***** Nos quieren meter a Zapatero y a Fernández a la fuerza
El 5 de Julio en la Asamblea Nacional nuestro respetado
amigo, Américo Martín, ilustró lo deseable de un diálogo en Venezuela con el
ejemplo de Colombia, donde se ha firmado un acuerdo de paz entre el gobierno y
las FARC. Si ellos han sido capaces de hacerlo, ¿por qué no nosotros? se
pregunta Américo.
El diálogo y convenio entre el gobierno de Juan Manuel
Santos y las FARC no es un ejemplo de lo que debiéramos hacer aquí. Desde el sitio
elegido para ese diálogo, Cuba, hasta los detalles de la negociación, ese
arreglo hiede.
Los problemas que le presenta este arreglo a Colombia
incluyen los siguientes:
1. Lo acordado le da a los miembros de las FARC una casi
total impunidad. Aquellos quienes se declaren culpables no podrán ser llevados
a prisión;
2. Quienes se declaren culpables pueden aspirar a la función
pública, elegibles para gobernadores o alcaldes. Dice Álvaro Uribe que se
podría dar el caso de un victimario de las FARC elegido para gobernar la
provincia que victimizó;
3. El arreglo otorga una amnistía total a los
narcotraficantes y no habría ni prisión en Colombia ni extradición para ellos.
El narcotráfico se definiría como un crimen político, dice Álvaro Uribe, por lo
tanto, perdonable por decisión presidencial;
4. El arreglo no contempla la devolución del dinero que las
FARC ha amasado mediante el tráfico de drogas. Ello significa, dice Uribe, que
la fortuna de las FARC será puesta al servicio de su transformación en un
partido político.
5. 5. Las negociaciones han permitido a las FARC elevar la
producción de coca de unas 180 toneladas en 2011 a más de 400 toneladas hoy.
6. Dice Álvaro Uribe que la manera de venderle este arreglo
al país es fraudulenta. Los colombianos serán preguntados por un sí o por un no
sobre la paz en Colombia, sin que se puedan separar los diferentes aspectos del
convenio, es decir, un todo o nada. Ello
haría de quienes voten por el sí cómplices de una entrega;
7. El gobierno promueve una modificación de la constitución
para rebajar el nivel de asistencia al referendo de un 50% a un 13%. Esto, dice
Uribe, representaría una posibilidad de aprobarlo con una pequeña minoría del
país.
Estos aspectos del convenio que se ha firmado entre las
FARC y el gobierno de Santos, el cual deberá ser ratificado en un referendo, representan
una dolorosa derrota para la justicia transicional, uno de los graves peligros
de negociar con bandidos, ladrones y narcotraficantes. Este es también el
peligro del diálogo para Venezuela. Los verdaderos problemas del país no se
resolverían dialogando con un régimen chavista que está en franca y abierta
rebeldía en contra de la constitución y de las leyes y cuyo objetivo
fundamental será lograr el mismo grado de impunidad que las FARC parecen haber
extraído de un presidente colombiano obsesionado por el premio Nobel de la paz.
Paz, ¿a qué precio?
El arreglo con las FARC no puede ser un ejemplo para
Venezuela
Absolutamente de acuerdo. El sueño delirante de los Castro sigue vivo: apoderarse de Latinoamérica y convertirla al comunismo. Parece mentira, pero es así. La joya de la Corona, que siempre fue Venezuela, está atada y no lka quieren soltar. Han tenido retrocesos pero ahora obtienen un gran triunfo con esta bajada de pantalones del traidor Santos.
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