DIARIO DE VIERNES
Oír mi programa de radio sobre este tema en Emisora Costa
del Sol, https://www.costadelsolfm.org/2024/12/19/programa-de-opinion-gustavo-coronel-jueves-2024-12-19/
LA ILUSIÓN DEL AÑO NUEVO, VIDA NUEVA
https://www.youtube.com/watch?v=CrRCaes217E
La tradición del año nuevo, vida nueva, tiene unos 4000
años, desde la Mesopotamia. Quizás su origen fue agrícola, al coincidir con las
crecidas de los ríos o para celebrar las cosechas. En Roma Julio César
estableció el calendario que estableció un día de marzo como el primero del
nuevo año. Durante la edad media el nuevo año se estableció en línea con un
sentido religioso, coincidiendo con el nacimiento de Jesús, y, finalmente, el
calendario gregoriano, establecido por el Papa Gregorio a fines del siglo XVI, lo fijó el primer día de Enero.
La gente se ha acostumbrado a pensar que de una forma
mágica, cuando el reloj se mueve de las doce de la noche del 31 a los primeros
minutos del primero de enero del año siguiente, el planeta y todo su contenido,
experimenta un reseteo. En particular, vemos llegar ese momento como si alguien
nos quitara una piel incómoda ,llena de dolores, angustias y sufrimientos y nos
pusiera una nueva piel, la cual promete felicidad, bonanza, realización de
deseos.
A medida que se aproxima esa hora, no importa donde
estemos, tratamos de acelerar la marcha para estar al lado de nuestros seres
queridos, abrazarlos, besarlos, decirles cuanto los queremos, cuanta felicidad
nos han dado. Los miembros de la familia corren de un lado a otro con una maleta
que les promete grandes viajes futuros. Algunos se colocan una moneda en el
zapato, otros miembros de la familia estrenan interior amarilla, todos comen
doce uvas apresuradamente, cada uva un deseo. Y, por supuesto, luego comienza a
sonar la Billo’s.
Al sonar el cañonazo, al repicar las campanas o estallar los cohetes algunos
lloran porque no pudieron llegar a tiempo a casa, otros porque ya la madre o algún
ser querido cercano falleció hace poco, mientras que otros se sienten inundados
de alegría porque están en casa y se están calentando las hallacas, porque el
nuevo año ya está con nosotros y borrará muchas de las miserias del año
anterior. Unos van alegres, otros van llorando, dice una de las canciones del
gran Billo Frómeta.
Esa sensación de que algo definitivamente termina y algo
definitivamente ha alegrado por centurias a gentes que ven un cambio de año
como una liberación.. El aspecto beneficioso de ese sentimiento de renovación
es que hace que mucha gente se proponga cambiar para mejorar. No solo a nivel
individual, en términos de comenzar una dieta, o dejar de fumar, o tratar mejor
a la esposa, sino en términos
colectivos, de participar en asuntos comunitarios, ser mejor vecino o, más
simplemente, dar los buenos días a la gente que se cruza con uno en la calle.
En este sentido de intento de mejoramiento individual y ciudadano la tradición del año nuevo puede
ser muy beneficiosa como catalizadora para hacernos mejores.
Hay otra cara de la moneda menos beneficiosa. Es esa de quien
espera que un año nuevo nos traiga
prosperidad y que esos cambios caigan como
del cielo, transportados por el trineo de San Nicolás. Mucha gente espera que
de alguna manera el año nuevo sea diferente. Piensan que este será el año de la
democracia, porque que algo sucederá que la hará posible, nos la traerá el
nuevo año. Digo que este sentimiento es menos beneficioso porque hace pensar a
la gente que el éxito caerá del cielo,
nos será dado, sin que nuestro esfuerzo sea lo determinante para lograrlo. De
allí que oigamos decir con frecuencia “Vamos a ver que nos trae el año… o, “que el año te traiga cosas muy buenas….como si
nuestro futuro dependiera exclusivamente de factores externos y no en grado muy
importante de nuestros propios esfuerzos.
Si hay algo que le encanta a los venezolanos es una
fiesta, un bonche. A quien no, realmente. Desde ese punto de vista la celebración
del año nuevo es una tradición inofensiva, una ocasión de renovación física y
espiritual, para pensar que todo lo malo se va con el año viejo y todo lo bueno
vendrá con el año nuevo.
Yo no deseo desentonar y es por ello que aprovecho para desearles a cada uno de ustedes
un feliz año nuevo 2025, recordándoles que mucho de lo bueno que nos pueda
traer ese nuevo año vendrá como resultado de nuestros esfuerzos de nuestra condición
de buenos ciudadanos, de nuestra creencia que debemos trabajar unidos para
salir adelante y recuperar la Venezuela digna y decente que una pandilla
miserable ha logrado herir gravemente con sus abusos y su crueldad.
¡Felicidades para todos!
EL ALMA DE LAS COSAS
MI BILLETERA
En el folklore japonés Tsukumogami es la creencia de que un objeto adquiere
un alma, un espíritu después de cierto tiempo de uso. Son exigentes los
japoneses al fijar ese lapso en cien años.
