Un ejercicio futurista que cada día que pasa, va más de lo posible a lo probable... a lo...
Mayo 15, 2026
William Eliot
World Press
Un Informe desde Caracas, Venezuela
Venezuela está viviendo hoy
una intensa fiesta cívica con motivo de la inauguración de su primer presidente
democrático del siglo XXI, la incansable luchadora que derrotó tres otros candidatos
de la nueva democracia venezolana en las elecciones de Marzo, 2026.
El camino de la nueva democracia
venezolana no ha sido fácil ya que experimentó 25 años de privaciones y deterioro
nacional antes que la invasión protagonizada en Julio 2025 por un ejército de
venezolanos, con la colaboración de voluntarios de todo el hemisferio, se
transformara en una rápida victoria sobre un régimen desmoralizado, cuyos líderes
se encuentran hoy – en su inmensa mayoría -
a buen resguardo, esperando el juicio del tribunal especial que se ha
integrado para el propósito de la aplicación de justicia.
Como se recordará, el
movimiento liberador venezolano comenzó a tomar ímpetu a partir de la gran
convención de la democracia venezolana que se llevó a cabo en la ciudad de
Washington, Estados Unidos, en noviembre de 2023, la cual fue organizada por la
sociedad civil, tanto radicados en Venezuela como miembros de la diáspora
venezolana que se había extendido por todo el planeta. A esa convención
asistieron unos 400 delegados de la oposición venezolana, la cual había visto frustrado
su intento de llevar a cabo unas elecciones primarias para designar un
candidato único presidencial de la oposición. Esa primaria fue bloqueada por la
acción unilateral iniciada por el ejército traidor venezolano, cómplice principal
de la pandilla chavista/madurista que oprimía al país. En paralelo, el Tribunal
de Justicia controlado por el régimen decidió la inhabilitación de los
candidatos con más probabilidades de ganar la primaria y se colocó el proceso
bajo la supervisión de un Consejo Nacional Electoral el cual se negó a aceptar
el voto de los venezolanos en el exterior, un voto que prácticamente
garantizaba la victoria de candidatos de la oposición genuina sobre candidatos
de una falsa oposición que ya había comenzado
a cohabitar abiertamente con el régimen.
Esa convención llevada a
cabo en Washington DC contó con los más destacados líderes de la sociedad civil
venezolana y en sus deliberaciones se hizo evidente que la Venezuela
democrática y digna había tomado la determinación de decir BASTA y de tomar el
camino de la rebelión ciudadana, cerradas ya todas las puertas de una solución política consensuada y en
ausencia de una actitud civilizada por parte del régimen.
En la Convención se
detallaron las acusaciones de orden político, financiero y social en contra del
régimen chavista/madurista y se documentaron
los masivos casos de corrupción y represión llevados a cabo por el régimen. La
Corte Penal Internacional había publicado su informe condenatorio y había
pedido la captura de Nicolás Maduro. Delegados invitados de los Estados Unidos,
de la Unión Europea y de otras naciones democráticas del mundo contribuyeron a denunciar la naturaleza forajida
del régimen, reforzando la decisión de
la convención de declarar un estado de rebelión abierta de las fuerzas de la
oposición contra el régimen. El dantesco cuadro allí revelado de despojos,
abusos de poder, ignorancia, negligencia y saqueos que habían caracterizado al
régimen por 25 años y que habían desembocado en la ruina más espantosa para la
nación venezolana terminó por convencer a la mayoría de los venezolanos que la
única vía abierta para recuperar su democracia y su libertad era la lucha ciudadana
activa contra el régimen.
Con la cooperación no
oficialmente declarada pero no por ello menos activa de países como Estados
Unidos, Canadá, Inglaterra, Alemania y Japón, entre otros países democráticos
del mundo, los venezolanos pudieron integrar y entrenar durante meses un
nutrido ejército de voluntarios formado por
ellos, así como por latinoamericanos y ciudadanos de otros países que
decidieron libremente integrarse al movimiento liberador.
El 5 de julio de 2025 se
llevaron a cabo desembarcos simultáneos en cuatro sectores de la costa venezolana
y acciones aéreas paralelas contra objetivos militares bien definidos, incluyendo
los principales cuarteles situados en San Cristóbal, Maracay, Valencia,
Barquisimeto, Barcelona y Maracaibo. De manera avasallante la población venezolana
se unió de inmediato a la invasión y, al cabo de apenas dos días de acción, los
cabecillas del régimen, Nicolás Maduro y
su familia, los hermanos Cabello, Vladimir Padrino López y sus inmediatos
colaboradores, los hermanos Rodríguez y unos 500 otros miembros civiles y
militares del régimen previamente identificados fueron detenidos. Un prominente
colaborador del régimen, Herman Escarrá, fue capturado disfrazado de sacerdote tratando
de escapar hacia Colombia pero lo delató su pelo muy negro saturado de aceite.
