miércoles, 28 de septiembre de 2022

IDEAS DE UN GEÓLOGO PARA CAMBIAR LA ACTITUD COLECTIVA DE LOS VENEZOLANOS


 

Para todos mis amigos, especialmente los de edad avanzada, a quienes invito a formar parte del Grupo ULISES

Figura 1

   


  

Figura 2 


Como geólogo petrolero me acostumbré a estudiar las secciones rocosas que observamos en las montañas y en los ríos, ver figura 1, a fin de examinarlas, clasificarlas y derivar de ese examen ideas acerca de la historia geológica de la zona en estudio. Ya hace años que dejé de ser geólogo activo pero continuo aplicando análogos geológicos a los asuntos que me interesan. Uno de mis temas favoritos es el relacionado con la posibilidad de convertir a Venezuela - un país con 30 millones de habitantes con una mayoría de gente pasiva o indiferente - en un país con una masa crítica de buenos ciudadanos activos. En el tiempo que vengo estudiando la realidad venezolana no he encontrado  muchas propuestas de solución a la mediocridad de la sociedad venezolana que tenga la educación en valores, la formación del carácter, como tema fundamental. En efecto, las propuestas sobre educación que he visto tienen que ver con mejorar las técnicas de adquisición de conocimientos y la preparación del venezolano para el trabajo, a fin de contribuir al progreso económico del país. Esas propuestas son, por supuesto, muy meritorias y deben ser apoyadas, pero – en paralelo -  es necesario prestar la mayor atención a la formación de buenos ciudadanos activos. Al hablar de ciudadanía me refiero especialmente a  la participación del individuo en la vida comunitaria, como promotor de progreso colectivo.  Hablo  de buena ciudadanía activa en términos del ciudadano como miembro de una comunidad, determinado a ayuda más que a ser ayudado. El venezolano promedio necesita pasar de ser un número, un habitante frecuentemente dependiente del estado populista y benefactor, a ser un factor contributivo efectivo de progreso colectivo. Ello implica el reconocimiento de deberes, igual que derechos, concepto que parece una perogrullada pero que para nuestra Venezuela sería la única verdadera “revolución”.   

Aproximadamente la mitad de la población venezolana de hoy, unos 15 millones de habitantes, tienen menos de 30 años de edad. Ello quiere decir que la mitad de los venezolanos nunca han vivido en democracia, han crecido y se han ido formando durante las dictaduras ignorantes, crueles y rapaces de Hugo Chávez y Nicolás Maduro.

El resultado está a la vista. Venezuela es una nación en ruinas, con un pueblo mayoritariamente sumiso y dependiente de las limosnas del régimen. Hay bolsillos de resistencia, venezolanos dignos que trabajan para recuperar el país pero están acosados por la mediocridad circundante. Unos 6 millones de habitantes se han ido y la población actualmente en el país está compuesta por una mayoría de ciudadanos pasivos o indiferentes. Quiero ser muy cuidadoso al hablar de este tema porque muchos lectores piensan que, cuando criticamos la sociedad venezolana actual, estamos diciendo que todos los venezolanos son malos ciudadanos. Por supuesto, esto no es así y trataré de explicarlo en base a la figura 2.

En la figura 2 he esbozado lo que sería una columna estratigráfica similar a la de la figura 1 pero no de rocas sino de gente. He tomado los 30 millones de venezolanos y los he dividido, en un estimado muy subjetivo, en unos seis estratos morales, sin pretensión alguna de precisión matemática. En esta figura digo que, de los 30 millones de habitantes   que tiene Venezuela:

·      Unos 1000 venezolanos podrían ser definidos como santos y héroes

·      Unos 100.000 venezolanos podrían ser definidos como líderes sociales y altruistas

·      Unos 6 millones de venezolanos podrían ser definidos como buenos ciudadanos activos (son buenos porque hacen cosas buenas, como limpiar la calle de su vecindario)

·      Unos 18 millones de venezolanos podrían ser definidos como buenos ciudadanos pasivos (son buenos porque no hacen algo malo, no ensucian la calle de su vecindario,  pero piensan que limpiarla es asunto de otros)

·      Unos 3 millones de venezolanos podrían ser definidos como indiferentes (Lo único que me importa es como quedo yo ahí)

·      Unos 3 millones de venezolanos podrían ser definidos como criminales (pequeños, medianos y grandes, militares y civiles, chavistas y maduristas, toda una rica gama)

Asumiendo que esta distribución sea aproximadamente cierta parecería claro que la solución de la tragedia venezolana está en  cambiar la relación entre buenos ciudadanos activos y buenos ciudadanos pasivos/indiferentes, a fin de incorporar al estrato de la buena ciudadanía activa la mayoría de quienes están en los estratos morales inmediatamente inferiores. Olvidemos tratar de cambiar criminales en héroes y santos, tarea imposible.  La línea de menor resistencia es cambiar a los 21 millones de ciudadanos buenos pasivos e indiferentes, en buenos ciudadanos activos.

