ALFREDO CORONIL HARTMANN DEBE SER LIBERADO POR EL REGIMEN CASTRO-CHAVISTA
Una de las características más atractivas de la personalidad del venezolano
es su cordialidad. Es casi siempre lo primero que mencionan quienes llegaron a
nuestra patria huyendo de las privaciones en sus países y fueron recibidos con
afecto y calidez humana. Muchos de quienes llegaron atraídos por la prosperidad
económica del país durante buena parte del siglo XX terminaron por apreciar más
nuestra naturaleza igualitaria, nuestra informalidad y sentido de la amistad
que los aspectos materiales.
Hay, sin embargo, una deformación de esa mansa y cordial naturaleza que nos
ha hecho mucho daño. Tiene que ver con nuestra acentuada propensión a perdonar,
apelando a una falsa solidaridad, errores
que no deben ser perdonados, a olvidar o quitarle importancia a las injurias y
a los ataques recibidos. Esta propensión a poner la otra mejilla ha sido tan
admirable en su versión correcta como dañina a la Nación, en su versión deformada causada por falsos sentidos de solidaridad o de grandeza.
En el plano político la perversión de estas cualidades ya nos ha causado
graves problemas. Hay, al menos, tres ejemplos que pueden ilustrarla.
1. Uno de ellos se refiere a la sumisa admiración, rayana en el masoquismo, que
compatriotas, aún aquellos de buenas credenciales intelectuales, han sentido
por el castrismo cubano. Todavía circula en Internet con cierta frecuencia la
carta de bienvenida a Fidel Castro que unos 900 intelectuales, artistas y políticos
venezolanos publicaran en El Nacional y en 2001 con motivo de su asistencia a
la inauguración del presidente Carlos Andrés Pérez en 1989. Ver: http://www.venezuelavetada.com/2011/04/manifiesto-de-bienvenida-fidel-castro.html. Hasta tres sacerdotes firmaron esa carta, de empalagosa admiración por quien
había sido un dictador cruel e implacable, autor de muertes, torturas y persecución
de miles de cubanos y promotor de guerras e invasiones a países democráticos, incluyendo
a Venezuela. Esa carta también fue firmada por muchas personas de gran bondad, por
médicos y poetas quienes no matarían ni una mosca, en nombre de la amistad y la
hospitalidad que han sido característica de los venezolanos. La carta decía: “queremos expresarle públicamente nuestro
respeto hacia lo que usted [Fidel Castro], como conductor fundamental de la
Revolución Cubana, ha logrado en favor de la dignidad de su pueblo…sólo la
ceguera ideológica puede negar el lugar que ocupa el proceso que usted
representa en la historia de la liberación de nuestros pueblos”. Lo saludaban después de: “su
victoria ejemplar sobre la tiranía, la corrupción y el vasallaje”, tres
características que, paradójicamente, el régimen cubano de los hermanos Castro
ha exhibido en grado superlativo durante más de 60 años. La carta terminaba
diciendo: “afirmamos que Fidel Castro… continúa
siendo una entrañable referencia en lo hondo de nuestra esperanza… “. Como dirían los cubanos: que clase esperanza, caballeros.
2.
Otro ejemplo podemos encontrarlo en la campaña que
nuestros líderes democráticos y venezolanos de gran influencia en la opinión
pública llevaron a cabo para ver libre a Hugo Chávez después de su fracasado
golpe militar de 1992, acto que representó un ataque al gobierno democrático de
Carlos Andrés Pérez y una traición de sus protagonistas al juramento militar de
defender la constitución. Desde el primer momento aquella insurgencia en contra
de la democracia fue vista con tolerancia por destacados líderes políticos
venezolanos. Después de la derrota de los golpistas solo 30 de ellos, un 10% de
los de los militares involucrados, fueron enviados a prisión. El presidente Carlos
Andrés Pérez ordenó la libertad de los alzados de menor jerarquía y muchos
fueron reinsertados a las filas de la Fuerza Armada. En esa misma fecha se
comenzó a proponer en la prensa una amplia amnistía a favor de los implicados
en el alzamiento militar y el 30 de marzo se presentó al Congreso Nacional un
proyecto de ley de amnistía. Tres días más, el 2 de abril, se produjo una
“marcha del silencio” exigiendo la libertad de los insurgentes. El 27 de abril
el ministro de la Defensa Ochoa Antich visitó a los líderes del golpe y les
prometió abogar por su libertad, "siempre y cuando demostraran un sincero
arrepentimiento por sus acciones en contra de la institucionalidad”. Ver: https://www.globovision.com/article/andres-velasquez-fermin-y-alvarez-paz-pidieron-en-1993-liberar-a-hugo-chavez.
