El puente es algo natural
Ver PARTE UNO EN:
https://lasarmasdecoronel.blogspot.com/2024/08/un-abismo-ideologico-amenaza-la.html
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PARTE DOS
Las diferencias de opinión entre seres humanos que han tenido una educación
y experiencias de vida diferentes son inevitables y pueden hasta servir de
impulso positivo a la actividad de la sociedad. Los Estados Unidos siempre ha
mostrado altos niveles de libre opinión entre sus miembros, lo cual ha sido una
de las razones de su éxito. No hay que temer a las diferencias, excepto cuando
ellas se salen del cauce normal que debe regular su confrontación. En el caso
actual estadounidense considero que la manera como se está llevando a cabo la confrontación se aleja significativamente de las reglas del
juego que deben predominar entre seres humanos sensatos e intelectualmente
honestos. Estas reglas deben incluir, al menos, dos componentes básicos: uno,
un lenguaje respetuoso y dos, un fiel
apego a la verdad objetiva. Si no existiera una verdad objetiva en relación con
las diferencias, ello debería ser
remplazado por la aceptación de las diversas posibilidades que puedan
existir, sin tratar de crear “verdades”
artificiales que favorezcan arbitrariamente un particular punto de vista.
Deberíamos entonces aceptar lo que se denomina “estar de acuerdo en que tenemos
un honesto desacuerdo”.
¿Cómo aplicar estas dos reglas a los
campos que mencionamos nuestro anterior escrito sobre este tema? Tomemos los
primeros tres campos que mencioné en mi primera entrega, ya que abordarlo todo
en una única entrega sería demasiado voluminoso.
· Transparencia
del sistema electoral estadounidense
. Según lo que hemos leído, https://en.wikipedia.org/wiki/Contested_elections_in_American_history, cinco de las cincuenta y nueve elecciones
presidenciales que se han llevado a cabo en los Estados Unidos han sido objeto
de acusaciones de fraude. Ellas son las de 1824, 1876, 1912, 2000, and 2020. Sin embargo, ninguna ha sido más
intensamente objetada como la de 2020, en la cual Donald Trump acusó a los
demócratas de fraude, lo cual llevó a sus colaboradores en diversos estados a tratar de modificar los
resultados. Numerosas demandas de nulidad de las elecciones fueron introducidas
por miembros del partido republicano en varios estados del país, todas las
cuales fueron desestimadas por los tribunales en diversas instancias. Sin
embargo, el candidato perdedor, Donald Trump, insiste aún en que las elecciones
de 2020 le fueron escamoteadas por sus adversarios y ello lo lleva a negarse a
aceptar esos resultados, así como los de futuros comicios, si los resultados le
fueran adversos. Como consecuencia de esta actitud de Donald Trump se ha
debilitado significativamente el grado de confianza en el sistema electoral
estadounidense, lo cual erosiona la estabilidad
del sistema democrático, el cual está basado
esencialmente en el nivel de confianza que los ciudadanos tengan en sus
instituciones.
¿Puede establecerse una verdad
objetiva en este caso. Puede dirimirse esta situación de manera racional, en un
tono respetuoso y sensato? Pienso que sí. Sin embargo, debemos hacer notar que
la confianza en un sistema no solo se basa en la transparencia que acompañe el
sistema, es decir, su calidad intrínseca,
sino en la confianza con la cual
los ciudadanos evalúen el sistema. A su vez, este nivel de confianza depende en algunos de consideraciones racionales, en otros de percepciones emocionales.