Y, nos preguntaremos ¿cómo podemos hacer esto? Porque, esos  21 millones de venezolanos que  son buenos ciudadanos pasivos o indiferentes no representan capital social y están ya malformados de manera más o menos permanente. Sería difícil, si no imposible, cambiarlos de naturaleza. Son un peso muerto.

La manera de llevar a cabo la transformación requerida es a través de un proceso de educación ciudadana en valores como política de estado, a nivel nacional, para todos los niños y jóvenes venezolanos de 4 a 20 años, en todas las escuelas del país. Este programa deberá ser permanente, a través de los cambios políticos que puedan llevarse a cabo en una Venezuela libre y democrática, una vez que el país recupere su democracia. Un programa de esta naturaleza puede llevarnos en el curso de unas dos generaciones a modificar la estratigrafía moral actualmente existente por una en la cual el estrato de buenos ciudadanos activos se convierta en mayoría. Todas las naciones avanzadas muestran una mayoría de buenos ciudadanos activos, ningún país puede progresar con una mayoría pasiva y dependiente de un estado paternalista.

Estoy cerca de publicar un libro: “FÁBRICA DE CIUDADANOS”, en el cual explico en mayor detalle como esto puede hacerse. Este es un proyecto que deseo poner en manos de la Venezuela del futuro, como aporte a su redención espiritual y a la estructuración de una sociedad venezolana  civilizada, la cual pueda revertir el curso que hemos llevado hacia el foso de la mediocridad.  

Será un proyecto de educación ciudadana en valores enmarcado dentro de los objetivos del Grupo ULISES, el cual está integrado por venezolanos de la tercera o cuarta edad  quienes piensan – como ha dicho Alfred Tennyson en su poema ULISES: “La vejez guarda todavía su honor y sus tareas…. Tal vez antes del fin pueda cumplirse alguna labor de nobles méritos… no es demasiado tarde para buscar un mundo nuevo…”.

 Más allá de nuestros anhelos, de nuestras ambiciones y pasiones de juventud y madurez conservamos,  intacto,  el deseo de Ulises y de sus marineros de navegar hasta el poniente siendo útiles hasta el final.

 


lunes, 26 de septiembre de 2022

DONALD TRUMP: ¿PERSEGUIDO POLÍTICO O CRIMINAL?

  


La mitad de la población estadounidense piensa que Donald Trump es un perseguido político del gobierno de Joseph Biden, un patriota a quien sus enemigos le hacen la vida difícil, acusándolo de diferentes crímenes contra la nación o contra personas. Mientras más acusaciones aparecen en su contra con más fiereza lo defienden sus partidarios. Por su parte, quienes lo acusan y piensan de él como indigno de ocupar posiciones de servicio público, por sus torvas tendencias a mentir y a beneficiarse indebidamente de su poder político, han arreciado sus esfuerzos para llevarlo a la inhabilitación en el campo profesional y político e, inclusive, a la cárcel. En este momento Donald Trump enfrenta 22 juicios criminales o civiles, ver lista completa en: https://www.justsecurity.org/75032/litigation-tracker-pending-criminal-and-civil-cases-against-donald-trump/ .  

En esa publicación se comenta que, hasta Trump, ningún presidente de los Estados Unidos había sido objeto de un juicio criminal, mucho menos sentenciado por ello. Tres de esos juicios enumerados en la publicación, los relacionados con cargos de asalto sexual, han sido transados fuera de la corte por Donald Trump.  

Yo confieso tener un claro sesgo en contra de Donald Trump desde antes de su llegada a la presidencia, debido a mi percepción de su narcisismo, machismo y sus hábitos financieros de recurrir a la quiebra de empresas como estrategia para eludir compromisos y responsabilidades. Al llegar Trump a la presidencia supuse que llegaría a ella acompañado de ese bagaje de cualidades indeseables y su actuación, hasta culminar con su incapacidad para admitir su derrota, me reforzó en mi percepción negativa de la persona.   

Por ello sigo tratando de ver cuánta razón pueda existir en cada bando, el que lo admira y el que lo rechaza. Acabo de leer la  más reciente demanda en su contra, una acción civil iniciada por la Fiscal general del Estado de Nueva York por fraude comercial reiterado, cuyas características resumo de seguidas.  

 NATURALEZA DE LA DEMANDA 

Verla en su totalidad en: 

 https://s3.documentcloud.org/documents/22670311/nyag-v-trump-et-al.pdf 

Esta es una acción basada en tres años de investigación de la oficina de la Fiscalía general del Estado de Nueva York, en 65 entrevistas con testigos y en la revisión de múltiples documentos generados por la parte defensora, es decir, Donald Trump, sus hijos, sus empleados y el grupo de empresas denominadas La Organización Trump. La acusación es por “reiterados actos de fraude y falsas afirmaciones hechas en los estados financieros de la organización en los años 2011 a 2021”. En esencia, el fraude consiste en haber inflado significativamente el valor de los activos de la organización Trump, mediante falsos estados financieros presentados a los bancos para lograr préstamos más favorables. La demanda alega que esta manera de actuar viola numerosas leyes existentes, como la Ley Ejecutiva 63 y la Ley penal 175 de Nueva York sobre falsificación de libros financieros, falsos estados financieros y fraudes relacionados con seguros.  

