miércoles, 24 de diciembre de 2014

Gerente petrolero argentino da una lección a Maduro, Ramirez y Del Pino




El presidente de la empresa petrolera estatal,  YPF de Argentina, Miguel Galuccio, fue entrevistado por la empresa McKinsey sobre los planes de la empresa.
Dijo, entre otras cosas, lo siguiente:
Creamos un Plan de cien días. Puse en blanco y negro lo que el DNA (la molécula que encierra el código genético)  de la empresa sería y lo discutí con el gobierno para asegurarme que estábamos alineados. Habían tres componentes: Primero, la empresa iba a ser gerenciada de manera profesional, en términos de integridad y de toma de decisiones. Hice énfasis en la creación de una meritocracia, para asegurarme de que la gente entendía que sería evaluada por sus resultados por encima de todo….
En el original en Inglés: We created a 100-day plan. I put down in black and white what the DNA of the company would be and discussed it with the government just to make sure we were aligned. There were three main elements. First, the company was going to be run professionally, in terms of integrity and how decisions are made. I spoke a lot about creating a meritocracy when I came into the position, just to make sure people understood that they were going to be valued for the results that they delivered, above all else”.
Esta es la filosofía gerencial de la empresa petrolera de un país cuyo gobierno es ideológicamente afín al de la Venezuela chavista, pero cuyo presidente no es un estúpido como Ramírez o Del Pino (me refiero al presidente de la empresa porque la Sra. Fernández está en el mismo nivel de Maduro).  Como todo gerente sensato, él sabe que una empresa debe estar regida por la más estricta meritocracia, so pena de naufragar.
Sin embargo, lo que hizo el difunto sátrapa y lo que hacen su carnal Maduro, el corrupto Rafael Ramírez y el infeliz Eulogio del Pino, ha sido todo lo contrario. Estos pobretones (de espíritu, porque plata les sobra) hablaron y hablan de la meritocracia como una mala palabra, como un pecado de la PDVSA pre-chavista . Se permiten decir, en tono de asombro: “Imagínense: la PDVSA anterior a Chávez era meritocrática!”, como si ello fuera sinónimo de tener SIDA. Y agregan: “Nosotros terminamos con eso de la meritocracia. Ahor PDVSA es del pueblo, es soberana, está manejada por los obreros, está dedicada a satisfacer los deseos de los pobres”. Se jactan de que la nómina se haya multiplicado por cuatro desde que ellos llegaron aunque ahora esa inmensa masa de empleados produzca el 65% de lo que se producía antes. Cuando hablan de un pozo petrolero cualquiera no se refieren a un pozo más sino al pozo “Negra Matea”,  de la faja “Hugo Rafaél Chávez Frías”,  cuya producción será transportada por el oleoducto “Ché Guevara” hasta el terminal “Ezequiel Zamora” para ser refinada en el Complejo refinador  “Maisanta” (aun en proyecto).  Combinada con el robo llevado a cabo por gerentes y contratistas, esta orgía de cursilería e ignorancia  ha llevado a la ruina a la  empresa petrolera venezolana.
Y ese crimen no puede quedar impune. La cárcel les espera, si hay justicia. 




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