https://www.youtube.com/watch?v=ruKLb7Hax6A
El planeta se formó hace 14000 millones de años, la vida apareció
hace unos 4000 millones de años (primero en los mares) y el ser humano surgió
hace unos 200.000 años. Es decir, somos los recién llegados. Unas 10.000 generaciones
han pasado por el escenario de la Tierra, vivido y desaparecido. Millones de
personas han nacido y vivido sin conocer
más que una ínfima parte de ese escenario. Aun en la época de la TV y el Internet,
cuando tenemos acceso teórico a todos los rincones y culturas del planeta,
nunca nos enteramos o nos enteramos muy tarde de algunas vidas que hubiese
valido la pena compartir. Leo, por ejemplo, los obituarios del New York Times y
me entero allí, muy tarde, de maravillosas vidas vividas sin que nosotros las
hubiésemos conocido.
Hay otras vidas que hemos excluido de la nuestra, de manera
consciente, por razones de naturaleza ideológica o de antipatías instintivas. La
vida del cantante Pablo Milanés ha sido una de ellas. Acabo de leer la noticia
de su muerte y la registré como la muerte de un cantante quien había puesto su talento al servicio de la dictadura de Fidel
Castro, razón por la cual lo excluí completamente de mi vida. Desconocía que este
cantante había roto con el castrismo, por lo que lo borré de mi atención desde
el principio y nunca escuché sus canciones.
Al leer un escrito sobre su muerte he escuchado una de sus
canciones y debo decir que me ha gustado mucho. Se trata de una canción llamada “El Breve Espacio….”. Me ha parecido
una bella canción, cantada con una bella
voz. Al leer más sobre su vida veo que no haberlo incluido en la mía me privó
de conocer su valiosa obra musical. Elegí
excluirlo de mi vida y creo que ello me privó de enriquecer la mía con el
disfrute de sus canciones.
Este es uno de los riesgos que corremos al tomar posiciones
rígidas en la vida. El riesgo, por ejemplo, de no leer sino lo “estrictamente necesario” de
García Márquez, por rechazo a su conducta complaciente, hasta cómplice, con
Fidel Castro. Aunque ya es tarde para rectificar plenamente, debo confesar que mi
postura me ha privado en algunas ocasiones de compartir más plenamente algunas vidas que me hubiesen proporcionado
enriquecimiento estético y espiritual.
Margaret Atwood, la
novelista, decía algo hilarante: Querer conocer
al autor porque nos gusta su obra es como querer conocer al pato porque nos
gusta el paté. Esta es una frase
afortunada pero controversial, ya que obra y autor parecerían inseparables.
En el caso del cantante fallecido, parece evidente que sus
acciones fueron producto de una actitud honesta. Quienes somos anti-castristas
diremos que se equivocó al principio y luego rectificó. Los castristas dirán
que, al principio, estuvo en lo correcto y luego olvidó sus principios.
Queda casi intacto su legado musical.
Lo aplicariamos a Wagner calificado de antisemita e idolo de Hitler ??????
ResponderEliminarLa ideologia construye trincheras de las cuales es dificil salir
ResponderEliminarEn efecto, Mario, le fue aplicado a Wagner. Ya Ezra Pound y a Furtwangler. Y, en ocasiones, a Shostakovich ?
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