Según la demanda estos documentos de la organización Trump eran preparados para la revisión conjunta y firma aprobatoria de los señores Trump y Weisselberg (su director de Finanzas, quien se declaró culpable de fraude en otro juicio paralelo relacionado con la organización). Cuando se les interrogó sobre esas reuniones, ambos invocaron el quinto “amendment” de la constitución, que les permite no responder porque su respuesta bajo juramento podría ser incriminatoria. El Sr. Trump invocó este privilegio constitucional unas 450 veces durante el interrogatorio al cual se le sometió, a pesar de lo que había dicho siempre, “que eso solo lo hacían los gánsteres”.  

Entre los componentes del fraude pueden mencionarse: 

  • Utilizar números falsos para calcular el valor de las propiedades. Por ejemplo, la Torre Trump fue evaluada por ellos en base a un área de 30.000 pies cuadrados, cuando el área real es de 10.996 pies cuadrados, Además el valor del pie cuadrado utilizado fue cuatro veces mayor que el valor del mercado; 
  • Los apartamentos de Trump Park Avenue, que estaban ocupados a una renta estabilizada (fija e inamovible), fueron evaluados como si pudieran venderse sin restricciones, lo cual llevó a una valuación casi 50 veces mayor que la real; 
  • El club Mar a Lago fue avalado como si fuera una residencia personal sin restricciones cuando es un club con miembros y regulaciones que impiden su libre venta. Como resultado su valor fue inflado por un factor de 10; 

Estos ejemplos y muchos otros relacionados con las propiedades de Trump se describen en detalle en la demanda y permitieron a Trump obtener beneficios financieros que la parte acusadora estima en unos $250 millones. En febrero de este año la empresa MAZARS, que llevaba los libros de la organización Trump desde 2011, renunció alegando que los estados financieros de la organización Trump desde 2011 hasta 2020 no eran confiables y no debían ser aceptados.  

El documento de la demanda es sumamente detallado, de 222 páginas, y termina pidiendo castigos en contra de la organización Trump que incluyen la prohibición de hacer negocios de bienes raíces en el estado de Nueva York por los próximos 10 años, nombrar albaceas independientes para manejar el trust de Trump, el cual está en manos de sus hijos y cancelarles las licencias a los hijos para hacer cualquier tipo de negocios en el estado.  

En su descarga los abogados de Trump han esbozado una estrategia que incluye tres componentes principales: 

(1), Definir la demanda como una persecución política, una “cacería de brujas”. En efecto, la fiscal general de Nueva York ha dicho públicamente, desde que llegó a su posición, que iría en contra de Trump “con todos los hierros”. Por supuesto, una acusación con ingredientes políticos puede ser injusta o justa, en la medida en la cual los cargos sean inciertos o ciertos. Esta demanda es muy detallada y está muy bien sustanciada. Los abogados que la analizan han concluido, en base a los cargos que contiene, que Trump ha debido llegar a un acuerdo extra judicial desde el inicio pero que ahora ello va a ser muy difícil; 

(2), los procesos de valuación de propiedades son subjetivos y están sujetos a variaciones entre diferentes maneras de avalúo. Y esto es cierto, siempre y cuando las maneras de avalúo sean las aceptadas por las leyes y la comunidad financiera, y no contengan premisas falsas comprobables, como es el caso del área de la Torre Trump; 

(3), Nadie ha sufrido por esta situación, alega Trump. Los bancos han ganado dinero con los préstamos y él ha pagado a los bancos (casi siempre). “No hay afectados por lo que hemos hecho”, alega el demandado. Sin embargo, el estado de Nueva York ha estimado que los beneficios de las falsificaciones de la realidad para la organización Trump han sido de significación y sus violaciones a las leyes estatales y federales encuadran dentro de la categoría de fraude.  

De todo esto he derivado algunas conclusiones que, de nuevo, pudiesen estar influenciadas por mi sesgo en contra de la persona llamada Donald Trump. Yo creo que, si esta demanda tiene elementos verídicos y comprobables, como parece tenerlos, y no  una total ficción, ello me confirmaría en mi creencia que Donald Trump no debe ser nunca más funcionario público, sobre todo al nivel de presidente. 

