RESUMEN: El chavismo va caer en los próximos meses, no
sabemos todavía si por explosión o implosión. La manera de su caída determinará
si somos o no un país capaz de verdadero progreso
1. En torno a la situación venezolana de hoy solo existen
tres posturas posibles: La oposición -> resistencia, la indiferencia o la
colaboración, es decir, la voz alzada en diferentes tonos, el silencio o la
entrega.
2. Cada venezolano sabe o debería saber a qué grupo
pertenece. En mi opinión los porcentajes representados por cada postura son:
25% en la oposición -> resistencia; 60% indiferentes y silenciosos; 15% colaboracionistas.
Sin embargo, entre el 25% del grupo de la oposición -> resistencia existe
una división importante entre quienes hablan de oposición solo por las vías electorales
y quienes ya no creen en estas vías en la Venezuela de hoy y hablan de
resistencia ciudadana abierta. Esta
división de posiciones sigue causando graves demoras en la estructuración de
estrategias eficaces entre quienes están alineados en la oposición ->
resistencia.
3. Muchos de quienes
permanecen en silencio quisieran ver salir al régimen actual del poder pero no
hacen nada para lograrlo. Este grupo es, lamentablemente, la mayoría.
Desprecian al gobierno, hablan mal de él, se quejan de la situación pero
esperan que otros hagan el trabajo de cambiar las cosas. Cuando llegue el momento se
pondrán al lado de los ganadores. Así siempre ha sido en Venezuela.
4. Hay miembros de la oposición quienes desean ver salir al régimen
pero piensan que todavía es muy fuerte y tiene el apoyo de la Fuerza Armada, por
lo que se hace necesario pactar con ellos, negociar con ellos. Esto es lo que
ha dado origen a la alternativa del diálogo, la cual se ha convertido en uno de
los factores más negativos en la escena política venezolana, demorando
innecesariamente la resistencia y la confrontación que serán indispensables
para salir efectivamente del régimen. Por supuesto, el régimen y sus cómplices
de UNASUR, ayudados por operadores políticos que militan en la oposición, mantienen abierta esta alternativa. A pesar de
que no se está llevando a cabo, la idea sigue viva debido a la habilidad del régimen,
a las celestinas de UNASUR y hasta de la representación vaticana, lo cual sigue
demorando las labores de la resistencia.
5. Los colaboracionistas del mundo civil son la minoría y
saben que el régimen no durará mucho, por
lo que tratan de obtener el mayor provecho personal en el menor tiempo posible,
a fin de poder quedar intactos con su dinero mal habido, bien sea en otros
países o en Venezuela, ayudados por la tradicional falta de memoria e
indiferencia del grueso de la población.
6. Entre los colaboracionistas más perniciosos se encuentra
un grupo clave, parasitario, el cual ha sido históricamente una pesada carga para
el país, demorando sus intentos de progreso. Me refiero a la Fuerza Armada.
Dentro de este grupo se presenta la misma situación que prevalece en el
colectivo general: hay quienes resisten, hay quienes mantienen silencio y
quienes colaboran. Evidentemente, quienes mantienen silencio, esos ni-nis con uniforme,
lo hacen pensando solamente en su bienestar personal. Tiendo a pensar que la
mayoría de los militares es actualmente colaboracionista, en diferentes grados.
Es gente que recibe privilegios que el resto del país no recibe, hasta automóviles
de regalo. Como grupo se benefician
indebidamente de la distribución de los
alimentos, ya controlan la empresa petrolera y han llegado a ser socios
dominantes del régimen opresor. Viven en una Venezuela de relativa abundancia
muy diferente a la Venezuela en la cual
viven los millones de gente hambrienta y humillada que integran la mayoría del
país.
7. El balance de estas tres posturas determinará el
desarrollo de los acontecimientos. Hasta ahora ha prevalecido la indiferencia y
el silencio en Venezuela y ello explica la razón por la cual el régimen aún se
mantiene en el poder. No hay otra explicación. La permanencia del régimen
chavista en el poder se debe, en gran parte, a la carencia de conciencia
ciudadana de una gran porción de la población, la cual es víctima del régimen y
desearía verlo afuera pero espera que el trabajo sea hecho por otros. El
régimen se mantiene, en sumo grado, debido a la ignorancia y apatía del grueso de la
población.
8. Si los porcentajes que he dado arriba están
razonablemente cercanos a la realidad ello explica las razones por las cuales el régimen no
ha caído todavía, a pesar de la trágica situación del país. Son dos las principales razones: una, porque
la gran masa sigue cruzada de brazos y
esa indiferencia y silencio de las mayorías debilita la resistencia y es,
además, visto por quienes resisten como señal de que el país no desea una
confrontación y, dos, porque a pesar de que el camino electoral ha sido ya
clausurado por el régimen, líderes de lo que debería ser la resistencia abierta
todavía hablan de la vía pacífica, constitucional y electoral como la única
vía. Quienes así piensan son
oposición pero no son resistencia.
