Una ola anti-Chávez crece en América Central y en Colombia.
(Informe de mi viaje a cinco países de América Latina).
Hace apenas uno a dos años la prensa regional daba cuenta de lo que se llamó el viraje hacia la izquierda en América Latina. Ganaba Morales en Bolivia, ganaba Correa en Ecuador, parecía ganar Humala en Perú, parecía ganar Lopez Obrador en México, ganaba Ortega en Nicaragua. Chávez surgía como un líder hemisférico, adorado por las masas desposeídas, palmoteando reyes y besando reinas, asesorado por un Fidel Castro enfermo pero aún lúcido, literalmente nadando en petrodólares.
Que sucede hoy? A Morales la oposición Boliviana lo tiene en jaque perpetuo, amenazado de una dolorosa ruptura nacional que dejaría a su gobierno esencialmente sin recursos. Correa, en Ecuador, comienza a ver como su autoritarismo a la Chávez encuentra creciente oposición con raíces en Guayaquil y otras regiones del país. Humala perdió en Perú y es hasta buscado por la justicia ordinaria. López Obrador perdió en México y se ha convertido en un lánguido opositor. Daniél Ortega en Nicaragua enfrenta una oposición más unida y hace desesperados intentos por estar bien con Dios y con el Diablo, manteniendo relaciones comerciales con los Estados Unidos y recibiendo agradecido las limosnas de Hugo Chávez. En Argentina los esposos Kirchner están envueltos en un escándalo de dinero sucio recibido de Chávez y a la presidenta Cristina se le viene encima una crisis energética que dará al traste con su popularidad. En Brasil Lula se ha alejado de veleidades izquierdizantes para dedicarse a gobernar.
En todo el hemisferio el viraje hacia la izquierda se ha detenido o comienza a devolverse. Sin embargo, en América Central Hugo Chávez aun lleva a cabo esfuerzos desesperados para predominar politicamente. Lo hace a través de un mecanismo de distribución de petróleo fuertemente subsidiado que los pequeños países de la región necesitan con urgencia, hoy más que nunca, debido a los altos precios de este recurso.
Acabo de completar una visita a El Salvador, Honduras, Nicaragua, Costa Rica y Colombia, la segunda fase de una cruzada personal anti-populista, anti-chavista, que me ha llevado ya a nueve países de la región latinoamericana, incluyendo a Argentina, Chile, Bolivia, Paraguay y los cinco arriba mencionados. En esta segunda etapa he podido ver como Hugo Chávez pretende comprar lealtades y soberanías en Centro América a punta de petróleo y como la opinión pública en esos países está reaccionando en contra de sus pretensiones.
El Salvador.
El Salvador es quizás el país de América Latina, después de Chile, que ha llevado a cabo las mayores reformas económicas en los últimos 25 años. La última vez que lo visité, durante la guerra, era un país en desintegración. Hoy se llega a El Salvador por el aeropuerto más bello de la región, mejor que muchos aeropuertos del primer mundo y se viaja a la capital por una excelente autopista. Eso sí, en la autopista pude ver afiches muy grandes en los cuáles el Frente Farabundo Martí mezcla sus slogans políticos con la bandera de Venezuela y el rostro de Hugo Chávez. La razón es sencilla: este frente y su candidato presidencial para las elecciones de 2009, son financiados por Hugo Chávez y se han convertido, como ya lo son Morales y Ortega, en títeres políticos de Chávez. El petróleo subsidiado está llegando, no a los salvadoreños, sino al Frente Farabundo Martí. En este país y en apenas tres días fuí a tres programas de televisión ( Frente a Frente, Canal 33 y Canal 12), dí tres entrevistas a la prensa, para La Prensa Gráfica, El Mundo y El Diario de Hoy y dí tres conferencias: una en el Hotel Sheraton Presidente, para unos 250 asistentes, representantes de la industria y de la sociedad civil de El Salvador, una en la Universidad Francisco Gavidia para unos 240 estudiantes y profesores y otra en la Universidad José Matías Delgado para unos 260 estudiantes y profesores. Fue interesante ver como mucha de la información que les dí sobre la situación social caótica de Venezuela era nueva para ellos. No podían creer que en Venezuela la gente hace colas de tres o más horas para adquirir un pote de leche o que la tasa de muertes violentas es la mayor de América Latina. No podían creer que Venezuela ha recibido en los nueve años de régimen chavista la suma aproximada de $600.000 millones de dólares. Que se ha hecho este dinero? se preguntan asombrados, la misma pregunta que nos hacemos nosotros. Les expliqué que Venezuela nunca había tenido tanta corrupción como ahora, les hablé de la boliburguesía, del nepotismo y la ineptitud del chavismo, de las limosnas a otros países (incluyendo a El Salvador) y de como la desigualdad económica entre la población venezolana ha permanecido iguál o peor bajo Chávez (cito a Francisco Rodríguez, economista venezolano, profesor en USA, y a la investigadora Anamaría San Juan sobre este fenómeno).
