Hay que sacar a esta pandilla del poder
En un país dominado por una pandilla de ladrones, asesinos y
narcotraficantes, en el cual la Fuerza Armada apoya a la pandilla – o más
precisamente – es parte integral de ella, en el cual los principales
funcionarios públicos son piezas al servicio de la pandilla y muchos pobres
viven de las limosnas del régimen y están dispuestos a seguirlo haciendo a
cambio de su dignidad, los estratos sociales amantes de la democracia, desde la
clase trabajadora hasta la clase media alta, no tienen muchas alternativas para expresar su rechazo y sus deseos de
cambio. Una de las pocas es el voto y
aún este camino está solamente entreabierto, ya que todos sabemos que el
proceso electoral venezolano está lleno de abusos de poder por parte de la pandilla.
Sin embargo, no hay otras alternativas inmediatas. Una insurgencia
ciudadana abierta, a pesar de estar enteramente justificada, pondría en riesgo la vida de miles de
venezolanos debido a la existencia de policías, militares y bandas armadas y
sin escrúpulos, lo cual podría conducir hasta a una posible intervención
extranjera. El voto del 6D presenta una oportunidad de insurgir vigorosamente, de manera no-violenta, en un evento que, a diferencia de los anteriores
en el país, ha logrado capturar gran atención del mundo exterior.
Esta vez la región latinoamericana, Estados Unidos, Canadá y los países
europeos están alertas a lo que pasará el 6D en Venezuela. Lo están la OEA y la
ONU. Ya todos estos países y organizaciones
conocen la existencia de un Consejo Nacional Electoral podrido hasta la
raíz, el cual permite al régimen toda clase de indignas triquiñuelas. Saben que
el Presidente Nicolás Maduro es un gobernante esencialmente ilegítimo, ignorante y violento. Saben que
Diosdado Cabello es un personaje abusivo y probablemente involucrado en actividades
criminales. Conocen de la existencia de prisioneros políticos injustamente
encarcelados. Han tenido noticias de las
arbitrariedades cometidas por el régimen en materia de inhabilitaciones
injustificadas de candidatos de la oposición, de cambios en las
circunscripciones electorales y de los estados de excepción impuestos de manera
arbitraria, con fines de inclinar la
balanza electoral a favor del régimen en los estados fronterizos. Saben que las
bandas armadas y motorizadas del régimen
asaltan a los eventos de la oposición y han llegado al asesinato.
Y saben también que todas las
encuestas hechas de manera independiente apuntan a una resonante derrota para
el régimen. Cualquier resultado que difiera significativamente de la muestra estadística
generará reacciones del mundo exterior y deberá conducir a una rebelión total
por parte del país democrático. Al “Como Sea” de la pandilla la Nación
venezolana deberá oponer su firme voluntad de rechazo y tendrá que echar el
resto.
Hay un cerco tendido por las fuerzas
democráticas del la región y del mundo alrededor de la pandilla
chavista-madurista . Este cerco es tan fuerte que está generando una reacción
violenta de los cabecillas de la pandilla, Maduro y Cabello, quienes ya han
perdido todo control e insultan y desafían estas fuerzas porque se saben
perdidos.
La Venezuela destruida y saqueada por la pandilla chavista está cerca de
poder aplicar justicia. Con la pandilla no puede caber ya ningún diálogo,
ninguna negociación, ningún intento de coexistencia pacífica. Es necesario
restablecer el estado de derecho, las libertades y los derechos ciudadanos en
un país acogotado por el grupo de los 500 criminales. Esto es tan evidente que
es imposible comprender la razón por la cual hay venezolanos quienes aún llaman
a este tipo de componendas con el régimen. Lo que se impone en el país es una
investigación de los principales responsables de la tragedia venezolana a fin
de aplicarles la justicia que se merecen y, sin la cual, Venezuela seguiría
siendo un país de medio pelo.
En especial, se deberán investigar sin más tardanzas las posibles acciones
ilegales o criminales llevadas a cabo por los siguientes funcionarios públicos
en perjuicio de la Nación venezolana: Hugo Chávez, Nicolás Maduro, Cilia
Flores, Diosdado Cabello, Jorge
Giordani, Nelson Merentes y Rafael Ramírez. Por supuesto que hay muchos más
funcionarios públicos, contratistas, banqueros, familiares, amigos y cómplices
de la gran estafa a la Nación, pero será preciso comenzar por estos cabecillas.
Muy buen analisis, pero el detalle es que los Cabecillas de la Pandilla de los 500 Ladrones no van a caer la semana que viene. Ni el TSJ ni los militares, ni el Sebin..
ResponderEliminarEl otro detalle es que van a saber camouflarlo todo. Empezando con los resultados de las elecciones. El Fraude va, "como sea", con mil trucos y con Smartmatic, pero con cierta medicion. Con que saquen unos 80 diputados, todo el mundo se va a creer, o a calar, ese cuento. Nacional e internacionalmente. Todos saben que habra fraude, pero no sera tan descarado. No puede serlo. Despues simplemente empiezan los Guisos. Sobornos. Extorsion. Amenazas. Mas guisos. Mas sobornos. Si la MUD obtiene 90 diputados, cuanto creen usteded que valen la mayoria de ellos? No mucho. Gentuza como Ramos Allup..Esa MUD se va a embarrar, y habra otra pandillita de nuevos-ricos complices en el "parlamento".
Gracias por el buen análisis, Gustavo Coronel.
ResponderEliminarCreo que tienes razón al decir que Venezuela debe alzarse en las elecciones para la Asamblea Nacional, y en caso de fraude evidente, de inmediato responder con un plan de acción no-violenta que termine el poder del régimen ilegítimo.