Vi llegar el tres de Enero pasado con mucha alegría. Ese día se cumplieron
sesenta años de mi matrimonio con Marianela. El día anterior encargué una
docena de rosas para serle entregada al día siguiente. Seis rosas rojas y seis
rojas amarillas. Quise enviar un mensaje de amor, las rosas rojas, y de
amistad, las rosas amarillas. Porque nuestro matrimonio ha corroborado lo que
es ya bien sabido. Los matrimonios que duran son aquellos que combinan el amor
con la amistad.
En una crónica anterior dije que la clave de nuestra felicidad conyugal
había sido convertir nuestra vida juntos en un torneo de pequeñas y grandes
cortesías, de compartir nuestro viaje maravillándonos de las bellezas del paisaje y enfrentando
siempre juntos sus momentos difíciles. No es posible sobre estimar la
importancia de un abrazo, de lavar los platos juntos, de tender la cama, de comprar
algo para nuestra pareja que, aún sin mucho valor monetario, tenga el valor de “habernos acordado”, esos pequeños y grandes gestos de amor, de amistad y
solidaridad.
Eso es esencial pero hay otros componentes de la felicidad conyugal,
comenzando con la selección de la pareja.
Aunque se dice que la elección de una buena pareja tiene mucho de azar, de
buena suerte, creo que el proceso de
selección tiene un importante componente racional. Así no los dice Hilda
Ochoa-Brillembourg en su libro “Delivering Alpha”, el cual versa sobre el mundo
de las finanzas, pero cuyos conceptos fundamentales aplican también a nuestras
relaciones humanas. Ella dice en su libro que “Precio no es Valor”, cuando
habla de lo que significa una buena
inversión. Es decir, no solo el precio importa sino también es fundamental el
encaje armonioso de la adquisición con nuestra existente cartera de activos. En
el plano humano, lo interpreto como la importancia que tienen las afinidades
entre la pareja como ingrediente fundamental de una buena “adquisición” matrimonial.
En mi caso particular recuerdo que mi proceso de selección comenzó por la
madre de la joven. Su carácter, su apariencia, su manera de ser. Llegué a
pensar que sería agradable envejecer con la hija, si resultara igual a su mamá.
Y realmente así ha sido. Hoy me parece ver a su mamá en ella, tanto en lo
físico como en su personalidad.
El proceso continuó con una evaluación del tiempo que pasábamos juntos, más
allá de los momentos del enamoramiento. Tenía que ver con la naturaleza de nuestras
conversaciones y, más importante aún, de nuestros silencios. Realmente disfrutaba de su compañía y de
conversar con ella sobre temas diversos, o, simplemente de estar juntos, aunque
no tuviéramos nada que decirnos.
Otro factor importante fue ver que ella era muy trabajadora y muy responsable.
Cuando la conocí ya trabajaba para la empresa Shell, la misma que me dio una
beca y un empleo por 20 años. Compartíamos valores muy similares de clase media
trabajadora, con deseos de superación.
Realmente, cuando echo la mirada atrás, veo que aunque el factor azar/suerte
no puede jamás descartarse al hablar de matrimonio, el nuestro fue el resultado
de un proceso predominantemente racional, un ejercicio de prospectiva que se ha
cumplido de manera casi exacta al pronóstico. Nuestro amor coexiste hoy con una
sólida amistad, una combinación cuya
fuerza es prácticamente imposible de romper.
El viaje ha tenido algunas tormentas
pero siempre estuvimos seguros de que el sol brillaría de nuevo.
Desde mi ventana contemplo la nieve en los árboles y las calles pero no me llega el frío gris del invierno pues estoy en el hogar, reconfortado por su tibieza.
Hermano querido, mis mas sinceras felicitacione para ti y Marianela, que sigan pasando muchos mas años de felicidad juntos.
ResponderEliminarBueno, en mi caso tengo más de 40 años casado y comparto mucho de lo que dice. Medio en broma y más en serio, excepto por la parte de la suegra. Muy distinta a la hija. Mejor el suegro
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ResponderEliminarMis queridos y apreciados amigos,
Felicitaciones! Muchos cariños y Bendiciones!
Congratulations, and many thanks for the work you put into your blog. Hoping you have not forgotten that you intended to write about your recent near death experience. I can not expect to be far away from that, so very interested in what you have to say.
ResponderEliminarAhora los matrimonios se disuelven por poca comunicación y el bendito internet que hace que las parejas estén viendo las pantallitas en vez de estar acompañándose mutuamente. Me pasó con una ex que lo que hacía era ver el celular en vez de andar viviendo. Bien por tí, Gustavo y por su Señora. Abrazo caluroso.
ResponderEliminarMucha felicidad
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ResponderEliminarMis sinceras felicitaciones por ese fantastico logro de vida y muchas bendiciones para ambos Dr. Coronel.
ResponderEliminarCon nuestra gran estima y aprecio de siempre.