Un ranking global de los sistemas
electorales, ver: https://www.electoralintegrityproject.com/eip-blog/2022/6/13/plxw8zwd4m7thgurqvyqdj6qjhyhjw y https://www.electoralintegrityproject.com/global-report-2023 coloca al de los Estados Unidos por
debajo de casi todos los grandes países europeos y en la mitad del grupo de los países del hemisferio
occidental, por debajo de Canadá, Chile, Uruguay, Costa Rica, Perú y Panamá. Su
debilidad tiene que ver, entre otros factores, con, ver: https://www.motherjones.com/politics/2024/04/americas-voting-system-is-the-worst-thumbs-down/ y https://en.wikipedia.org/wiki/United_States_Electoral_College la debilidades del concepto de
colegio electoral, el sistema de dos partidos, y la manera de financiar las
campañas electorales, además de los mecanismo de votación, los cuales promueven
la existencia de “gerrymandering”, es decir, el re arreglo geográfico perverso
de los sitios de votación del electorado, a fin de inclinar la balanza de uno u
otro lado partidista.
Estas debilidades del proceso han sido históricamente minimizadas por una
tradición no escrita sobre la confianza en el sistema, no tanto basada en las
leyes como en una positiva actitud de aceptación ciudadana. Aún la difícil elección de 2000 terminó con
Al Gore reconociendo la victoria de su adversario sin plantear un conflicto, a
pesar de lo reñido del resultado. La
costumbre y la confianza han sido históricamente las bases del éxito del
sistema electoral estadounidense.
Esto fue desconocido por Donald Trump en las elecciones de 2020. A pesar de
que todos sus intentos de impugnación de
los resultados han fracasado a los diferentes niveles del sistema judicial,
hasta llegar a la Corte Suprema el candidato Trump ha continuado desconociendo
los resultados, sin admitir los testimonios de muchos de sus principales
asesores en su gobierno, desde el vicepresidente Pence hacia abajo. Ello lo ha
llevado a no comprometerse a reconocer resultados futuros que le sean adversos.
Considero esta postura de Donald
Trump anti-democrática. Aunque parece claro que el sistema electoral
estadounidense admite mejoras a fin de mejorar su nivel de confiabilidad, la
verdad objetiva muestra en abundancia que los resultados electorales
presidenciales de 2020 han debido ser respetados.
Ello me lleva a
plantear algunas preguntas a mis amigos trumpistas:
·
A la luz de los que
se conoce hoy sobre el proceso, ¿creen
ustedes todavía que las elecciones de 2020 le fueron ilegalmente arrebatadas a
Donald Trump? Si la respuesta fuera
afirmativa, ¿qué les hace pensar que
ello es así? ¿Solo lo que escuchan de
Donald Trump?
·
¿Podrían pensar
ustedes posible que lo que alega Donald Trump pueda ser una estrategia
política, o tienen la convicción que
Donald Trump sinceramente piensa que ganó las elecciones, aún a la luz de toda
lo que parece ser fuerte evidencia en contrario?
·
¿Piensan ustedes que se justifica negarse a reconocer los
futuros resultados electorales si tales resultados fueran adversos? No debilita esa actitud las bases de confianza que
deben predominar en la sociedad estadounidense?
El sistema de justicia estadounidense ha sido criticado
por su relativa tolerancia frente al crimen, ver: https://news.gallup.com/poll/544439/americans-critical-criminal-justice-system.aspx . Un 63% de los adultos blancos encuestados piensan que el sistema es blando, ver: https://www.brennancenter.org/our-work/research-reports/his-own-words-presidents-attacks-courts , y otros alegan que la gente de color es penalizada
indebidamente, ver: https://post.edu/blog/spotlight-on-criminal-justice-issues/#:~:text=Racial%20Disparity%20in%20Criminal%20Justice,justice%20system%20will%20only%20intensify.