 Por supuesto, lo que sucederá será determinado por fuerzas que están fuera de nuestro alcance, ya sea en contra o a favor del Sr. Trump. Tendremos que esperar el curso de los acontecimientos, tratando de ser lo más objetivo posible, invitando a un intercambio de ideas sobre el tema entre quienes estén dispuestos a hacer sinceros intentos de objetividad. La suerte de la nación estadounidense y de muchas otras naciones de nuestra región depende de cómo se desarrollen estos acontecimientos sobre el Sr. Donald Trump.   


jueves, 22 de septiembre de 2022

EL PODER FORMATIVO DEL CINE: UNA MEMORIA PERSONAL

 


Cary Grant y Sam Jafee en GUNGA DIN


En mi vida he tenido dos etapas de furibunda cinefilia: mi niñez y mi vejez. No tengo dudas que el cine ha jugado un papel importante en la formación de mi carácter y en moldear mis preferencias. ¿De dónde más puede haber salido mi interés y hasta simpatía por la historia de Inglaterra, país tan lejos del Los Teques de mi infancia, que no fuera del cine? Esa afinidad se reforzó con las noticias que recibíamos por la radio durante la segunda mundial, sobre los masivos ataques del nazismo a Londres, las campañas del norte de África y la manera estoica como el pueblo inglés, con  Churchill al frente, soportaba los terribles ataques aéreos.

 Algunas de las primeras películas que recuerdo haber visto en mi infancia, no una sino varias veces, fueron Gunga Din, 1939, donde el heroe no es inglés sino nativo y Las Cuatro Plumas,  ambas relacionadas con la etapa colonial británica en la India, en las cuales se idealizaba la presencia colonial de Inglaterra en la India, así como las películas sobre Henrique VIII y sus mujeres, con el gran Charles Laughton, o las estupendas películas sobre los corsarios ingleses de la época isabelina, como El Capitán Blood o, mejor aún, El Halcón de los Mares, esta última reforzada por la extraordinaria música de Korngold, oírla aquí:

https://www.youtube.com/watch?v=2sKY5ovdwGo. En los primeros doce o trece años de mi vida mi carácter en formación se nutrió abundantemente de esas películas. 

¿Y de dónde viene mi admiración por el heroísmo callado, por la abnegación, si no de películas como “Las Llaves Del Reino”, la cual vi en 1945, a los 12 años de edad?  Esta bella historia sobre la saga del  estoico Padre Chilsom en China me llevó a leer la novela de A. J. Cronin y me reforzó en mi determinación de mantener el rumbo mostrado por estas actitudes.    

Una  película que me enseñó el poder de los grandes gestos heroicos anónimos fue la protagonizada por James Cagney,  “Ángeles con Cara Sucia”, en la cual Cagney es un gánster condenado a muerte, quien simula ser un cobarde al ir a la silla eléctrica,  a fin de que los jóvenes de su barrio no lo recuerden como un héroe.

La compasión que siempre he sentido por el amor no correspondido y por los débiles recibió un refuerzo muy poderoso del film “Servidumbre Humana”, aparecida en 1934, basado en la novela de Somerset Maugham.

Mi afinidad con los héroes civiles más que con los de a caballo se concretó con películas tales como Pasteur, 1936, con Paul Muni, “Madame Curie”, con Greer Garson o  “Caballero sin Espada”, 1939, protagonizada por Jimmy Stewart, la historia de  un idealista impoluto que se enfrenta al cinismo político en Washington.

El cine y mis lecturas se combinaron con las enseñanzas de mis padres y maestros y la ayuda de maravillosos amigos para enseñarme el camino del cual nunca he podido ni querido apartarme.

 ¿Y ahora, en mi vejez, cuáles son las películas que han contribuido a darme alegría y satisfacción espiritual?

Pues, las mismas. Las mismas que me formaron desde niño, más algunas otras de similar contenido didáctico que he visto a través de los años. Por ejemplo: “Matar a un Ruiseñor”, “Heredarás el Viento” y “Los Miserables”, la versión fílmica del libro de Víctor Hugo.  

En el canal TCM, Turner Classic Movies, las veo de nuevo a casi todas ellas y, cada vez que las veo, me alegra constatar que me enseñaron el camino correcto.

De vez en cuando voy al cine con mis hijos y nietos, principalmente durante sus cumpleaños. Estas películas de hoy representan  experiencias diferentes. Las tramas son  frecuentemente remplazadas por el espectáculo, es decir,  la escenografía, los efectos especiales y el sonido. Algunas veces, al terminar la película, debo pedirles a mis hijos o nietos que me expliquen lo que no entendí, por ejemplo, que significa The Matrix o algo sobre  los Guardianes de la Galaxia o sobre el hombre araña.

La última película que vi me gustó mucho, como gran espectáculo visual: NOPE, la historia de un monstruo extraterrestre que aparece en la Tierra cada dos o tres  semanas y  se come alguna  gente. Allí también figura un mono que mata a un anciano en una escena de horrible violencia, creo que se lo come, que no tenía mucho que ver con el resto de la película.

En las etapas intermedias de mi vida he visto grandes films, maravillosas películas con inolvidables mensajes, como “Los Mejores Años de Nuestra Vida”, o de proporciones épicas como “Ben Hur” o la insuperable “Lawrence de Arabia”.  No solo me han cautivado las de Hollywood sino las europeas como “La Vida es Bella”,  “Zorba el Griego” con el incomparable Anthony Queen,  o  “Un día Especial”, con Marcelo Mastroiani y Sofía Loren, la cual me hizo pensar mucho sobre la callada tragedia de la homosexualidad en la Europa de Hitler y Mussolini y sobre el verdadero significado del amor.

