Un visitante me habla de la Venezuela que se está derrumbando

Un buen amigo que nos visita desde Venezuela me narra el estado del gobierno y me suena increíble lo que me dice, aunque sé que es la verdad.

“El gobierno simplemente ha dejado de funcionar”,  me dice. “Desde el tope de la pirámide hasta el burócrata más modesto, todos están empeñados en hacer dinero. Lo que se veía en la cuarta república, robos de miles de dólares, ya no significa nada en comparación con lo que está ocurriendo. Cualquier pendejo ya se ha embolsillado cinco millones de dólares y, por supuesto, hay gente que ya amasa más de mil millones de dólares. Lo que hemos visto en Andorra, en Panamá y otros países, es solo una pequeña parte del despelote. No tienes idea de las fortunas que el chavismo ha acumulado”.

Y continúa: “Por ejemplo, PetroCaribe está construyendo casas en Haití por valor de unos $300 millones. ¿Dónde están? En la misión Vivienda se están robando centenares de millones de dólares. Gente que nunca ha tenido una profesión, patanes incultos, da propinas de 10.000 euros en los hoteles de Europa”.

“Imagínate que llevé unos inversionistas a un ministro, muy acicalado él, zapatos de Gucci, corbata de Ermenegildo Zegna, y el tipo no supo decirles nada a los visitantes que no fuera: Hagan lo que ustedes  quieran hacer y nos arreglamos”.

Me habla de otro ministro recién nombrado: “El Ministro XXXX (nombre en reserva)  es peleón, muy excitable. Pierde la paciencia rápidamente y la gente se aprovecha de esto para mortificarlo. El estrés d tener más puestos que un autobús le ha causado una dermatitis nerviosa en las manos, de tanto rascárselas. Las tiene peladas. Ese pobre tipo ya está de salida, aunque lo acaban de nombrar”.

Mi amigo prosigue: “la gente  está literalmente pasando hambre. Y lo que está sucediendo en gran escala es que la gente hambrienta se está convirtiendo en ladrones y hasta en asesinos. El conserje que mató al abogado estadounidense lo hizo al ser descubierto robándolo. La gente recuerda lo que les dijo Chávez: si tienen hambre roben. Lo que no pensó el difunto sátrapa es que entre el robo y el asesinato no hay sino una puñal”.

“Mira, Gustavo, he estado en reuniones al mayor nivel que te puedas imaginar. Y la cosa es igualita. Esa pandilla está saqueando, se están pegando cachos los unos a los otros, están en la rebatiña, como si esto se fuera a acabar mañana. Lo que hay es un desmadre de inmoralidad, nadie del régimen está pensando en el país. Eso es un sálvese quien pueda y con la mayor cantidad de dinero posible recogido de la piñata”.

Le pregunto: “como puedes tu sobrevivir como pequeño empresario entre tanta corrupción”?  Y me dice, con una sonrisa triste: “es que la corrupción ya no es el problema, Gustavo. La corrupción se ha convertido en  la solución. Yo le pago al Guardia Nacional, al tipo de la Aduana, al de Hacienda, al que controla los alimentos y la fecha de expiración de los enlatados. Y todavía hago ganancias, porque lo que compro en China en un dólar vale 50 dólares en Venezuela”. 

“El otro día”, me dice, “estuve con unos inversionistas de visita en varios ministerios y nos asignaron nueve guardaespaldas. La embajada de los visitantes puso uno y el gobierno los demás. Cuando íbamos a almorzar en los restaurantes de la capital, que son carísimos, no sé cómo nadie puede pagarlos, los nueve guardaespaldas se sentaban en una mesa aparte pero cerca de nosotros y almorzaban por cuenta nuestra. Pobrecitos, estaban comiendo como pocas veces pueden comer con lo que ganan. Al final de los tres días que estuvieron con nosotros, nos pidieron una propina!! . Todos los días, por cierto, matan a uno o dos de estos pobres muchachos, quienes no tienen idea de lo que están haciendo. En el país un abogado de prestigio está ganando $50 al mes. La gente sobrevive comiéndose los ahorros en dólares, con trueques o robando”.

Esto es dantesco, le dije a mi amigo. Menos mal que estos hampones  van a ir a la cárcel.

“No creas que eso va a pasar”, me respondió. “En la Venezuela de hoy hay una gran conchupancia entre el régimen y algunos miembros de la oposición. Están en conversaciones para que pueda haber una transición súper-suave, en la cual a nadie que se vaya  le quiten sus ahorros. Por supuesto, estos ahorros deben ser compartidos con quienes se quedarían. Hay gente en la oposición que antes eran unas fieras y ahora son unas hermanitas de la caridad, predicando la hermandad entre los venezolanos, siempre y cuando ello les dé una cuota de poder. Algunos de ellos están en las nóminas de pago de los contratistas que han hecho miles de millones de dólares a punta de amistades y compadrazgos. Eso te lo puedo demostrar porque tengo documentos que lo prueban”.

Como será el despelote”, añadió, “que nadie sabe cuánto dinero dejó el difunto. No hay declaración sucesoral de bienes. O nadie la conoce. Por eso es que se habla tanto de las fortunas de las hijas del difunto.  No hay certificado de defunción, no hay declaración sucesoral, no hay partidas de nacimiento del reemplazo. ¿Qué clase de país tenemos, Gustavo?”. 

Confieso que me sentí tentado a irme a las puertas del consulado de Venezuela en Washington DC, en Georgetown, a quemar mi pasaporte. Pero, ¿quién se daría cuenta de ese gesto? El Washington Post no me haría caso si les digo que escriban algo sobre eso.

 El dinero de estos hampones ha comprado revistas que se creían intachables en Washington. El dinero todo lo puede en esta etapa de nuestra vida venezolana. Un analfabeto en Miraflores, creando caos nacional, es recibido por el Presidente de la China o logra que la basura diplomática latinoamericana se inhiba de debatir sobre la agresión de la pandilla chavista a miles de pobres vecinos de Colombia. El tipo anda de viaje acompañado de la “primera combatiente”, de Nicolasito, un parásito ignorante que tiene su cambur, como el resto de la familia y de ruinas humanas como Iris Varela, en momentos en los cuales 17 reclusos de Tocuyito han muerto calcinados.

Lo que me dice mi amigo y lo que leo sobre Venezuela fortalecen mi empeño en buscar y lograr el castigo para estos hampones. No será fácil pero no descansaremos hasta verlos enjuiciados como criminales y traidores.