**** Spanish translation follows after the English version
Traducción al Español sigue a la versión en Inglés
MR.
JOSEPH BIDEN
Dear Mr. President Elect:
I am a Venezuelan – U.S. dual
citizen, 87 years old. I have lived 32 years of my life in this generous
country, including the last 17 years, one of the happiest periods of my life. As
millions before us, my wife and I came here searching for our American dream,
until her death last July 2020. We lived modestly, in tranquility and feeling
secure in a Virginia community. We both found our American dream living as
good, responsible, citizens, complying with our civics duties and enjoying our civic
rights. Born in Venezuela we will rest in U.S. soil.
As a Venezuelan by birth, I lived and
toiled in my native country for even longer years than in the U.S. I yearn to
see my native country overcome its present, disconsolate situation and regain
its road to a prosperous and dignified life.
I realize that you are facing an
overwhelming task of political and spiritual reconstruction in this country. It
would appear almost inconsiderate of me to be asking you for help to put
Venezuela back on her feet. However, the U.S is the country most of us Venezuelans
look to, when we need outside help. The influence the U.S. has had and still
has on Venezuelan social, economic and political life is very significant.
This is why I feel the U.S. is the
country that could lead the outside world in the task of helping Venezuela to recover
from its current nightmare.
What would
be, in my view, the best support the U.S. could give Venezuela? Financial
support immediately comes to mind and, certainly, the new government of Venezuela
will need significant financial support as soon as the current nightmare ends,
since the country is literally bankrupt. But material bankruptcy, although
tragic, is not the main Venezuelan affliction. My country of birth is also
spiritually bankrupt, having lost the correct sense of direction that once possessed
during some years of the last century. A response to this spiritual affliction
needs to be strategic and policy driven, even more so than financial. Venezuela
is also in a battle for its soul.
A fundamental task facing post-dictatorial Venezuela, and
one that will be indispensable to put the country back on track, will be the conversion of the Venezuelan
population from being extremely dependent on the state to a condition of self-starting
citizenship. Venezuela needs to become a country of citizens, possessing a
unified sense of national identity and purpose, rather than continuing in its
current path to social anomy. To do this will require, more than simple
material help, decisive support in the implementation of the right policies
that can induce collective attitudinal change among the Venezuelan population.
The first step of your support could
be the signing of a long term agreement - 30- 50 years duration- between the two countries, to work together in the structuring and implementation of a massive, permanent and
mandatory civic education program in Venezuelan schools, from the first year of
primary school to the last year of high school. This program would incorporate
proven educational techniques to develop in the Venezuelan population a firm
sense of civic responsibility, promoting the adoption of good citizenship as second
nature. Such a program would be applied to Venezuelan youth throughout
childhood and adolescence, since it has to be implemented without interruption
in order to be effective.
As a result of such a continuous
effort, massive attitudinal change can be obtained in the course of two to
three generations, transforming a critical mass of Venezuelans into citizens
sharing a collective sense of civic duty, in contrast with the dominant pretensions
of entitlement that has prevailed in the past, one that led Venezuelans to
believe that the state should provide for all their needs. This will be an
ambitious program but certainly easier to accomplish than sending a man to the
Moon and bringing him back alive. And this you did.
I realize that this program, by
itself, would not be sufficient to guarantee Venezuelan future prosperity but I
am convinced that, without such a program leading to collective attitudinal
changes, no material help would ever be sufficient to solve the Venezuelan
tragedy.
For the U.S. this program would represent a magnificent example of what Harvard’s
Joseph Nye has defined as “soft power”, a way to create much good will and to
influence positively other societies without need to resort to the hard tactics
that have created anti- U.S. resentment in
our region.
I annex to this letter a short basic description of what this project could
consist of and how it could be execute. I am copying the letter to both Mr. and
Mrs. Bill Gates, because I believe their foundation would be ideal as a private
partner to this program. I am also copying the Venezuelan government, in the
person of the Venezuelan Ambassador to the U.S., Mr. Carlos Vecchio.
With my very best wishes for your success in the coming four years,
I remain,
Sincerely yours,
Gustavo Coronel
8360 Greensboro drive #710
McLean, Virginia 22102
ANNEX.
“A Factory of Citizens”
CC. Mr. and Mrs. Bill
Gates, Bill and Melissa Gates Foundation
Mr. Carlos Vecchio, Venezuelan Ambassador to the U.S.
UNA CARTA AL PRESIDENTE ELECTO DE LOS
ESTADOS UNIDOS
SR. JOSEPH BIDEN
Apreciado Sr. presidente electo:
Soy un ciudadano
venezolano-estadounidense, de 87 años de edad. He vivido en este generoso país
por unos 32 años, en varias ocasiones, incluyendo los últimos 17 años, una de las
etapas más felices de mi vida.
Como es el caso de millones de personas
que nos precedieron mi esposa y yo llegamos aquí buscando nuestro sueño
americano, hasta su fallecimiento ocurrido en Julio de 2020. Vivimos modestamente,
en tranquilidad y sintiéndonos seguros en una comunidad de Virginia. Ambos realizamos
nuestro sueño de vivir como buenos y responsables ciudadanos, cump0liendo con nuestros
deberes y disfrutando de nuestros derechos ciudadanos. Nacid9os en Venezuela
descansaremos en tierra estadounidense.