Jorge Luis Borges, por su parte, era aún menos optimista. En su poema “LAS
COSAS” aborda el tema y nos dice:
Las cosas
Jorge Luis Borges
El bastón, las monedas, el llavero, un libro y en sus páginas la ajada una ilusoria aurora. ¡Cuántas cosas, ciegas y extrañamente sigilosas! |
Borges expresa lo que todos sentimos acerca de “nuestras”
cosas. Hace ya cerca de 80 años que el aún seminarista salesiano Rosalio
Castillo Lara me regaló una pequeña medalla de San Juan Bosco. Aún la tengo, en
memoria de mis años felices de adolescencia en el Liceo “San José” de Los
Teques y del joven seminarista que luego se convirtiera en príncipe de la
iglesia y símbolo de la dignidad venezolana frente a la barbarie chavista. La
cargo en mi billetera, a su vez un regalo de Marianela de hace más de 25 años,
una maravillosa billetera llena de espacios pequeños y medianos, para tarjetas
de crédito, cédula, carnet de conductor, monedas, medallas, papelitos diversos
y algunos billetes de banco (cada vez menos). Esta billetera, estoy seguro, tiene
un alma, el alma de Marianela, mi querida esposa ausente está en ella y la
puedo sentir cada vez que la acaricio. En estas navidades una persona muy
querida me ha regalado una nueva billetera, la cual es también maravillosa,
tiene múltiples espacios y seguramente me servirá por mucho tiempo. Pero no he
logrado todavía remplazar completamente la antigua billetera, por tener la
sensación de que estaría remplazando un objeto que ya posee un alma, asociada
con quien me la regaló y conmigo para siempre. Lo que hago es utilizar ambas
billeteras, alternándolas, hasta que sienta que la nueva ha pasado a tener un
alma.
El otro objeto que he atesorado por unos 13 años es una
laptop TOSHIBA la cual adquirí en 2011, porque me encantó su cuerpo muy
liviano, como de acero bruñido. La he utilizado por todos estos años a diario y
me siento con ella enteramente cómodo, como con mis zapatos viejos. Sin darme
exacta cuenta, ella cada vez estaba más lenta, como yo lo estoy también, y me
iba adaptando a las esperas cada vez más largas que eran necesarias para verla
obedecer a mis mandatos.
En estas navidades he recibido de un generoso amigo una
nueva laptop, una bella HP, la cual responde de manera instantánea a mis
comandos y me ofrece una variedad de opciones que mi antigua TOSHIBA no tiene y
una calidad gráfica calidad extraordinaria. He pasado estos días haciendo la
transferencia de todos mis datos a mi nueva laptop, sintiendo – como en el caso
de mi billetera – una resistencia interior a llevar a cabo el traspaso total de
mis actividades a mi nuevo objeto. Porque sucede algo que me tiene sorprendido.
Desde que tengo la nueva laptop mi antigua TOSHIBA parece estar andando con
mucha mayor rapidez y se conecta con mayor facilidad que antes al internet.
Parece haberse dado cuenta de que estoy
a punto de dejarla a un lado a favor de mi nueva máquina. Y parece resistirse a
esa decisión, tratando de ser joven de nuevo. Pareciera que el alma que hay en
ella me está pidiendo que no la abandone.
Sí. Estoy convencido, por la experiencia con mi billetera
y mi laptop que las cosas, nuestras cosas, tienen un alma, la cual se
desarrolla en base a nuestra relación con nosotros, la cual se expresa
mediante un lazo sentimental que se va
pareciendo más y más, cada día que están con nosotros, a una relación humana.
Y también creo que cuando llega el momento de la
separación ellas se dan cuenta. Y así como nosotros pasamos a poseer otra cosa
y tenemos una sensación de pérdida por lo que nos ha acompañado por mucho
tiempo, de igual manera nuestras cosas nos ven partir con una conciencia de
pérdida. Aún aquellas cosas que pasan a ser heredadas por un hijo, un nieto o
un amigo, se darán cuenta de nuestra ausencia, quizás por dejar de escuchar el
sonido de nuestra voz.
Por ello pienso que Borges se mostró pesimista al decir
que nuestras cosas nunca sabrán que nos hemos ido. La experiencia que estoy
teniendo con mis viejas billetera y TOSHIBA me hacen sospechar que ellas saben
exactamente lo que está sucediendo. Por ello no puedo abandonarlas totalmente
sino que seguiré interactuando con ellas con alguna frecuencia, lo suficiente
para que “sepan” que no las hemos abandonado. Hasta el día que ello deba
suceder.
URGENTE: UNA POLÍTICA
VIGOROSA DE EDUCACIÓN CIUDADANA
*** Un mensaje a quienes tendrán la dirección política venezolana en el futuro
*** A ser incorporada
en el programa de gobierno de Edmundo González Urrutia y
María Corina machado
Horrorizados por los 24 años de
ruina material y espiritual que ha experimentado Venezuela a manos de la
pandilla chavista/madurista, ese grupo de militares y civiles dedicados al narcotráfico,
al lavado de dinero y a la explotación ilegal y traidora de nuestros recursos
minerales, los venezolanos hemos tenido poco tiempo para comprender en toda su
trágica magnitud el crimen que la pandilla ha cometido contra las nuevas
generaciones, los niños y adolescentes venezolanos, quienes han nacido y crecido durante esta
macabra etapa de nuestra historia.