Honduras.
La segunda sorpresa agradable de mi viaje fue llegar a San Pedro Sula, en Honduras. Esta es una población de gran importancia económica, con mucha industria, la cuál produce un 65% del PIB hondureño. Es una buena representante del fenómeno latinoamericano de las segundas ciudades que han llegado a superar la capital en importancia económica y estratégica, tal como sucede con Santa Cruz en Bolivia y Guayaquil en Ecuador. De iguál manera, en estas ciudades anida una visión más empresarial y menos burocrática que en las capitales, lo cuál las hace oposicionistas por naturaleza. Al llegar fui objeto de una extensa y excelente entrevista para La Prensa, el principal diario de San Pedro Sula, un trabajo de dos páginas enteras. Así mismo dí una rueda de prensa para varios medios de comunicación, fuí entrevistado por tres estaciones de radio (incluyendo una que casi me hace perder el avión por lo extensa) y dí una conferencia en la Cámara de Industrias y Comercio de Cortés ante un pequeño grupo de unas 40 personas, entre quienes estaban, sin embargo, asesores petroleros del gobierno del Presidente Zelaya y altos representantes de la industria local. En esos días de mi visita se encontraba en el tapete el acuerdo con PetroCaribe, mediante el cuál Honduras recibiría unos 25000 barriles diarios de combustibles subsidiados. Me preguntaron mucho sobre esto porque la opinión pública de Honduras está muy temerosa de que el presidente Zelaya caiga bajo la influencia de Chávez. Un representante de Honduras, observador ante el ALBA, pasó un momento desagradable cuando el presidente Chávez le propuso a los miembros de esa organización nada menos que una alianza militar contra los Estados Unidos. Los hondureños temen que las locuras de Chávez perjudiquen la relación de su país con los Estados Unidos, un país de vital importancia para ellos. En mi charla dije que Honduras debería tener suma cautela con el convenio con PetroCaribe, ya que Chávez solía cobrar en lealtades, no en dólares. Quise dejar en el ánimo de los hondureños la conciencia de que el costo en lealtades y en soberanía nacional que pudiera tener ese convenio para Honduras pudiera borrar los beneficios económicos que indudablemente parece tener.
Nicaragua.
Al llegar al aeropuerto de Managua me esperaban dos personas quienes me pidieron el pasaporte.Cuando estaba por negarme, pensando que serían de la Policía Nacional de Ortega, se identificaron como miembros del aeropuerto, recepcionistas de VIP’s. Para mi sorpresa fuí recibido en Nicaragua como persona importante, gracias a los buenos oficios de la Fundación Friedich Neumann. En Nicaragua tuve una primera reunión con el ex-candidato presidencial Eduardo Montealegre, a quien le transmití mi visión de la situación política venezolana, la cuál le interesó mucho, sobretodo mi apreciación de que Hugo Chávez estaba al borde de un colapso político de grandes proporciones.
