Hugo Chávez es el gran barranco

El árbol de las tres raíces no aguanta un soplido más

*** Las tres raíces del árbol: Nepotismo, corrupción  e ineptitud

En Corpoelec manda un primo de Hugo Chávez y el presidente de la Fundación es un tal José Argenis Rodríguez Araque. Será familia del terrorista? La hermanita de El Aissami es embajadora en Holanda. El hermanito de Tarek El Aissami es contratista del régimen. El hermano de Chávez, Adán,  es quien manda en Barinas aunque antes quien mandaba era el papá. La familia de Rafaél Ramírez está enchufada en PDVSA y la familia entera de Cilia Flores estaba enchufada en la Asamblea Nacional.  Y sigue… Esto se llama Nepotismo, una variante administrative de la corrupción que consiste en utilizar el poder para colocar a amigitos o a la familia inepta en posiciones bien remuneradas.

Que revolución es esta? La de “pónme donde haiga”.

Por su parte la corrupción financiera, el robo y el narcotráfico, ya ni siquiera se ocultan. Desde que Tobías Nóbrega descubrió el sistema de enriquecerse en pocas horas, la gente de Finanzas y los banqueos amigos se han hecho millonarios. En PDVSA los robos y los abusos son el pan nuestro de cada día. En la Misión Vivienda las comisiones, las mordidas, los sobornos y el fraude son la norma. Pregúntenle a Farruco Sestocomo se hace. 

La ineptitud va de la mano con el nepotismo y la corrupción. Solamente de ver a los ministros y a los funionarios del llamado Poder Moral es suficiente para darse cuenta de la mediocridad de esta gente: Giordani, Jaua, Luisa Estella, son símbolos de la incapacidad del régimen pero allí no se salva nadie. .

Este es el verdadero árbol de las tres raíces: nepotismo, corrupción e ineptitud.  El caso de Sidor es uno de los numerosos ejemplos de la tragedia del régimen. Desde que el Coyote posó sus garras en la silla Sidor ha tenido al menos siete presidentes. Recuerdo a Maritza Izaguirre, a Victor Alvarez, Alfredo Riuvas, Rodolfo Sanz, Miguél Alvarez (?), Carlos D’Oliveira, Carlos Faría, tantos que uno pierde la cuenta. Los presidentes nombrados por Chávez han sido frecuentemente incompetentes y/o corruptos. La joyita de  D’Oliveira fue nombrado por pedido de los trabajadores pero ahora son los mismos trabajadores que han pedido su cabeza, por inepto y corrupto.

La crisis en Sidor comenzó después que Chávez despojó a los dueños de la empresa. La producción se vino abajo y los trabajadores se las echaron al hombro porque “ya esa empresa era de ellos”. La empresa que en 2007 producía 4,3 millones de toneladas de acero producirá menos de 2 millones de toneladas este año. Una empresa que se puede manejar con 3000 empleados hoy tiene 11.000 empleados. Damián Pratt, quien sabe muy bien lo que sucede allí, habla de accidentes industriales, de clientelismo, colapso de la productividad, activistas del PSUV en nómina, politización galopante y pérdida de su mejor cliente, Colombia.

La tragedia de Sidor se repite hoy en todos los órdenes de la vida nacional: aluminio, oro, petróleo, agricultura, actividad industrial, educación, salud, vias de comunicación, Conviasa, puertos, fuerza armada, administración pública. Chávez ha convertido al país en una gran plasta revolucionaria, increiblemente definida como éxito por  su caradurismo y el de su pandilla. Hay quienes se lo creen, esos que están dispuesto a creerlo todo, siempre y cuando la limosna siga llegando a sus manos. Pero más y más venezolanos, aún muchos de quienes reciben las dádivas del Coyote, se han dado cuenta ya de que Chávez es el gran barranco.

El árbol de las tres raíces está podrido y se inclina peligrosamente. Un buen soplido de la ciudadanía decente de nuestro país terminará de derribarlo.

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