Donald Trump argumenta sistemáticamente que el sistema
está siendo utilizado para condenarlo indebidamente, ver: https://www.brennancenter.org/our-work/research-reports/his-own-words-presidents-attacks-courts y https://www.reuters.com/investigates/special-report/usa-election-threats-courts/
Donald Trump opina que los juicios que le han impuesto
tienen una motivación política, orientada a debilitar sus posibilidades de
llegar de nuevo a la presidencia. Si Trump tuviese razón ello sería un crimen
de las mayores proporciones. La súbita cantidad de juicios simultáneos parecería
sustentar esa creencia, aunque debemos recordar que ellos han sido generados
por la actuación del expresidente Trump a raíz de las elecciones y como
resultado de sus actuaciones al frente de la presidencia. En efecto, los
juicios federales en Florida y en Nueva York, así como el estatal en Georgia
están directamente relacionados con la actuación presidencial de Trump,
mientras que los juicios civiles en el estado de Nueva York si son sobre
asuntos de vieja factura, tanto las acusaciones de abuso sexual como las de
fraude financiero de sus empresas, los cuales – sin embargo – tenían mucho
tiempo en gestación. Es posible que ellos hayan tenido un componente de
oportunismo político.
Ahora bien,
¿tienen base o no la tienen esos juicios? ¿Son correctas las decisiones tomadas hasta
ahora en Nueva York, ambas condenatorias?
¿Obedecen a una maniobra política? Uno de los juicios condenatorios de
Nueva York tuvo un jurado. Parece difícil poner de acuerdo a tanta gente,
nombrar jurados tan parcializados, sobre todo cuando estos nombramientos deben
ser aprobados por la defensa del expresidente. ¿Será posible poner tanta gente
de acuerdo? El otro juicio no tuvo jurado, pero el juez Engoron lo explicó así:
“You have probably noticed or already
read that this case has no jury,” Engoron said. “Neither side asked for one
and, in any event, the remedies sought are all equitable in nature, mandating
that the trial be a bench trial, one that a judge alone decides.” Ninguna de las partes
pidió un jurado, dice el juez.
En ambos juicios Trump fue condenado.
Los juicios relacionados con su actuación en los sucesos de 2020 están en curso y han sido objeto de demoras importantes, todas las cuales favorecen a Trump y han sido permitidas por los jueces a cargo. Hasta ahora, no parece posible acusar a ningún juez de favoritismo por una u otra parte, aunque si ello fuere posible, se podría argumentar que la jueza de Florida ha mostrado gran tendencia a favorecer a Trump.
Así estamos. Pienso que la naturaleza de estas acusaciones tiene bastante que ver con la base fundamental del ordenamiento jurídico estadounidense, según el cual ningún ciudadano, no importa cuán importante, puede estar por encima de la ley. Aunque no excluyo la posibilidad de que el “timing” de algunos de estos juicios (Nueva York) haya estado contaminado por la coyuntura política, creo que su sustentación jurídica es legítima y apunta a reales crímenes cometidos. Mi opinión encuentra sustentación en los antecedentes personales de Donald Trump, en su actividad antes de entrar a la política. En sus actividades de bienes raíces ha protagonizado seis episodios de quiebra
1991: Trump’s Taj Mahal
2.
1992: First of two Atlantic City casinos owned by Donald
Trump.
3.
1992: Second of two Atlantic City casinos owned by Donald
Trump.
4.
1992: Trump’s Plaza Hotel in New York City
5.
2004: Trump’s Hotels and Casinos Resorts
6.
2009: Trump’s Entertainment Resorts
Además, la universidad Trump, cerrada en 2010, fue obligada por los tribunales a pagar $25
millones a sus estudiantes al comprobarse que no cumplía con las promesas que
hacía a los estudiantes. Ver: https://bankruptcy-toledo.com/fact-checking-donald-trump-has-filed-bankruptcy-six-times/ y https://www.nbcnews.com/politics/white-house/federal-court-approves-25-million-trump-university-settlement-n845181
En base a estos antecedentes es posible evaluar en la credibilidad de Trump como persona y como hombre de negocios como baja, lo cual tiene indudable incidencia sobre su
credibilidad política.
En este punto, pregunto a
mis amigos trumpistas: ¿Piensan ustedes que los juicios a Trump
carecen de fundamento legal y están solamente instigados por el deseo de entorpecer el
triunfo electoral de Donald Trump? ¿Cuáles
son los argumentos que sustentan tal creencia?
