De Delpino y Lamas a Delpino y Maduro

Premios Nobel de Economía?

Francisco Antonio Delpino y Lamas fue un caraqueño, sombrerero de profesión, que quiso ser poeta, a lo Góngora. Su falta de talento era vista por todo el mundo menos por él. Los estudiantes, en especial, comenzaron a tomarle el pelo. Don Francisco, lo llamaban. El 14 de Marzo de 1885 decidieron celebrar en el Teatro Caracas la coronación del poeta. La llamaron La Delpinada y la dedicaron a: “A los intrépidos poetas que escalan el Helicón en el Pegaso de Sancho”. Fue una caricatura de eventos jalabólicos que se realizaban en Venezuela, llamados La Boliviada, La Colombiada, etc. (En 130 años el gremio de aduladores sigue campante). La producción poética del “Chirulí del Guaire” haría morir de envidia a Isaías Rodríguez, el poeta laureado de la revolución. Decía cosas así:

Cuando por tu vergel vaya un canario

Y entre flores te cante divino

No lo espantes, que es mi humilde emisario

Tu cantor, Francisco Antonio Delpino

130 años después otro Del Pino y su carnal Maduro irrumpen en la escena petrolera de Venezuela con un similar contenido de cursilería y bendita ignorancia. Ayer Maduro presentó una particular teoría del mercado petrolero, según la cual “la teoría de la oferta y la demanda en la determinación de los precios de los productos no sirve, y propuso en su lugar que sean los productores, los que hacen el trabajo y la inversión, quienes determinen el precio”. Esto suena ligeramente familiar: se llama cartel. Ninguno de los carteles trabaja por largo tiempo, ni siquiera la OPEP, la cual tuvo sus años de éxito. Hoy en día el mercado petrolero tiene características que hacen el cartel inoperante: (a), tiene solo un 30% de la producción; (b), sus miembros tienen necesidades económicas y agendas políticas muy diferentes; (c), el eje del poder energético se ha desplazado del medio oriente hacia el bloque norteamericano debido a las reservas de petróleo y gas de lutitas.

Maduro mete la patota cuando dice que “nuestros” países hacen toda la inversión y por ello tienen el “derecho” de imponer los precios. Cuando vemos la situación de quiebra financiera de Venezuela en general y de PDVSA en particular no entendemos de que habla Maduro. El grueso de las inversiones petroleras en el país la están haciendo las empresas extranjeras porque PDVSA no tiene dinero con que hacerla. Le han pedido a las empresa que hagan ellos toda la inversión Y “después nos arreglamos”. Pero las empresas le han dicho que por allí se va para San Diego.

El más que Maduro agrega: “El libre funcionamiento del mercado es mentira…. lo que yo quiero es que nosotros regulemos, gobernemos y controlemos el mercado en el proceso de fijación del precio del petróleo a partir de ahora en la nueva coyuntura que se han presentado”.

Es decir, el mundo no es como es sino como yo quiero que sea. Esa malcriadez infantil es una de las características de la pandilla que está en el poder, totalmente insensible al ridículo y a la mofa universal que despierta. Isaías Rodríguez pensó que su poema al equipo de fútbol español le ganaría el Premio Cervantes y lo que le ganó fue una patada por el trasero.

Maduro dice   que su nueva teoría económica será presentada por el nuevo Del Pino, Eulogio,  hoy 21 de octubre, en una reunión de técnicos de la OPEP quienes se mirarán las caras cuando Del Pino se los diga, haciendo un gran esfuerzo para no reír.