Apreciados
compatriotas de uniforme, cualquiera sea su grado militar:
Les escribo esta carta en su condición de
ciudadanos venezolanos, miembros de una sociedad que atraviesa hoy por una
inmensa crisis. No hay dudas de que esta crisis los afecta a cada uno de ustedes
en mayor o menor grado. Algunos de ustedes no la habrán sufrido en carne propia,
debido a que pertenecen a sectores de la Fuerza Armada que, por su nivel
jerárquico u otras razones, han gozado
de beneficios especiales. Sin embargo,
aún quienes puedan estar en esa situación de privilegio, deben conocer bien la
crítica situación de la inmensa mayoría de sus compatriotas.
Esta carta
no es para los malos venezolanos quienes forman parte de la oligarquía
dictatorial que asfixia hoy al pueblo venezolano. Esos no son parte de la
solución sino parte del problema. Esta
carta está dirigida a los miles de miembros de la Fuerza Armada quienes
comparten el sufrimiento de millones de compatriotas y desearían ver un cambio
en la situación actual de la infortunada Venezuela. Muchos de ustedes quisieran
hacer lo correcto pero se sienten prisioneros de su condición de militares
obedientes a quienes parecerían representar la superioridad. Sin embargo, quiéranlo o no, todos ustedes
están enfrentados, como el resto de sus compatriotas, a una decisión
fundamental para el futuro de nuestro país. Deben preguntarse, como lo hacemos
nosotros los civiles: ¿seguiré guardando silencio frente a la tragedia
venezolana, o adoptaré una actitud proactiva, la cual contribuya a un cambio en
la dirigencia inepta y corrupta que ha destruido ya una buena parte de nuestra
Nación?
Hasta ahora
el silencio de la Fuerza Armada haría pensar que ustedes todos están de acuerdo
con la situación actual del país. Pero sabemos que no es así. En la Fuerza
Armada venezolana hay grandes sectores que se oponen a la ruinosa manera de
manejar a Venezuela por parte de la oligarquía corrupta que ejerce el poder. La
percepción de que todos ustedes están de acuerdo con la dictadura es el tigre
de papel que mantiene a este régimen miserable en el poder.
El momento
en el cual sectores de la Fuerza Armada se manifiesten en desacuerdo con la
manera como el régimen destruye a Venezuela destruiremos ese espejismo de inexpugnable
fortaleza armada que posee la dictadura y el país podrá retomar su camino de democracia,
libertad y verdadera inclusión social. Hoy en día estamos asistiendo al
sufrimiento y muerte de miles de venezolanos, debido a la carencia de lo más
elemental para una digna subsistencia. Gente escarbando en la basura para
comer, niños desnutridos y abandonados, familias dando sus hijos en adopción a quienes
puedan mantenerlos, país sin medicinas, hasta sin moneda con la cual comprar lo
más necesario. Un gobierno desacreditado en todo el mundo, una sociedad en
desintegración. Cada uno de ustedes debe preguntarse si continuará en silencio
frente a esta tragedia.
El silencio
ha sido generado, en gran medida, por la creencia de que el soldado debe
obedecer órdenes superiores. Pero ustedes y nosotros, los civiles, estamos
sujetos a las mismas reglas éticas de carácter universal que deben guiar
nuestras decisiones. Una de esas reglas dicta el desconocimiento de órdenes
reñidas con la moral que debe prevalecer en nuestras profesiones y en nuestras
vidas. Nadie está obligado a obedecer órdenes que violen nuestros principios y
valores. Ni el soldado ni el civil deben prestar lealtad acrítica y absoluta a
quienes se hayan apartado del servicio a la nación, a fin de promover sus
intereses personales y tribales. A ustedes se les está obligando a acatar órdenes
destinadas a endiosar sátrapas y a proteger narcotraficantes y ladrones, con el
pretexto de la obediencia militar. Nadie está obligado a obedecer una orden que
viole la Constitución y las leyes de nuestra nación. Al contrario, obedecer tal
orden es violar la Constitución y las leyes de nuestra Nación.
Como venezolano les pido a ustedes, mis
compatriotas de uniforme, manifestarse
activamente en contra del régimen que acogota a la nación, a fin de que
Venezuela pueda retomar su camino de país digno, verdaderamente libre y
democrático. Manifestarse en contra de la tragedia que oprime hoy a los venezolanos no constituye un
golpe de estado ni una intervención indebida en los asuntos de nuestra Nación.
Al contrario, lo que ha constituido hasta ahora el verdadero golpe de estado ha
sido el silencio y la pasividad de la Fuerza Armada, como institución, frente a
un régimen ilegítimo y corrupto, una actitud que ha creado la percepción de que
ustedes todos están apoyando un régimen que ha violado nuestra Constitución y
nuestras leyes y que ha destruido al país.
No es necesario
repetir aquí los artículos de nuestra Constitución que deben guiar su acción.
Ustedes los conocen bien.
Les llamo a
unirse a quienes, desde el sector civil, tratamos de promover el retorno de
Venezuela a las filas de un mundo digno y decoroso., el retorno a la comunidad
civilizada de países.
Compatriota,
Gustavo
Coronel
de lo que pase esta
ResponderEliminarsemana
dependera el resto
de la
historia
de Venezuela.
Es el momento.