sábado, 29 de octubre de 2022

Es necesario catalogar a los corruptos venezolanos del siglo XXI

 También publicado en El Nacional del 29 de octubre, 2022


Leer sobre la corrupción desatada en Venezuela durante el siglo XXI por la mafia chavista/madurista nos causa vértigo. Si bien la corrupción venezolana en el poder ha sido casi inevitable, la historia pasada nos habla de individuos o grupos relativamente pequeños que han asaltado las arcas públicas para enriquecerse y enriquecer a sus familiares. Al ver hacia atrás pensamos en los entornos de los hermanos Monagas, de Antonio Guzmán Blanco, Juan Vicente Gómez, Marcos Pérez Jiménez y en los llamados apóstoles de la etapa democrática (CAP I) como representativos de los grupos venezolanos que llevaron a cabo los asaltos. La corrupción casi nunca fue una aflicción sistémica sino controlada y limitada a pequeños grupos oligárquicos. Durante la etapa democrática una extraordinaria investigadora, Ruth Capriles, prácticamente ella sola, pudo elaborar tres volúmenes sobre la corrupción venezolana.

Lo que hemos visto durante los años que van de siglo XXI es diferente. Debido a una combinación de grandes ingresos petroleros, ineficiencia e indiferencia en la gobernanza y una torcida y flatulenta ideología populista, el derroche y la corrupción desde 2000 hasta el día de hoy han sido el equivalente financiero de un deslave comparable a la tragedia del litoral, la cual ocurrió precisamente en diciembre 1999, justo a la llegada al poder de Hugo Chávez y fue como el punto de arranque de la orgía de podredumbre. La magnitud del desastre hace imperativa la elaboración de un catálogo, un fichero de los corruptos venezolanos del siglo XXI, tarea que no podrá ser acometida por una sola persona sino por un nutrido equipo de investigadores que necesitaría largos meses para llevarla a cabo. Pero ese arduo trabajo debe hacerse porque será fundamental si se quiere aplicar la justicia y lograr un juicio y un castigo a lo Núremberg para los mayores culpables de esta tragedia venezolana.

Estamos llevando a cabo, muy a vuelo de pájaro,  una revisión de la magnitud de la información que existe, la cual es copiosa y nos luce evidente que el catálogo necesario será una tarea que rebasa cualquiera capacidad individual. Los actos descritos y documentados de corrupción en la Venezuela chavista no involucran a docenas ni a centenares de venezolanos y extranjeros sino a miles. Los corruptos de este siglo abarcan todas las clases sociales, desde la llamada aristocracia de los apellidos asociados a los “amos del valle” hasta los estratos más inferiores de la sociedad. Incluye a profesionales universitarios y empresarios, a doctos y analfabetas, a militares y civiles, a políticos de vieja y nueva data, extremistas de la izquierda y de la derecha, en fin, una sección transversal completa de la sociedad venezolana. Es tan intenso el fenómeno que casi podríamos decir que la sociedad venezolana ha llegado a constituirse en una masa moralmente purulenta, con existencia de todos los grados existentes de corrupción, desde la gran corrupción a nivel de las empresas del estado que representa pérdidas de millardos de dólares para la nación hasta la “pequeña” corrupción” de quien trafica con alimentos o con los subsidios directos, tipo pernil o “bonos de la patria”  con los cuales se prostituyen grandes sectores de la pobreza venezolana. 

Existen varios grupos de investigadores sobre la corrupción en Venezuela, integrados por gente muy valiosa, los cuales tienden a trabajar esencialmente sobre rieles paralelos,  ya que se trata de organizaciones periodísticas independientes. Entre ellos enumero, de memoria, Armando info; Efecto Cocuyo; El Cooperante; Transparencia Venezuela; Connectas; Chavismo Inc.; además de la prensa nacional y extranjera, de organismos oficiales extranjeros y de sitios virtuales e individualidades de mucho mérito. No me sorprendería que el número de investigadores supere los 200.

Creo necesaria una convergencia de esfuerzos en este campo. Hay mucho trabajo valioso distribuido en innumerables publicaciones. Muchas de estas investigaciones son sobre aspectos de un solo evento o sobre un solo personaje, como los relacionados en la pandilla de PDVSA/Ramírez/bolichicos con grandes depósitos y bienes raíces en bancos de Andorra, Suiza, Portugal y España y la mafia de banqueros forajidos que lavan hoy sus fechorías en USA y Europa,

La elaboración de un Catálogo de corruptos venezolanos del siglo XXI representaría un arma fundamental en la  batalla contra la corrupción, una batalla que debería tener al menos dos componentes: uno, la sanción moral y social y dos, la sanción penal. La sanción social es indispensable porque los corruptos venezolanos del chavismo/madurismo han perdido la vergüenza, si es que alguna vez la tuvieron, al no advertir en la sociedad venezolana sólidos intentos de rechazo de sus actuaciones. Al contrario, los desastres llevados a cabo por, digamos, El Aissami, los hermanos Rodríguez, Rafael Ramírez Carreño y su pandilla, la podrida nata militar, los analfabetas billonarios tales como Alejandro Andrade o  Claudia Díaz, los operadores como Gorrín y Saab, los contratistas como los bolichicos y Ruperti, los cómplices extranjeros como Monedero, Zapatero Evo y Cristina Fernández, son hasta objeto de alguna admiración por parte de quienes contemplan sus hazañas y saben de sus cuentas bancarias, mansiones, yates y aviones, de sus estadías en los mejores hoteles y de sus opíparas cenas en los mejores restaurantes del mundo. La reblandecida sociedad venezolana ha llegado a envidiarlos y a tratar de imitarlos, para lo cual muchos están dispuestos a degradarse en lo que sea necesario para vivir así.