La entrevista con La Prensa de Managua fue uno de los eventos más importantes de mi estadía en Managua, ya que tuvo un gran impacto en el país y fue sido reproducida ampliamente en toda América Latina. (La Prensa, Febrero 17, 2008). El titular de la entrevista se refería al inminente colapso político de Hugo Chávez y contenía mis apreciaciones sobre PDVSA, con lo que pasaría a los aliados de Chávez una vez éste abandone el poder y los problemas y riesgos para Nicaragua por su alianza con Chávez a través del ALBA. En Nicaragua encontré un clima de feroz oposición a Chávez y a Daniél Ortega. Nicaragua está sufriendo ya los efectos de un gobierno muy mediocre y se resiente mucho, casi tanto como en Bolivia, de la mano interventora de Chávez en casi todos los apectos de la vida nacional.
Mi conferencia en Managua congregó a unas 200 personas, la mayoría líderes comunitarios, una clase interesante y aguerrida que no desea ver a su país convertido en un satélite político de Chávez. Apenas tuve tiempo adicional para aparecer en el programa de TV Primera Plana, Canal 2 y para una entrevista radial con Radio Corporación de Nicaragua. Tuve la fortuna de desayunar con un excelente ciudadano Nicaraguense, Manuél Ignacio Lacayo, por cierto nacido en Venezuela y almorzar con Pedro Joaquín Chamorro, hijo de la ex-presidenta Violeta Chamorro.
En Nicaragua está en marcha una vigorosa actividad de oposición contra el gobierno de Daniél Ortega.
Costa Rica.
Costa Rica fue otra agradable sorpresa. Allí Chávez no cuenta para casi nada. Es visto como un especímen reservado a la curiosidad de los entomólogos. La razón es que allí hay una seguridad social que funciona. Hay pobreza pero, de alguna manera, no existe la extrema dependencia del ciudadano en el estado. Los periódicos están llenos de avisos de requerimientos de personal técnico y gerencial. El país se mueve sobre las ruedas de un recurso renovable, no contaminante y no tan propenso a la corrupción: el turismo. Costa Rica es la naturaleza. Lo urbano es secundario y hasta poco atractivo. San José es una ciudad que tiene demasiados autos. La belleza está en su afueras, en los volcanes, las selvas húmedas, las maravillosas fauna y flora, las playas de ambos océanos. En San José fui entrevistado largamente por La Nación, el diario de mayor circulación en el país. Estuve en dos programas de televisión y dos programas de radio. La conferencia en el Hotel Radisson fue muy concurrida, unas 130 personas, entre ellas varios venezolanos quienes llevan años viviendo en aquel país. Esta fue una conferencia de corte más académico, sobre los temas contrastantes del populismo y la gobernabilidad. En Costa Rica el interés del país está centrado en lo que pasará con el Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos, el cuál ya fue aprobado en un referendo pero debe ser objeto de reglamentación en el Congreso. No se oye hablar de PetroCaribe ni del ALBA.
Colombia.
En Bogotá tuve 48 horas intensas: entrevista radial en Radio Super, con Fernando Londoño; una entrevista radial en Todelar; una entrevista televisada para El Universitario, programa de los estudiantes universitarios. Dí una conferencia para unas 120 personas de muy alto nivel en el Instituto de Ciencia Política, un maravilloso “think tank” bogotano realmente digno del primer mundo y una conferencia a un grupo de unos 200 estudiantes y profesores de la extraordinaria Universidad Sergio Arboleda. . Fui entrevistado extensamente por El Tiempo, entrevista que aun no ha sido publicada. A pesar de la vecindad con Venezuela y de la situación tirante causada por la afiliación de Chávez con las FARC en Colombia se conocen pocos detalles sobre el desastre venezolano. Se sabe mucho más de las andanzas de Chávez en el exterior que de la ruina interna del país. Es ahora cuando se comienza a pensar en el impacto que esta ruina venezolana pueda tener sobre Colombia, uno de sus principales socios comerciales. Varias veces oí del agradecimiento Colombiano con Chávez “por habernos unido como país en torno a nuestro gobierno y en contra de los insultos del presidente venezolano y de la actitud imperdonable de Piedad Córdoba hacia las FARC”. Me preguntaron mucho sobre las intenciones bélicas de Chávez hacia Colombia y dije que estas intenciones son bufas, destinadas a crear una diversión de los inmensos problemas internos que confronta el autoritario presidente venezolano. Les dije que ni el ejército ni el pueblo venezolano apoyarían a Chávez en una aventura de este tipo contra Colombia.
