Hace unas semanas me llegó un documento
que he disfrutado profundamente, sobre todo porque ha llegado en momentos de
terrible soledad y desesperanza. Se trata de una larga entrevista hecha a José
Ignacio Cabrujas en 1987 por un grupo de redactores de la revista Estado
y Reforma. Leer esta extensa entrevista de 26 páginas es como encontrarnos
con un bello oasis, lleno de frescura y verdor, en la mitad del desierto. Que
delicia poder recordar que no hace mucho tiempo Venezuela tuvo un ciudadano tan
brillante como Cabrujas, capaz de analizar con elegancia, sentido del humor y
claridad de cristal lo que era Venezuela. Leyendo esta entrevista me doy cuenta
de que, ya para ese momento, en el cual era presidente el Dr. Jaime Lusinchi,
la sociedad venezolana estaba preparándose para su futura desintegración
espiritual, económica y política, la cual llegaría de las manos del paracaidista
de Barinas.
La entrevista tiene el título: “El Estado del
Disimulo” y puede leerse en su totalidad en este link: https://politikaucab.files.wordpress.com/2014/10/cabrujas-1987-el-estado-del-disimulo.pdf
Estos son algunos de sus tesoros:
JIC: “Venezuela es un país provisional.
La sensación que uno tiene cuando viaja al Perú o a México y observa las
edificaciones coloniales, –palacios de gobierno, cuarteles, catedrales,
inquisiciones, es decir, las formas arquitectónicas del Estado–, es de
permanencia y solidez… Quien hizo la Catedral de México, además de edificar un
concepto, pretendió exactamente levantar un templo perdurable y asombroso. Por
el contrario, cuando uno entra en la Catedral de Caracas, termina por entender
donde vive. La Catedral de Caracas es un parecido, un lugar grande,
relativamente grande, todo lo grande que podría ser en Venezuela un lugar
religioso, pero al mismo tiempo se trata de una edificación provisional que
forma parte del “más o menos” nacional. Uno siente ese “más o menos” en la
artesanía de los racimos de uvas, corderos pascuales, triángulos teologales o
sandalias de pastores. Uno comprende que alguien levantó esa catedral “mientras
tanto y por si acaso”.
Cabrujas comparte esta calificación de
Venezuela como estado provisional con algunos otros intelectuales venezolanos,
en especial Arturo Uslar Pietri, quien habló con frecuencia de nuestro bajo
sentido de identidad nacional. De acuerdo a esta manera de ver al país
Venezuela ha sido un campamento minero, un lugar donde se está de paso.
JIC: “Quién
sabe si al campamento le sucedió lo que suele ocurrirle a los campamentos: se
transformó en un hotel…. cuando me alojo en un hotel no pretendo transformar
sus instalaciones, ni mejorarlas, ni adaptarlas a mis deseos. Simplemente las
uso. No vivo en un lugar, me limito a utilizar un lugar…Este es su hotel,
disfrútelo y trate de echar la menos vaina posible”, podría ser la forma más
sincera de redactar el primer párrafo de la Constitución Nacional”.
Ese atisbo apunta a nuestra carencia de
sentido de pertenencia. Estamos viviendo en un hotel, no en un hogar. En
algunos momentos de nuestra historia el hotel ha sido magnífico, en muchos
otros momentos ha sido desastroso. Los huéspedes lo han disfrutado o han
sufrido al vivir allí pero pocos piensan en el como un hogar, es un sitio
arrendado.
JIC:
“redactar una Constitución fue siempre en Venezuela un ejercicio retórico,
destinado a disimular las criadillas del gobernante. En lugar de escribir “me
da la gana”, que era lo real, el legislador por orden del déspota, escribió
siempre “en nombre del bien común” y demás afrancesamientos por el estilo. El
resultado es que durante siglos nos hemos acostumbrado a percibir que las leyes
no tienen nada que ver con la vida”.
Hemos estado viviendo una mentira, aceptada
en silencio por todos. Es mucha la gente poca educada que ni siquiera se ha
dado cuenta de la brecha insalvable que existe entre nuestra realidad y las constituciones.
