El payaso Maduro pretende que Venezuela se incinere sobre su tumba

Los viajes del payaso asesino, Nicolás Maduro y de su mujer Cilia, a la India lo pusieron en contacto con los restos de algunas aberrantes prácticas ya extintas en esa cultura. Una de las que le llamó más la atención fue la bárbara tradición del Satí, según la cual la viuda debía sacrificarse por el muerto, sentándose sobre su pira funeral.

Sin embargo, esta pretensión del narco-usurpador venezolano nunca fue literal, ya que Cilia es la pareja dominante en esa macabra relación y jamás hubiese considerado esa posibilidad. Lo que Maduro pretende, ahora que está cerca de su tumba política, es que Venezuela se inmole sobre su pira funeral.  Maduro ha tenido más éxito en persuadir a Venezuela a que haga esto que en tratar de que sea Cilia quien se incinere a su lado. Esta delincuente ya  tiene su salida bien planificada y sus millones a buen resguardo, si es que la dejamos salir.

A lo que Maduro se aferra ahora es a la pretensión de que Venezuela debe desaparecer con él en la gran fogata que lo reducirá a cenizas, junto con su pandilla de 500 forajidos civiles y militares. Se inspira en las canciones cursis, favoritas de los burdeles latinoamericanos, aquellas que dicen: “Si no eres mía no serás de nadie”.

La pretensión de Maduro de destruir completamente a Venezuela antes de irse al infierno lo pone en el mismo nivel de aquellos seres mentalmente defectuosos y sexualmente desviados que florecieron en la Roma decadente, monstruos como Calígula y Nerón, aquellos seres frecuentemente producto de uniones incestuosas quienes no podían concebir, en su narcisismo, que el mundo pudiera seguir existiendo sin ellos.

Hugo Chávez ya venía en ese plan de creerse indispensable poco antes de que los cubanos castristas aprovecharan su inesperada enfermedad para decidir terminar con él,  aplicarle eutanasia política con el fin de poner a Maduro, más babieca, más servil, en su lugar. De este asesinato fueron cómplices algunos miembros del entorno presidencial de aquel momento, información existente que más temprano que tarde saldrá a la luz.

Maduro, apuntalado por el castrismo cubano y por una Fuerza Armada venezolana execrable cuyos máximos traidores, esos sí, deberán alimentar la pira del payaso, ha logrado avanzar bastante en la destrucción material y espiritual de Venezuela. Su ridículo sentido de grandiosidad lo lleva a aferrarse a la ilusión de ser indispensable. Sin embargo ya es aparente que  la acción conjunta de los países de la región, la censura moral de las porciones civilizadas del planeta y la actitud de rebeldía de la mayor parte de la población venezolana lo llevará a su tumba política a muy corto plazo.

En este momento en el cual el payaso asesino agoniza, los venezolanos dignos deberán resistir todo intento de  pactos con sectores oportunistas del chavismo/madurismo “arrepentido”. Será necesario barrer toda la basura y desinfectar a fondo las instituciones embrutecidas y prostituidas durante 20 años de dictadura de la ignorancia.  Si esta limpieza a fondo no se lleva a cabo permanecerán enquistadas en el alma nacional las prácticas innobles, la corrupción, el narcisismo ignorante, las ideologías derrotadas, de la misma forma como los remanentes de una infección pueden seguir corrompiendo los tejidos del convaleciente.

Maduro y sus 500 facinerosos están a la puerta de sus tumbas políticas. Venezuela necesita mantenerse fiel a sus principios a fin de no permitir que sobreviva el excremento ideológico que llevó al país a esta horrorosa tragedia. Maduro y su pandilla pagará. La justicia deberá aplicarse.

Porque si no se aplica la justicia se desatará la venganza.