Nacido en Venezuela viví y trabajé en mi
país natal por más años de los que he vivido aquí. Anhelo ver mi país de
nacimiento superar su actual desconsolada situación y recuperar el rumbo hacia
una vida próspera y digna.
Comprendo que usted enfrenta una tarea
agobiante de reconstrucción política y espiritual en este país. Por ello parecería desconsiderado
de mi parte pedirle ayuda a fin de poner a Venezuela nuevamente de pie. Sin
embargo, los estados Unidos es el país al cual miramos la mayoría de los
venezolanos cuando requerimos apoyo externo. La influencia de los Estados
Unidos sobre la vida política, económica y social venezolana ha sido y es
determinante.
Es por ello que los Estados Unidos es el país que puede liderar
el mundo exterior en la tarea de ayudar a Venezuela a salir de su pesadilla
actual.
Cual
sería, \en mi criterio, la mejor ayuda que los estados Unidos puede darle a
Venezuela? Se pensaría de inmediato en
apoyo financiero y, ciertamente, el nuevo gobierno de Venezuela requerirá
sustancial apoyo de este tipo tan pronto el país salga de la pesadilla actual,
ya que el país está en la ruina. Pero la
ruina material, con todo y ser trágica, no es la mayor aflicción venezolana. Mi
país natal está también en ruina espiritual y ha perdido el sentido correcto de
dirección que tuvo durante algunos años del siglo pasado. Atender esta aflicción
necesita acción estratégica y la implantación de políticas correctas, más que
dinero. Venezuela también está en plena batalla por su alma.
Una tarea fundamental que enfrentará la
Venezuela post-dictadura, la cual será indispensable para la recuperación del
país, será la conversión de la población de dependiente en el estado a la
condición de ciudadanos capaces de valerse por sí mismos y de ejercer a
plenitud su ciudadanía. Venezuela requiere convertirse en un país de ciudadanos
que posean un sentido de identidad nacional y de propósito común, abandonando
su rumbo actual hacia la anomia. Para
ello requiere, más que simple ayuda material, apoyo decisivo en la
im0plementación de las políticas correctas que habrán de inducir un cambio
colectivo de actitudes en su población.
El primer paso en este apoyo podría ser
la firma de un convenio de largo plazo – 30 a 50 años de duración – entre los
dos países para trabajar juntos en la estructuración y ejecución de un programa
masivo, permanente y mandatorio de
educación ciudadana en las escuelas venezolanas, desde el primer año de la
escuela primaria hasta el último año de la escuela secundaria. Este programa
incorporaría las técnicas educativas probadas para desarrollar en la población
venezolana una firme sentido de responsabilidad cívica, promoviendo la adopción
de buena ciudadanía como una segunda naturaleza. Sería aplicado a la juventud venezolana desde
sum primera infancia hasta el final de su adolescencia, ya que su ejecución
debe ser ininterrumpida si es que se quiere que sea efectiva.
Como resultado de este esfuerzo continuado
podrá obtenerse un radical y masivo cambio actitudinal en el curso de dos a
tres generaciones, transformando una masa crítica de venezolanos en ciudadanos
que compartan un sentido colectivo de responsabilidad por el país, en lugar de
la pretensión de esperarlo todo del estado benefactor que la ha dominado en el pasado. Este
sería un programa ambicioso pero ciertamente más fácil de lograr que enviar un hombre
a la Luna y traerlo, sano y salvo, de regreso. Y esto lo hizo ustedes lo
hicieron.
Entiendo que este programa no sería
suficiente para garantizar la futura prosperidad de Venezuela pero estoy
convencido de que, sin un programa de esta naturaleza que resulte en un cambio
actitudinal colectivo, cualquier nivel de ayuda material sería insuficiente
para resolver la tragedia venezolana.
Para los estados Unidos este programa representaría
un bello gesto, un magnífico ejemplo de lo que el profesor Joseph Nye, de Harvard,
ha definido como “Poder Blando”, una manera de crear buena voluntad y de
influenciar positivamente otras sociedades, sin necesidad de utilizar tácticas
duras que han creado resentimiento anti-estadounidense en el pasado.
Anexo a esta carta una descripción
básica del proyecto y de cómo podría llevarse a cabo. Copio esta carta al Sr.
Bill Gates y su esposa, cuya Fundación podría ser un socio privado ideal para
este proyecto. También copio al Gobierno de Venezuela, en la persona de su
embajador en USA, Sr. Carlos Vecchio
Con mis mejores deseos por su éxito en
estos próximos cuatro años,
Sinceramente,
Gustavo Coronel
ANEXO.
Fábrica de Ciudadanos
Leer
proyecto en:
http://petroleumag.com/cinco-aseveraciones-y-un-plan-de-accion/
CC.
Mr. and Mrs. Bill Gates, Bill and Melissa Gates Fundación
Mr.
Carlos Vecchio, Embajador de Venezuela
en USA.
Excelente tu carta Gustavo, pero no tengo muchas esperanzas que Biden haga nada. Sus intereses, y especialmente los que lo acompañan no incluye eliminar a los gobiernos ¨socialistas¨ del mundo. Para ellos lo que hay en Venezuela es eso. Acuérdate que los americanos son bien ignorantes en temas relacionados con America latina.
ResponderEliminarSuerte, pero no espero mucho de ellos.