Tomemos, por ejemplo, la actual constitución, la de Chávez en 1999. Son 350
artículos extremadamente prescriptivos, en los cuales el estado “garantiza” a los venezolanos lo que nunca ha
garantizado, porque no sabe cómo hacerlo, ni tiene los recursos ni las políticas
adecuadas para hacerlo. Habla de garantizar a
todos los venezolanos una alimentación sana, transporte adecuado, seguridad
social, educación de calidad, igualdad de tratamiento ante la ley, honestidad
en la función pública. Y esta es una mentira que nadie denuncia, en la cual
todos viven inmersos.
Hablando sobre la tendencia igualitaria
del venezolano, Cabrujas sugiere que es una igualación hacia abajo, no hacia
arriba, mediante la cual para los venezolanos no existen los González sino los
Gonzalitos.
JIC: “la
boleta que el fiscal te debe entregar de acuerdo a las disposiciones del
tránsito es en el fondo una agresión personal. No es que tú faltaste. Es que tú
le caíste mal al fiscal. Es que el fiscal es un antipático, un desgraciado, que
ese día se levantó de mal humor porque anoche quién sabe lo que comió ese
muérgano que la pagó conmigo. De ahí que la corrupción sea un establo habitual,
yo diría que normal, en ese inmenso tejido de situaciones cotidianas donde
necesitamos dialogar con el Estado convertido en fiscal de tránsito, o en
escribiente de tribunal, o en secretario de notaría, o en enfermera de los
Seguros Sociales. Los procedimientos no persiguen en este país aligerar los
procesos. Por el contrario: casi siempre se trata de verdaderos obstáculos que
no tienen nada que ver con mi vida. El funcionario es mi enemigo cuando se pone
pesado, es decir, cuando cumple con las normas… Por eso, en Venezuela, todo
funcionario público o es un delincuente o es un antipático”.
Lo que hubiera podido ser, en una
versión positiva, un acentuado sentido de solidaridad, se convierte en complicidad,
en la pretensión de que todos somos igualmente astutos y aprovechadores. Lusinchi decía : “Tu a mí no me jodes”.
JIC: “Casi todos nuestros compatriotas
piensan “honestamente” que el Presidente, sea quien sea, llámese como se llame,
es un ladrón. O es más o menos un ladrón. Si un hombre llega a Miraflores, es
necesariamente “lógico” que se dedique a robar. Si no lo hace, pertenece a la
categoría de los “inexistentes”, al limbo del 10 “paradigma”. Desde luego, no
nos gusta que el Presidente robe. No nos gusta. Lo damos por hecho. Puede ser
que nos quejemos amargamente de la corrupción gubernamental, de tal o cual
pillo que se robe un dinero, pero la damos por hecho. “Todos los políticos son
unos bandidos”. “Todos los políticos son unos corruptos”. “Todos los políticos
son unos ladrones”. Eso es lo que realmente pensamos. El corrupto no es un ser
excepcional. El corrupto es un ser lógico, sostenido por una relación de causa
y efecto. El corrupto es “la norma”. El hombre honesto o es un pendejo o es
simplemente una excepción lujosa.
La razón subyacente a esto que asevera
Canbrujas es que la educación del venezolano promedio no le permite vivir en
obediencia a las normas y las leyes, para lo cual sería necesario un nivel
ciudadano que solo una minoría posee. Entonces, la sociedad se conforma con
rebajar sus estándares al nivel de lo que la mayoría puede ofrecer. Y para
esto, se necesita crear una ficción según la cual la corrupción es mala pero es
inevitable. Todos son corruptos es una manera de decir que yo también tengo que
serlo, por necesidad.
JIC: “Un ciudadano inglés, un italiano,
un sueco, no espera “milagros” del Estado. A eso se reduce lo que se llama
“madurez política”. A no esperar demasiado del Estado. Los parámetros de las
sociedades europeas son previsibles. Inglaterra se mueve dentro de una relativa
prosperidad y una relativa pobreza desde hace un montón de años….Para Margaret
Thatcher es relativamente sencillo convocar a los ingleses y decirles: “Miren,
la situación es muy difícil. No prometo prosperidad, no prometo multiplicar los
panes y los peces. Prometo dificultades, peligros de todo tipo, y prometo un
empeño en tratar de salir adelante. Prometo seriedad. Tal vez vamos a decaer.