En Resúmen.
En menos de doce días pude encontrarme directamente con centenares de centroamericanos y bogotanos, presentarme en numerosos programas de radio y televisión y ser entrevistado por casi diez diarios de la región sobre la situación politíca venezolana y su posible impacto sobre los países del hemisferio. Mi mensaje a ellos fue, esencialmente:
· La revolución mal llamada bolivariana está llegando a su final, hundida en un pantano de errores cometidos por Hugo Chávez;
· El país que crea en las promesas de Hugo Chávez corre un alto riesgo de equivocarse y vender su soberanía a cambio de esas falsas promesas;
· El modelo político chavista está agotado, dejó de ser exportable y la permanencia de Chávez en el poder probablemente terminará antes del 2012;
· El chavismo no dejará huella positiva, como no la han dejado los populistas latinoamericanos anteriores;
· Chávez ha arruinado a Venezuela material y espiritualmente y el país requerirá dos generaciones para recuperarse del desastre.
· Los pobres venezolanos siguen siendo pobres pero ahora están más dependientes que nunca en las limosnas del estado benefactor y corrupto.
No hay sustitutos para la libertad y la democracia, para la propiedad privada y la economía libre. La retórica no podrá jamás prevalecer sobre la cuidadosa planificación y ejecución de políticas públicas. Hay que rechazar a los brujos, a los falsos mesías de la política, quienes prometen a pueblos sedientos de esperanza y facilmente engañables lo que no pueden cumplir.
Nos toca ahora iniciar la planificación de la próxima gira, promovida y financiada por el Instituto CATO, de Washington DC, organización independiente que no recibe financimiento de ningun gobierno y de pocas corporaciones norteamericanas. Sus contribuyentes son en gran mayoría individuos. Su página web es http://www.cato.org/ y, en español, http://www.elcato.org/
(Informe de mi viaje a cinco países de América Latina).
Hace apenas uno a dos años la prensa regional daba cuenta de lo que se llamó el viraje hacia la izquierda en América Latina. Ganaba Morales en Bolivia, ganaba Correa en Ecuador, parecía ganar Humala en Perú, parecía ganar Lopez Obrador en México, ganaba Ortega en Nicaragua. Chávez surgía como un líder hemisférico, adorado por las masas desposeídas, palmoteando reyes y besando reinas, asesorado por un Fidel Castro enfermo pero aún lúcido, literalmente nadando en petrodólares.
Que sucede hoy? A Morales la oposición Boliviana lo tiene en jaque perpetuo, amenazado de una dolorosa ruptura nacional que dejaría a su gobierno esencialmente sin recursos. Correa, en Ecuador, comienza a ver como su autoritarismo a la Chávez encuentra creciente oposición con raíces en Guayaquil y otras regiones del país. Humala perdió en Perú y es hasta buscado por la justicia ordinaria. López Obrador perdió en México y se ha convertido en un lánguido opositor. Daniél Ortega en Nicaragua enfrenta una oposición más unida y hace desesperados intentos por estar bien con Dios y con el Diablo, manteniendo relaciones comerciales con los Estados Unidos y recibiendo agradecido las limosnas de Hugo Chávez. En Argentina los esposos Kirchner están envueltos en un escándalo de dinero sucio recibido de Chávez y a la presidenta Cristina se le viene encima una crisis energética que dará al traste con su popularidad. En Brasil Lula se ha alejado de veleidades izquierdizantes para dedicarse a gobernar.
En todo el hemisferio el viraje hacia la izquierda se ha detenido o comienza a devolverse. Sin embargo, en América Central Hugo Chávez aun lleva a cabo esfuerzos desesperados para predominar politicamente. Lo hace a través de un mecanismo de distribución de petróleo fuertemente subsidiado que los pequeños países de la región necesitan con urgencia, hoy más que nunca, debido a los altos precios de este recurso.