9. Aun con la indiferencia del 60% de los venezolanos el régimen
ya hubiera caído si el 25% de la oposición-> resistencia se hubiera puesto
de acuerdo. Pero no ha sido este el caso. El proceso mediante el cual se está pasando
en el seno de este grupo de la oposición a la resistencia ha sido lento, largo y doloroso,
ha costado miles de vidas y un gran empobrecimiento espiritual en la población.
Aunque al inicio hubo gran unidad en torno a la postura electoral, ya esta postura ha
ido dado paso al convencimiento de que esa vía está cerrada por la fuerza bruta
de quienes se aferran al poder y de que es necesaria la rebelión ciudadana, no
importa cuales sean las consecuencias.
10.
El país se acerca inevitablemente a un desenlace. El régimen chavista está
condenado a salir del poder a corto plazo, ya sea por explosión (inducido por
la resistencia) o por implosión (colapso interno), debido a la situación de
deterioro del país. Por mucho tiempo he argumentado que la implosión del
régimen, fenómeno que no se debería al rechazo ciudadano sino a su muerte por
colapso y pudrición interna, si bien nos daría la oportunidad de establecer un
nuevo gobierno nos dejará también con el estigma nacional de no haber sido nosotros,
los ciudadanos, quienes expulsamos a estos malandros del poder. En otras palabras,
los venezolanos habríamos dejado que se pudriera el país para ver a los chavistas
fuera de Miraflores. Esa sería una derrota que siempre llevaríamos encima como
pueblo, una derrota con hedor a cobardía y a falta de conciencia ciudadana.
11.
La verdad es que lo que parece hoy más probable es que el régimen muera por
implosión. En los últimos días la situación del régimen se complica y el
desenlace pudiera venir en cualquier momento, empujado por los Estados Unidos y
la OEA. La presidencia y la vicepresidencia están involucrados en tráfico de
drogas y terrorismo. Basta ver los índices financieros, económicos, sociales y
políticos del país para darnos cuenta de que este es un régimen que agoniza. Pero si fuera por los venezolanos parecería
que su muerte tendría que esperar que el último lingote de oro de las reservas
internacionales haya sido vendido, que la última empresa privada haya cerrado
sus puertas, que el último acreedor internacional haya demandado al país, que
los venezolanos tengan que hacer humillantes colas para recibir la comida que
tendrá que enviarnos de emergencia la ayuda humanitaria internacional desde los
países de la región que un día fueran objeto de nuestra generosidad. Un país
que tuvo ingresos del orden de los 1.5 millones de millones de dólares durante
la etapa chavista está reducido hoy, después de 18 años de barbarie chavista, a
la miseria más espantosa.
$1.500.000.000.000 es el monto del dinero robado,
despilfarrado, mal utilizado, desperdiciado, regalado por los bárbaros del
chavismo.
12. Venezuela no puede darse el lujo de pasar la página a esta inmensa tragedia
y pretender que mañana todo seguirá igual y que Chávez y Maduro, ese par de
traidores, ineptos y corruptos, seguirán siendo estudiados por nuestros niños
como líderes del siglo XXI. Si nosotros permitimos que esta pandilla de
malhechores se vaya tranquilamente a disfrutar de sus riquezas mal habidas, nos
merecemos todo lo que nos ha pasado.
Muy claro. No le quito ni pongo una coma. Saludos. Ojalá se concrete el pronóstico de la expulsión.
ResponderEliminarCon todo respeto sr. Coronel creo que hay mas opciones dentro de los escenarios que describe y sinceramente creo que va a pasar es lo que ya estamos observando y es el desplazamiento de una parte de de la supuesta oposición y otra parte de quienes hoy tienen el poder que pueda negociar un gobierno de transición, con el sacrificio de algunas piezas inútiles encabezada por el incapaz de Maduro, eso dejaría a los indiferentes mas indiferentes todavía, debilitaría mucho mas la resistencia que ud identifica, tendría el visto bueno de gran parte de la comunidad internacional, se resolverían los problemas de fondo? probablemente no, pero contaria con la participación de una parte del sector empresarial oportunista y una vez mas Vzla le daria el beneficio de la duda a esta nuevo grupo en el poder, mas si sueltan algunos presos politicos, y le bajan 2 grados a la represión de la población y medios y buscan mejorar las relaciones internacionales. Esto evitaría una implosion del régimen y se transformarían para sobrevivir y poder estar unos cuantos años mas en el poder. Podrían haber elecciones regionales y lo mas probable es que el resultado seria una mezcla de colores. No descarto el revocatorio de maduro inclusive en el 2017.
ResponderEliminarNo se preocupe ultimo anonimo, ya Chuo y sus "hermanos" Comunistas tienen todo listo. Mientras tanto agarre lo que le den que "los venezolanos siempre hemos sido asi" (Chuito dixit).
ResponderEliminarParece ser que si es posible desplumar a Venezuela, es lo que han venido haciendo!
ResponderEliminarParar esto si que es otra cosa!
Porque enjuiciar a todo un pais, si que es dificil!