Los presos políticos fueron inmediatamente
liberados y los coordinadores de la acción liberadora procedieron a nombrar un
triunvirato de venezolanos que conducirían al país durante una transición, anunciándose
la apertura de un proceso que llevaría a
elecciones presidenciales y legislativas. Los miembros de este triunvirato se hicieron inelegibles para la
candidatura presidencial y debieron tomar medidas duras, algunas hasta
impopulares, para restaurar un viso de normalidad en el país, para lo cual fueron asistidos en su dura labor por un
equipo de venezolanos de intachable reputación. Este grupo llevó a cabo un
proceso de estabilización política, financiera y social, logrando pavimentar el camino hacia una democracia plena.
Algunos de los miembros de este valioso grupo integran hoy el gabinete
designado por la presidenta.
El apoyo del mundo libre y
democrático ha sido rápido y de magnitud. Las instituciones multilaterales de
desarrollo tales como el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo,
entre otras, así como – directamente - algunos países, han dado financiamiento y apoyo logístico
importante a un programa inicial de estabilización social y económica, con gran
énfasis en los sectores de la salud, la educación y la infraestructura, los
cuales habían sido seriamente deteriorados durante 25 años de negligencia
criminal.
El discurso inaugural de la
presidenta de Venezuela ante el congreso elegido simultáneamente se centró en
la necesidad de recuperar la posición del país en el concierto de las
sociedades civilizadas del planeta, con abandono de pretensiones de ser una potencia mundial o de liderar actitudes
mesiánicas de corte populista y
demagógico. La presidenta expresó: “Debemos poner nuestra casa en orden en
todos los sectores de la vida nacional,
apoyados en un fuerte sentido comunitario y de sano orgullo nacional.
Somos un país de mediano tamaño con un papel geopolítico modesto pero digno e importante en un entorno regional. Nuestra
prioridad será el cuido intensivo de nuestro propio territorio, tan maltratado
por el régimen que acabamos de derrotar y ello deberá ser una tarea de todos
los venezolanos”.
Agregó: “Estoy segura que
podré trabajar armoniosamente con el Congreso pues tengo plena confianza en el
espíritu de cooperación que anima a todos los miembros del nuevo cuerpo
legislativo”.
En otro segmento de su
discurso la presidenta anunció un proceso de reorganización del sector
petrolero, en el cual se dará gran
énfasis a la participación del sector privado. Apuntó: “Nuestras únicas
industrias básicas, en las cuales el estado tendrá decisiva participación,
serán la educación, la salud y la infraestructura. En todos los otros sectores,
- especialmente el petrolero - tendremos
políticas públicas orientadas a estimular la plena participación del sector privado. El estatismo
desaforado e irresponsable que ha prevalecido durante este siglo ha conducido a
Venezuela a la ruina”.
La presidenta anunció en su
discurso la puesta en marcha de una política de estado en materia de educación
ciudadana, enfatizando la necesidad imperiosa de crear en el país una masa
crítica de buenos ciudadanos activos. “Esta política de educación en valores ciudadanos
será continua en el tiempo y deberá ser llevada a cabo no solo por mi gobierno
sino por los sucesivos gobiernos que tenga el país”.
Venezuela está de fiesta y
llena de esperanza en su recuperación. Sus sufridos habitantes aspiran a lograr
una vida tranquila y de bienestar, desean que el país recupere el sitio
destacado que perdió durante este siglo y que un nuevo perfil de ciudadano
venezolano que sea producto de la educación ciudadana haga imposible la aparición
de futuros demagogos, populistas, narcisistas e ignorantes, aquellos malos
venezolanos que tanto daño le hicieron durante los pasados 25 años.
Amen
ResponderEliminarEs una buena declaración de la esperanza de todos los venezolanos. Dios nos regale tan inmerecido regalo, ya que fuimos nosotros que nos metimos solitos en este rollo. Ojala y se convierta en profesia
ResponderEliminarCada pueblo tiene el gobierno que se merece.
ResponderEliminarSuena muy bonito , pero nunca se menciona el régimen Cubano , que habrá que sacar de la misma manera ! Esto no es un sueño ! Va a suceder un milagro
ResponderEliminarCreo Estevez un reporte pavoso
ResponderEliminarSalas Romer dice que Chávez ganó por ayuda de Castro, Gadaffi y EUA, ¿tú crees que eso es cierto? Yo creo que Salas pudo llegar al 40% de las preferencias pero una buena parte del pueblo venezolano es muy estúpido y Chávez tenía esa elección en sus garras sin mayor problema, un demagogo que nole importaba Venezuela sino ser otro mas de nuestros tristes caudillos o caudillos tristes, como lo quieras ver. Siempre con la envidia tradicional por el que trabaja y tiene sus cosas y el chabacanismo, todo lo tenía para arrasar. Creo que eso terminó 57% a 37%.