Pero mi gran disfrute ha sido las películas que vi en la primera etapa de mi vida, que  ahora veo de nuevo en la última etapa de mi vida. Es verdad que uno frecuentemente regresa a sus primeros amores.

 A las 6 a.m., con suma frecuencia, me reencuentro con ellas. Quizás algún día me encontrarán, frente al televisor, con el control remoto aun firmemente agarrado y una ligera sonrisa.  


lunes, 19 de septiembre de 2022

 

Vigésimo viaje a Serendipia 



 30 AÑOS DE GUERRA ASIMÉTRICA CONTRA LA CORRUPCIÓN 

Especialmente desde 1990 hasta hoy he mantenido una guerrilla perseverante de denuncia y rechazo contra la corrupción. Así como algunos juegan golf y otros coleccionan estampillas mi afición ha sido el estudio y la batalla contra esta aflicción. En Venezuela la corrupción en la función pública y la complicidad del sector privado han estado históricamente enraizados en nuestra cultura, hasta el punto que algunos analistas la han considerado como parte de nuestro genoma.  

Uno de mis grandes hallazgos serendípicos fue conocer, alrededor de 1990, a Robert Klitgaard, un intelectual estadounidense quien le había dedicado mucho tiempo al estudio de la corrupción, ver: https://en.wikipedia.org/wiki/Robert_Klitgaard . En su visita a Caracas pude conversar con él repetidas veces y me fui nutriendo de sus experiencias y reflexiones sobre las estrategias para combatir la corrupción. Al escucharlo, pensé que podía “tropicalizar” algunos de sus atisbos, combinarlos con mis propias reflexiones sobre el tema y elaborar un taller sobre “Estrategias para el control de la Corrupción” para el medio venezolano /latinoamericano.  

Este taller llegó a ser el caballito de batalla en mi guerra personal contra la corrupción por los siguientes diez años y uno de los tres programas principales de la Agrupación Pro Calidad de Vida, ver también: http://lasarmasdecoronel.blogspot.com/2022/09/de-washington-dc  

Comencé a dar este taller* a todos quienes quisieran escucharme, en las escuelas, en los centros culturales de la provincia, en la sede de nuestra agrupación. Una de mis grandes sorpresas iniciales fue ver que quienes acudían a mi presentación eran, en su mayoría, miembros de la clase media baja, con muy pocos asistentes pertenecientes a la clase media alta. Ello me ha hecho pensar que muchos miembros de nuestros estratos universitarios y de altos ingresos tienden a olvidarse de este problema cuando llegan a un nivel de vida confortable y pasan a considerar la corrupción como un ingrediente inevitable de la sociedad venezolana. Esto suena ilógico y fuera de sintonía con la realidad existente en países más avanzados, pero esa fue mi experiencia.  

El Taller 

En este taller comenzaba por hablar de cómo se vive en diferentes países y la correlación existente entre desarrollo social, bienestar económico, educación y las actitudes ciudadanas, incluyendo en este último factor el rechazo de la corrupción. Definía el significado de corrupción como el abandono del interés público en favor del interés personal o grupal y describía como la práctica de la corrupción que predomina en Venezuela es el sistema patrón- cliente (Yo te doy y te protejo, pero te exijo lealtad).    

La corrupción, les decía, no es genética, es un fenómeno cultural y reversible. Aparece: 

  •  Cuando la persona cree tener un motivo, ya sean por sus bajos ingresos, por su pobre autoestima o por su débil formación ciudadana; 
  • Cuando se le presenta la oportunidad, ya sea por el desorden administrativo existente, por la carencia de controles o porque la sociedad en la cual se mueve es permisiva;   
  • Cuando sabe que tendrá impunidad, que no habrá castigo penal, ni siquiera habrá sanción social. Al contrario, podrá hasta ser admirado porque  “lo supo hacer”.  

En Venezuela la corrupción ha tenido su mayor expresión en el sector público, con la frecuente colaboración entusiasta del sector privado, favorecida por la inexistencia de claras fronteras entre lo público y lo privado, lo cual lleva a la contaminación política de la administración del estado. Todos recordamos aquellos gritos de “EXPROPIESE” de quien pretendió ser un Calígula tropical, pues creía que el estado era de él.     

Desde el inicio advertí que mis oyentes evidenciaban un gran desconocimiento de lo que es la corrupción. Pensaban que era solamente robarse el dinero de la nación, cuando su dimensión es mucho mayor. Me decían: “no puede ser igual darle a un portero un billete de Bs 50 (de 1990), para que nos deje entrar de primero en la cola que darle a un ministro o a un gerente petrolero uno o dos millones de dólares para que nos otorgue un contrato”. Tenían la tendencia a creer que corrupción era lo grande, mientras que lo pequeño era “resolver”. Mi mensaje fue que la corrupción era una sola, ni pequeña ni grande. Ese astigmatismo moral tenía y tiene una profunda raíz cultural y será una de las características promotoras de corrupción más difíciles de erradicar. Muchos compatriotas definen la corrupción solo desde el ángulo monetario y en base a cantidades, cuando la corrupción pequeña y la grande tienen el mismo significado perverso de violación de nuestros deberes ciudadanos.  

