Héctor Pérez Marcano, compañero de guerrillas del padre de
las joyitas Jorge Rodríguez y de Delcy Rodríguez, le envia a Rodríguez una carta que incluye este
demoledor párrafo final:
“Procedes igual que quienes
asesinaron a tu padre. Maduro se atrevió a
criticar a los colectivos armados -que actúan en el municipio que
gobiernas-. Le creeré cuando los disuelva y los desarme, pero tu
callas, cohonestas y al cohonestar eres corresponsable de los
crímenes. Es más, me han dicho -me cuesta creerlo- que quien delató a tu padre
milita en el PSUV, que tú lo sabes y sabes quien es. ¿Eres su
camarada? Qué horror!!!
criticar a los colectivos armados -que actúan en el municipio que
gobiernas-. Le creeré cuando los disuelva y los desarme, pero tu
callas, cohonestas y al cohonestar eres corresponsable de los
crímenes. Es más, me han dicho -me cuesta creerlo- que quien delató a tu padre
milita en el PSUV, que tú lo sabes y sabes quien es. ¿Eres su
camarada? Qué horror!!!
La gran crisis nacional está sacando a flote toda la
podredumbre moral de este régimen. No hay nadie que se salve. El equipo de
gobierno no tiene credenciales, solo prontuarios, desde Iris Varela a Jorge
Rodríguez. Venezuela tiene que fumigar este antro de podredumbre enquistado en
Miraflores. Aplicarle cirugía a este tumor purulento que es el régimen castro-madurista.
Jorge Rodríguez vive en un quintón de tres pisos en la Alta Florida, con puerta blindada. Tiene tres casas más en esa cuadra. Terreno con piscina para los hijos.Al menos una decena de escoltas motorizados.
ResponderEliminarLa ideología del mal, de aquel que odiaba a su propia raza, de quien violaba a su criada, sólo trajo dolor a la humanidad. El prometido paraíso sin clases en la tierra fue el infierno en la tierra.
No tengo a mano el libro, pero Dostoievski, en su novela Los Demonios, ponía en labios de uno de los personajes su crítica a comunistas y socialistas, que hablaban en contra del sistema pero cómo les encantaba la buena vida. Orlando Figes, en su libro La Revolución Rusa: la tragedia de un pueblo, obra definitva sobre el tema, describe cómo los bolcheviques se paseaban con prostitutas vestidas con las pieles y joyas arrebatadas.
NO hay un ejemplo de estos sujetos que asaltaron el poder que indique otra cosa sino el disfrute de una riqueza no trabajada. La historia se repitió en todas partes. Fue siempre el Gran Engaño. Esclavizar al hombre en nombre de su redención social.
Jorge Rodríguez no es la excepción, es la regla.
(Por cierto lo felicito por haber acertado de manera determinante sobre su opinión de la narrativa y el gesto para encender la rebelión. El anónimo que escribe, modestamente, también se autoapunta un acierto: dije acá, y lo sostenía en todas partes que el gobierno le temía a Leopoldo, y por eso lo había inhabilitado. Un gran abrazo).