martes, 8 de noviembre de 2016

Hoy voté en las elecciones presidenciales de los Estados Unidos


Hoy tuve el placer de ejercer mi derecho al voto como ciudadano estadounidense por naturalización. Es la primera vez que lo hago y ello me dio una sensación de pertenencia en este país como nunca antes la había sentido. Es una sensación de gratitud hacia un país que me ha recibido con cordialidad y solidaridad y hasta me ha dado, después de cotizar por 12 años,  una pensión de $510 al mes y un seguro médico que me cubre el 80% del costo de mis facturas médicas,  algo que nunca pude lograr en mi Venezuela natal, después de cotizar por más de 40 años.
Soy venezolano y soy estadounidense. No veo conflicto alguno en ser ciudadano de estos dos países, porque lo que deseo para Venezuela es lo que veo en los Estados Unidos: gente que trabaja, que paga sus impuestos, que tiene seguridad social, que ve que la infraestructura física del país es bien mantenida, que se puede vivir modestamente o se puede ser millonario pero en ambas categorías es posible tener lo esencial: un techo, un auto, educación y salud. Esto es lo que veo a mi alrededor aquí, en el estado de Virginia, donde vivo, y esto es lo que he luchado  por muchos años por implantar en Venezuela. Pero, en esa lucha personal, que me ha tomado más de 60 años de mi vida adulta, no  es mucho lo que he progresado, ya que la he librado al margen de la política y es en ese campo en el cual, en nuestra región latinoamericana,  se pueden obtener resultados significativos .
Venezuela está hoy más lejos que nunca de tener la calidad de vida que yo desearía que tuviese.
Esta mañana fuimos a votar a las 6:30 a.m. , a unos 50 metros de donde vivimos y me llamó la atención que, al llegar al sitio, todavía hubiese gente haciéndole propaganda a cada partido. Parecería que la campaña no termina nunca. Por supuesto, me pareció extemporáneo porque ya yo sabía bien por quién iba a votar. No vi por ningún lado alguien armado, nada de soldados en la calle con ametralladoras. Entramos, mi esposa y yo, al sitio, donde nos recibieron con una sonrisa. Di mi licencia de conducir y ello corroboró mi registro electoral. Me dieron una boleta de votación y procedí a votar. Todo el proceso tomó unos siete minutos.  Me pusieron un pequeño “sticker” en la camisa que decía Yo Voté. Después, mi esposa y yo nos fuimos a desayunar en una sitio cercano, sintiéndonos satisfechos de haber cumplido con nuestro deber y derecho ciudadano.  Eso fue todo. Como quisiera ver esto hoy en Venezuela. Iríamos a votar allá, en la misma escuelita rural de Barrera, Estado Carabobo, donde todavía debemos estar registrados. Eso sí, rezando porque nos dejen entrar al país y, más aún, porque nos dejen salir y no quedemos apuñaleados en algún rincón oscuro de nuestra patria, sin que nadie sepa jamás quién lo hizo. Ese es un final que no desearía tener.
En los pueblos de Virginia no hay nada cerrado, todo marcha normalmente. La gente se ausenta momentáneamente de su trabajo, va a votar y regresa al trabajo.  Esto es lo que yo deseo para Venezuela, mi país natal, donde tengo mis raíces y al cual amo intensamente y por ello me duele lo que le está pasando. Deseo que una votación presidencial no sea una dramática puesta en escena, en la cual todo se para y el país se militariza. En la Venezuela de hoy el militar es símbolo de dictadura y ello corrompe cualquiera elección.
Vivo aquí en un ambiente civil - izado, en el sentido más íntimo de la palabra, sin que haya presencia militar en el entorno, una presencia que en Venezuela ha llegado  a ser sinónimo de opresión y de abuso. En los Estados Unidos la Fuerza Armada tiene una misión esencial de protección de la soberanía, de defensa. En Venezuela, la Fuerza Armada es hoy un organismo podrido, lleno de narcotraficantes, contrabandistas, vividores y parásitos. Y esto que digo es eminentemente documentable, no calumnio a nadie al decir esto. Si tuviera una varita mágica la agitaría diciendo: “Desaparece, Fuerza Armada”, porque si ello fuese posible, Venezuela se vería libre del peor parásito de su historia.    
Uno de mis vecinos, con quien he hecho una estrecha amistad, sabe que él y yo votaremos por candidatos diferentes. Sin embargo, no hay en él animadversión. Me ha felicitado por ir a votar por primera vez. Esta noche, cuando se den los resultados, uno de nosotros dirá que el país ha cometido un error fatal. Pero mañana, nos encontraremos en el gimnasio y seguiremos siendo amigos. Sabemos que los Estados Unidos tiene inmensos problemas y que esta campaña ha sido de las más amargas de la historia del país porque nos ha obligado a elegir entre dos candidatos muy impopulares.
En lo que confiamos ambos es en el sistema de gobierno de los Estados Unidos, el cual permite contrapesos institucionales que funcionan: Ejecutivo, Legislativo y Judicial esencialmente independientes. Como quisiera yo tener esto en Venezuela, país en el cual los tres poderes y los otros dos, Electoral y Ciudadano, son antros podridos de corrupción.
Voté y ahora espero el resultado.



2 comentarios:

  1. Yo tambien vote hoy por primera vez aqui en USA. Que bien me siento no haber votado por el arrogante, populista, demagogo, mujeriego, instigador del odio, sexista, racista y habla paja del trompeta. Ese bicho no paga impuestos y ademas deberia leerse el manual de carre~o a ver si aprende algo bueno.
    Dios, que no gane trompeta............

    Llevatelo Willie.

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  2. Excelente comentario. Votar y elegir lideres debe ser una actividad normal y sin grandes lios como lo es en EE.UU. En 'este pais donde tambien soy ciudadano, el voto no es solo para presidente y congreso, sino que incluye decisiones para elegir jueces estatales, miembros de las asambleas estatales y municipales, jefes de policia y de los bomberos, y en cada Estado hay consultas especificas como propuestas para legalizar marijuana, poder emitir bonos publicos para distintos proyectos, si es aprueba a no la pena de muerte, etc. Es una eleccion profunda de los que van a ser los lideres de actividades publicas y temas que van a impactar a la ciudadania. Esto es lo que es una verdadera democracia.
    Ojala Venezuela llegue algun dia a esto!

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