 Mi interacción con los asistentes a los talleres me fue llevando a precisar las principales razones por las cuales la batalla contra la corrupción distaba tanto de ser exitosa: 

(1), Pocos estaban claros en lo que es la corrupción, por lo cual no podían combatirla con eficiencia. Muchos eran corruptos sin saberlo ; (2), Algunos opinaban que era útil, puesto que facilita, acelera, “lubrica” los trámites que todos debemos llevar a cabo en nuestra vida diaria; (3), Otros decían que ella formaba parte de nuestra manera de ser venezolana, del “rebusque” y la viveza criolla; (4), se pensaba que cambiar nuestra manera de ser tomaría demasiado tiempo; (5), algunos alegaban que si todo el sistema está contagiado, combatirlo sería lo anormal; (6), Que podría, pensaba alguno,  hacer yo solo ante la fuerza del sistema?  

La corrupción no es un crimen pasional sino un crimen que se comete a sangre fría, de forma premeditada. Klitgaard lo expresaba en términos de una fórmula: C = M + D – T, donde C es corrupción, M es el grado de poder, D es la discrecionalidad en el uso de ese poder y T es la transparencia. El chavismo marcó un nivel de corrupción nunca visto antes, dado el gran poder que tuvo, la total discrecionalidad que exhibió Chávez para ejercer su poder y su poca transparencia en el manejo de los asuntos del estado. La corrupción en PDVSA, el ejemplo más trágico, ha sido gigantesca, debido al control rojo rojito ejercido sobre la empresa, al uso brutal de ese poder al convertir el negocio petrolero en una empresa social orientada a comprar lealtades políticas y a la total ausencia de rendición de cuentas en el manejo de los ingresos petroleros. 

El taller incluía una serie de estrategias para el control de la corrupción, entre las cuales la fundamental era hacer el acto de corrupción lo más costoso posible a los corruptos, es decir, la aplicación de vigorosas sanciones morales, sociales y penales. La aplicación de la justicia es la pieza central de cualquiera batalla contra la corrupción que quiera ser eficaz y no debe ser abandonada a favor de transacciones y arreglos con los corruptos.  

Aunque la aplicación del castigo es pieza fundamental, pensamos que la solución que llevaría a minimizar la incidencia de la corrupción en Venezuela tendrá que ver con programas de educación ciudadana, con énfasis en valores para la formación del carácter en los niños y jóvenes venezolanos, a fin de ir cambiando las actitudes colectivas de los venezolanos, a fin de transformarlos en verdaderos miembros de una sociedad civilizada. Esto no es lo que tenemos hoy como país y, en el mejor de los casos, tomará un par de generaciones y deberá esperar – para su puesta en marcha - de la llegada a Venezuela de un gobierno libre y democrático y de un liderazgo político honesto, con genuinos deseos de promover una Venezuela digna.   

LA BATALLA EN DICTADURA 

Después de la llegada del chavismo al poder me he dedicado a denunciar desde el exterior la corrupción del chavismo, especialmente en PDVSA, la cual ha sido de una magnitud nunca antes vista en Venezuela. En 2007 comencé un blog, www.lasarmasdecoronel.blogspot.com , en el cual he colocado unos 6900 artículos, muchos de ellos sobre corrupción y sobre los mayores responsables de la corrupción en Venezuela, definida como la violación del interés público para favorecer sus intereses personales o de grupo. Los principales cabecillas de la agresión a Venezuela han sido Hugo Chávez, Nicolás Maduro, Cilia Flores, Iris Varela, Tareck El Aissami, Rafael Ramírez Carreño, Nelson Merentes, Tobías Nobrega, José Vicente Rangel, Jorge Giordani, Vladimir Padrino López, Diosdado Cabello, Raúl Gorrín, Alex Saab, Leopoldo Betancourt López, Diego Salazar Carreño, los banqueros del chavismo y la legión de parásitos militares y civiles sin conciencia y sin honestidad, quienes han saqueado a la nación al amparo de la fuerza bruta.   

Para estos criminales he pedido un Núremberg criollo, el cual deberá ser parte integral de la redención venezolana. Junto con varios miembros de la Gente del Petróleo publicamos un libro, “Quien Destruyó a PDVSA”, en el cual documentamos la corrupción y destrucción institucional generada en PDVSA por gerentes corruptos, en especial Rafael Ramírez Carreño, Eulogio del Pino, Ali Rodríguez Araque. Manuel Quevedo y Asdrúbal Chávez.   

En esta batalla contra la corrupción han ido creciendo los ejércitos de la honestidad, los cuales cuentan una formidable coalición de investigadores y analistas dedicados a la denuncia y empeñados en lograr el castigo para las alimañas que han destruido el país. 

