En un grupo de buenos amigos con
quienes me reúno frecuentemente para conversar sobre Venezuela se ha planteado
en muchas ocasiones, directa o indirectamente, el tema de la relación entre
política y ética. Tiene que ver con los pros y contras de invocar la ética, la moral, en asuntos de tipo político,
dado que el mundo de los valores presenta
variaciones entre los miembros de una sociedad. Hay quienes argumentan que, por
ello, es mejor no tratar de juzgar a
otros sobre las bases de nuestras propias creencias, como si ellas fueran las
únicas verdaderas. Según esta perspectiva catalogar de colaboracionistas del
narco-régimen venezolano a quienes irían a participar como candidatos de “oposición”
a las elecciones convocadas por la Asamblea Nacional Constituyente sería
injusto.
Yo he estado diciendo en ese grupo que en la
MUD hay colaboracionistas, oportunistas y manipuladores, gente que está
tratando de llegar a un arreglo con el narco-régimen para compartir el
poder. Entre ellos menciono a Henri Falcón, a Manuel Rosales, a Henry
Ramos Allup y a Timoteo Zambrano, entre otros líderes de la oposición. También
he criticado a Julio Borges y a Luis Florido por estar todavía sentados en la
mesa con los criminales del régimen chavista.
Quienes discrepan de estos
señalamientos opinan que esta gente no debe ser estigmatizada por utilizar diferentes
“estrategias” políticas para lograr objetivos “similares” a los que yo desearía,
básicamente desplazar al narco-régimen del poder. Rechazan mi opinión sobre estas personas, a
quienes ellos definen como miembros de nuestro equipo. Es preciso, añaden,
mantener el sagrado principio de la unidad.
Sin embargo, hay filósofos
morales como el profesor de Harvard, Michael Sandel, quienes dicen que no es
posible decidir asuntos sobre justicia sin resolver, al mismo tiempo, asuntos
fundamentales de ética individual y pública. Sandel añade algo importante: “y
si ello fuera posible, no sería deseable”. Ver “Justice”, de Michael Sandels,
2010, página 251.
Más allá de lo que piensen otros,
sin embargo, cada uno de nosotros está esencialmente solo con su conciencia a
la hora de tomar posición sobre asuntos de ética y de política. Al final de
cuenta somos producto de nuestra educación en el hogar, en la escuela, de la
influencia rectora de padres, maestros y amigos y de nuestras creencias
religiosas, si alguna.
Mi postura personal es de decidido
enfrentamiento en contra de la deshonestidad, de la mentira y del abuso de
poder que ejercen los desalmados chavistas en contra de sus víctimas. Detesto
ver que hay quienes están dispuestos a coexistir pacíficamente con ellos y a
hacerle concesiones que, en mi opinión, entran en el campo de la complicidad. Mi
postura está basada en principios y valores que considero universales, que no pueden
ser objeto de relatividad. En la política venezolana advierto mucho intento de
desdoblamiento, de separar la vida personal de la actuación pública. Y ello no
es posible, la persona no puede desdoblarse y vivir una vida moral como ser
privado y una vida carente de valores como ser público.
Los principios y valores
universales que no deben ser objeto de negociación ni de tolerancia tienen,
casi todos, que ver con la tradición religiosa Judea-cristiana sobre el respeto
a la vida, a la dignidad humana, a la libertad, a la protección contra el
hambre y las enfermedades, al no le hagas
a otros lo que no quieras que te hagan a ti, a la justicia. Estos principios y valores han sido
incorporados en constituciones, en declaraciones sobre derechos humanos y han sido aprobados por casi todos los países del planeta.
En ninguna religión o sistema de valores se consagra el asesinato, el narcotráfico,
la corrupción en la función pública, el abuso de poder, el sadismo y la
mentira. Nada que vaya en contra de la
integridad física o espiritual del ser humano debería ser aceptable.
Debemos insurgir en contra de
regímenes políticos que pretendan quedarse indefinidamente en el poder, que
roben las riquezas de la nación, que sometan al pueblo a inaceptables
humillaciones, que pretendan actuar en nombre de la Nación cuando – en realidad
– actúan para llenarse los bolsillos de dinero mal habido y para ejercer su
sádico deseo de poder. Este es el caso del narco-chavismo que nos asfixia. Quien
pretenda colaborar con un régimen que siga este curso de acción es entreguista.
Este es el caso de quienes se ponen de espaldas al pueblo para tratar de
sobrevivir políticamente, sacrificando principios y valores que les deberían
ser sagrados.
Estamos en medio del huracán. Hay que actuar en base a los principios. Que cada quien se
pronuncie. Que nadie quede en silencio frente a la tragedia venezolana.
No al diálogo con criminales. No
a las elecciones ilegalmente convocadas. No a la coexistencia pacífica con el
narco-régimen.
A sus amigos les conviene ver "The darkest hour", que narra el ascenso de Churchill al cargo de Primer Ministro. A ver si se ilustran acerca del modo de actuar frente a tiranos.
ResponderEliminarLo apoyo totalmente Don Gustavo. A esos inmorales, ni agua.
ResponderEliminarOtro exiliado mas
Cero negociacion con esos criminales. Solo se les acepta una redicion total e incondicional. No se les puede dar ningun privilegio.
ResponderEliminarBastante que han jodido a 30 millones de habitantes con sus muy mal-intencionadas politicas.
Luego, se les debe juzgar civilizadamente por sus faltas sin ningun tipo de consideracion, otra que la que se les debe dar a un prisionero en un pais civilizado.
Ciertamente la circunstancia política de sectores democráticos no está en su mejor momento. Sin embargo hoy, más que en ningún otro tiempo, urge la unidad como respuesta frente a tantos desatinos gubernativos. Sí los mejores técnicos y profesionales del país están en la MUD, ¿cómo es que no hubo un mensaje formal de la unidad democrática a final del año para revelar la desastrosa gestión de gobierno durante el 2017 e informar sobre la realidad en ámbitos de salud, energía, educación, economía, alimentación, seguridad e infraestructura en general? Ese dictamen era imprescindible pues además de orientar, hubiese tenido efecto político lícito para desnudar la farsa socialista.
ResponderEliminarBravo Gustavo! Completamente de acuerdo con tu planteamiento! Ojalá la mayoría de los venezolanos pensaramos así, pues de serlo así, ya la tiranía sería historia...
ResponderEliminarlad "MUD" (barro en ingles) es tan mala como el programa "clap" (gonorrea en ingles)
ResponderEliminarCuando será que la oposición se agrupe bajo un liderazgo serio y unido? Hemos pasado por por la Coordinadora Democrática que fracasó rotundamente ante su cómoda posición al dejar al vendido de Carter ser el interlocutor en ése momento, y ahora con una MUD que no da pie con bola y en algunos casos actúan sospechosamente como idiotas ante las trampas que les monta el régimen cubano-chaburro.
ResponderEliminarDiálogos en RD? Quien puede pensar que éstos malandros, ladrones y narcos del régimen pueden negociar con algo de credibilidad!
No hay por parte de la MUD un plan inteligente o creíble; sólo reaccionan ante las pistoladas y trampas que les montan!
👏👏👏👏👏👏👏👏👏👏👏👏👏👏
ResponderEliminarCon malandros NO se negocia.
ResponderEliminarchavistas, vayanse iendo rapidito; el cuello no reto~a.
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