Uno piensa en WATERGATE y en
la tragedia venezolana como procesos esencialmente políticos aunque, en
realidad, han sido procesos esencialmente culturales. Lo sucedido en ambos
casos responde a la fisonomía cultural
de los países en los cuales se han desarrollado. A comprenderlo así me han
ayudado no solo las vivencias directas de lo que ha estado sucediendo en
Venezuela sino dos libros espectaculares sobre la calidad de la justicia, de
las instituciones y de la sociedad en Inglaterra y Estados Unidos.
El primero de ellos es “The Lion and the Throne”, la biografía de Sir Edward Cooke, escrita por Catherine Drinker Bowen. Cooke fue el Attorney General (Fiscal General) de la Reina Isabel I, nombrado
en 1594. Cuando él fue a verla le dijo: “Aquí viene a presentarse ante usted su
fiscal qui pro Domina Regina sequitur”.
Y ella le respondió: “Voy a alterar esta forma para que diga: “attornatus generalis qui pro Domina
VERITATE sequitur”, es decir, no el
fiscal de la Reina sino el Fiscal que actúa en nombre de la verdad”. Esta es
una primera característica de la justicia inglesa, aún en el Siglo XVI, que
difiere significativamente de la actitud prevaleciente en la cultura
absolutista que caracterizó por mucho tiempo la monarquía española, de la cual
hemos derivado mucha de nuestra cultura jurídica. Este mismo Edward Cooke fue luego miembro de
la Cámara de los Comunes, durante el reinado de Jaime I, desde la cual lideró
la actividad parlamentaria diseñada para limitar el poder de la monarquía, proceso
en marcha durante los reinados de Isabel I, de Jaime I y, luego, de Carlos I,
desembocando en la ejecución de este rey por decisión del protector Oliver
Cromwell.
El segundo es el no menos
espectacular libro titulado “To Set the Record Straight”, del juez John Sirica,
quien fue el juez federal encargado del juicio de lo que se llamó WATERGATE. Como
se recordará, este proceso comenzó con el juicio a cinco personas acusadas de
entrar de manera ilícita a las oficinas del partido Demócrata situadas en el edificio
WATERGATE de Washington, durante la campaña presidencial que llevó a la
re-elección de Richard Nixon en 1972. Este juicio comenzó como un caso de
crimen común y allí hubiera quedado, si no hubiera sido por la participación
pro-activa del juez Sirica, quien sospechó desde el primer momento que los
criminales guardaban silencio para encubrir a miembros del tren gubernamental
de Nixon. Sirica dice que él era republicano y había votado por Nixon, pero no
podía dejar que el juicio se limitara al castigo de la pandillita, la cual se
había declarado culpable pero guardaba silencio total sobre la identidad de
quienes los habían enviado a delinquir. Por ello, decidió imponerles una
sentencia provisional y les dijo: “Si dentro de tres meses nadie ha querido
hablar, confirmaré esta sentencia”. Durante ese período, uno de ellos, James
McCord, habló. En carta a Sirica acusó a John Dean y a Jeb McGruder, ambos
funcionarios cercanos a Nixon, de haber colaborado en la conspiración de
silencio. De allí en adelante, el proceso fue uno de admirable comportamiento
por parte del sistema judicial estadounidense y de gran coraje cívico por parte
del Attorney General de Nixon, Elliot Richardson y del Fiscal Especial a cargo
de la investigación, Archibald Cox. Al descubrirse la existencia de cintas
grabadas con conversaciones entre Nixon y sus asistentes, el juez Sirica produjo
una Citación (Subpoena) al presidente para que las entregara. Nixon se negó al
principio aduciendo Privilegio Presidencial. Ello llevó a una de las más serias
confrontaciones entre el poder judicial y el poder ejecutivo en la historia del
País. De esa confrontación salió victorioso el poder judicial, pero no antes de
que Cox fuese despedido por Nixon, que Richardson renunciara en solidaridad con
Cox y que Sirica estuviera a punto de citar al presidente Nixon por rebeldía
ante la Corte. A última hora, Nixon, muy debilitado políticamente por la
despedida de Cox y el escándalo de su vicepresidente Spiro Agnew (confeso de
aceptar sobornos durante su etapa como Gobernador de Maryland y en la vicepresidencia)
fue obligado a entregar las cintas y ello finalmente llevó a su salida de la presidencia.
