En 2004, en ocasion del
referendum sobre la continuación de Hugo Chávez en el poder, el sátrapa le
pidió a ExxonMobil que firmase publicamente un acuerdo sobre un proyecto
petroquímico que la empresa deseaba llevar a cabo. Esa firma pública significó
inevitablemente un endoso de la empresa al presidente. En un libro sobre la
empresa (“Private Empire”, 2012) Steve Coll narra como el embajador de USA en
Venezuela, Charles Shapiro, le criticó a ExxonMobil ese apoyo y como la empresa
respondió que Lee Raymond, su chairman, hubiera decidido hasta entrevistarse
personalmente con Chávez, a fin de obtener la luz verde para el proyecto.
Esta entrega de ExxonMobil a
Chávez no le salvó de ser incluída posteriormente entre las empresas cuyos
contratos en la Faja del Orinoco cambiarían de manera abusiva. Dice Coll en su
libro que esta vez la empresa decidiría luchar e irse del país. En 2007 Chávez anunció que PDVSA iba a
convertirse en el operador exclusivo en la Faja y que todas las empresas
petroleras debían ajustarse a una posición accionaria minoritaria. Eso sí,
aunque minoritarios, deberían financiar toda la operación, ya que PDVSA
mostraba señales progresivas de descapitalización debido a su conversión en un
gigantesco instituto de beneficencia. La empresa estatal ya se dedicaba a importar
y distribuir comida, muchas veces podrida, a sembrar yuca y muchas otras
actividades que no tenían relación alguna con petróleo.
Aunque la mayoría de las empresas
extranjeras aceptaron resignadamente estos cambios contractuales ExxonMobil no
lo hizo y terminó saliendo de Venezuela y abandonando la Faja del Orinoco, uno
de los mayores depósitos de petróleo remanentes en el planeta. Al salir
introdujo procedimientos de arbitraje contra PDVSA en la Corte Internacional de
Arbitraje y en el Banco Mundial. En paralelo logró congelar $300 millones de
dinero de PDVSA por varios años, hasta que la decisión de la Corte Internacional
de Arbitraje ordenó a PDVSA pagar $750 millones a ExxonMobil y se incluyó ese dinero como parte del pago.
Estas posturas variables de
ExxonMobil en su relación con Chávez revelan como el pragmatismo frecuentemente
domina las relaciones de las grandes
empresas petroleras con los gobiernos autoritarios. Lo que hizo ExxonMobil en
Venezuela al ceder a los abusos de Chávez lo ha hecho en otros países del
mundo: en Chad, Indonesia, Guinea Ecuatorial
o Rusia. El objetivo ultimo de la empresa es mantener una operación lo más
rentable posible.
Sin embargo, su postura al
enfrentarse a Chávez en 2007 pareció atender
más a los principios que al simple interés corporativo.
Las relaciones de las empresas
petoleras internacionales con autócratas es un tema fascinante que no ha sido
objeto de mucho estudio. En Venezuela y América Latina ExxonMobil no ha sido la
única empresa que ha tenido posturas variables con regimenes autocráticos. Por
ejemplo, ChevronTexaco le inyectó al régimen chavista unos dos mil millones de
dólares este año, lo cual le sirvió al autócrata para consolidarse en el poder.
Al mismo tiempo, esta empresa ha sido la víctima de un grosero intento de
despojo multimillonario por parte del régimen aliado de Rafaél Correa en
Ecuador. Pero, en paralelo, la empresa se alinea con el gobierno de la
desprestigiada Cristina Fernández en Argentina, otra aliada de Chávez, para
desarrollar los negocios de una empresa que la ha sido arrebatada
irregularmente a Repsol. Para añadir al enredo, Argentina parece estar propiciando la congelación de activos de la empresa debido al problema ecuatoriano. Estas diferentes posturas de ChevronTexaco en
diferentes países son adoptadas por la misma gerencia de la empresa, la que maneja
los asuntos latinoamericanos desde Miami.
Lo que digo arriba no pretende ser un juicio de valor sobre la
ética empresarial de estas corporaciones petroleras, ya que sería preciso examinar
en detalle las razones y las circunstancias en las cuales basan sus decisiones,
sino llamar la atención a la complejidad
de la industria petrolera internacional , a los enormes intereses financieros
que están en juego y de como estos factores inciden sobre la ética empresarial.
Hubo una época en la cual los
accionistas de una empresa eran solamente sus inversionistas y empleados. Hoy
en día se acepta que los accionistas de una empresa inluyen a los clientes y a
las comunidades. Lo que pudiera llamarse
gerencia blanda incluye no solo el deseo de maxima rentabilidad que caracteriza
la gerencia dura, sino consideraciones
sobre el papel de la empresa en el bienestar colectivo de las sociedades en las
cuales se encuentra activa.
En este nuevo ambiente ético
mundial sería conveniente que las empresas petroleras se alinearan con el
bienestar colectivo, aun a expensas de ventajas económicas de corto plazo. Si
no lo hacen no serán mejores que los autócratas con quienes tienen que convivir
para llevar a cabo sus actividades.
Money makes the world go around
ResponderEliminarEN UNA SOLA FRASE CORONEL:SOMOS SOBERANOS.
ResponderEliminarPOR QUE TE DUELE ESO?
JG
Soberanos bolsas!!!!
ResponderEliminarSoberanos subditos de Fidel Castro y su titere chaburrin. Con las notarias, puertos y aeropuertos en manos de los insolentes invasores, hemos quedado como el pueblo mas sumiso,manso y entreguista del planeta. Que pena me das venezuela (ahora capitania general de cuba conocida como cubazuela).
ResponderEliminarPiquijuye.
POR QUE SERA QUE LES DUELE LA VERDAD¡¡¡¡
ResponderEliminarJG