
arrodillar como esclavos frente a la barbarie. Se libera a un pueblo
compartiendo su resistencia a la maldad y a la corrupción, la tarea que llevó a
muchos santos al martirio pero que hoy ha dado paso al deseo de ganar el premio
Nobel de la Paz.
Que cada quien siga los dictados de su conciencia. Yo todavía sueño con una
Venezuela libre y democrática, la cual no tenga que pagar por esa democracia y
esa libertad el altísimo precio de transarse con el bandidaje, la corrupción,
el narcotráfico y el robo al por mayor. Porque, si nos transamos, ello será la
invitación para que los bandidos regresen, seguros de que el crimen en Venezuela
si paga y que los ciudadanos venezolanos son una manada de ovejas listas, una y
otra vez, para aceptar en silencio la dictadura de las hienas.
Los analfabetos sabrán que la
educación no paga, que lo que paga es la audacia montada sobre los hombros de
nuestra indiferencia. Después de todo, dirán ellos, parece que contamos con la
aprobación divina.
Seg'un el r'egimen la Oposici'on debe dialogar con la c'upula en el poder para que esta reconozca y respete a la Asamblea Nacional elegida por el pueblo.
ResponderEliminarSeg'un el r'egimen hay que dialogar para implementar lo que ya est'a escrito en la Constituci'on en referencia al Revocatorio.
Cuando la dictadura apela al di'alogo es se#al que al r'egimen se le dificulta respirar, momento en que la Oposici'on debe implementar cualquier otra estrategia excepto proveer la bombona de ox'igeno del di'alogo. Ahora o nunca!
Pero es que, mi querido don Gustavo, esto es el mismo libreto repetido y repetido hasta la náusea por un régimen y unos ¿opositores? cobardes o que responden a quién sabe cuáles intereses ($ o lo que Ud. señala de la geopolítica), desde que el viejo comunista Santos Yorme o Pompeyo Márquez, que es como se llama, paró la guarimba original cuando el régimen estaba boqueando, ya en los lejanos días de febrero y marzo de 2004.
ResponderEliminarUna y otra vez se ha repetido el mismo esquema del "diálogo" cada vez que el podrido régimen está en aprietos. Y todavía los "intelectuales", los carlosraulhernández, los ricardoríos -a este se le olvidó que fue chavista, de paso-, se burlan de a quienes llaman, despectivamente, "guerreros del teclado". Triste historia. Pobrecita Venezuela, tierra de promisión hoy destruida y parece que sin posibilidad de redención.
Me duele el alma.
Donde dice "de a quienes" mejor leer " de quienes"
ResponderEliminar