“Bastante veces vengo a dormir
aquí”, dice Nicolás, refiriéndose al mausoleo donde dicen que reposan los
restos del difunto sátrapa, Hugo Chávez. Este hábito, del cual hace gala Nicolás,
como si ello fuera lo más normal del mundo, es una evidencia más del grado de anormalidad
que caracteriza la personalidad del analfabeta.
**** Confunde a Miraflores con Ciliaflores
Maduro manifiesta una obsesión patológica por el difunto. Llega ahora al extremo
de ir a dormir allá, como se echan los perros al lado de la tumba del amo.
Excepto que los perros lo hacen por verdadero amor, no para ganar puntos ante
la audiencia. Porque si fuera por verdadero amor, no andaría pregonándolo por
la televisión.
Si fuera por una obsesión patológica ya sería suficiente para ponerle una camisa de fuerza y llevarlo directo a Bárbula.
ResponderEliminarLa realidad, sin embargo, puede ser más...no se ni que adjetivo usar. Rumores hay de que esas trasnochadas son para cumplir ritos satánicos, de brujería o que se yo que porquería. Eso incluye haber llevado la espada de Bolívar e ese sitio, con el pretendido objetivo de atornillarse en el poder invocando quien sabe qué vaina. Superstición que nos pone al nivel de Haití.
No cabe duda, quieren completar la tarea del sátrapa fallecido: demolición total de Venezuela