ResponderEliminarAquí tienes la entrevista realizada a Salas Romer por el joven Luis Olavarrieta:
https://youtu.be/IIfRor-z-b4
Es una interesante entrevista, de un historiador y excelente analista político como Salas Romer.No se cuan importante fue la influencia de Gadaffi en la elección de 1998 y es sorprendente escuchar lo de la ayuda estadounidense a Chávez.
ResponderEliminarEn retrospectiva parece fácil ver que el triunfo de Chávez era casi inevitable, dadas sus características culturales y hasta antropológicas. Se parecía mucho más en su lenguaje y actitudes que Henrique al venezolano promedio, quien se sentía más "cómodo" con él que con un tecnócrata blanco de ojos azules y, por que no decirlo, de algunas actitudes arsitocráticas e imperiales.
Sería muy interesante, eso sí, tratar de analizar donde estaríamos hoy como país si el resultado electoral de 1998 hubiese sido favorable a HSR, quien era un gerente excelente, ya probado en Carabobo, estado al cual había convertido en una isla del primer mundo rodeadas de tercer mundo por todas partes.
Creo, estoy seguro, que PDVSA se hubiese mantenido como una 9institucópn de excelncia, relativamente despolitizada, ciertamente manejada por la gerencia profesiona que la había mantenido funcionando bien, aunque con algunos problemas de cierta importancia ya visibles.
El desgaste casi inevitable de un gobierno tecnocrático y muy presidencialista (dentro de la democracia) quizás le hubiese dado la victoria a la izquierda en las siguientes elecciones, el mismo Chávez pudera haber ganbado (aunque no es tan seguro, dado que su aureola habría desaparecido para ese momento) pero ya el país no le hubiera firmado el cheque en blanco que le firmó en 1999, gracias a la cobardía cívica del liderazgo de aquel momento, con la casi única excepción de Jorge Olavarría y su gran discurso de Julio 1999.
Es verdad lo que dices, Gustavo.
ResponderEliminarUna cosa considerablemente grave de lo que dice Henrique Salas Roemeres que
al final de la campaña los medios lo silenciaron y le daban palestra al golpista
del 92.
Yo leía mucho El Nuevo País y la revista Zeta y eso era adoración con el sabanetero, hasta
medios más pequeñitos como podría ser las televisoras regionales lo ensalzaban, fueron quitando cobertura a Salas. Henrique Otero y Granier se desvivían. Cisneros lo tenía más bien lejos pero por vueltas de la vida fue el que pactó en 2004 y todavía tiene su canal en una especie de pacto de no agresión. Se dice que ya con casi 90 años quiere venderlo.
Ese 40% era la parte de la población que no se dejó convencer
por el caudillito de marras que trató de extorsionar a Venezuela con una reelección indefinida que finalmente no pudo disfrutar. Hay algo de Justicia Poética en ello.
Nota: Para tener la edad que tiene Salas, tú te ves como un jovenzuelo en comparación.
Señor Abdo.
Tenemos un pueblo muy fatuo y carente de escrúpulos, otra sociedad si le robasen $30 mil millones saldrían a la calle a quemar Miraflores, en esta Venezuela parece que le administraron un sedante y ni cuenta se da de la magnitud del robo y de las carencias que hay por ello. Al pobre CAP lo sacaron por 250 mil dólares, nunca se sabrá cuánto cobraron Rodríguez Corro y Sansó por eso.
ResponderEliminarEl pueblo venezolano ha sido indiferente a su suerte, ha dejado que "otros" determinen su destino, como han sido muchos de los líderes políticos que hemos tenido. López, Medina, Betancourt, Leoni, Caldera I, CAP a medias, fueron positivos pero con Luis Herrera, Lusinchi, Caldera II , Pérez Jiménez, Chávez y Maduro, el país entró en barrena de autoritarismo mesiánico, de mediocridad e ignorancia. Hoy estamos al nivel de Haití y esto no es exageración. Nuestro PIB per cápita está al nivel del de Haití y nuestro colapso ha sido el mayor de la historia moderna latinoamericana, peor que los sucedidos en Bolivia, Argentina, Perú similar a la tragedia de Nicaragua (doinde reina un pedófilo y su bruja) y la Cuba castrista. Estamos en el foso.
ResponderEliminarEl país, la sociedad venezolana tendrá que probar que sirve para algo. A título individual tenemos mucha gente valiosa pero somos un gentío, no existe una masa crítica de buenos ciudadnos activos. Más que nación aún somos un agregado de tribus de narcisistas y egoístas.
La respuesta existe pero toma tiempo: crear una sociedad de buenos ciudadanos activos por medio de la educación. Es una tarea de construcción nacional que se puede hacer pero debe ser motorizada por un liderazgo honesto, moderno, despojado de los mitos y necedades populistas que han afligido historicamente al liderazgo tradicional.
Mi libro "Fábrica de Ciudadanos" habla de esto y de como lo podemos lograr.