Primera década, 1976-1986. Desempeño
altamente profesional, el cual llevó la empresa del estado, PDVSA, a niveles de
eficiencia comparables con los de las empresas petroleras internacionales. Sin
embargo, se presentaron señales muy negativas como lo fue la toma por parte del
estado del Fondo de Financiamiento de PDVSA y la designación de una figura
política como presidente de la empresa en remplazo del general Rafael Alfonzo Ravard;
Segunda década, 1986-1998. Desempeño todavía
razonable, con pérdida de eficiencia debido a la progresiva participación de la
actividad política en su funcionamiento, tanto en el plano financiero (pérdida
de autonomía), como en el aspecto gerencial (declinación de la meritocracia,
incremento de la nómina) y en la relación con el mundo político (incremento de
la politización de la actividad);
Tercera y Cuarta Décadas, 1999-2019. Cambio de Misión de PDVSA para convertirse en “empresa social”, con
utilización de sus ingresos para financiar programas masivos de subsidio para
el pueblo, deterioro de la re-inversión y del mantenimiento requerido, incremento
de la nómina hasta quintuplicarse, pérdida de calidad técnica y gerencial, híper-corrupción
a todos los niveles de la organización.
Lo arriba enumerado podría ser objeto de discusión en los detalles pero difícilmente
en su tendencia general. PDVSA en la década de 1990 estaba perdiendo eficiencia
debido a la progresiva participación de la política en sus procesos de toma de
decisiones gerenciales, financieras y hasta operacionales. Lo ocurrido desde
1999 en adelante aceleró este proceso y lo convirtió en un verdadero desastre
gerencial, operativo y financiero. Hoy en día PDVSA, la empresa estatal
venezolana está en la ruina y las pretensiones ultranacionalistas del régimen que
la ha manejado durante esas dos décadas han fracasado hasta el punto de que las
riendas de los restos de la industria petrolera venezolana están hoy, esencialmente, en manos de empresas rusas y chinas. La
obsesión de la soberanía y del nacionalismo petrolero ha llevado, paradójicamente,
a la pérdida total de soberanía petrolera y a la ruina del sector petrolero
venezolano, el cual ya no cuenta para nada en los escenarios energéticos
mundiales.
En vista de esta experiencia, cuál debería ser el modelo organizativo
futuro de la industria petrolera venezolana? Se abren tres caminos
fundamentales:
El Monopolio estatal
La Empresa estatal alternando con empresas privadas
Empresas privadas sujetas a supervisión de Agencia Reguladora
1.
El Monopolio
Estatal. Esto significa que la actividad operacional en
el sector petrolero seguiría bajo el control de Estado, bajo la figura de una
empresa estatal, PDVSA. Este es el modelo que ha existido desde la
nacionalización, en 1976, el cual se ha politizado hasta el tuétano y
prostituido durante el régimen chavista. Quienes abogan por la continuación de
este modelo argumentan que:
·
una nueva PDSVSA
puede regresar a ser lo que fue en sus inicios, bajo una gerencia profesional,
libre de intromisiones político-partidistas
·
La actividad
petrolera es básica y estratégica, por lo cual debe estar bajo el control
directo del Estado
·
Que el negocio
petrolero es tan bueno que no debe compartirse con el sector privado
·
Que el “petróleo
es nuestro”, bandera ideológica que ha echado raíces profundas en el liderazgo
político venezolano, de derecha o de izquierda
Nos oponemos vigorosamente a este modelo por las siguientes razones:
·
La marca PDVSA
está profundamente degradada en el sector petrolero internacional. Hoy es sinónimo
de ineficiencia, corrupción, ignorancia gerencial y falta de cumplimiento en
sus compromisos internacionales. Nadie en su sano juicio podría considerarla
como un buen socio, sobre todo si es mayoritario como hoy pretende seguir
llevando el timón de la operación
·
La experiencia
de PDVSA revela que si bien es c cierto que el desastre se ha desatado con su
mayor intensidad durante las dos últimas décadas no es menos cierto que durante
las dos décadas iniciales ya se habían
llevado a cabo cambios advertibles en la calidad de la gerencia y en el nivel
de intromisión política en la actividad. Este era un proceso degenerativo que se acentuó a
partir de 1999 pero que ya había comenzado.
