Hace algunos años tuve la buena suerte de conocer a Monseñor Ovidio Pérez Morales y desde ese momento disfruto, una vez al año, de visitarlo y conversar con él sobre nuestra patria. Monseñor Ovidio es un venezolano excepcional, lleno de sabiduría y, a pesar de los años, de un entusiasmo juvenil por las causas justas. En nuestras conversaciones casi siempre es Monseñor Ovidio quien escucha y nos da ánimos para continuar lo que ha sido ya una larga lucha contra el pavoroso régimen que oprime a Venezuela. Monseñor Ovidio nos habla de la manera inesperada como llegan los desenlaces a situaciones de oprobio como las que sufre nuestro país. Se refiere a la manera abrupta como se derrumbó la muralla de Berlín y al súbito colapso de la Unión Soviética para ilustrar cómo las crisis más trágicas se resuelven cuando menos se espera. En el caso venezolano Monseñor ha identificado correctamente la raíz de nuestra tragedia en la ideología macabra que ha dado origen al Plan de la Patria, documento violatorio de nuestras leyes y, además, de una insoportable cursilería.
Me complace publicar en mi blog un escrito de Monseñor Ovidio, el cual se refiere a uno de los mayores crímenes cometidos por el narco-régimen que nos oprime
CRIMEN CONTRA LA PATRIA
Ovidio Pérez Morales
“El exiliado más joven de la historia”. Así califica a Jesús el escritor J.L. Martín Descalzo en su biografía-testimonio de la vida y misterio del Señor.
Los primeros exiliados cristianos: José, María y Jesús. Los dos primeros, conscientes de su fuga. El último, niño llevado por sus padres a una tierra extranjera para salvarle la vida. El poder quería acabar con el pequeño porque temía que iba a encabezar un cambio político. Jesús, Hijo de Dios, compartió así la condición humana también en algo muy doloroso como el abandono forzado de la propia tierra; asumió entrar en el catálogo histórico de los perseguidos y exiliados políticos, para solidarizarse con ellos y salvar a todos: víctimas y victimarios.
Si recuerdo ese exilio es porque hoy Venezuela, por culpa de un grupo de venezolanos, aparece como una madre a quien no le importa la separación, el destierro de sus hijos. Y escribo estas líneas como testimonio de aprecio y encomienda a Dios de tantos, desconocidos, conocidos, amigos y familiares, los cuales han tenido que ir a buscar en otros países la seguridad, el trabajo, la paz, el futuro que esta “tierra de gracia” debe brindar a sus hijos.
De muchas maldades es culpable el actual Régimen: violencia institucionalizada, hambre y desnutrición, enfermos y muertos por falta de medicinas y asistencia sanitaria, presos políticos y criminalización de la disidencia, inflación empobrecedora y producción desmantelada, comunicación encadenada y silenciamiento del pensamiento crítico. A esas maldades se ha agregar otra de particular malignidad y es la de haber convertido a nuestra Patria en hogar invivible, que expulsa a multitud de sus hijos (el volumen es ya millonario) obligados a explorar en otros lares un horizonte abierto y un futuro consistente. ¡Cuántos hogares deshechos y uniones rotas! ¡Cuántas vidas que tienen que recomenzar! ¡Cuántas dramáticas despedidas y trágicas rupturas! Toda persona es importante y única. Pero hay gente, cuya ausencia -en muchos casos definitiva- es pérdida irreparable para el país: profesionales y trabajadores especializados, jóvenes repletos de potencialidades y anhelos. Podemos hablar de un crimen de lesa patria lo que este Régimen dictatorial totalitario ha hecho con su Plan de Anti-Patria.
Por todas estas cosas los Obispos de Venezuela han reiterado en su último mensaje: “estimamos que el pueblo clama por un cambio profundo de la orientación política del país que sea producto de la decisión del pueblo soberano (CRBV 5): o el Socialismo del Siglo XXI, ausente de la Constitución, o el sistema democrático establecido en la Constitución” (Exhortación del 13.1.2017).
Cambio profundo significa reconvertir a Venezuela en hogar acogedor para todos sus hijos. Substituir los nuevos Herodes por gobernantes que recojan los mejores anhelos y necesidades de la gente y los traduzcan en políticas constructivas, humanizadoras, de genuino e integral progreso. Hacia una nueva sociedad, libre, justa, pacífica y fraterna. Polifónica y multicolor. Como Dios quiere.
Ovidio fue muy amigo de Rafael Caldera y es un luchador social, me parece que es una persona muy calificada y sus opiniones son valiosas. Lastima que en este gobierno actual que ya esta muy cerca a su final no se le llame para propiciar la transicion pacifica. Ovidio seria un garante de como deben hacerse las cosas.
ResponderEliminarTambien quiero que veas este video de Youtube:
https://www.youtube.com/watch?v=u7p0ewyQnf8
En la entrevista Steve Hanke explica que la solucion al problema economico venezolano es dolarizar. Creo que ese es el principio de toda la solucion que no va a ser magica, pero el proximo gobierno tiene que tomarla para ver a Venezuela de nuevo bien. No te preocupes Gustavo, tu siempre con tus vainas dices que no lo veras, y vas a ver que si. Dolarizar no es tan dificil como parece y el malandraje o se sube o se encarama. A sangre y fuego sacaremos a los cubanos si es que ellos mismos no se van corriendo como siempre lo han hecho cuando un pueblo arrecho se les enfrenta y ya los venezolanos estamos cansados de que esten jodiendonos.
Ovidio Pérez Morales, a diferencia de otros sacerdotes guabinosos o con posiciones que no terminan de llamar a las cosas por su nombre (como elo caso de ugalde y las dos perlas que soltó el otro día y que eran contradictorio con lo demás) es un hombre cabal y frontal. Digno de respeto y admiración.
ResponderEliminary hasta donde Dios nos lo permita, ese siempre ha sido mi norte y será mi huella”
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