ADVERTENCIA INICIAL
El mismo hecho de entrar a
analizar o discutir el programa petrolero de Henri Falcón sería caer en la
trampa de los colaboracionistas. Las elecciones de Mayo son fraudulentas y los
candidatos a esas elecciones, Nicolás Maduro y Henri Falcón, son fraudulentos.
Comenzar a opinar sobre los programas de candidatos fraudulentos es caer en la
trampa macabra que nos han tendido Maduro y Falcón, quienes son siameses
político, tan lo mismo como Gualberto Ibarreto
u Ortega Y Gasset.
Por ello no haré un intento de
analizar este documento petrolero de Falcón en detalle pero si haré mención de
dos errores gravísimos en su contenido.
UNO, que el país puede llevar de
nuevo su producción al nivel de 3 millones de barriles diarios en cuatro años
DOS, que PDVSA seguirá siendo la
empresa fundamental en el sector petrolero.
La primera premisa, añade el
documento, requeriría “negociar el aumento de la producción con la OPEP”. Sin
embargo, OPEP está en un plan de rebajar producción, no de aumentarla. Sin
embargo, aun cuando esa autorización se obtuviera, la tarea de levantar la
producción en aproximadamente 1.500.000 barriles diarios en cuatro años está
divorciada de la realidad de PDVSA. Para hacerlo, PDVSA tendría que aumentar
efectivamente, de manera neta, la
producción en unos 500.000 barriles diarios por cada año, durante esos cuatro
años. Esto es así puesto que cada año la producción nacional baja, en el mejor
de los casos, en un 10%, debido a la declinación natural de los yacimientos
(este estimado es conservador, ya que siempre se ha hablado de un 20% de
declinación natural por año). No vemos posible este aumento anual, a corto plazo,
ya que ello requeriría una actividad cuya logística está fuera del alcance de
Venezuela y lo estará por varios años. El documento habla de que existe en el
país “una producción diferida” muy grande que puede ser recuperada rápidamente.
Esto no es cierto. Una cosa es capacidad de producción cerrada y otra cosa es
la pérdida de producción que ha
experimentado PDVSA debido a baja actividad de perforación y a mal mantenimiento.
Esa producción perdida no se recupera abriendo llaves porque , simplemente, ya
no está disponible.
La segunda premisa, esa de mantener
la figura de PDVSA trabajando junto con socios extranjeros, es errónea. PDVSA
es irrecuperable. Su credibilidad está por el suelo, carece de gerencia, de
técnicos en suficiente cantidad, está manejada por mafias militares y /o
sindicales y está financieramente arruinada. Lo que se requerirá es un nuevo modelo de gestión que se
aparte radicalmente del estatismo que ha hundido a la Nación. Continuar
hablando de mejorar lo existente es populismo barato. Hay que cambiar lo
existente de manera radical, probablemente celebrando contratos con empresas
internacionales, sin participación alguna de la PDVSA que ya está en la ruina.
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