Resistir en Venezuela: hoy más que nunca.

*** Razones para resistir.

*** El narco-régimen agoniza

*** Los venezolanos deben desconocer formalmente al régimen

Una excelente infografía preparada por el Instituto CATO, ver: https://www.elcato.org/venezuela-en-crisis , ofrece algunas de las poderosas razones por las cuales los venezolanos están masivamente en las calles del país y no se van a sus casas, a pesar de la feroz represión de una Fuerza Armada traidora, al mando de Padrino López y Benavides Torres. Los compatriotas quienes de buena fe piden una negociación, a fin de parar la muerte de los manifestantes a manos de la represión chavista, encontrarán en esta infografía datos del mismo ministerio de la salud venezolano que muestran la muerte de 756 parturientas en los hospitales del régimen y de 11500 niños menores de un año en 2016, muertes debidas a carencia de asistencia médica y de la desnutrición imperante. Con una inflación del 700% y un nivel de desempleo de 25%, más un nivel de sub-empleo que debe llegar a un 70%, el país está en una espantosa crisis social. El bolívar se cotiza a 4200 unidades por dólar, lo cual hace la vida imposible para quienes no poseen divisas, ya que todo es importado. Según Venebarómetro solo el 35% de la población hacía tres comidas diarias en Diciembre de 2016 y hoy, cinco meses después, la situación debe ser mucho peor. La razón es que los alimentos importados han bajado a la mitad en apenas tres años, mientras que la importación de petróleo, algo increíble, ha subido a $1500 millones en 2015, hoy debe ser mucho más. Menos del 2% de la población venezolana adquiere hoy la misma cantidad de alimentos que adquiria hace escasos meses. El 78% de los venezolanos ha perdido peso pero un ministro chavista ha tenido el cinismo de decir que ello se debe a que ahora “están mejor alimentados”. En 2016 murieron más de 28000 venezolanos de manera violenta, muchos de ellos a manos de las mismas policías y gente armada del régimen.

Por esas razones y muchas otras que vemos en el país a diario los venezolanos se han ido a las calles a protestar masivamente y en el mundo crece un rechazo universal al narco-régimen. ¿Y qué hace el sátrapa ignorante? Baila incesantemente, insulta mientras puede, viola la constitución al llamar a una Constituyente absurda.  

No hay otro camino que la rebelión ciudadana para los venezolanos, donde quiera que se encuentren. Y la fase final de esa rebelión deberá ser una huelga general indefinida, el desconocimiento total del régimen como gobierno válido. En la Constitución vigente que el sátrapa bailarín ahora quiere cambiar existen artículos que nos empoderan para rebelarnos en contra de un régimen déspota como el actual. La región debe venir en nuestro auxilio y ayudarnos a llevar a los criminales a las cárceles.

Las señales de que el régimen agoniza las estamos viendo a diario. Disensiones importantes en su seno, ventas desesperadas de bonos al 35% de su valor, hipoteca de empresas del estado, cesación de pagos por parte de PDVSA, crímenes financieros que son producto de la desesperación de una pandilla en quiebra. El narco-régimen se desmorona. La muerte en prisión de Manuel Noriega debe haber aterrado a los narcos venezolanos, quienes irán a prisión por sus crímenes, en Venezuela o  en los países que han sido víctimas de sus actividades.  

Hay que resistir, rebelarse pacíficamente, ir a una huelga general indefinida cundo sea el momento preciso. Pero, sobre todo, no abandonar las calles. El país ya le ha dicho al mundo que no acepta más esta pesadilla. Y el mundo está a su lado, con la excepción de algunos países parásitos de un petróleo que ya escasea hasta en el propio país, debido a la ineptitud y corrupción de Chávez, Maduro, Ramírez y Del Pino, los cuatro jinetes de nuestro apocalipsis petrolero.

Venezuela vive hoy un nuevo Carabobo. Ha surgido una Generación del 17 que tendrá tanto peso en nuestra historia como la Generación del 28. Y hoy, como ayer, esta generación trae consigo las semillas de la libertad. De ella y de sus pioneros de 2014 saldrán nuestros líderes ciudadanos del siglo XXI.