En https://www.researchgate.net/publication/317804492_Rafael_Caldera_1916-2016_Una_biografia_Capitulo_de_la_obra_colectiva_RAFAEL_CALDERA_Estadista_y_Pacificador_Centenario_de_su_Nacimiento_Compilacion_y_prologo_de_R_Arraiz_Lucca_UNIMET_2016 se argumenta que
todo el mundo
solicitaba la libertad de Hugo
Chávez, incluyendo al expresidente Luis Herrera Campins, el partido “Causa R”,
Freddy Muñoz, Jorge Olavarría, el Cardenal Lebrún, Américo Martín y Claudio
Fermín, quien pidió total amnistía para los golpistas. Había una
amplia corriente de opinión a favor de la liberación de los pocos que no habían
sido ya liberados por CAP. De allí que el Presidente Caldera decretase el
sobreseimiento de la causa en su contra y hasta les ofreciera empleos. Se dice
en la publicación arriba citada “El
Presidente Caldera no fue el artífice de su elección, ni votó por él. Chávez no
llegó al gobierno por su causa. Así lo dijo a una ciudadana que a la entrada de
una clínica, pretendió enrostrarle la culpa de que Chávez fuese presidente. Le
respondió sencillamente: ¿Por qué?, si yo no voté por él”.
Sin duda alguna Caldera no fue el único responsable por
la libertad del golpista pero si tuvo en sus manos la decisión. Su compañero de
partido por muchos años, Hilarión Cardozo, expresó la idea que los animaba: “La
fuerza de la democracia no estriba en mantener en la cárcel a quienes no creen
en ella, sino en atraerlos a la vida democrática”. Algo similar expresó
Oswaldo Álvarez Paz en carta publicada en El Nacional: “no tengo dudas en cuanto a la rectitud de propósitos que los animó a la
aventura del 4-F…. las puertas de la prisión se abrirán para dar rienda suelta
a los sueños e ilusiones que los alimentan”.
Fueron
pocos quienes advirtieron en contra de la conchupancia, entre otros, Luis Piñerúa Ordaz quien criticó “premiar con la impunidad ese crimen
de lesa democracia” y Alfredo Coronil Hartmann, quien acaba de ser apresado por los buitres del chavismo.
3. Hoy
se nos presenta otro ejemplo de esa falsa actitud de solidaridad en la actitud
de un grupo de venezolanos que se han dedicado a negociar con Nicolás Maduro y
han terminado de servirle de comparsa indigna. Este grupo integra una especie
de versión criolla de un “gobierno de Vichy”, aquel gobierno títere de los
nazis durante la segunda guerra mundial, liderado por el general Phillipe
Petain y el Primer Ministro Pierre Laval (fusilado).
Este grupo de
colaboracionistas criollos aparece en fotos sonriendo y estrechando la mano del
payaso asesino. Pretenden jugar un papel importante en lo que llaman un
gobierno de transición, una mezcla de arroz con mango diseñada para alimentar
la impunidad, el cual estaría integrado por chavistas, maduristas y por
miembros del sumiso grupo. Entre ellos están Claudio Fermín (¡que
resistencia!), Henri Falcón, Felipe Mujica, Timoteo Zambrano,un predicador cuyo nombre siempre olvido
y algunos otros en la periferia, quienes
sirven de voceros del diálogo y promueven abiertamente las elecciones
controladas por Maduro y otras
indecencias.
Es deprimente
observar como los sinceros e insinceros llamados a la fraternidad, a la
solidaridad, al perdón, invariablemente nos han conducido al desastre.
Venezuela es hoy una colonia cubana, en gran parte debido a la adoración que el
liderazgo político venezolano,
incluyendo el democrático (CAP) ha tenido por los Castro. La liberación de Hugo
Chávez fue un grave error ético y político, así como fue la posterior firma de
cheques en blanco que muchos venezolanos le dieron a sus primeros abusos de
poder, incluyendo la Constituyente, la eliminación del Congreso, el asalto a
PDVSA, la prostitución de la Corte Suprema de justicia y la invasión y exterminación
progresiva de PDVSA. Es indudable que la cobardía y el oportunismo jugaron un
importante papel en la desintegración de nuestras instituciones llevada a cabo
por Chávez desde 1999 en adelante.
NOTA
Es importante
recalcar que no considero que todos los afectados por este síndrome de la falsa
solidaridad sean gente torva. Muchos buenos venezolanos han pecado de ingenuos
y, lo que es peor, siguen pecando. Otros no son bien intencionados y claramente
practican la falsa solidaridad para beneficio personal. Esos son de los peores
enemigos de nuestra sociedad.
Es un verdadero abuso y falta de decencia el mantener presos políticos y en especial el caso de Coronil Hartmann.
ResponderEliminarEn lo que se refiere a Caldera, él ha sido el principal culpable de la tragedia venezolana al haber sobreseído la causa de Chávez. Caldera fue un egocéntrico de lo último. Claro, muchos venezolanos votaron por Chávez buscando una mejoría que Hugo prometía. Basura!
"En lo que se refiere a Caldera, él ha sido el principal culpable de la tragedia venezolana al haber sobreseído la causa de Chávez"
ResponderEliminarEl 4F92 quién iba a presidir la Junta de Cívico Militar de Gobierno era Rafael Caldera, seguido por Arturo Uslar Pietri y en la parte militar el Señor Ochoa Antich.
Ramos "D'agostino" Allup y Luis Enrique Oberto tenían garantizados sus negociados y contratos de obras, por eso torpedeaban a Carlos Andrés Pérez, quien estaba literalmente tras las líneas enemigas. Así como David Morales Bello en su día, no entiendo cómo carajos CAP pudo poner de fiscal general a esa rata inmunda que en vida se llamó Ramón Escovar Salom. La decisión de ponerlo allí hundió a Venezuela para siempre.
Toda la historia está contada acá:
https://www.youtube.com/watch?v=zRKlLtsyA6M