En el criterio de
ustedes, ¿hay alguna posibilidad de que
Trump pueda haber cometido algunos de estos diversos delitos por los cuales
está acusado y ya parcialmente condenado?
Si, como se ilustra arriba, existe la posibilidad de conducta irregular
de tipo financiero, sexual, político de Donald Trump, ¿no piensan ustedes que
ello debería descalificarlo para pretender a la presidencia de los Estados
Unidos?
La Corte Suprema de los estados Unidos es el organismo
legal de último recurso y sus decisiones establecen precedentes legales que
llegan a formar parte de la ley. Por ello, se le exige a este cuerpo máxima
integridad, máxima objetividad, estar por encima de los sesgos partidistas que
existen a los niveles políticos.
Una completa imparcialidad es probablemente imposible de
lograr, habida cuenta de lo humano que son los magistrados pero es evidente que
estos hombres y mujeres deben hacer un esfuerzo muy especial para mantenerse
por encima de las pasiones que florecen en los otros poderes del estado.
En estos momentos esta corte parece estar muy sesgada
hacia lo que se denomina conservadurismo, al tener seis de los nueve miembros
claramente identificados de esa manera. Ello no tendría problemas de
credibilidad si se advirtiera que los magistrados conservan un estricto apego a
las consideraciones legales. Sin embargo, algunas de las decisiones de este
cuerpo parecen estar muy contagiadas de un sesgo político. En especial,
mencionaré la decisión que le confiere inmunidad al presidente en ejercicio,
siempre y cuando la decisión se haya tomado “en el ejercicio de sus funciones”,
lo cual queda a juicio del organismo. Esta decisión ha sido criticada por estar
politizada, hecha a la medida para proteger a Trump de los juicios que se le
están haciendo, colocándolo por encima de las leyes. Se dice que, de acuerdo a
esta decisión, un presidente podría ordenar el asesinato de un adversario político
“en el ejercicio de sus funciones”, por lo cual gozaría de inmunidad.
Le pregunto a mis amigos trumpistas: ¿consideran ustedes
esta decisión sensata? ¿ No les parece que abre las puertas a actos de abuso de
poder desde la presidencia, colocando al presidente en ejercicio por env-cima
de las leyes, lo cual quebranta el espíritu que anima el estado de derecho
tradicionalmente aceptado?
Pienso que la Corte debe ser objeto de severo
cuestionamiento, tanto por las acciones aparentemente desprovistas de sentido
ético por parte de algunos de sus miembros, como por la muy cuestionable
calidad ética de las decisiones que ha estado tomando. Creo sinceramente que el
funcionamiento de la Corte debe ser objeto de revisión, a fin de eliminar en lo posible las
posibilidades de perversión de su papel que existen hoy.
Por ejemplo: ¿Deben ser estos magistrados nombrados de por vida? ¿Debe la Corte Suprema elaborar un severo Código Ético para sus miembros?
Hasta aquí la parte dos de estas reflexiones. En nuestra
próxima, tercera, entrega abordaremos las siguientes tres áreas de discrepancia
entre Trumpistas y anti-Trumpistas, animado de mi mejores deseos de establecer
puentes entre quienes discrepamos, resistiendo
impulsos que nos lleven a discusiones apasionadas más propias del Homo neandertalis que del Homo sapiens.
Las elecciones del 2016, cuando Trump fue declarado presidente fueron declaradas fraudulentas por los demócratas. Incluso aún hoy día la candidata perdedora Hilary Clinton dice que Trump es un presidente ‘ilegitimo’. Le pregunto, considera estas elecciones del 2016 como fraudulentas?