Esta es una situación inaceptable para la gente honesta. Estoy dispuesto a trabajar como soldado raso en un proyecto de esta naturaleza, dedicado a tratar de restituir la dignidad y la decencia en la sociedad venezolana, a llamar a los corruptos por su nombre y  trabajar para lograr para ellos el más ejemplar de los castigos.  


miércoles, 26 de octubre de 2022

SHANGRI LA, BALI HAI, LURULU, LOS TEQUES 1940

 

 



                                                Los Teques

El anhelo secreto……

Anda viajero a buscarlo y encontrarlo

 

“The Untold Want”, Walt Whitman

 

 

El idioma inglés tiene una bella palabra, yearning, traducida al español como anhelo, también una bella palabra. Es un sentimiento tan profundo, tan inefable, que las palabras que se utilizan para definirlo, aunque contagiadas de esa belleza,  apenas logran sugerir – sin llegar a expresarlo plenamente - ese  infinito deseo humano, condenado a ser siempre insatisfecho, como el que llevó a Santa Teresa de Jesús a expresar, una y otra vez: muero porque no muero.   

Hemos andado siempre en  búsqueda incesante de un significado para nuestra existencia, así como de un  sitio mágico, en el cual podrá materializarse  nuestro anhelo eterno de felicidad y paz interior, sitio cuya existencia apenas intuimos, que más que creencia es un deseo que pertenece al mundo de las ilusiones, nacido al calor de lecturas de infancia, de experiencias maravillosas, de vida feliz  con amada y amigos. Desde Tomás Moro hasta la gran pantalla nos han hablado de esos sitios que veremos por primera vez o donde habremos de regresar, sabiendo que nos esperan  la infinita paz y la felicidad, las caras amadas y ausentes, las viejas calles y paisajes de la niñez.  

Para quien como yo vivió una niñez y adolescencia idílica  en Los Teques, versión 1940, estos anhelos tienen la robustez de la realidad. Los Teques  era un pueblo maravilloso, lleno de gente interesantísima y muy original, dotada de un agudo sentido del humor. Por sus calles neblinosas caminé muchos kilómetros hablando sobre Mann, Hesse, Tchaikovski o Puccini con jóvenes y viejos quienes compartían mis aficiones.  

Este anhelo de regreso a un sitio, idealizado por el paso de los años, es un tema recurrente en las artes. Quizás La Utopía de Moro no es el modelo ideal, al carecer del componente romántico que solemos asociar con el anhelo. Más apropiada sería la novela de James Hilton, “Horizontes Perdidos”, la bella historia de Hugh Conway, diplomático inglés quien encuentra de manera totalmente serendípica una población perdida en el Himalaya, cuyos habitantes disfrutan de una gran paz, de felicidad en la sencillez y de una inusitada longevidad. Es una historia de amor, no solo entre dos personas sino de amor del visitante por el sitio, de su salida y su intento de regreso, cuyo éxito o fracaso queda para la imaginación del lector.   El sitio, Shangri La, ha pasado a ser un símbolo de ese anhelo humano de encontrar  el lugar ideal adonde ir a descansar, rodeado de amor y tranquilidad espiritual.

Otro modelo posible es la mítica isla de Bali Hai, la cual aparece en la obra de James Michener “Cuentos de los Mares del Sur”, maravillosamente llevada Broadway y a Hollywood por Rodgers y Hammerstein/Logan como la comedia musical “South Pacific”. Bali Hai se divisa desde los lejos, un tanto difusa y se convierte en el objeto de los anhelos para los marinos que están en guerra. La canción dice así, oírla en: https://www.youtube.com/watch?v=4kVSPZe6ZJU

Casi todos vivimos/en una isla solitaria

Perdida en el medio de un mar nublado

Casi todos anhelamos otra isla

Donde desearíamos estar, llamada Bali Hai

Esa isla te puede llamar día o noche

Escucharás esa llamada en tu corazón

Como un suspiro marino en el viento

Aquí estoy, tu isla especial

ven a mí, ven a mí. ….

Un día me encontrarás cantando bajo el sol

Donde el mar se junta con el cielo….

