·
Mejorar la composición de la base de
recursos incorporando nuevas reservas por exploración, estudios integrados y
análisis de certificación (Proyecto Magna Reserva). Segun este objetivo
se pretendía aumentar las reservas probadas de Venezuela. Los petroleros saben bien
que la única manera de aumentar significativamente las reservas petroleras probadas
en un país es a través de la exploración, la cual identifica nuevos
yacimientos. La revisiones a los yacimientos ya encontrados ayudan, pero son
generalmente de menor cuantía. Pero, que ha hecho la pandilla de PSDVSA? No ha
explorado. En 2012 solo completaron dos pozos exploratorios menores. Lo que si
hicieron fue decretar que el factor de recobro de los yacimientos de la Faja
del Orinoco ya no sería del 10 por ciento sino del 20 por ciento, duplicando
así de un día para otro las “reservas probadas” de Venezuela. Este ha sido un
fraude cometido para fortalecer el peso geopolítico del país. Esta abusive revisión
del factor de recobro no se justifica a
la luz de lo que se conoce de la naturaleza de los yacimientos de la zona ni de
los resultados, aun incipientes, de su desarrollo.
·
Soportar los crecimientos en el consumo de
energía eléctrica con desarrollos propios para proteger esta energía primaria a
nivel nacional. Este ha sido otro fraude, porque el servicio de energía
eléctrica se ha deteriorado significativamente y porque el régimen se ha visto
obligado a importar diesel y gas natural para generar electricidad. Los
llamados “” desarrollos propios” no han existido ni existen.
·
Posicionar a PDVSA como empresa líder en
seguridad, higiene y ambiente a nivel mundial. A la luz de los crecientes
derrames petroleros, del incremento en accidentes industriales y de la peor
tragedia petrolera ocurrida en nuestra historia, desde el incendio de
Lagunillas en la década de 1920, la explosion en Amuay, este objetivo suena
como un chiste malo. El prestigio de PDVSA a nivel mundial está por el suelo. Un
análisis de 42 empresas petroleras desde el punto de vista de la transparencia
en sus actividades coloca a PDVSA al nivel de las empresas del Congo y de
Angola (Ver El
Nacional, April 29, 2008).
·
Utilizar el petróleo como factor de
democratización de capital para alcanzar la equidad social. Aunque este
objetivo es difícil de entender, suponemos que se trata de la conversion de
PDVSA en “empresa social:”, lo cual la ha llevado a importar comida podrida,
criar cerdos y sembrar yuca. Esta ha sido la estocada final para la empresa, la
cual se ve obligada a endeudarse de manera ruinosa y criminal para seguir
distribuyendo pollos y hacer casas de pésima calidad.
·
Llevar la producción a 5.8 millones de barriles
diarios de petróleo para el 2012. Este objetivo ha sido un fracaso tan
rotundo que la empresa ahora produce menos que cuando lo establecieron en 2005.
La pérdida para la nación debido al fracaso de este objetivo ha sido incalculable,
en el orden de los miles de millones de dólares. Ha sido, sin dudas, el mayor
de los fracasos de Rafaél Ramírez y su pandilla.
·
Producción de 11000 millones de piés cúbicos
de gas natural para el 2012. Este objetivo ha sido otro rotundo fracaso
puesto que la producción de gas natural en el país está al nivel de los 6500
millones de piés cúbicos diarios y el país continú importando gas desde
Colombia. Los proyectos de gas natural costa afuera están estancados y la
pretensiones de PDVSA de exportar gas a corto o a mediano plazo se han
evaporado
·
Nueva capacidad de refinación nacional de
500.000 barriles diarios para el 2010. Ni un solo barril ha sido añadid y ya estamos en
2013. No solo esto no ha sucedido sino que la capacidad actual de refinación
nacional ha declinado en la práctica, debido a los frecuentes problemas
operacionales que sufren las refinerías existentes por falta de mantenimiento.
Aunado a este trágico fracaso de los planes de PDVSA y, sin duda, debido
a ello, la empresa se encuentra en una
situación financiera crítica, endeudada hasta la raíz por imposición del
regimen. Su deuda actual está cerca del valor de sus activos, es decir, está al
borde la quiebra técnica.
En cualquier país civilizado este fracaso tan horroroso hubiese sido
razón suficiente para despedir a toda la plana mayor de la empresa y,
francamente, para abrirles un juicio por ineptitud y negligencia en perjuicio
de la nación. Pero en Venezuela eso no ha sucedido ni sucederá, a menos que el
régimen sea expulsado del poder. Rafaél Ramírez y su pandilla siguen en su
proceso de destrucción de la empresa sin que nadie tome acción correctiva y punitiva.
El país se ha convertido en un pantano moral.
El mejor dia de mi vida fue cuando me largué de allá. Cuanto extraño mi país, pero el de verdad, porque esto que pasando, esta situación a la que nos llevó el chavismo no es Venezuela. Es otra cosa.
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