ResponderEliminarY en Venezuela : Caryslia Rodríguez hay una jueza enemiga de los ciudadanos . Al referirse ella al comandante supremo que lo recuerda plenamente y mostrando gran reconocimiento con frases de apologia ( ridículas ) . / Oligarquía : una sociedad en donde un pequeño número de personas adineradas controla la vida económica y política del País . Estos individuos adinerados en donde sus “ capitales “ provienen y se originaron con : el narco tráfico - con el robo - con la expropiación - con el embrollo - con ilícitos e ilegales actos en fin con la delincuencia ( así estamos / Tenemos una especie de oligarquía en la CSJ o pseudo Tribunal Supremo de Justicia ? En donde los tentáculos logran abrazar ( manipular ) los resultados electorales ? Estos individuos con sus investiduras lograron complacer a un pequeño número de personas ? Saludos Urbano
ResponderEliminarLas elecciones de 2016 NO fueron fraudulentas. A pesar de las protestas de Hillary Clinton y de Bernie Sanders sobre la interfrencia de Rusia en el proceso, nunca fueron impugnadas, nunca fueron objeto de demandas y de desconocimiento, como si lo han sido las elecciones de 2020 por parte del trumpismo. En todo caso, en aras de la razón y de la actutud sensata debemos aceptar que lo que se hace mal por una parte no debe excusarse porque la otra parte también lo haga. Nos recuerda a quien raya los autos ajenos y lo justifica diciendo que a él se lo rayaron. Esa no es la actitud.
ResponderEliminarDel 28.07 al 28.08 faltan pocos días para que se cumpla un mes . Que más se puede hacer ? Ya gritamos al cambio a los 4 vientos . Los que nos dominan desde 25 años evidentemente el mal que nos hicieron debe ser de un tamaño tan grande que hasta ellos sentirían vergüenza ( si a caso tienen ellos el sentimiento de la vergüenza ) . Que quieren esconder ? Saludos U
ResponderEliminarCon esa actitud de la candidata perdedora, la Sra. Clinton, y otros individuos de la plana mayor del parido demócrata que consideran a Trump como presidente legítimo y desconocen su triunfo el abismo ideológico se ensancha mucho más.
ResponderEliminarEl partido demócrata no es el mismo de antes ya que ahora está plagado de ideas socialistas y marxistas. De elegir ellos a la Sra. Harris como presidenta los llevará a la ruina por ser ahora su abanderada.
Como vives allá pregúntale a uno de esos del congreso que siempre votan contra los republicanos que opinan de Trump para que veas que a ellos les repugna cualquier cosa que tenga relación con Trump.
ResponderEliminarDicen que es ilegítimo porque fue Putin fue quien lo puso allí en ese puesto de presidente. Empezando por la Sra Clinton y pasando por Bernie Sanders, Maxine Watters, etc, etc.
Amigos y compañeros de lecturas : obvio que es muy importante el que será y el quien será en USA ( sigue siendo un faro ) pero lo que me urge más es Venezuela : una boleta de citación a EGU - debe solo Ignorarla . Fue esta citación emitida por unos seres vivientes que en 25 años se dedicaron solo en delinquir . Esto demuestra que perdieron la cabeza completamente . Edmundo necesita apoyo hoy … en USA dentro de algunos meses . Saludos Urbano
ResponderEliminarSr. Urbano, esta situación que estamos viviendo con el gobierno de negarse a aceptar la realidad y que hizo trampa, era lo que se esperaba acá en Venezuela.
ResponderEliminarEllos siempre lo decían sin ningún tapujo que “no los iban a sacar ni por las buenas ni por las malas”. Este juego está trancado hasta que ocurra algo inusitado. Pero no hay que contar con otros sino en nosotros mismos.
De ganar la Sra. Harris en Estados Unidos, esto se va a poner peor ya que ella comulga con los principios ideológicos socialistas y marxistas al igual que Maduro.
Admirado compatriota:
ResponderEliminarNo solo en los EE.UU. sino en todas las democracias, si es que verdaderamente se desea reducir significativamente la corrupción, deberíamos eliminar la reeleción de los funcionarios públicos, aún a costa de extender juiciosamentes los lapsos de servicio. En cuanto a SCUTUS las vacantes deberían llenarse inmediatamente después de que un nuevo senado entre en funciones.