O, si preferimos, otro modelo de nuestros anhelos es el sitio que el extraordinario novelista de fantasías y ciencia ficción, Jack Vance, llamó Lurulú. Durante su larga vida Vance fue un gran viajero, un prolífico escritor de prosa mágica, cuyos protagonistas andan de planeta en planeta, en el manojo de Mircea y más allá, buscando, buscando cada quien su destino, un sitio, una cualidad, una persona, que sea la respuesta a sus anhelos. En su última novela, ya ciego, Vance llama este sitio Lurulu,  algo difuso que emerge – como la venus de Botticelli – de las aguas de un océano mítico, algo deseado que podría no encontrarse jamás pero que un día cualquiera, al voltear la cabeza, podríamos verlo, maravillándonos de no haberlo visto antes, como le sucedió a Dorotea en “El Mago de Oz”.

El mensaje de Vance es el mismo mensaje que el poeta Constantino Kavafis nos da en su poema ITACA:


Cuando emprendas tu viaje a Ítaca
pide que el camino sea largo,
lleno de aventuras, lleno de experiencias…

Que muchas sean las mañanas de verano
en que llegues -¡con qué placer y alegría!-
a puertos nunca vistos antes…..

Ten siempre a Ítaca en tu mente.
Llegar allí es tu destino.
Más no apresures nunca el viaje.
Mejor que dure muchos años
y atracar, viejo ya, en la isla,
enriquecido de cuanto ganaste en el camino

Es decir, Shangri La es el camino, es la búsqueda, más que el destino. Para Vance, su Lurulu es la celebración de la vida.

T. S. Eliot parece estar en línea con este significado de nuestro anhelo, cuando dice en uno de sus “Cuatro Cuartetos”:

Nunca dejamos de explorar

Y el final de nuestra exploración vendrá

Cuando regresemos al punto de partida

Y lo conozcamos por primera vez

Una versión macabra de este anhelo nos es ofrecida por Ray Bradbury, en sus “Crónicas Marcianas”. Un astronauta terrícola  llega a Marte y, al desembarcar, ve con deleite, que ha llegado a su pueblo, al sitio adorado donde pasó su niñez. Ve las calles, su hogar, se encuentra de nuevo con sus padres y familiares y amigos. Sin embargo, está a punto de sufrir una horrorosa sorpresa, tan horrorosa que tendrán ustedes que averiguarlo, porque me niego a mencionarlo aquí.

En mi caso particular, puedo decir que he seguido el consejo de Kavafis y he disfrutado plenamente mi viaje, en la maravillosa compañía de Marianela, de mis queridos hijos y  de una legión de inolvidables amigos y amigas quienes me han mantenido toda la vida protegido, en una burbuja de felicidad.

Pero, codicioso como soy, también he mantenido en mi mente, toda la vida, la anhelada idea de Shangri La, de Bali Hai, de Lurulú, de Los Teques 1940.  En lo más profundo de mi corazón alimento el anhelo, el yearning de que, en alguna bifurcación del estrecho y fugaz camino entre dos eternidades, me será dada la recompensa de encontrarme  con las calles, los paisajes y las gentes que amé y podré de nuevo caminar, feliz y despreocupado, por las neblinosas calles del pueblo donde vi por primera vez el bello rostro de la felicidad.

jueves, 20 de octubre de 2022

PRESIDENCIA O CÁRCEL: La insólita encrucijada de Donald J. Trump

 



Por primera vez en la historia de los Estados Unidos un líder político y notorio hombre de empresas, de alto perfil público y personalidad extremadamente controversial es, en paralelo, candidato a la presidencia de los Estados Unidos y potencial reo por crímenes contra la Nación. En un escenario posible, aunque remoto, Donald J. Trump podría ser elegido presidente de los Estados Unidos vestido de bragas color naranja, viendo los resultados electorales de su candidatura desde una celda. La constitución de los Estados Unidos solo exige que el candidato sea nacido en los Estados Unidos, de 35 años o más. Sobre esta posibilidad existen precedentes. El tenebroso Lyndon LaRouche fue candidato a presidente del país en 1992, mientras estaba preso por fraude. 

Por supuesto nadie pensó que Lyndon Larouche tenía posibilidad alguna de ser elegido. La diferencia es que Donald J Trump tiene prácticamente asegurada la candidatura presidencial del partido republicano y, si vemos las encuestas en las cuales se compara con el actual presidente de los Estados Unidos, Joseph Biden, podría ganarle una segunda confrontación.   

¿Cómo es posible que esto sea un escenario posible en la nación que dio a Lincoln, Washington, Roosevelt y Reagan, país bandera de la democracia y el sentido común?  

En 2015 la candidatura de Donald J. Trump a la presidencia de los Estados Unidos fue vista inicialmente como un mal chiste. Desde 2001 hasta 2008 Trump había sido miembro del partido demócrata, luego se cambió al partido republicano y en 2011 se declaró independiente, sin mostrar firmeza ideológica alguna. Debido a sus múltiples quiebras financieras, algunas abiertamente fraudulentas, y a su perfil farandulero de promotor de boxeo y certámenes de belleza, nadie lo tomaba en serio. Sin embargo, su mensaje, concentrado en la pérdida de supremacía estadounidense y en lo que llamó el pantano político de Washington, el cual él iría a “drenar”, fue ganando adeptos, al combinarse con mensajes promotores de la supremacía blanca. Ese mensaje le ganó la nominación presidencial por el partido republicano y, luego, la victoria sobre Hillary Clinton, Por solo la quinta vez en la historia de los Estados Unidos un candidato que perdía el voto popular ganaba la presidencia, una victoria inmediatamente aceptada por la candidata derrotada, siguiendo la larga costumbre ciudadana que ha sido la norma en la larga historia electoral del país.  

