COPROLITOS Y REVOLUCION

COPROLITOS Y REVOLUCION.
Gustavo Coronel, desde Washington.
Lo que la gente vulgar llama “una plasta” y la gente mas fina “una gracia” es lo que los geólogos denominamos “coprolitos”, es decir, los excrementos de animales desaparecidos en el pasado geológico, convertidos en rocas por la acción de la naturaleza. Coprolito viene del griego: copros, excrementos y litos, rocas. Es probable que los sociólogos del futuro, al estudiar las acciones de los miembros del régimen que hoy manda en Venezuela, se refieran a ellas como los coprolitos de la revolución. Y es que la similitud es demasiado grande como para no usar el término. Una revolución fascista-socialista como la que pretende establecer en Venezuela Hugo Chávez produce mucha basura ideológica, mucha corrupción y, sobretodo, mucha cursilería.
La cursilería es probablemente el ingrediente mas detestable de la revolución. El atuendo del presidente, ese rojo escarlata que oculta a medias la imparable obesidad, es de lo mas ridículo que se pueda imaginar, junto a los contoneos de Diosdado Cabello (“Chávez los tiene locos”) y los desfiles “militares” al son de “Patria, Socialismo y Muerte” al lado de una imitación del arco de Carabobo. Como se hubieran inspirado Aquiles Nazoa y José Antonio Cabrujas en este régimen para sus extraordinarias creaciones!
Los coprolitos de la revolución son generados por los líderes más grandes, comenzando por el Tiranosaurio Rex, hasta los más humildes insectos del socialismo, pasando por hienas, zamuros, hasta llegar a las garrapatas, las cuales reciben varios nombres dependiendo del sitio donde se alojen.
Coprolitos del Tiranosaurio Rex.
Los coprolitos del líder mayor de la revolución son inumerables. Uno que recordaré siempre es el abrazo que le dió a Robert Mugabe, el asesino de Zimbabue, a quien llamó hermano y a quien regaló una copia de la espada de Simón Bolívar. El decrépito asesino de Zimbabue se quedó dormido durante el discurso del Tiranosaurio y dejó caer la espada. Quizás el coprolito de mayores proporciones que ha producido el gran dinosaurio fue la destrucción de Petróleos de Venezuela, al despedir armado de un pito a 18.000 técnicos de la empresa y reemplazarlos por 70.000 seguidores de la revolución. Otro coprolito de grandes dimensiones ha sido la adquisición de un nuevo compinche, Ahmadinejad, con quien pretende destruir a los Estados Unidos, ahora que Castro ya no cuenta..
Coprolitos de hienas y zamuros.
Las hienas son animales extraños. Son muy feos, no se atreven a andar solos, huelen muy mal, se aparean solo una vez al año pero se rien continuamente. Los zamuros solo se alimentan de carroña y, como las hienas, esperan con paciencia a que los animales más importantes y poderosos coman. Coprolitos de estos especímenes abundan entre los contratistas de la revolución, los empresarios “revolucionarios”, los banqueros pegados a la compra y venta de bonos Argentinos y papeles del Estado, toda una fauna que está enriqueciéndose de manera obscena a la sombra del “socialismo del siglo XXI”. Han renunciado a Fedecámaras, seguramente para crear una versión revolucionaria que probablemente se llamaría “Fecescámaras”, han creado sindicatos paralelos y se reparten las jugosísimas comisiones bancarias, de contratos de armas y compra de alimentos con amigos de “adentro”. Son los miembros de la llamada nueva “boliburguesía”, pagando siempre al contado los apartamentos en España y Florida, los Hummer y los relojotes, como los que le gustan al alcalde.
Coprolitos de Garrapatas.
Las garrapatas son los insectos más comunes en una revolución. Como se dice popularmente, “van pegados”. Hace unos días ví, parcialmente, una sesión de la Comisión de Etica de la Asamblea Nacional ( algo así como la Marina de Bolivia o el Consejo Electoral de Cuba), en la cual se discutía la presunta extorsión hecha al contratista de PDVSA Wilmer Ruperti por un periodista caraqueño, intento que se había filmado y que parecía bastante verídico, a juzgar por el cordial intercambio entre el representante de la víctima y el presunto victimario. Lo sorprendente es que el líder de la comisión, la voz cantante de la honestidad ofendida, era nada menos que…. Luis Tascón! Si, el mismo Táscón de la lista, autor de esa lista que ha condenado a millones de venezolanos a la represalia de los revolucionarios y a la categoría de ciudadanos de segunda clase frente al Estado venezolano. Durante la audiencia Tascón utilizaba generosamente el término “asqueroso”, con machacona y homeopática insistencia, para definir el intento de extorsión o para hablar de un libro sobre Iris Varela. Quizás está en lo cierto Tascón cuando denuncia un caso de probable extorsión pero nadie se imaginaría que un hombre de sus discutibles adornos morales pudiera ser la punta de lanza de la revolución en materia de anti-corrupción. La verdad es que no tienen a más nadie. Russian, Isaías, Mundaráin? Olvídenlo. Rangel, quien una vez fuese un periodista que hacía de la anti-corrupción su tema favorito? Ya se dejó de eso.
Y que decir de uno de los interpelados, el representante del diario acusado de alojar al extorsionista, el Padre Palmar? No será que esta es una gran tomadera de pelo? Más circo? El Padre Palmar ha dicho que “si yo digo lo que sé en materia de corrupción, cae Chávez”, o algo muy similar. Este buen padre parece pero no es. O, a lo mejor, no parece pero si es. Todavía nadie en Venezuela sabe quien es el verdadero Padre Palmar. Nadie que diga que sabe algo que haría caer a Chávez pero se lo guarda no parecería digno de confianza.
El otro interpelado, Wilmer Ruperti, me sonó como una persona tan reposada como el buen tequila, muy deseosa de que “resplandezca la verdad”. El se negó a declarar porque “su abogado” así se lo aconsejaba. Y es un buen consejo. El sabe que en boca cerrada no entran moscas. El negocio de un contratista petrolero no está en hablar sino en firmar contratos, usualmente dados a dedo.
Los sociólogos del futuro se darán banquete estudiando los coprolitos de la revolución, los restos amarillentos de las “gracias” que dejaron los miembros del régimen chavista en una de las etapas mas tristes que haya vivido la sociedad venezolana.