Al leer estos dos libros he
llegado a pensar que las actitudes prevalecientes en el caso WATERGATE en
Estados Unidos tuvieron su raíz histórica en las grandes batallas entre poderes
que se llevó a cabo en la Inglaterra Isabelina, de Jaime y de Carlos I. La Ley anglosajona descansa sobre precedentes
y el Juez Sirica, heredero de Cooke, echó mano del único precedente de Citación
presidencial existente en los Estados Unidos, el hecho por el Juez Marshall al
Presidente Jefferson para que entregase una carta durante el juicio a Aaron
Burr. Sirica se basó en este caso para decidir que el interés público exigía la
entrega de las cintas y que el Presidente Nixon no podía tener la última
palabra sobre cómo aplicar el privilegio presidencial.
Existía, pues, el legado histórico
de un sistema judicial progresivamente independiente a través de los siglos y
de un parlamento cada vez más autónomo. Ambos poderes funcionaron en el caso
WATERGATE y la sociedad estadounidense pudo expulsar a los criminales del poder. En WATERGATE no
se disparó un solo tiro. Ni el secretario de Defensa o al alto mando militar
tuvieron algo que decir. Nadie se presentó en la televisión en ropa de campaña
militar y actitudes gorilescas. Hubo justicia. En ese proceso hubo grandes héroes
en el poder judicial y en el Congreso de los Estados Unidos, así como hubo
grandes villanos en el poder ejecutivo, en manos de gente poco escrupulosa y
decidida a mantenerse en el poder a toda costa.
MADUROGATE ha sido un proceso
dominado por la cultura prevaleciente en nuestros países de raíces ibéricas.
Comienza con la arbitraria imposición hecha por Hugo Chávez de un favorito como
su sucesor. Este favorito, un reposero chofer de autobús, inculto y adoctrinado
por la Cuba Castrista, ni siquiera es Venezolano o, al menos, nunca ha
presentado pruebas válidas de serlo. En una muestra de lo que ha sido una
persistente cobardía cívica de quienes controlan las instituciones venezolanas, el Tribunal
Supremo de Justica ha decidido que un extranjero si puede ser Presidente, contrariando
así lo dispuesto en la Constitución. Por su parte, la oposición organizada en
la MUD nunca le ha pedido a Maduro constancia de su nacionalidad ni siquiera ha
querido hacer de ello una razón para declararlo ilegítimo. Este chofer inculto
y extranjero ganó la presidencia en elecciones fraudulentas rechazadas en
principio por el gobierno de los Estados Unidos, excepto que la oposición decidió
callar por temor al derramamiento de sangre. El silencio de la oposición llevó
a los países de la región a guardar igual silencio. Progresivamente Maduro
violó la Constitución, abusó de la población venezolana, mientras la oposición
mantenía una gran pasividad. Las instituciones del país fueron y han sido
totalmente controladas por el poder ejecutivo. El Tribunal Supremo de Justicia
está al mando de un asesino e integrado por ladrones e incompetentes. El
Consejo Nacional Electoral está integrado por un grupo de harpías y jineteras morales.
La Fuerza Armada, eterna institución parasitaria de Venezuela, apoya con las
armas al régimen y ha sido recompensada con el monopolio del narcotráfico, del
contrabando de gasolina, de la distribución de alimentos con la cual hacen
grandes ganancias y con participación en el saqueo de PDVSA. No se molestado
nunca el sector militar en decir que este régimen es ilegítimo. La Asamblea
Nacional, el último bastión de democracia que quedaba en el país, ha sido remplazado
por la vía de la fuerza bruta por una Asamblea Constituyente abusiva, ilegal,
integrada por 535 malandros y semi-analfabetos, adulantes, ladrones y lavadores
de dinero. Hace cuatro meses estalló una rebelión ciudadana abierta y hace
semanas se llevó a cabo una consulta popular en la cual más de siete millones
de venezolanos apoyaron las tres preguntas de la consulta: 1. Rechazo de la Constituyente;
2. Pedir a la Fuerza Armada que mostrase su apego a la Constitución y 3. Apoyar
la constitución de instituciones paralelas.
¿Qué ha hecho la oposición
con este mandato? Se prepara para participar en unas elecciones regionales bajo
las reglas e instituciones del régimen que han denunciado como corrupto,
abusivo y dictatorial.
Como podrá apreciarse, en
nuestro país no ha funcionado la justicia, no ha prevalecido la autonomía de
las instituciones, no se ha llamado al botón al “presidente” y la oposición, es
decir, el país democrático ha decidido, una vez más, transarse por las buenas
con el régimen e ir a un proceso electoral bajo sus reglas, validando así a un régimen
que ha sido condenado por los venezolanos y que cuenta con un 90% de rechazo
entre la población. El proceso de MADUROGATE no está llevando a la salida del
narco-régimen sino a un acomodo con él. Y
esto es atribuible a lo que yo debo llamar cobardía cívica por parte de nuestro
liderazgo.
Pero, esperemos un momento.