La presidencia de Donald J. Trump promovió en la nación una polarización extrema, debido a su postura frente a los grandes asuntos nacionales y geopolíticos. Su relación con el dictador de Corea del Norte, su admiración por Putin, su rechazo de la OTAN, su sesgo pro-blanco en los asuntos raciales domésticos, su abandono del acuerdo climático de París, su solución de la gran pared para “terminar” con la inmigración ilegal, la extrema volatilidad de sus nombramientos y despidos (elogiaba copiosamente al recién llegado pero luego lo despedía insultándolos) fue configurando, durante su período presidencial, una presidencia excluyente, de ganar o perder, orientada a suprimir al adversario. Donald J Trump exacerbó tendencias que ya se insinuaban en el mundo político estadounidense para promover una polarización no diferente a la creada por Hugo Chávez en Venezuela, la cual ha servido para convertir a USA en dos naciones separadas por el resentimiento, algo que solo había existido durante la guerra civil.   

Esta primera presidencia de Donald J Trump reforzó su narcisismo y su apetito por el poder.  De allí que, al llegar a su posible reelección, lo cual sucede en la mayoría de los casos a favor del presidente en ejercicio, Donald Trump estuviese anímicamente preparado para ganarla, al contrario de su primera presidencia, cuando él fue el primer sorprendido por su victoria. Sin embargo, tuvo una segunda sorpresa, perdió sin pensar que podía perder. Y no pudo o no quiso aceptarlo. Ya antes de las elecciones, por lo que pudiera suceder, Trump había dicho que él no aceptaría resultados adversos porque sospechaba que habría fraude electoral. Esta muestra de desconfianza en el sistema electoral estadounidense era algo bastante nuevo en la política estadounidense. Era como si el piloto de un avión saliera a decirle a los pasajeros: “este aparato tiene ganas de caerse”.  

Dos años después de su derrota Trump aún se niega a aceptarla y sigue hablando de un fraude, de un robo. Peor aún, esta negación continúa siendo la base fundamental de su campaña política.  Su más reciente carta pública dirigida al comité del Congreso de los Estados Unidos que investiga los sucesos del 6 de enero de 20000 está encabezada por una declaración tajante que reza: Dear Chairman Thompson, THE PRESIDENTIAL ELECTION OF 2020 WAS RIGGED AND STOLEN, es decir, La elección de 2020 estuvo arreglada y me fue robada. En esa carta de 14 páginas repite los mismos argumentos que han sido desechados a todas las instancias del poder judicial estadounidense, incluyendo la Corte Suprema de Justicia, donde los jueces afines a su partido tienen mayoría. La verdad objetiva muestra que para que Trump tuviese razón tendría que ser víctima de una conspiración de todas las instituciones del país: la presidencia, el Congreso, la Corte Suprema, las gobernaciones de los estados de la unión, sus ex –colaboradores más cercanos, su misma familia.  ¿Cómo puede Trump sostener de buena fe la ilusión de haber sido estafado? Lo hace como estrategia política que le ha permitido, entre otras cosas, amasar millones de dólares en donaciones de sus entusiastas seguidores, lo cual – en sí – representa un fraude.  

Esta carta de Trump es de tono demencial y, al combinarse con su actitud pública de sistemático desafío a las instituciones que no le complazcan en su deseo de ser presidente y con los múltiples juicios civiles y criminales a los cuales está siendo sometido, por acusaciones de violencia sexual, fraude continuado llevado a cabo por sus empresas y apropiación indebida de documentos de la nación, todo ello representa una situación legal muy precaria para Trump. Sin embargo, y aquí radica la tragedia de su saga, por una extraña alquimia política, este hombre de escasas cualidades éticas es visto por una buena parte de la nación como un patriota y un salvador. Lo que ha hecho Trump, sembrar dudas sobre el sistema electoral estadounidense, desconocer la voluntad popular, atacar agresivamente a los organismos públicos y a las personalidades políticas que no lo apoyan, incluyendo a su propio vicepresidente Pence, seguir predicando activamente la rebelión contra lo decidido a nivel institucional, todo ello configura un acto de agresión contra la nación que, asombrosamente, encuentra la aprobación cuasi religiosa de millones de ciudadanos. 

Esto ha llevado a los Estados Unidos al borde de una terrible crisis, la peor de todas las crisis que puede enfrentar una nación, que es la pérdida de confianza en sus instituciones, generada por la acción de un líder carismático que desea el poder a toda costa y que, de ganar la presidencia de  nuevo, iría a vengarse de quienes – en su afiebrado rencor – no se plegaron a sus propósitos.  