Me enorgullece ser un soldado en esta batalla.    

________________________ 

* Di el taller por casi diez años, unas 250 veces, a unas 12.500 personas en Venezuela, Panamá, Paraguay, México y Bolivia. Algunos de ellos fueron del tipo “Train the trainer”, para formar tutores quienes pudiesen dar el taller en mi lugar, principalmente en Panamá y en Paraguay. El punto débil de este esfuerzo estuvo en la evaluación de sus resultados. La llegada de Chávez al poder terminó con nuestra ONG y ya no pudimos seguir actuando. Durante esos años tuvimos el apoyo financiero de la organización basada en Washington “NATIONAL ENDOWMENT FOR DEMOCRACY”, la cual es patrocinada por los dos partidos políticos estadounidenses.   

martes, 13 de septiembre de 2022

DE WASHINGTON DC A SABANA DEL MEDIO: DOS VERSIONES DEL DESARROLLO

Decimo octavo viaje a Serendipia





Durante unos seis años, 1983-1989, llevé a cabo en el Banco Interamericano de Desarrollo, basado en Washington dc, una labor de especialista en Hidrocarburos, encargado de evaluar los proyectos que los países miembros le presentaban al banco. En base a estas evaluaciones, el banco accedía o no a financiarlos y prestaba su apoyo para mejorar el proyecto en consideración.  Después de recibir la petición de financiamiento, el banco designaba una primera “misión” o visita al país en cuestión, a fin de revisar el proyecto desde diversos ángulos: económico, social, técnico e impacto ambiental.   

Durante los primeros tres o cuatro años esta fue, para mí, una  asignación de ensueño. Viajaba a los diversos países de la región, conociéndolos frecuentemente por primera vez. Casi siempre los proyectos eran de poca complejidad técnica para quien, como yo, traía la experiencia técnica y gerencial obtenida en una industria petrolera gigante, como la venezolana.  Por ejemplo, ir a Bolivia a tratar de elevar la producción de gas natural era como hacer cirugía infantil para quien estaba acostumbrado a los grandes yacimientos de petróleo y gas venezolanos.

 A medida que continué evaluando proyectos de hidrocarburos en países como Argentina, Chile, Perú, Bolivia, Ecuador, Guyana, El Salvador o Paraguay, me fui dando cuenta que la actividad presentaba obstáculos importantes para ser llevada a cabo con eficiencia. Algunos de ellos eran de naturaleza política, otros derivados de las actitudes predominantes en nuestros países.  

 

 

Conflictos de interés

Algo que pudiese catalogarse como conflicto de interés era la necesidad  que tenía el banco de hacer cada vez más préstamos, a fin de justificar su existencia ante los países donantes de capital. La cantidad de préstamos se convertía en un índice de eficiencia del banco. Ello llevaba a la tentación, por parte del banco, de promover préstamos que no eran prioritarios para los países, es decir, “vender” al país la idea, e inclusive, contribuir a elaborarles el proyecto. Aunque, en mi especialidad de los hidrocarburos, este riesgo era de muy baja magnitud, en áreas de mayor actividad la tentación era mucho mayor y rendirse a ella ello derrotaba la definición de desarrollo que era la bandera del organismo.  

Pobre continuidad de gestión

Con mucha frecuencia encontraba nuevas caras como interlocutores en una segunda misión. Peor aún, cada nuevo funcionario tenía casi siempre nuevas ideas sobre lo que debía hacerse, lo cual retrasaba y encarecía el proyecto.

La ejecución  

Una vez que el préstamo era aprobado debía someterse a un proceso de seguimiento que garantizase la mayor eficiencia posible en su ejecución. En esta etapa del proceso podía observar las mayores fallas: pobre comunicación, licitaciones defectuosas, poca transparencia.

En una de mis misiones a un país de la región viajé en la línea aérea bandera del país. A bordo también iba el ministro de finanzas que había estado en el banco gestionando un préstamo de emergencia para su país agobiado por deudas. Mientras estuvo en Washington ese ministro se había alojado en un hotel cinco estrellas de la ciudad de Washington DC y llegaba a nuestra sede todos los días en una “limousine” de 10 metros de largo, con chofer, quien lo esperaba pacientemente en la puerta mientras él estaba en sus reuniones. En el viaje de regreso él iba en primera clase mientras yo, funcionario del banco que prestaba el dinero, viajaba en clase turista. De repente esto me pareció simbólico de lo absurdo de esta relación entre burócratas del banco y de los países. Este funcionario vivía muy bien debido, paradójicamente, a los graves problemas sociales de su país. Yo también vivía muy bien en Washington DC,  desempeñando una especie de papel de actor de reparto en lo que parecía ser una tragicomedia. Aunque el banco llevaba a cabo una labor de desarrollo que – en la balanza – era positiva, advertí que esta labor era ineficiente y dispendiosa debido a una indeseable burocracia de lado y lado que había adquirido vida propia.