·
Recuerdo y suscribo
plenamente lo dicho por Diego Bautista Urbaneja hace ya muchos años, desde su
organización FACTOR DEMNOCRATICO: “Las únicas industrias básicas del estado
deben ser la educación y la salud”. El Estado no debe operar hoteles, ni líneas
aéreas ni transporte naviero o ferrocarrilero, no debe asumir el monopolio del servicio
eléctrico o de aguas. Esto ya está comprobado hasta la saciedad y parecería
suicida seguir insistiendo en hacerlo
·
El negocio
petrolero ha sido excelente por muchos años pero ha habido años en los cuales
no fue bueno, como es el caso hoy y como pudiera ser el caso mañana, según nos
advierten las tendencias energéticas mundiales. Lo que esto significa es que es
un negocio de riesgo y que, además, requiere de significativas inversiones. No
es un negocio para los “muchachos” sino para quienes tengan grandes capitales y
poder de resistencia ante los posibles fracasos. En este contexto, como podemos
justificar que el estado venezolano deba invertir millones de dólares en una
industria, cuando pueden ser las empresas privadas las que corran el riesgo? Aún
en 1976, cuando se tomó la decisión de nacionalizar (estatificar), lo que
verdaderamente estatificamos fue el riesgo de la actividad, porque hubiera sido
posible renegociar las concesiones en los mejores términos para la nación
·
El petróleo es nuestro es un mantra
ideológico que ha sido cultivado por el ultranacionalismo y patrioterismo en
muchos países en desarrollo. Tiene su asiento en la psicología colectiva, la
cual piensa que operar el petróleo, como tener su propia línea aérea
bandera, es sinónimo de desarrollo, es
ponerse al nivel de los grandes. Así nace PEMEX en México, PERTAMINA en
Indonesia, YPF en Argentina, PDVSA en
Venezuela. De todas ellas PDVSA fue por un tiempo la más exitosa porque se
trataba de transformar en nacional una empresa en marcha. Pero, en los países
donde se comenzó desde cero los resultados han sido desastrosos desde el
inicio.
·
El concepto
de empresa del Estado en nuestra historia es un reflejo del deseo de "ser
importantes", de sonar "desarrollados", desde la pomposa GRAN
VENEZUELA de CAP hasta la loca estatización chavista. Si le preguntáramos a un
psiquiatra/psicólogo sobre esta tendencia probablemente nos diría que
representa un intento de compensar por un complejo de inferioridad que frecuentemente
aqueja a los países en desarrollo.
·
El objetivo
supremo de una sociedad debería ser el logro de la mayor calidad de vida para
sus integrantes y de la mayor coherencia posible entre sus recursos y tamaño y
su modelo de desarrollo. Ello ciertamente no requiere la empresa estatal como
bandera de prestigio, sobre todo si prueba ser
como ha sido el caso – una fuente de derecho de los dineros públicos t
de corrupción en gran escala.
2.
La Empresa estatal
alternando con empresas privadas. Esta
postura tiene el mérito de desechar la idea de un monopolio estatal, el cual ha
probado ser un desastre. Existe en varios países de la región y de otras
regiones del planeta. Ha tenido éxito en Noruega pero no ha dado buenos resultados
en la mayoría de los países. Es
necesario preguntarnos: ¿Es realmente necesaria una PDVSA más allá de unos dos
años de transición hacia un nuevo modelo sin empresas del Estado? ¿Que sería lo que deseamos con
mantenerla? ¿Una muestra de soberanía? Ya sabemos que la soberanía no
requiere participación operacional directa en un negocio, sea hoteles, líneas
aéreas o empresas petroleras. ¿Qué queda de la CONAHOTU, de VIASA, de Conviasa,
de la misma PDVSA? Tampoco puede verse ya como una alternativa única
de fuente de ingresos. Ya sabemos que una empresa estatal no es
necesaria para darnos ingresos petroleros. Francamente, un modelo concesionario
puede ser mucho más eficiente. Una empresa del estado como PDVSA, PEMEX,
Petroperú han derivado en significativos centros de pérdidas y no de ingresos. ¿Una
razón de orgullo nacional? Ya sabemos que estas empresas del estado han sido,
casi todas, una razón para la vergüenza nacional: Corpoelec, Alcasa, Bauxiven,
la CAVN, CONVIASA, Ferrocarriles, etc. Las muestras de orgullo nacional
han sido costosas y han terminado en el fracaso, como ha sucedido con los tres satélites
artificiales comprados a China por Hugo Chávez y Nicolás Maduro por unos $800
millones.
3.
Empresas
privadas sujetas a la regulación de Agencias del estado, manejadas
profesionalmente. Este el modelo que predomina entre los países
desarrollados y entre muchos de los países en vías de desarrollo. Se trata de celebrar
contratos con el sector privado nacional e internacional para que las empresas
de ese sector lleven a cabo la actividad petrolera en el país. Esos contratos
pueden adoptar varias modalidades, todas bajo la supervisión de un ente regulador
del estado, el cual haga cumplir los términos de cada contrato y vigile su fiel
cumplimiento en los sectores operacionales/técnicos, financieros y sociales.
MI RECOMENDACIÓN
Esta alternativa de empresas
privadas actuando bajo el marco regulatorio de una agencia del estado es la que recomiendo. Puede lograr la óptima combinación
de control regulatorio de la Nación con mínimo riesgo financiero para la Nación,
con significativa participación de nuestros técnicos y gerentes en la administración
de la actividad y con el requerido control de la actividad integral por parte de la nación. Esto si sería verdadera soberanía, la cual
puede definirse como lo que resulte mejor para los intereses de la Nación, el uso
de los modelos óptimos para que todos los venezolanos se beneficien y permitan
la supervisión de la nación sobre la actividad. El griterío patriotero no es
soberanía.