En paralelo con estos acomodos existe en Venezuela una posición valiente. Hay
líderes como Leopoldo López, Antonio Ledezma y María Corina Machado quienes han
decidido actuar en base a sus principios y no en base a sus intereses personales.
Hay una fiscal general quien, de ser cómplice del régimen por años, ha pasado a
ser el único ejemplo de dignidad entre los funcionarios del régimen. Tanto es
así que lo primero que ha hecho la prostituida Asamblea Constituyente es
despedirla, como Nixon despidió a Cox. Cuando Cox fue despedido, su jefe
Richardson renunció. En Venezuela nadie ha renunciado en solidaridad con Ortega
Díaz. El Congreso de USA inició el proceso de “Impeachment” de Nixon. En
Venezuela la oposición ha salido corriendo a inscribir candidatos para las
elecciones regionales. El proceso venezolano ha estado signado por la cobardía
cívica de una porción de la oposición. Como resultado, el pueblo venezolano está
confundido. Paradójicamente, el mundo externo está actuando con mayor decisión
que la oposición interna. 40 países desconocen a la Constituyente, Maduro y sus
malandraje han sido sancionados por el gobierno de los Estados Unidos. Viajar al
exterior para estos malandros se hace cada día más difícil. Sus fortunas mal
habidas depositadas en el exterior son objeto de acciones confiscatorias o de
investigación. En Australia, en Francia, en USA, en Argentina los abuchean y
los estigmatizan. Nadie los quiere.
WATERGATE y MADUROGATE han
sido dos diferentes procesos culturales. Estas diferencias culturales durarán
mientras los venezolanos pensemos que solo se necesita una nueva constitución,
una nueva ley, para resolver nuestros problemas. Por ello tenemos ya 28
constituciones, todas violadas e irrespetadas mientras que no solo los
chavistas sino grupos de la oposición están pidiendo una más.
La solución venezolana solo
puede venir con un cambio significativo de actitudes ciudadanas, de coraje
cívico. Nuestro problema no es genético, no es de cromosomas, es de actitudes.
Excelente escrito Señor. de lo mejor que ha escrito, y eso es ya mucho decir.
ResponderEliminarLuisF
Es muy doloroso que nuestra dirijencia en su mayoría sean unos pillos, ya nuestro libertador lo avizoraba, "América es una región muy difícil de gobernar"
ResponderEliminarTenemos una doble lucha: una contra el gobierno y otra contra el liderazgo traidor, cobarde y colaboracionista de la oposición. Ahora a respaldar a Maria Corina, Ledezma y López como los verdaderos abanderados de la oposición. No Votaremos en las Regionales, debe ser el grito del pueblo. Despedidos por traidores y cobardes Ramos Allup, Borges, Capriles, Rosales, Falcón, Guevara, Primero Justicia, Acción Democrática y demás partiduchos seudo-opositores que atornillan la dictadura con las elecciones regionales.
ResponderEliminarAhora caiganse pa'tras...
ResponderEliminarMaduro, ahora le implora una reunion a Trmp. Y le dice: "Aqui esta mi mano!!!
Cuanta infamia, estos ni verguenza tienen, ni amor propio, ni la mas minima decencia y dignidad. Despues de tantas ofendas, difamaciones, acusaciones, embustes, descalificaciones e improperios, insultos de llamarle dictador, y de todo los desmadres a voz de cuello.
Ahora se hinca de rodillas ante, el "pelucon" como irrespetupsamente llama a un jefe de estado. Jalabolas sin permiso!!!
No sera que de repente lame sus botas, para que le dejen sacar los reales robados, decomisos de cuentas bancarias etc.???
Mama, que sera lo que quiere el negrooooo!!!
Muy buen artículo Coronel, es triste ver como el poder corrompe, como los traidores se venden por un pedacito de espacio en la chica corrupta sociedad chavista. No hay mal que dure cien
ResponderEliminaraños ni cuerpo que lo resista pronto va caer ese régimen corrupto, narcos, pandilleros,mafias ,oportunistas que no tienen ni un mínimo amor por su patria sino por su bolsillo y conveniencia. El poder ciega, envenena mata y devuelve con el tiempo el mismo veneno...
No entiendo como la MUD declara su participación a las regionales, haciendo ante el mismísimo CNE que habían venido denuncian de fraudulento; que desconcierta y alarma a la comunidad internacional la cual
ResponderEliminarse vio obligada, ante el descaro de tomar medidas, retirar embajadores y asumir que en Venezuela se estableció una "dictadura" de pretensiones totalitarias,que estaba siendo legitimada por quienes se calificaban de victima ( Síndrome de Estocolmo?,¿ Falta de seriedad?,o acarician pretensiones presidenciales, sin importarle al ciudadano de a pie!