Por ello decidí fugarme de la jaula de oro que era el banco y regresar a Venezuela, a tratar de desarrollarla, no ya desde Washington DC, sino en el terreno, de cara a cara con la gente.

De Washington DC a Sabana del Medio, Estado Carabobo

Regresé a Venezuela a inicios de la década de 1990 y me fui a vivir en el campo, en una zona semi-rural, al oeste de Valencia, a tratar de probar que un “campesino” venezolano podía vivir tan bien como un habitante de la ciudad, tal como es el caso en los países desarrollados. En Suiza o en USA no existen campesinos, en el sentido de abandono e indefensión que este apelativo posee en nuestros países latinoamericanos, sino  ciudadanos de ciudad y ciudadanos del campo con una calidad de vida similar. Llegar a esto en Venezuela era, y continua siendo, uno de los grandes objetivos del verdadero desarrollo. A eso fue a lo que fui.

Al llegar fundé una ONG llamada AGRUPACION PRO-CALIDAD DE VIDA, la cual desarrolló tres líneas de acción que veía como fundamentales para el desarrollo venezolano: Lucha contra la corrupción, la promoción del liderazgo en las comunidades y un programa de educación ciudadana en las escuelas públicas del país.  La idea central era la de promover la creación de una nación de buenos ciudadanos activos, tanto en la ciudad como en el campo.

Una intensa experiencia

Tendría que escribir un libro para narrar los detalles de mi experiencia tratando de desarrollar el país en el terreno, haciendo estrecho contacto con la gente. Junto con un grupo de entusiastas colaboradores, el cual nunca fue mucho mayor de unas 30 personas*,  llevamos a cabo talleres anti-corrupción para unas 12000 personas, en Venezuela y, luego, a pedido de otros países, en Panamá, Ecuador, Paraguay y Bolivia; programas de promoción del liderazgo en pequeñas comunidades de Carabobo, Falcón y Miranda y un programa de Educación Ciudadana para niños venezolanos en las escuelas públicas primarias, el cual llegó a tener unos 15000 niños y unos 100 tutores, jóvenes universitarios de la UCAB y de la UCV entrenados por nosotros.

En paralelo, mi vida en Sabana del Medio se convirtió en un laboratorio del desarrollo. Nombrado presidente de la asociación de parceleros, nos dimos a la tarea de establecer un sistema de distribución equitativa de agua para las parcelas, mejorar el servicio eléctrico en la zona, proponerle al pueblo adyacente, Barrera, algunas opciones (fallidas) de desarrollo económico (por ejemplo, una feria del mango) y, en general, por ayudar a la comunidad a pensar en términos ciudadanos. Por diez años tuve mi residencia principal en Sabana del Medio, tratando de vivir allí como ciudadano del campo, en una parcela de casi una hectárea en la cual sembramos unos 600 árboles frutales y construimos nuestra casa.

Sin embargo, en 1999 Venezuela cambió con la llegada del chavismo al poder. Pro Calidad de Vida no sobrevivió a su asalto. Sabana del Medio apenas pudo sobrevivir el intento de Adán Chávez, quien manejaba el Instituto de Tierras,  de quitarnos las parcelas. En 2003 me fui de Venezuela, ya para no retornar mientras en el país no exista un gobierno libre y democrático.  En el umbral de mis 90 años, esa posibilidad es pequeña.

¿Desarrollé algo? ¿Cambié a mi país positivamente de manera significativa? Lo dudo.  A título personal experimenté, en paralelo, un empobrecimiento material y un enriquecimiento espiritual. En los 14 años que estuve en Venezuela, 1989- 2003,  tratando de “cambiar” al país no me aburrí un solo instante y es posible que pueda haber plantado una que otra semilla. Descubrí que en los estratos sociales/económicos más modestos de mi país, lo que puede denominarse la clase media baja, existe un formidable reservorio ciudadano, hasta más poderoso que en la clase media alta, el cual es un estrato social con actitudes ciudadanas bastante reblandecidas por la riqueza petrolera. Ese inmenso grupo social generalmente posee genuinas aspiraciones de progreso y  está a la espera que un nuevo liderazgo modernizante y vigorosamente ciudadano los lleve a su realización.

Seguimos en la batalla.

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  * Elita Graterol, Alejandro Fernández, Marcos Marín, Marcos Naranjo, Guillermo Ariza, Milagros Pérez, Mélida Colmenares (nuestra gerente), Vanessa Colmenares, Lisette Álvarez, Leslie Álvarez, Yeisi Mata Pérez, Ángel Flores, Antonio Donado, Luis Augusto Colmenares, Mileidy de Pérez, Mapy Tudela, Carolina Jaime, Carmen de Navarro, Alberto Morón, Cecilia Contreras, Alberto Quirós Corradi, Héctor Riquezes, Erick Contag, Richard Bailey, Elodia Santiago, Alfredo Gruber, Eddie Ramírez…. 

Sé que hay otros maravillosos amigos y amigas  quienes se me olvidan.