Tal vez vamos a vivir peor. Pero, prometo que voy a tratar de hacerlo lo mejor
posible”. –De ellos a nosotros, de lo ideal a lo concreto: –Imaginemos que un
político venezolano diga algo parecido en una campaña electoral. Imaginemos un
candidato que nos hable de imposibilidades, de limitaciones, de realidades. Un
candidato que no nos prometa el paraíso es un suicida. ¿Por qué? Porque el
Estado no tiene nada que ver con nuestra realidad. El Estado es un brujo
magnánimo, un titán repleto de esperanzas en esa bolsa de mentiras que son los
programas gubernamentales”.
Cabrujas tiene razón al decir esto, con
las contadas excepciones en las cuales un López Contreras, Medina Angarita o
Rómulo Betancourt le hablaban al país como un estadista, con espíritu
didáctico, sobre la realidad del país. O como cuando CAP II quiso rectificar su
primer gobierno pero el país, ansioso de mentiras, como en la canción “Miénteme
Más” que nos cantaba Olga Guillot, lo
sacó malamente poder. De resto todo ha sido mentira, payasadas y populismo destructor.
Y así va Cabrujas, en esta entrevista,
desmenuzando nuestros mitos, nuestros líderes, vapuleando nuestra historia en
lo que tiene de aldeana y grandilocuente.
Cabrujas se nos presenta como un oasis
en el desierto de la mediocridad que luego haría explosión en el siglo XXI
venezolano. Si Herrera y Lusinchi le producían tanta tristeza, Cabrujas no hubiese
podido sobrevivir a Chávez y a Maduro.
A Cabruja quién me contó que a su apellido le quitaron una S,
ResponderEliminarlo veia de vez en cuando en el mercado de Quinta Crespo
Me gustaba que no tenía ninguna ínfula.
A veces creo que Padrón, el de Venevisión, se le quiere
parecer, aunque claro, Padrón sobre Cabrujas tiene una
ventaja que ya hubiera querido el de Catia, el bombónsote ese de
Mariaca Semprún.
Con ese espectáculo de mujer al lado, quién no echa palante?
Se fue demasiado pronto José Ignacio, aunque apuesto que Chávez
no hubiera podido traerlo a sus fauces.
Tu amigo,
Humberto Acosta.
Belo Horizonte, Brasil.
Me cuesta aceptar completamente, el derrumbe desde mucho antes de Venezuela.
ResponderEliminarCuando la Milicia era todavía de suficiente mística, aún desde Perez Jimenez. Ahora lo wue si es claro es que Venezuela sucumbió a líderes peores que la oposición aún existente.
El país sería mas de lo mismo con la oposición y Militares regularmente demócratas, y poderes mas o menos a los de antaño.
Leo mejor la historia como sucumbir y una entrega ciega, que fué total o parcialmente así.
Denigrar tanto a Venezuela antes de Chávez, fué un meleficio, de muchos trasfondos y exageraciones innecesarias.
Pero es sólo mi opinion. La Droga/Carteles y Cuba influyeron mucho. Con la guerrilla Colombiana. Y lo pérfido de exageradas venganzas!
De todas maneras sigue siendo interesante escrito.
Por cierto Gustavito felicitaciones por la
ResponderEliminartremenda victoria de tu candidato el político
estadista norteamericano de Scranton, PA, Senador Joseph Biden.
Demuestras que los que te atacaron acá estaban en lo incorrecto
y tu visión era la correcta. Ahora ni escriben
luego del tremendo peo que me armaron por decirles
gamberros al venir acá a maltratarte.
¡Ánimo!
Amigo,
Humberto Acosta
Belo Horizonte, Brasil.-----
El candidato de Coronel no ha "ganado" nada todavia sino hasta cuando lo certifiquen oficialmente. Hasta ahora lo que ha habido es el destape de la corrupcion de los medios informáticos y el de los estados gobernados por los del partido demócrata donde cada día de descubren votos fraudulentos y tracalerías para favorecer al candidato de Coronel.
ResponderEliminarDe "ganar" el candidato de Coronel entonces va a ser un "presidente" ilegítimo, hasta que venga alguien que haga borrón y cuenta nueva para limpiar el tremendo fraude que se ha cometido en las elecciones de ese pais.
Solo deseo recordar a los apreciados comentaristas pro Biden y pro Trump que Biden está logrando siete puntos de ventaja por sobre su adversario en el contaje del voto popular.
ResponderEliminarNo es "mi" candidato, yo solo cuento un voto. Biden ya lleva unos 77 millones de votos.