Todo venezolano entre las edades de 1 a
20 años de edad, más todos aquellos
quienes comenzaban su educación primaria inmediatamente antes de la llegada de
Chávez al poder, se encuentran hoy afectados, en mayor o menor grado, por
profundas deficiencias en lo que se refiere a su bienestar físico, desarrollo
mental normal y condición ciudadana. Estamos hablando de quince o más millones
de venezolanos quienes han sido víctimas de una educación totalmente perniciosa
y están en alto riesgo de ser ciudadanos de segunda o tercera clase, cuando no
colocados al margen de lo socialmente aceptable.
Hace unos días recibí una nota de
un amigo con datos duros sobre la crisis educativa venezolana durante el
chavismo. Por ejemplo, en la facultad de ciencias de la UCV ingresaron este año
573 aspirantes, pero 365 no lograron aprobar ninguna asignatura. En la facultad
de Biología 109 de los 144 nuevos inscritos no lograron aprobar asignatura
alguna. En Física 45 aspirantes, un 50% del total no aprobaron ninguna
asignatura. Similares resultados se vieron en Geoquímica y Computación. Este
desastre – nos dice nuestro amigo - es
el resultado de la ausencia de profesores, de los bajos salarios y de la cultura
de premiar el mínimo esfuerzo. Tulio
Ramírez los llama “los bachilleres de la revolución”, ver: https://talcualdigital.com/los-bachilleres-de-la-revolucion-por-tulio-ramirez/
Este catastrófico aspecto académico
de nuestra educación no es la peor de nuestras desgracias. Los bárbaros que
ocupan el poder desde 1999 han estado cultivando entre nuestros niños y
adolescentes una cultura del resentimiento, de la revancha, del odio de clases,
aspectos que caracterizaban y caracterizan a sus líderes Hugo Chávez y Nicolás
Maduro, a fin de crear una Venezuela de marginales, destinadas a tratar de
probar que sin educación, sin tecnología, sin políticas de convivencia y
cooperación con el mundo civilizado Venezuela puede ser lo
que ellos llaman “País Potencia”, junto a sus aliados como Corea del Norte,
Nicaragua y Cuba.
A fin de lograr este anti-milagro
la estrategia de Chávez y de Maduro ha sido una de nivelación hacia abajo, es
decir, la creación de una Venezuela donde
los arquetipos dignos de imitación sean el bárbaro Hugo Chávez y el analfabeta
funcional Nicolás Maduro.
Este es mi mensaje para nuestros
líderes democráticos en momentos en los cuales el régimen se acerca a su
fin.
YA TIENE 12 AÑOS
VES es el proyecto que nos narra la historia de los
inmigrantes a nuestro país quienes VINIERON, EDUCARON Y SEMBRARON el conocimiento
científico, así como la de los emigrantes venezolanos a otros países, quienes, VIAJARON,
EMIGRARON Y SURGIERON. Es la bella tarea que se ha impuesto José Álvarez
Cornett, la de hacernos conocer ese grupo de hombres y mujeres que vienen y van, sembrando el conocimiento donde quiera que se encuentren.
El proyecto se orienta a salvar del olvido a aquellos inmigrantes
a nuestras costas que se sembraron entre nosotros y nos trajeron el valor agregado
del conocimiento científico, así como a destacar a aquellos venezolanos quienes
han salido del país y se han sembrado en otras culturas dándole lustre a
nuestro gentilicio.
José Álvarez Cornett ha acometido por años esta tarea, solo
o rodeado de pocos colaboradores, acumulando un impresionante volumen de
investigación sobre esos hombres y mujeres que vinieron o se fueron, ilustres
mensajeros del conocimiento, como abejas en perseverante acción de polinización
intelectual.
Solo en este año el proyecto ha generado un libro: “Huellas,
Ashiato, Paulkhuna” sobre la contribución asiática a la ciencia y la biomedicina
en Venezuela, así como un trabajo científico sobre “La Familia de científicos
judíos Budowski”. Publicaron dos artículos sobre el ingeniero italiano-venezolano
Mario Vecchi , here and here y un esbozo
biográfico del ingeniero catalán Reclus Roca Vila. Se trabajó en la segunda
parte del trabajo sobre “La Inmigración Italiana y el progreso Científico y Técnico
en Venezuela”, parcialmente publicado en ProDavinci.
Este año VES presentó tres
trabajos, en conferencias internacionales y nacionales. Álvarez Cornett fue
seleccionado como SHOT Global Community Scholar 2024-2025 por la Sociedad de La
Historia de la tecnología, en evento que se realizó en Viña del Mar, Chile.
Detrás de todos estos esfuerzos
está el incansable José Álvarez Cornett.