O a la Casa Blanca o a la cárcel, esta es la insólita encrucijada en la cual se encuentra Donald J. Trump, con todo lo que ello significa para el futuro de esta gran nación.   


lunes, 17 de octubre de 2022

DOS AÑOS EN MARGARITA: LO BELLO, LO FEO Y LO ABSURDO

 

Vigésimo tercer viaje a Serendipia



En 2001 mi esposa y yo habíamos decidido salir de Venezuela. Ya en ese momento la debacle generada por Chávez y su funesta revolución estaba en pleno movimiento y se me hacía intolerable el contraste entre mi idea de  país y la realidad que observaba a mí alrededor. Cuando preparábamos nuestra salida  recibí una llamada del dueño de un hotel en Margarita, quien me propuso que lo ayudase a manejar su hotel, el cual atravesaba problemas financieros y de gerencia. Ese bello sitio era no solo hotel sino resort y contaba con numerosos miembros por vía de tiempo compartido, una modalidad con la cual yo no estaba familiarizado. El objetivo de mi estadía allá sería ponerlo a funcionar mejor y lograr estabilizarlo en el plano económico, aumentando en lo posible el influjo de turistas extranjeros, los cuales reforzaban la ocupación en aquellas épocas del año que la clientela venezolana bajaba de volumen. Yo accedí, no antes de advertirle al dueño que yo no tenía experiencia alguna en el manejo hotelero, pero él pensaba que mi experiencia gerencial en las empresas petroleras y en empresas del estado ayudaría a mejorar la situación del hotel.

La remuneración sería buena y podría ahorrar casi todo mi sueldo, ya que viviría en el hotel. Además, Margarita para mí (como para todos los venezolanos) era diferente a  Venezuela, debido al clima especial de cordialidad de los isleños y a la sensación de lejanía de la tierra firme en la cual el ignorante paracaidista hacia sus desastres.

En Margarita solo había estado una vez antes, en 1959, durante mi luna de miel.  Al regresar, más de 40 años después, pude advertir notable cambio físico pero la amable naturaleza de su gente seguía siendo la misma.

La idea original era estar allí un año pero mi estadía se prolongó por más de dos años, desde mediados de 2000  hasta enero, 2003. Mi decisión de quedarme en Margarita por un tiempo antes de seguir mi viaje a USA fue – en muchos sentidos -  serendípica, como también lo fue trabajar al lado del excepcional  gerente que me asistió  en mi tarea,  Juan Carlos Báez (QEPD). Juan Carlos probó ser exactamente la persona necesaria para enderezar muchos de los entuertos que encontramos en el bello hotel y fue, realmente, un personaje inolvidable.

NUESTRA BATALLA PARA SALVAR EL HOTEL

Ver también:

https://www.analitica.com/opinion/opinion-nacional/gerenciar-desde-los-ojos-del-huesped/

http://lasarmasdecoronel.blogspot.com/2021/10/dunes-un-recuerdo-para-juan-carlos-baez.html

Dada mi falta de experiencia hotelera me hice el propósito de llegar al hotel-resort con los ojos muy abiertos y muy alerta en el modo de cliente. Decidí que llegaría a ver el hotel como un turista, ver el hotel desde los ojos del cliente. . Desde que me bajé del avión adopté esa postura. Había información sobre el hotel en el aeropuerto? . Me habían ido a esperar? Cuando llegué, cuál fue mi primera impresión de la recepción y, más importante aún, de los recepcionistas? Sonreían? Bostezaban?

Gracias a esta postura inicial, la cual sostuve todo el tiempo que permanecí a cargo del hotel-resort, pude identificar muchos de los problemas que tenía el hotel. Le gerencia había sido contratada con una empresa española que era muy eficiente en el manejo de los hoteles de su propiedad pero no  igualmente eficiente en manejar nuestro hotel. Rápidamente advertí que el contrato era muy sesgado a favor de la empresa de gerencia y que la manera como se calculaba la remuneración de la contratista hacia atractivo para ella gastar lo menos posible en mantenimiento. Los empleados eran localmente contratados y solo el gerente del hotel era empleado de la empresa contratista pero también había sido contratado localmente. El mecanismo no permitía transferencia alguna de experiencias y de tecnología hotelera. 

Después’[es de algunas semanas en el hotel hicimos un diagnóstico y tomamos dos decisiones:

·       La primera, establecer una estrategia que denominamos  de “agresiva amabilidad” hacia los huéspedes, a todos los niveles de la organización. Comenzamos a actuar anticipando los deseos del cliente, esforzándonos por atenderlos en todos los aspectos de la actividad, desde que llegaban a la recepción, hasta que terminaba su estadía con nosotros. Ese cambio de actitud en la organización nos trajo inmediatos beneficios, expresados en términos de elogios y satisfacción. Nos llegaron numerosas cartas de agradecimiento, aunque también descubrimos que existían algunos  turistas que llegaban dispuestos a armar un caso contra nosotros para obtener el rembolso de su estadía. Ninguno de esos reclamos prosperó porque siempre pudimos documentar la falsedad de sus quejas.

·       La segunda fue romper el contrato con la empresa extranjera y asumir el control directo del hotel. Nos demandaron, fuimos a arbitraje  y, al final, le pagamos casi exactamente la suma que le habíamos ofrecido para cancelar el contrato.

