Una gran farsa
Reflexión Dominical, escuchando a
Brahms
Hay aspectos de la vida
venezolana que ya no volverán. Muchos son anecdóticos, víctimas del crecimiento
poblacional, la revolución de las comunicaciones y el ritmo apresurado de la
vida moderna. Hay otros aspectos también desaparecidos que no son anecdóticos,
como aquella sensación de ser familia de todos en el pueblo.
Habrá costumbres también apreciables
que reemplazen esos placeres de la vida sencilla ya idos para siempre. Ello no
me preocupa, aunque en ocasiones sea motivo de una dulce nostalgia. Lo que debe
ocuparnos es este momento en el cual los venezolanos estamos obligados a pelear
en todos los terrenos y con todas nuestras armas éticas, intelectuales y
físicas, para proteger los valores y principios que han sido nuestro patrimonio
cultural. Estos valores se encuentran hoy profundamente amenazados por una
marabunta indigna cuya cabeza visible es Hugo Chávez Frías.
Me refiero a la cordialidad, al
respeto, al sentido sano del humor, a la solidaridad social sin distingos
raciales o económicos. Me refiero a los deseos naturales del venezolano de
ayudar al semejante, de compartir lo mucho o poco que tenga con los demás, de
sentirse parte de una gran familia. Estos sentimientos y cualidades están hoy
en grave peligro debido a la prédica incesante, vulgar, soez, mezquina,
perversa de Hugo Chávez y de sus compinches. Esta pandilla de no más de unos
200 resentidos y acomplejados, quienes debieran estar bajo observación
psiquiátrica y no a cargo de los asuntos del país, ha logrado en los últimos 14
años inyectarle a la nación una dosis monumental de odio, hasta dividirlo en
dos grandes segmentos. En esta trágica mision destructora Chávez ha sido
asesorado por los hermanos Castro, quienes han hecho algo muy parecido con el pueblo
Cubano por más de medio siglo. Los venezolanos no podemos ser obedientes instrumentos de estos psicópatas. El veneno que la pandilla le inyecta al país es un proceso diario, el cual debe ser también combatido a diario. Debemos luchar contra la perversión chavista en las ciudades, en los pueblos, en cada calle y en cada casa. Y, en última instancia, en cada uno de los corazones venezolanos. Es una batalla que no puede languidecer hasta ver a la pandilla fuera del poder y hasta que sus miembros principales paguen por sus inmensos crímenes.
Los venezolanos si podemos volver a
ser lo que fuímos, gentes de fácil sonrisa,
sin amargura y sin odio. En mi niñez fuí miembro de una modesta clase media pueblerina
que aspiraba a ser mejor. Pude educarme y ascendí escalones sociales sin dañar
a nadie. Muchos de mis compañeros también lo lograron. Creo que los venezolanos
podemos elevarnos cualitativamente como
individuos sin tratar de rebajar a nuestros compatriotas.
El gran farsante
Ningun país ha
salido del foso tratando de nivelar su clase media hacia abajo, el objetivo perverso e insensato de un régimen contra el cual debemos
luchar en todos los terrenos.
CON ESAS MARIQUERAS NO VAN A DERROTAR AL COMANDANTE CORONEL.
ResponderEliminarJG
Segun dices, valores y principios son "mariqueras". A confesión de parte...
ResponderEliminarGustavo no le pidas peras al olmo
ResponderEliminarLuis
DE VALORES Y PRINCIPOS ESTAN CARENTES TODOS LOS POLITICOS DE LA 4........O NO CORONEL.
ResponderEliminarPOR QUE LLEGO EL COMANDANTE AL PODER?
JG
PD:DESDE MANUEL ROSALES AHORA SE DICE "PERAS AL HORNO"
"Peras Al Horno"--Cubanoidismos...
ResponderEliminarSE NOTA QUE DEMOSTENES ESTA EN OTRAS LATITUDES.
ResponderEliminarCON RAZON ESTOS COMENTARISTAS BORREGOS DE CORONEL ESTAN DISOCIADOS COMO EL.....TRANQUILOS QUE FALTA POCO.
JG