*** con algunas referencias al Bhagavad Gita, Don Quijote y Emmanuel Kant
Caballo Viejo es, quizás, El Rubaiyat llanero
El Bhagavad Gita, escrito Hace unos 2200 años, llama al ser humano a
cumplir con su deber, cumplimiento que no debe estar atado a expectativas de
recompensa. Dice: “No te Apegues a los
beneficios de tu acción… actúa sin pensar que eres tú quien toma la acción”. Mucho después Emmanuel
Kant envía un similar mensaje en su imperativo categórico: “Obra como si la máxima de
tu acción pudiera convertirse en una ley universal de la naturaleza”, es decir, haz lo que debes hacer aun cuando fueses el único en hacerlo.
Poetas como Omar Khayyam
han tomado adoptado una postura filosófica diferente. “El Rubaiyat” habla de
la brevedad de nuestra existencia y de la necesidad de aprovechar al máximo el
presente. La suya es una desgarrada canción de desesperanza:
“Por qué he venido al mundo
¿Quién responde?
Agua que corre ciega hacia la Mar
Como el agua y el viento que no saben
Por qué corren y soplan y se van”.
Para Khayyam solo el
presente cuenta. Para cada uno de nosotros el pasado se fue y el futuro no
existe.
Poetas y filósofos
nos hablan del papel del ser humano, unos – como Kant - promoviendo el sacrificio y el desprendimiento,
otros - como Khayyam - el goce
de la vida terrenal.
En una vena similar a Khayam los poetas
líricos ingleses como Andrew Marvell o Robert Herrick escribieron sobre el amor
en la tercera edad. Marvell le advertía
a su amada:
“Detrás
de mi oigo sin descanso
Llegar del tiempo la carroza alada…
Y ya que no podemos detener el sol,
Forcémoslo a correr, señora…:.
Nuestro filósofo
llanero, Simón Díaz, escribió un elocuente manifiesto a favor de los derechos de
los viejos a enamorarse. Son millones las personas que se han deleitado
bailando al ritmo de Caballo Viejo pero relativamente pocos quienes se han detenido
a reflexionar sobre la posible naturaleza de su mensaje:
Esto es lo que nos dice Simón:
CABALLO VIEJO
Cuando el amor llega así de esta manera
Uno no se da ni cuenta
El carautal reverdece, el guamachito florece
Y la soga se revienta
Caballo le dan sabana porque está viejo y cansao
Pero no se dan ni cuenta que un corazón amarrao
Cuando le sueltan las riendas
Es caballo desbocao….
Pero no se dan ni cuenta que un corazón amarrao
Cuando le sueltan las riendas
Es caballo desbocao….
El mensaje primario de Simón Díaz es un llamado a vivir apasionadamente hasta el final. Puede leerse no solo como una apología de la pasión sexual tardía, la cual generalmente termina mal ya que la “potranca” suele estar más interesada en los ahorros del caballo viejo que en sus besos, sino posible de leer en un sentido más amplio, el cual no habla necesariamente de una potranca de carne y hueso sino de una causa. Así entendido Don Quijote es, quizás, el primer caballo viejo y sus batallas contra molinos de viento y ogros son la expresión sublimada de su pasión por Dulcinea, una pasión de anciano caballero, batallador hasta el final.
Las causas, ya sean
literarias, de activismo social o de descubrimientos científicos son, en esta
lectura, las potrancas con las cuales sueña el caballo viejo, quien se resiste
a irse difuminando lentamente, como aquellos viejos soldados de quienes habló
Douglas MacArthur en su discurso de despedida en el Congreso de los Estados
Unidos. El caballo viejo atiende al llamado de Dylan Thomas, protesta ante la
extinción de la luz y no se va “tranquilo hacia la buena noche”, prefiriendo
terminar su vida en la batalla.
Así lo canta Alfred Tennyson en “Ulises” (mi traducción):
La vejez tiene su honor y sus tareas
La muerte cierra todo pero antes del final
Hay nobles trabajos que son aun posibles
Y propios para hombres que compartieron esfuerzos con los
dioses….
Vengan amigos
Nunca es tarde
para buscar un nuevo mundo….
Es mucho lo que
nos han quitado pero mucho lo que queda
Aunque ya no tenemos la fuerza de antaño
Que solía mover
tierra y cielo, somos lo que somos,
Corazones heroicos
debilitados por el tiempo
Fortificados por la voluntad
Para seguir luchando,
buscando y encontrando, sin rendirnos
Tennyson hubiese estado de acuerdo con el mensaje de
nuestro filósofo y poeta Simón Díaz:
Caballo Viejo no puede
Perder la flor
que le dan
Porque después
de esta vida
No hay otra
oportunidad.
Bello escrito, Gustavo. Te dejo un poema sueco, maravilloso.
ResponderEliminarLA CARTA DE LA NIEVE
Una carta te envío ahora,
hermana en la baranda azul,
una carta escrita con nieve
en respuesta a tus preguntas.
Un caballo y un jinete de nieve
la llevarán hasta tu puerta.
Es verdad que la llanura es dolorosamente libre
y su severo rey es el silencio.
Dadme una montaña y un eco, pide la voz.
Un horizonte suave los ojos demandan a menudo.
Con todo, tu inquietud es demasiado grande, hermana:
pueden alzarse torres de pájaros en estas campiñas,
y palomas blancas atravesar la neblina nocturna,
los recuerdos construir sus cuevas,
y los sueños encender sus lámparas.
Es verdad lo que preguntas sobre el viento.
A menudo fuimos inducidos a salir por descuido:
alguien oyó pasos; alguien, voces.
Siempre fue el mismo viento filoso
entremezclando nieve con nieve.
Por eso el día puede hacerse largo, pero quienes esperan
comparten su espera.
Los que están despiertos comparten su vigilia
y los que duermen se dan cita en los sueños.
Por supuesto que hay calor entre nosotros,
aunque hayamos sido hechos de nieve;
un fuego hacia el que tendemos las manos,
aunque no arda con llamas.
Quienes tan largamente vivimos bajo bóvedas de escarcha,
podemos ser alzados de repente como por una ola,
podemos ser atravesados por un amor desconocido,
un himno inmenso que los frágiles tubos del órgano
de la sangre nunca nos hizo oír.
Una carta te escribo,
hermana en la baranda azul,
un mensaje de que habré de quedarme
y quizá nunca volveré.
He tomado un vino de nieve,
amo a una mujer de nieve.
De nieve es el jinete, de nieve el caballo
que esta carta lleva ahora hasta tu puerta.
Werner Aspenstrom (1918-1997)