Mientras Juan Carlos atendía la operación del hotel yo me encargué de manejar la relación con los dueños de semanas en el hotel, una relación muy compleja, habida cuenta que todos querían estar en el hotel en las mismas fechas. Habiendo encontrado el sistema de tiempo compartido  en el hotel debí manejarlo de la mejor manera posible, lo cual resultó ser extremadamente difícil.

En el plano operacional la actuación de Juan Carlos fue extraordinaria. Manejaba de manera milagrosa a los proveedores para mantenerlos a todos más o menos contentos, a pesar de nuestras  severas limitaciones de caja, mientras aguantaba las demandas de los codiciosos inspectores gubernamentales, casi siempre deseosos de extorsionarnos. Logramos mantener un flujo razonable de turistas canadienses, ingleses y alemanes en el hotel. Todas las noches teníamos un “show” diferente. En Diciembre logramos organizar los mejores bailes de la isla, con excelentes orquestas. Fueron dos años llenos de angustias diarias y de algunos éxitos.  Logramos mantenernos a flote en un entorno nacional que se deterioraba progresivamente. Ciertamente cometimos errores pero, al final de mi estadía, habíamos pagado una buena porción de las deudas que tenía el hotel. Durante los últimos  meses de mi estadía en el hotel dejé de percibir sueldo alguno y estructuramos un sistema para no despedir a nuestros empleados, logrando que cada quien trabajara tiempo parcial.

MI EXPERIENCIA PERSONAL

A nivel profesional esta estadía en Margarita fue la tarea más ardua que he tenido en mi carrera de gerente. Durante mis años en la industria petrolera siempre manejé equipos duchos en los diferentes aspectos de la actividad y el financiamiento de la actividad estaba siempre asegurado. En el hotel de Margarita teníamos nosotros que hacerlo casi todo, en un marco de aguda crisis financiera permanente, lo cual obligaba a dejar de pagar el carnicero una semana para poder pagar la luz, y así por lo consiguiente. Obligaba a reunirnos con los miembros del sistema de tiempo compartido para tratar de cuadrar  el círculo de una demanda que excedía las semanas posibles existentes y, al mismo tiempo, lograr que todo salieran más o menos sonrientes de la reunión. Nuestra relación con los huéspedes y con los miembros de tiempo compartido fue siempre transparente y nuestra actitud tuvo una respuesta positiva de la gran mayoría.

LOS ASPECTOS POSITIVOS DE MI ESTADÍA EN MARGARITA

Durante mi estadía en la isla estuve acompañado, por temporadas, de mi esposa Marianela, quien estaba a cargo de nuestra casa en Valencia y debía también viajar a Virginia, USA, donde estaban nuestros hijos. Esas temporadas con Marianela en la isla fueron idílicas. Entre las maravillas que Marianela y yo disfrutamos estas son las principales:

1.     Las puestas de sol  en Juan Griego.

Llegábamos allí una media hora antes de la puesta del sol, nos sentábamos en sillas colocadas frente al mar y pedíamos un vodka Martini  y una copa de vino blanco y nos tomábamos de la mano, hablando de cosas intrascendentes, minucias, mientras observábamos al sol bajar lentamente y a los pelícanos que se posaban sobre las embarcaciones cercanas , mientras sentíamos una progresiva, religiosa quietud. El sol iba bajando y le daba a las nubes circundantes fuertes colores magenta, amarillos y rosados. . Era un espectáculo de unos 20 minutos, una epifanía. Las gaviotas se alejaban volando lentamente, caía la tarde y nosotros nos íbamos a comer una langosta a la vinagreta o un chupe de camarones en un pequeño restaurant del lugar, donde éramos – a esa hora – los únicos clientes. Pienso en esos momentos con mi querida Marianela como de los más dulces y felices de mi vida.

2.     Las caminatas matutinas.

Todas las mañanas yo conducía, para todos los huéspedes que deseaban unírseme, una caminata de unos dos kilómetros dentro del hotel, la cual influía la subida  hacia una pequeña colina desde la cual podíamos ver buena ;parte de la isla .

3.     Los desayunos en el mercado de Conejeros

Este mercado vibraba de actividad y los olores despertaban nuestro apetito, el cual podíamos satisfacer con las ofertas más variadas:  empanadas, los cocidos, la arepas. Pero, más allá de la deliciosa competencia de sabores y olores, era el calor humano de aquel conglomerado tan venezolano, tan de gente bien, de trabajo, cordial y sonriente, lo que nos cautivaba. Ir a Conejeros era como ir a darnos un baño de confraternidad

4.     La iglesia de la Virgen del Valle

Aunque no soy creyente, Marianela sí lo era, y asistíamos con alguna frecuencia  a esa pequeña iglesia, sobre todo en los días un día de conmemoración especial. Es una iglesia de colores frescos, rodeada de árboles frutales, y, en las grandes ocasiones,  llena de gente vestida de blanco, reverente y silenciosa. Me conmueve mucho la fe sencilla y respetuosa de nuestra gente, sus expresiones de veneración. No cero pero me causa bienestar espiritual sentirme al lado de esa gente, que es la sal de la tierra.