Acabo de completar una visita a El Salvador, Honduras, Nicaragua, Costa Rica y Colombia, la segunda fase de una cruzada personal anti-populista, anti-chavista, que me ha llevado ya a nueve países de la región latinoamericana, incluyendo a Argentina, Chile, Bolivia, Paraguay y los cinco arriba mencionados. En esta segunda etapa he podido ver como Hugo Chávez pretende comprar lealtades y soberanías en Centro América a punta de petróleo y como la opinión pública en esos países está reaccionando en contra de sus pretensiones.
El Salvador.
El Salvador es quizás el país de América Latina, después de Chile, que ha llevado a cabo las mayores reformas económicas en los últimos 25 años. La última vez que lo visité, durante la guerra, era un país en desintegración. Hoy se llega a El Salvador por el aeropuerto más bello de la región, mejor que muchos aeropuertos del primer mundo y se viaja a la capital por una excelente autopista. Eso sí, en la autopista pude ver afiches muy grandes en los cuáles el Frente Farabundo Martí mezcla sus slogans políticos con la bandera de Venezuela y el rostro de Hugo Chávez. La razón es sencilla: este frente y su candidato presidencial para las elecciones de 2009, son financiados por Hugo Chávez y se han convertido, como ya lo son Morales y Ortega, en títeres políticos de Chávez. El petróleo subsidiado está llegando, no a los salvadoreños, sino al Frente Farabundo Martí. En este país y en apenas tres días fuí a tres programas de televisión ( Frente a Frente, Canal 33 y Canal 12), dí tres entrevistas a la prensa, para La Prensa Gráfica, El Mundo y El Diario de Hoy y dí tres conferencias: una en el Hotel Sheraton Presidente, para unos 250 asistentes, representantes de la industria y de la sociedad civil de El Salvador, una en la Universidad Francisco Gavidia para unos 240 estudiantes y profesores y otra en la Universidad José Matías Delgado para unos 260 estudiantes y profesores. Fue interesante ver como mucha de la información que les dí sobre la situación social caótica de Venezuela era nueva para ellos. No podían creer que en Venezuela la gente hace colas de tres o más horas para adquirir un pote de leche o que la tasa de muertes violentas es la mayor de América Latina. No podían creer que Venezuela ha recibido en los nueve años de régimen chavista la suma aproximada de $600.000 millones de dólares. Que se ha hecho este dinero? se preguntan asombrados, la misma pregunta que nos hacemos nosotros. Les expliqué que Venezuela nunca había tenido tanta corrupción como ahora, les hablé de la boliburguesía, del nepotismo y la ineptitud del chavismo, de las limosnas a otros países (incluyendo a El Salvador) y de como la desigualdad económica entre la población venezolana ha permanecido iguál o peor bajo Chávez (cito a Francisco Rodríguez, economista venezolano, profesor en USA, y a la investigadora Anamaría San Juan sobre este fenómeno).
Honduras.
La segunda sorpresa agradable de mi viaje fue llegar a San Pedro Sula, en Honduras. Esta es una población de gran importancia económica, con mucha industria, la cuál produce un 65% del PIB hondureño. Es una buena representante del fenómeno latinoamericano de las segundas ciudades que han llegado a superar la capital en importancia económica y estratégica, tal como sucede con Santa Cruz en Bolivia y Guayaquil en Ecuador. De iguál manera, en estas ciudades anida una visión más empresarial y menos burocrática que en las capitales, lo cuál las hace oposicionistas por naturaleza. Al llegar fui objeto de una extensa y excelente entrevista para La Prensa, el principal diario de San Pedro Sula, un trabajo de dos páginas enteras. Así mismo dí una rueda de prensa para varios medios de comunicación, fuí entrevistado por tres estaciones de radio (incluyendo una que casi me hace perder el avión por lo extensa) y dí una conferencia en la Cámara de Industrias y Comercio de Cortés ante un pequeño grupo de unas 40 personas, entre quienes estaban, sin embargo, asesores petroleros del gobierno del Presidente Zelaya y altos representantes de la industria local. En esos días de mi visita se encontraba en el tapete el acuerdo con PetroCaribe, mediante el cuál Honduras recibiría unos 25000 barriles diarios de combustibles subsidiados. Me preguntaron mucho sobre esto porque la opinión pública de Honduras está muy temerosa de que el presidente Zelaya caiga bajo la influencia de Chávez. Un representante de Honduras, observador ante el ALBA, pasó un momento desagradable cuando el presidente Chávez le propuso a los miembros de esa organización nada menos que una alianza militar contra los Estados Unidos. Los hondureños temen que las locuras de Chávez perjudiquen la relación de su país con los Estados Unidos, un país de vital importancia para ellos. En mi charla dije que Honduras debería tener suma cautela con el convenio con PetroCaribe, ya que Chávez solía cobrar en lealtades, no en dólares. Quise dejar en el ánimo de los hondureños la conciencia de que el costo en lealtades y en soberanía nacional que pudiera tener ese convenio para Honduras pudiera borrar los beneficios económicos que indudablemente parece tener.