Es cierto que aun los votos se estan contando y que las acusaciones de fraude serán investigadas. Pero por lo que veo, cuando se determine oficialmente el ganador, sospecho que quienes pierdan no lo aceptarán tampoco. Surgirá una teoría conspirativa que hará creer a los insatisfechos que su candidato fue robado.
Ejemplos de teorías conspirativas:
La tierra es plana, Gardel no murió en Medellin. Elvis vive en Nueva Orleans, los americanois nunca fueron a la luna, Bill Gates quiere dominar el mundo, etc. etc.
Como decían los argentinos peronistas y luego los chavistas: No queremos realidades, queremos promesas.
Acuerdate de la resistencia que le montó la Hilary Clinton a Trump. Ella nunca aceptó a Trump y dice que es ilegítimo. Ella, así como muchos demócratas, no quieren realidad tampoco.
ResponderEliminarCoronel. tenés razón en eso de las teorías conspiarativas, Fijáte que la de la Clinton y la de los del partido demócrata es que Trump es un espía de Rusia y un agente de Putín. A Trump se lo tuvieron clavao los cuatro años de su administración y hasta hoy en día no lo aceptan.
ResponderEliminarNo les hagas caso, la victoria es del candidato estadista norteamericano que apoyamos, tú con derecho a voto, yo con derecho a preferir por su visión largoplacista de crecimiento y pacto dentro de una economía de mercado con profundo acento social, de gran prestigio y experimentado vicepresidente del Senador Obama durante 8 años, el Senador Joseph Biden, Presidente electo del país del Norte y de su acompañante de fórmula la bella jurista de origen jamaiquino indio profesora Kamala Harris, mujer con amplia experiencia en lucha social por las clases medias de la cual ella proviene y se le ha dado el mandato, a través del voto organizado de la sociedad estadounidense, de acometer los cambios que el gran país del norte aspira y necesita.
ResponderEliminar¡Pa que se lo cepillen los amigos de "todas las opciones están sobre la mesa"!
Tu amigo ahora medio brasileiro,
Humberto Acosta
Belo Horizonte
Brasil.
... Esto huele a socialismo, zape gato!
ResponderEliminarSi a mi me ponen a elegir, prefiero un sistema como el alemán donde se usa la palabra "social" referida a que se puede crecer económicamente pero al mismo tiempo atender el tema de pensiones y calidad de vida, sin dogmatismo. Por allí va el presidente Biden y la vicepresidenta Harris. Lo prefiero a un tipo que se la pasa peleando como guapetón de barrio. Pero no todos queremos lo mismo, y extrañamente hay gente que le encanta seguir al "hombre fuerte" que anda por allí humillando y buleando. Allí no me meto, es cosa de cada quién. Menos mal que aún se puede elegir por votos, como lo ha hecho en buena lid, el pueblo de USA del cual Gustavito es parte.
ResponderEliminarHumberto Acosta.
Eso de "buena lid" está en cuestionamiento. Cada día de consiguen más votos fraudulentos y tracalerías a favor de Biden, incluyendo la tracalería de las maquinitas electorales tan populares con Chavez y Maduro. Que bueno que puedes elegir todavía en Alemania y que no te lo imponen entonces.
ResponderEliminarPues yo veo al pueblo de los USA muy contento y feliz (no es para menos) con esta nueva fase de su historia republicana con un extraordinario presidente y una vicepresidenta de perfil presidenciable con mucha simpatía por parte de las minorías latina hispanohablante y afroestadounidenses que votan tanto (¡y pronto más!) como cualquier otro en el país del norte pues bajo la Constitución son iguales ante la Ley y pueden elegir libremente. Otros son los que imponen muros y niegan derechos fundamentales (caso DACA) pero en fin, supongo que soy yo que desde aquí veo correctamente que quienes han vivido toda su vida en un país sean aceptados como ciudadanos del mismo. Cosas locas mías, será.
ResponderEliminar¡Viva el modelo de mercado con acento en lo social!
Humberto Acosta
Ojalá que vivieras allá pá' que veas como es que en verdad se bate el cobre, ya que se vė que por lo que dices no tienes ni idea ..
ResponderEliminarY quién es ése gamberro que dice el "pueblo de USA" estamos muy "contento y feliz"? Hasta ahora vamos más de 70 millones que votamos en contra de ése infeliz candidato que lo quieren coronar con votos fraudulentos.
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