 

5.     El Sambil

Lo vimos  inaugurar, aquella maravillosa colección de tiendas, restaurantes y atracciones que fue, por mucho tiempo la principal atracción comercial de la isla.  Allí podía comprar vinos excelentes, comestibles importados, todo lo cual nos hacía sentir estar viviendo en el primer mundo.  Por mucha de mi permanencia en Margarita El Sambil fue mi sitio favorito.

6.     Algunos restaurantes

“Descubrí” tres o cuatro restaurantes en los cuales podía comer platos de excepcional calidad, sobre todo de mar,  a precios muy razonables. Eran sitios p[pequeños, tranquilos, donde Marianela y yo podíamos conversar tranquilamente y recordar, riendo, nuestra luna de miel en la isla, cuando el ritmo de la vida era lento y apacible.

 

7.     Excursiones alrededor de la isla

Margarita es relativamente grande y ofrece múltiples rincones agradables para el turista. Por algunos meses Marianela y yo exploramos la isla, los pequeños poblados del interior de la isla, las diversas playas cada una con sus características, lo que Porlamar, Pampatar, Diego González y La Asunción nos ofrecían en materia cultural.  

ASPECTOS NEGATIVOS DE MI ESTADÍA EN MATGARITA

Quizás por su condición insular, mi proceso de descubrimientos en Margarita fue amainando a medida que pasaban los meses y transformándose en cansancio de ver siempre lo mismo. A ello comencé a sumarle algunas experiencias negativas:

1.     Mis caminatas fuera del perímetro del hotel.

Mientras estuviese dentro del perímetro del hotel me sentía en el primer mundo. Si salía fuera del hotel, caminando  hacia Juan Griego,  pronto advertía la basura acumulada a los lados de la carretera, el monte que crecía salvaje, las señales de descuido del ambiente. La gente utilizaba la vera de la carretera como un gran basurero, en el cual se podían ver y oler innumerables bolsas de desechos y los restos de animales muertos.

2.     La total ausencia de librerías en la isla

En Margarita podía comprar los diarios, aunque su llegada de tierra firme se tornaba más y más errática. Íbamos a Porlamar y a veces  - no siempre - teníamos suerte en comprar El Nacional y/o El Universal. Existían ventas de revistas pero nunca vi una buena librería en Margarita. Parece increíble, verdad?  Una isla que pretendía ser un destino internacional sin una sola librería. No existían sitios para comprar libros. Esta aguda carencia llegó a ser intolerable para mí y tuve que hacer viajes periódicos  a Caracas, solo con el fin de comprar material de lectura.

3.     El deterioro de Porlamar

A medida que pasaban los meses y se acentuaba la crisis política nacional que estallaría en 2002 la ciudad de Porlamar se iba deteriorando. El centro de la ciudad presentaba un aspecto progresivamente melancólico. El Hotel Hilton, un símbolo del progreso de la isla, había pasado ya su pico de expansión y cada vez que lo visitaba se veía más desolado. Finalmente, el régimen de Chávez lo expropiaría en 2009.

 

EL FIN DE MI ESTADIA EN LA ISLA

Hacia fines de 2002 decidí viajar a USA y en enero 2003 me despedí de la isla de Margarita, sabiendo que ya jamás volvería a verla. En mi vieja camioneta subí al ferry y la vi alejarse por el retrovisor. La que había llegado a amar durante nuestra luna de miel, esa isla de las perlas, isla de la gente cordial, isla sin prisiones, porque no eran necesarias,  estaba ahora conectada a la tierra firme de Chávez  – 45 años después -  por un macabro puente imaginario de privaciones, abusos, carencia de los servicios más básicos y deterioro ambiental. Con su suelo pisoteado por los seres más despreciables del planeta, tales como Gadafi, Obiang, Chávez, Maduro y Mugabe, Margarita fue capturada por el socialismo del siglo XXI.  

 

miércoles, 12 de octubre de 2022

ACOTACIONES A UN ARTÍCULO DE EDDIE RAMÍREZ SOBRE EL CAMBIO CLIMÁTICO

 



Un excelente artículo de Eddie Ramírez titulado “Cambio climático y Petróleo”, verlo en: https://runrun.es/opinion/485606/cambio-climatico-y-petroleo-eddie-a-ramirez-s/ hace un resumen de lo que sabemos sobre este fenómeno y hace algunas consideraciones sobre su impacto en la industria petrolera venezolana. En líneas generales coincido con el autor, pero pienso que es deseable hacer algunas acotaciones sobre su contenido. Son las siguientes:

1.     Dice Eddie Ramírez:

En el acuerdo (de París) de 2015, los países se comprometieron a tomar medidas para que la temperatura promedio de nuestro planeta no aumente más de 2 grados centígrados por encima de la que tenía antes de la Revolución Industrial y, preferiblemente, solo 1,5 grados. Hay dos opciones, eliminar la producción de gases o bien compensar la cantidad emitida con la captura de una suma igual, para que el neto sea cero. Existe parte de la tecnología que permita suspender la quema de petróleo y de gas, pero el costo es elevado y su masificación cuesta arriba. Aplicar esa medida drástica sería catastrófico. A corto y mediano plazo la opción viable es la compensación, la cual es la meta de algunos para el 2050.