Nicaragua.
Al llegar al aeropuerto de Managua me esperaban dos personas quienes me pidieron el pasaporte.Cuando estaba por negarme, pensando que serían de la Policía Nacional de Ortega, se identificaron como miembros del aeropuerto, recepcionistas de VIP’s. Para mi sorpresa fuí recibido en Nicaragua como persona importante, gracias a los buenos oficios de la Fundación Friedich Neumann. En Nicaragua tuve una primera reunión con el ex-candidato presidencial Eduardo Montealegre, a quien le transmití mi visión de la situación política venezolana, la cuál le interesó mucho, sobretodo mi apreciación de que Hugo Chávez estaba al borde de un colapso político de grandes proporciones.
La entrevista con La Prensa de Managua fue uno de los eventos más importantes de mi estadía en Managua, ya que tuvo un gran impacto en el país y fue sido reproducida ampliamente en toda América Latina. (La Prensa, Febrero 17, 2008). El titular de la entrevista se refería al inminente colapso político de Hugo Chávez y contenía mis apreciaciones sobre PDVSA, con lo que pasaría a los aliados de Chávez una vez éste abandone el poder y los problemas y riesgos para Nicaragua por su alianza con Chávez a través del ALBA. En Nicaragua encontré un clima de feroz oposición a Chávez y a Daniél Ortega. Nicaragua está sufriendo ya los efectos de un gobierno muy mediocre y se resiente mucho, casi tanto como en Bolivia, de la mano interventora de Chávez en casi todos los apectos de la vida nacional.
Mi conferencia en Managua congregó a unas 200 personas, la mayoría líderes comunitarios, una clase interesante y aguerrida que no desea ver a su país convertido en un satélite político de Chávez. Apenas tuve tiempo adicional para aparecer en el programa de TV Primera Plana, Canal 2 y para una entrevista radial con Radio Corporación de Nicaragua. Tuve la fortuna de desayunar con un excelente ciudadano Nicaraguense, Manuél Ignacio Lacayo, por cierto nacido en Venezuela y almorzar con Pedro Joaquín Chamorro, hijo de la ex-presidenta Violeta Chamorro.
En Nicaragua está en marcha una vigorosa actividad de oposición contra el gobierno de Daniél Ortega.
Costa Rica.
Costa Rica fue otra agradable sorpresa. Allí Chávez no cuenta para casi nada. Es visto como un especímen reservado a la curiosidad de los entomólogos. La razón es que allí hay una seguridad social que funciona. Hay pobreza pero, de alguna manera, no existe la extrema dependencia del ciudadano en el estado. Los periódicos están llenos de avisos de requerimientos de personal técnico y gerencial. El país se mueve sobre las ruedas de un recurso renovable, no contaminante y no tan propenso a la corrupción: el turismo. Costa Rica es la naturaleza. Lo urbano es secundario y hasta poco atractivo. San José es una ciudad que tiene demasiados autos. La belleza está en su afueras, en los volcanes, las selvas húmedas, las maravillosas fauna y flora, las playas de ambos océanos. En San José fui entrevistado largamente por La Nación, el diario de mayor circulación en el país. Estuve en dos programas de televisión y dos programas de radio. La conferencia en el Hotel Radisson fue muy concurrida, unas 130 personas, entre ellas varios venezolanos quienes llevan años viviendo en aquel país. Esta fue una conferencia de corte más académico, sobre los temas contrastantes del populismo y la gobernabilidad. En Costa Rica el interés del país está centrado en lo que pasará con el Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos, el cuál ya fue aprobado en un referendo pero debe ser objeto de reglamentación en el Congreso. No se oye hablar de PetroCaribe ni del ALBA.
