Justicia revolucionaria.

***** Tiene nombre y apellido: se llama Hugo Chávez.

La justicia venezolana hoy en día comienza y termina con Hugo Chávez Frías. El toma el teléfono y llama a Jaua:”Mira Jaua, ya cuadrastes la vaina del salvadoreño con Cuba?”.
“Si, comandante. Ya elaboramos la lista de quienes van a ser acusados. Todo saldrá de su boca, como debe ser”.
“De mi boca? Que es eso?”
“No, comandante. De la boca de él”.
“Aaaah. Y a quienes tienes en la lista? Mira que esta es una buena oportunidad para salir de unos cuantos escuálidos que nos tienen el gallo mamado”.
“Bueno, comandante. Está Peña Esclusa, de primerito. Luego Ledezma. Que le parece si metemos ahí a Urosa? Pá que se cague!”.
“A Urosa me lo dejas a mí. Ese es mi bocatto di cardinale. Piensa en Henri, más bien. Y eso sí, a Peña Esclusa le comenzamos a estirar el proceso desde ahora, lo mismo que le hemos hecho a Simonovis y los otros. Diferir es la palabra mágica. Diferimos la presentación, diferimos la audiencia, diferimos por aquí y por allá. Y el pobre carajo preso. Pónganle que quería volar unas plazas, cualquier vaina, para que la gente piense que el tipo está loco. Como se goza, Elías. Fíjate como hemos neutralizado a la Afiuni, con el mismo procedimiento. Quien nos puede decir nada? La OEA es nuestra”. .
“Lo mejor de esto, comandante, es que el pobre bolsa salvadoreño ya está en Cuba. Ese se jodió. No puede hablar”.
“Por cierto, que bueno quedó la entrevista de Fidel en la TV! El tipo es igualito. Si hicieran un concurso de imitadores de Fidel creo que Fidel llega de tercero. Pero, regresando a lo importante. Es necesario que los líderes de oposición, los de la MUD, queden involucrados en el golpe. Hay que desmoralizarlos. Aprovechemos que a nadie en el exterior le importa un carajo lo que sucede aqui adentro. Mira, díle a Escarrá que se gane la asignación, que insulte a Urosa, que me lo vaya ablandando, pá yo rematarlo”.
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Mientras se desarrollaba este constructivo diálogo de los dos máximos líderes políicos de la revolución, en el país se llevaban a cabo varios asesinatos, había un nuevo derrame en el lago, se estaban pudriendo unos cuantos miles de pollos en Guarenas, estallaba un incendio en Cardón y se paraba de nuevo SIDOR por falta de insumos. La gente en Caracas caminaba aterrorizada por los oscuros túneles del Metro, al mismo tiempo que José Vicente Rangel entrevistaba a la presidenta del Tribunal Supremo de Justicia, quien insistía en que había que terminar con la innecesaria separación de poderes. Decía sonriente al rígido José Vicente (estará vivo?) : “Para que tanto formalismo inútil? Todo lo que tenemos que hacer es preguntarle al comandante”.