Mi acotación: Creo que no hay solo dos opciones sino que existe al menos una opción híbrida que puede ser bastante más efectiva y que, de hecho, parece ser la que se está tratando de aplicar. Consiste en reducir, no eliminar el uso del petróleo y gas, mediante la promoción de energías alternas y, en paralelo, aplicar el método de compensación para capturar en lo posible las emisiones de carbono que deban seguirse generando. No se trataría de lo uno o lo otro, como enuncia Eddie, sino lo uno y lo otro.

Dice Eddie Ramírez:

Refiriéndose a la conferencia excelente de Fernando Miralles, Eddie lo cita diciendo que “no debemos dudar de que el clima está cambiando, que la temperatura promedio en nuestro planeta se ha incrementado en 1,1 grados centígrados en comparación con la etapa preindustrial. Por cada duplicación de la concentración de CO2 en la atmósfera, la temperatura se incrementa en 2.8 grados centígrados. Es inevitable que de aquí al 2050 aumente la temperatura, por lo que tendremos sequías, olas de calor, inundaciones, incendios y huracanes más numerosos e intensos. Desaparecerán algunas especies; plagas y enfermedades de regiones tropicales o subtropicales invadirán regiones de menor temperatura. Habitantes de algunas zonas costeras tendrán que migrar. Los glaciares irán desapareciendo, lo cual afectará a países que los requieren para alimentar ríos y lagos. Al desaparecer o disminuir el permafrost, capa de tierra que permanece congelada, se liberarán grandes cantidades de gas metano y de CO2. Miralles insistió en que no hay apocalipsis. Lo que hay que hacer es prepararnos”.

Mi acotación. Aunque aprecio la intención de Eddie y también de Miralles (quien nos dice textualmente que “hay esperanzas”) de no alarmar indebidamente a la gente, difiero de los matices utilizados por Eddie, cuando dice que “no hay apocalipsis” y que lo que hay hacer es “prepararnos”. La enumeración que hace Eddie de tragedias que ya ocurren: inundaciones, enfermedades, deshielo, desaparición de especies, desertificación de áreas previamente fértiles, tormentas y huracanes, toda esa gama de aflicciones que afecta ya a millones de personas en todo el planeta, justifica – tengo pocas dudas – la utilización del término catastrófico, si no apocalíptico. Y añado, cuando Miralles nos dice que hay esperanzas si actuamos como debemos actuar no nos está diciendo que sigamos “business as usual”, quemando hidrocarburos fósiles en volúmenes crecientes, sino que tomemos las medidas urgentes que deben ser tomadas y que - según la inmensa mayoría de los científicos del planeta -  no están siendo tomadas.

Es necesario admitir que una buena parte de la humanidad y su liderazgo político, económico, hasta religioso, considera que el cambio climático es un fraude, un mito, que amenaza a la industria petrolera que nos ha dado tanta prosperidad y otros argumentos por el estilo. Hay una fuerza que – aunque haciendo saludos a la bandera -  trata de demorar o hasta oponerse frontalmente a la transición energética.

Dice Eddie Ramírez:

Mejorar la eficiencia de las energías alternas, innovar en lo referente a la captura y secuestro de CO2, aplicar prácticas agrícolas conservacionistas y elaborar planes para prevenir o mitigar los efectos adversos. Cuando se le preguntó qué pueden hacer los ciudadanos, respondió que sembrar árboles, lo cual nos dio pie para este artículo.

Mi acotación. Cien por ciento de acuerdo con este párrafo. Los expertos forestales tendrán que decirnos qué tipo de árboles sembrar, porque la siembra indiscriminada de árboles puede ser contraproducente. Eddie habla de Uverito y la siembra de eucaliptos en el estado Anzoátegui. Habrá que ver si los pinos y los eucaliptos son las especies adecuadas para esa región. En todo caso, el concepto es plenamente válido. Lo que está sucediendo en la Amazonia y en el sur de Venezuela es un crimen ecológico inmenso generado por dos líderes impresentables, Bolsonaro y Maduro.

Dice Eddie Ramírez:

Como país que depende de las exportaciones de petróleo, no podemos suspender esta actividad. Esta industria debe lograr que nuestras refinerías se alimenten con energía eólica y solar; eliminar la quema de gas; desarrollar la producción de hidrógeno como fuente de energía; iniciar la captura y secuestro de CO2 en las operaciones y promover desarrollos forestales.

Mi acotación. Es importante matizar lo que dice Eddie sobre la imposibilidad de suspender la explotación petrolera en Venezuela. Pienso que debe enfatizarse la necesidad de producir volúmenes moderados de petróleo y dar preferencia a los petróleos livianos y medianos que nos quedan, así como al gas natural. La Faja tiene un perfil muy desfavorable para el ambiente y producirla en gran escala, como proponen algunos, sería muy dañino para el planeta.