Totalmente de acuerdo Don Gustavo. El estado se debe ocupar de la salud, educación, seguridad, defensa e infraestructura física. Fabricar celulares, automoviles; gerencia Bancos, Hoteles, Líneas aéreas, etc. en manos del Estado, es simplemente un foco de corrupción y una garantia de pésimo servicio. Gracias.
ResponderEliminarIC
Igual al anonimo anterior estoy totalmente de acuerdo con el analisis y la recomendacion del Sr. Coronel. Eso es exactamente lo que necesita nuestra industria petrolera para que renazca de las cenizas a lo que la redujo la maldita plaga socialista de chavez y maduro.
ResponderEliminarQue refrescante es leer sus analisis tan acertados acerca de nuestra querida Venezuela y como la ha destruido este narco gobierno acompañado por los miserables cubanos.
Que diferencia con sus articulos donde nos informa y que va a votar por Biden para presidente de EU. Lo cual es una tremenda decepcion saber esto ya que Biden es un corrupto de primera, que se hizo multimillonario durante su pasantia de politico de varias decadas y sin un trabajo real que justifique los millones que tiene, ademas de la senilidad y decadencia en que se encuentra.
Es increible que con la talla intelectual que tiene el Sr. Coronel piense asi, ya que ademas de corrupto Biden va a ser facilmente manipulable por los izquierdistas que le rodean y que adoran a cuba y a maduro. Y si en verdad es que gana asi no vamos a tener apoyo para liberar a nuestra patria querida de la plaga maldita que nos gobierna.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarNo puedo poner mis manos en el fuego por Biden como no las pongo por Trump. Pero me guio por lo que veo.
ResponderEliminarVeo que Biden da a conocer sus impuestos. Aquí los pongo:
OGE Form 278e
2016 Delaware
2016 Federal
2017 Delaware
2017 Federal
2018 Delaware
2018 Federal
El link es https://joebiden.com/financial-disclosure/ Aqui estan los de 2016, 2017 y 2018. Los de 2019 se esperabn este año.
Trump se ha negado a presentar los suyos y yo digo que weso me parece inaceptable.
Haga copia en el link y llévelo a google.com y ponga paste y se puede abrir.
ResponderEliminarSi tiene problemas se lo puedo enviar por email si me da el suyo. El mio es coronel.gustavo@gmail.com
Saludos,
Gustavo
Sr. Coronel, gracias por la informacion adicional. Yo tampoco meto mis manos en el fuego por ellos, y mi unico deseo es por mi Venezuela donde naci y creci, no esto que tenemos ahora que es irreconocible. Con respecto a EU, y si bien usted esta en su derecho de opinar como lo desea ya que en ese pais todavia existe libertad y no como aqui, sin embargo esta sumamente claro y es obvio quien es capaz y quien no lo es para ejercer ese puesto de enorme responsabilidad. De ahi mi extrañeza por su posicion. Que tenga un buen dia. Saludos.
ResponderEliminarSALUDOS, MI APRECIADO AMIGO.
ResponderEliminarMuy bueno el resumen histórico de la IPN después de su nacionalización. En mi opinión otra de las razones por las que repetir lo que fue PDVSA es imposible porque ya no existe los miles de profesionales que venían de una escuela magnífica de trabajo serio, eficiente y bien estructurados que nos dejaron las empresas como Esso, Shell, Texaco, etc. No quedó nada donde construir una empresa de la calidad que fue PDVSA.
ResponderEliminarEn mi opinión, la industria petrolera y petroquímica debe ser desarrollada por la empresa privada bajo regulaciones que imponga el Estado como dueño de los yacimientos de petróleo y gas. Nada de empresa estatal! Eso nunca sirve a la larga y a pesar de lo bien que se conceptualizó la nacionalización venezolana en 1976. Con el tiempo se va corrompiendo porque los políticos nunca dejan que querer el poder y el dinero que produce ése negocio. .
Sublime!
ResponderEliminarAlguien me puede informar el website de Presidente Interino Juan Guaido?
ResponderEliminarEs decir para tener una estructura organizativa!
A parte de sus sociales personales, en facebook e instagram.
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Hola Gustavo, muy de acuerdo con tus
ResponderEliminarpuntualizaciones. Rehacer eso que tuvimos
será titánico.
Acabo de enviar un email
donde se le hace la corrección a
Petroleum Economist de que
la Faja del Orinoco no lleva el nombre
de "chávez".
https://www.petroleum-economist.com/articles/politics-economics/south-central-america/2020/venezuela-s-options-narrow
El mapa, corregido eso, está muy bien hecho.
Es decirlll...
ResponderEliminarUSA y Guaido son fantasma algo!
Increible!