El ritmo de oposición a las pretensiones del gorila crece continuamente, a pesar de que las navidades son generalmente un tiempo para olvidar las miserias del chavismo. Pero es que esta vez el gorila se pasó. Su cinismo, su codicia, su desverguenza, no tienen límites. Por ello, hay fundadas razones para pensar que ha entrado en una etapa de desintegración de la personalidad, un estado de desequilibrio mental agudo producido por los reveses políticos que comenzaron hace más de un año, el colapso del ingreso petrolero, la pérdida de seguidores en el país y la creciente carencia de credibilidad en el hemisferio ( si no hay dólares, dicen los Kirchner y Ortega, no hay credibilidad).
Hay una batalla en curso. Las fuerzas de la democracia y de la libertad se están desplegando por todo el país y por todo el hemisferio: los partidos políticos de oposición, los estudiantes, los grupos de opinión, los medios democráticos, las organizaciones no gubernamentales, la iglesia, las sociedades profesionales, los trabajadores y los empresarios, todos estamos en pié de guerra contra el gorila. Los abogados venezolanos han producido un rotundo manifiesto de rechazo al mamotreto urdido por ese maestro de la adulación que es Carlos Escarrá, quien será recordado por su peculiar teoría astronómica definiendo a Chávez "como el sol alrededor de quien giran todos los pequeños satélites". Hasta el presidente del PUS, General (retirado un día y otro no) Muller Rojas, dijo por TV (lo ví) que la reforma que pretende el gorila "no es posible.... eso no va", lo cuál debe tener a los chavistas muy confundidos y al gorila más caliente que plancha de chino.
Es una verdadera tragedia que nuestro país tenga ya diez años inmerso en esta pesadilla manufacturada por el gorila. Casi 700.000 millones de dólares se han ido al foso, los pobres siguen pobres, los ignorantes siguen ignorantes, los enfermos siguen enfermos y la carne y la leche siguen escaseando. Los banqueros chavistas están haciéndose multimillonarios, los contratistas petroleros afectos al régimen compran un avión como comprar una bicicleta, los militares desvergonzados chillan Patria, Socialismo o Muerte...y se llenan los bolsillos. Tenemos un país en ruinas.
Esto tiene que terminar. Vamos a dar esa batalla y la vamos a ganar. Ya no se trata de derrotar otra pretensión más del gorila y permitirle tratar de nuevo seis meses más tarde. Ahora se trata de mandarlo a lavarse el paltó de una vez por todas.
No hay constitución en el mundo que permita a un gorila ser presidente! La excepción de esta regla es Zimbabue pero nosotros no estamos en Zimbabue.
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