Maduro hoy en La Habana

Nicolás Maduro Moros, como le gusta decir su nombre, ya que suena más distinguido, llegó hoy en la madrugada a La Habana preocupado por lo que tendría que hacer en Venezuela. Él sabía que su régimen pendía de un hilo y que su supervivencia dependía de que se anunciasen grandes decisiones. Su régimen se había convertido en una pirámide Ponzi de la propaganda. Cada anuncio debía ser espectacular, a fin de mantener al país en vilo, sin pensar en la realidad subyacente, una realidad donde la gente andaba con hambre pero, eso sí, con los fundillos sucios.

El problema, pensaba el títere, es que ya no quedan muchos anuncios espectaculares por hacer. Ya nadie cree lo de los 13 millones de votos contra Obama, nadie se interesa por la faja Petrolífera Hugo Chávez Frías, el pueblo se ríe del pájaro. Lo del mango no cayó bien.

Pensó: “me queda la vino tinto, el Caracas, el Magallanes , el Sistema y la POLAR”. Qué hago? Elimino los importados de los equipos, a fin de anunciar la independencia deportiva, la soberanía plena de las pelotas? Me nombro presidente de El Sistema, nombro a Abreu vicepresidente?  O le echo mano a la POLAR? Esto último sería lo más espectacular”. Y pensó en los titulares del Correo del Orinoco:   “Maduro nacionaliza la arepa!”. “La cerveza ahora es de todos, no de la oligarquía”.  

Se imaginó los jardines de las plantas de POLAR, tan cuidaditos y pensó que podrían ser utilizados para meter allí grandes carpas que alojarían  varios centenares de personas que quedaban todavía en la Torre de David y en uno que otro hotel.

Llegó al aeropuerto de La Habana y subió al jip que lo esperaba para trasladarse al palacio presidencial, donde lo esperaban Raúl y Orlando Borrego, el virrey nombrado por los Castro para manejar los asuntos venezolanos.

Después del cafecito de rigor, Nicolás Maduro se dirigió a Raúl:
- ‘Mi comandante, le traigo el saludo patriótico y anti-imperialista del pueblo heroico de Venezuela y de la primera combatiente”.

-        “A discreción, Nicolás. Puede usted levantarse”, le respondió el líder cubano, “entiendo que usted desea consultar algo importante con nosotros. Le agradezco brevedad, porque tengo un desayuno con Shannon, a quien usted conoce. Y, después tenemos que asistir al desfile del día del trabajador”.

-        “Bien, comandante”, carraspeó Nicolás, “vengo a pedirle su parecer sobre un anuncio que me gustaría hacer a mi regreso a Venezuela, la expropiación de POLAR. Esa empresa es como decía Mao, un hueso que tengo atravesado en la garganta”.

-        “Jrushov, no Mao”, le aclaró Raúl.

-        “En fin, creo que esa toma sería la coronación de la revolución bolivariana, Comandante. POLAR es el último castillo feudal que existe en Venezuela. Ya hemos terminado con casi todo lo demás”.

-        Raúl le respondió: “terminado es la palabra correcta, Nicolás. Déjeme decirle sin rodeos que eso que usted viene a proponer es una completa estupidez. Usted no debe tocar a POLAR ni con el pétalo de una rosa. Esa es la empresa que le da de comer, todavía, a los venezolanos. Y, demás, es una empresa bien manejada, que se porta bien con sus trabajadores y que produce los dos pilares de la dieta popular venezolana: la arepa y la cerveza”. Respiró profundo porque estaba muy molesto. “Ese ataque sería oportuno en otras circunstancias pero hoy en día usted no puede arriesgar una crisis política y social en Venezuela, solo para satisfacer su complejo de inferioridad frente a Mendoza”. Se volteó hacia Orlando Borrego, el otro borrego, el que realmente manda en Venezuela, y le preguntó: “ Que piensas tú, Orlando? “

-        Y Orlando le respondió: “Comandante, estoy de acuerdo con usted. Eso de expropiar a POLAR son necedades de la Señora, quien, en mi opinión, se mete donde no debe. Ya se los he dicho a ellos allá en Caracas”.  

-        “ Entonces, no hay más que hablar Nicolás. Regrese a Caracas e invente cualquiera otra cosa pero no se meta con POLAR”.

Nicolás Maduro Moros regresó presuroso a Caracas después del desfile del primero de Mayo en La Habana y, al presidir la conmemoración de este día en Venezuela, se dirigió en cadena al pueblo de Venezuela:

“Conciudadanos y dadanas: En esta fecha gloriosa de los trabajadores vengo a anunciarles que he decidido nacionalizar a los equipos de pelota que operan en Venezuela. De hoy en adelante ni un solo extranjero podrá actuar en nuestros campeonatos de pelota. Ni siquiera los Curazoleños o Arubeños podrán actuar aquí. Esta medida trascendental que he decidido tomar, a riesgo de las represalias del imperio, consagrarán nuestra soberanía petrolera y pelotera. Desde el imperio.. perdón, desde el empi reo, el supremo autor, nuestro padre nos mira alborozado y alebrestado. Vamos pues, sigamos por la senda de la liberación progresiva y tan surrealista que nos hemos impuesto.

Viva nuestro padre! Viva el Comandante Eterno!”.