Mientras viajo pienso que el miserable régimen de Nicolás Maduro debe
sentirse aplastado por la lección de civismo que ha dado Colombia. El pueblo ha
ido a votar en un referendo rápidamente organizado, en el cual votaron unos 15
millones de personas y cuyos resultados se obtuvieron en materia de horas. La votación
fue muy estrecha, menos del 1% de diferencia, pero el Presidente Santos
reconoció los resultados de inmediato, sin aspavientos de mal gusto.
El pueblo Colombiano le dio una lección a las FARC, al decirle que no
aceptaría la impunidad, que debe existir justicia, que los terroristas no pueden
quedar impunes, sin ni siquiera arrepentirse de sus crímenes. Una paz
martillada en La Habana, con inmensas ventajas para los criminales no hubiera
podido ser una paz duradera. Ahora, se impone en Colombia un verdadero diálogo
nacional, no ya en la tierra de los Castro ni apadrinada por los
narco-revolucionarios del chavismo. Ver a los miembros de las FARC hablar con
arrogancia, como si no hubieran roto un plato, colmó la paciencia de los
Colombianos de bien.
El diálogo que se inicia hoy en Colombia, de colombianos, para los Colombianos,
deberá resultar en una paz más justa y minimizará la posibilidad de que las
FARC tome el poder político en Colombia, basada en su riqueza derivada de las
drogas y de las concesiones indebidas que se le hicieron. Quien haya leído el
Acuerdo, 297 páginas de frecuente indecencia y entregas, podrá ver que aquello
era inaceptable por una sociedad digna.
En Venezuela debemos imitar a nuestros vecinos Colombianos, hacer nuestro
propio revocatorio, ante el mundo.
Tengo un amigo colombiano que es el editor de un sitio web de noticias que me dijo que la manera en que los negociadores de las FARC denigraban a los representantes del Gobierno de Colombia en varias ocasiones durante las negociaciones fue la diferencia crítica en el resultado del plebiscito. Los colombianos querían concluir el proceso de paz con éxito, pero en última instancia, encontraron los repetidos insultos de las FARC demasiado difícil de soportar.
Y ahora, si las FARC realmente quiere la paz, tendrán que negociar con el verdadero líder de Colombia, Alvaro Uribe Vélez, cuyo apoyo a un acuerdo de paz va a ser el factor decisivo.
Hay que decir que admiro el coraje del pueblo colombiano. ¡Gente valiente!
Ramón J. velazquez, que conocía a cabalidad la historia del Venezuela y Colombia, solía decir que los venezolanos debíamos mirar a Colombia, para evitar dramas y tragedias e imitáramos sus instituciones. El referendo del domingo nos trae a la memoria, el triunfo del No es la voz del pueblo y de la justicia sin olvidar la Paz, y los valores Democráticos-Republicanos.
ResponderEliminarEn Colombia, aún no todas las instituciones han caído debajo del manto de los izquierdistas.
ResponderEliminar(Va sin acentos)
ResponderEliminarNo se quien lo dijo pero tenia razon.
Colombia era una Universidad, Ecuador era un monasterio y Venezuela era un cuartel.
Parece ser cierto a pesar de los muchos a~os que han pasado desde que dijeron esto.
Venezuela debe prescindir de los militares que solo se les paga para que conspiren y hagan sus negocios. Y como tienen el monopolio de las armas pesadas y muchas de las livianas, las utilizan para extorsionar al resto del pais desarmado y pacifico.
Miremos el buen ejemplo Colombiano e imitemos al mejor ejemplo de Costa Rica. Fuera Militares de la futura vida de Venezuela.
Todavía los venezolanos permanecemos en el siglo pasado, en donde los militares ejercen el poder en vez de garantizar los valores democráticos y republicanos. Estamos en una rea de globalizacion moderna y tecnológica. Con estos militares de pacotilla vamos para atrás.
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