Desde hace más de un año hemos venido hablando de la necesidad de una
intervención en Venezuela. Ello ha merecido las críticas y sornas de quienes se
identifican con aquello de “la planta insolente del extranjero”, no solamente
los asalariados del narco-régimen, sino hasta gente comprometida con la oposición.
El argumento repetido como mantra por ellos ha ido “Los problemas de Venezuela
serán resueltos por los venezolanos y solamente a través del voto, de manera constitucional”.
Este mantra siempre fue equivocado porque en un mundo tan interdependiente no hay país que no necesite requerir de la ayuda internacional y, porque en el
seno de la oposición, la unidad de criterio sobre la solución
nunca ha existido. Decir que solo las elecciones representan una solución
constitucional es desconocer los artículos de la constitución que hablan de
nuestro derecho a la protesta, a la huelga, a la desobediencia civil. La constitución
venezolana contiene artículo que hacen IMPERATIVA la rebelión en contra de un
régimen ilegítimo, como lo es este narco-régimen chavista, títere de Cuba.
La crítica a los llamados a la intervención también descansaban sobre la
falsa idea de que toda intervención debe ser armada. Ello solo es una fase
extrema de intervención que puede ser necesaria cuando una fuerza armada
cómplice del narco-‘régimen masacra al pueblo. La intervención tiene fases
diplomáticas y sanciones de la justicia internacional en contra de lo bandidos
del régimen. Pude incluir sanciones económicas específicas que terminen de
hacer derrumbar al narco-régimen.
Lo cierto es que Venezuela está hoy luchando por expulsar al narco-régimen
y necesita una ayuda decidida del exterior para lograrlo. Los esfuerzos en este
sentido se han incrementado recientemente, gracias a los esfuerzos de Luis
Almagro, Secretario general de la OEA. La ONU se comienza a pronunciar. Los
países civilizados del mundo hacen oír su voz. El narco-payaso, Nicolás Maduro
se ha convertido en un gorila rechazado por la comunidad internacional, como es
también el caso del ladrón de Suráfrica Zuma, del carnicero sirio Asad o del demente
líder de Corea del Norte Kim Jong-Un.
En este momento la situación se hace crítica porque la fuerza armada
cómplice del narco-chavismo ha comenzado una feroz represión en contra del
pueblo venezolano. Siete personas han sido asesinadas en la última semana.
Centenares han sufrido el gas tóxico que lanzan los bandidos uniformados. Los miembros
decentes de las fuerzas armadas deben reaccionar en contra de esta represión. La
intervención del exterior debe incrementarse para evitar que el pueblo siga
siendo reprimido violentamente.
Estimado comandante, como decía el finado Cantinflas QEPD, "ahí está el detalle..." Venezuela está intervenida por un Presidente que no es venezolano, con fuerzas armadas intervenidas por cubanos, además de que son corruptas y débiles. Pacificamente no entregaran, saben que van a ir presos y les van a expropiar lo robado. Creer en que entregaran pacificamente, es una tontería que costará más muertos y más deudas. Como decía el otro finado Rómulo Bentancourt: "Plomo al hampa...". Apenas un portaviones llegúe a La Guaira, eso militares gallinas se entregan, los colectivos dejará el pelero y el grito revolucionaro será: "Sálvese quien pueda..."
ResponderEliminarDon Gustavo aquí le dejo un interesante artículo acerca del "mediador" Zapatero y sus miserables intenciones en Venezuela, saludos.
ResponderEliminarhttp://www.vozpopuli.com/actualidad/mediacion-Zapatero-lobbista-etapa-post-Maduro_0_1015098724.html