Colombia.
En Bogotá tuve 48 horas intensas: entrevista radial en Radio Super, con Fernando Londoño; una entrevista radial en Todelar; una entrevista televisada para El Universitario, programa de los estudiantes universitarios. Dí una conferencia para unas 120 personas de muy alto nivel en el Instituto de Ciencia Política, un maravilloso “think tank” bogotano realmente digno del primer mundo y una conferencia a un grupo de unos 200 estudiantes y profesores de la extraordinaria Universidad Sergio Arboleda. . Fui entrevistado extensamente por El Tiempo, entrevista que aun no ha sido publicada. A pesar de la vecindad con Venezuela y de la situación tirante causada por la afiliación de Chávez con las FARC en Colombia se conocen pocos detalles sobre el desastre venezolano. Se sabe mucho más de las andanzas de Chávez en el exterior que de la ruina interna del país. Es ahora cuando se comienza a pensar en el impacto que esta ruina venezolana pueda tener sobre Colombia, uno de sus principales socios comerciales. Varias veces oí del agradecimiento Colombiano con Chávez “por habernos unido como país en torno a nuestro gobierno y en contra de los insultos del presidente venezolano y de la actitud imperdonable de Piedad Córdoba hacia las FARC”. Me preguntaron mucho sobre las intenciones bélicas de Chávez hacia Colombia y dije que estas intenciones son bufas, destinadas a crear una diversión de los inmensos problemas internos que confronta el autoritario presidente venezolano. Les dije que ni el ejército ni el pueblo venezolano apoyarían a Chávez en una aventura de este tipo contra Colombia.
En Resúmen.
En menos de doce días pude encontrarme directamente con centenares de centroamericanos y bogotanos, presentarme en numerosos programas de radio y televisión y ser entrevistado por casi diez diarios de la región sobre la situación politíca venezolana y su posible impacto sobre los países del hemisferio. Mi mensaje a ellos fue, esencialmente:
· La revolución mal llamada bolivariana está llegando a su final, hundida en un pantano de errores cometidos por Hugo Chávez;
· El país que crea en las promesas de Hugo Chávez corre un alto riesgo de equivocarse y vender su soberanía a cambio de esas falsas promesas;
· El modelo político chavista está agotado, dejó de ser exportable y la permanencia de Chávez en el poder probablemente terminará antes del 2012;
· El chavismo no dejará huella positiva, como no la han dejado los populistas latinoamericanos anteriores;
· Chávez ha arruinado a Venezuela material y espiritualmente y el país requerirá dos generaciones para recuperarse del desastre.
· Los pobres venezolanos siguen siendo pobres pero ahora están más dependientes que nunca en las limosnas del estado benefactor y corrupto.
No hay sustitutos para la libertad y la democracia, para la propiedad privada y la economía libre. La retórica no podrá jamás prevalecer sobre la cuidadosa planificación y ejecución de políticas públicas. Hay que rechazar a los brujos, a los falsos mesías de la política, quienes prometen a pueblos sedientos de esperanza y facilmente engañables lo que no pueden cumplir.
Nos toca ahora iniciar la planificación de la próxima gira, promovida y financiada por el Instituto CATO, de Washington DC, organización independiente que no recibe financimiento de ningun gobierno y de pocas corporaciones norteamericanas. Sus contribuyentes son en gran mayoría individuos. Su página web es http://www.cato.org/ y, en español, http://www.elcato.org/
1 comentario:
Hace exactamente tres años hice un viaje parecido, a trabajo. Fui primero a San Pedro Sula, luego a Salvador, Managua, San José y Panamá. Viajé durante un mes. En todas partes me preguntaban por el "tal Chávez". Claro que no tuve la suerte de tener más audiencia que mis compañeros de trabajo local durante un almuerzo o una cena, pero por lo menos pude cambiar el punto de vista de varias personas, en varios países, acerca del golpista-presidente.
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