domingo, 22 de julio de 2018

LA VENEZUELA DEL SIGLO XXI TIENE 300 AÑOS DE ATRASO



                                                             

                     DE CARLOS II A HUGO CHÁVEZ: 300 AÑOS DE INVOLUCIÓN

En lo que va de siglo XXI la sociedad venezolana muestra un atraso que la coloca en los últimos lugares del progreso, junto con Haití y los más miserables países de África. Tiene, por lo menos, 300 años de atraso, lo cual se puede comprobar con una comparación con la Inglaterra del Siglo XVII.
 Daniel Defoe, autor de “Robinson Crusoe”,   clasificaba la sociedad Inglesa del siglo XVII en siete categorías:
LOS GRANDES, quienes vivían en la mayor riqueza y tenían el poder en sus manos
LOS RICOS, quienes vivían en la mayor abundancia
LOS MEDIANOS, quienes vivían bien
LOS TRABAJADORES, quienes trabajaban duros y ganaban la vida con el sudor de su frente
LOS ALDEANOS, quienes cultivaban la tierra y subsistían con dificultad
LOS POBRES, quienes llevaban una vida de angustias
LOS MISERABLES, quienes carecían de casi todo o de todo
Al pensar en esta subdivisión y tratar de compararla con lo que es la sociedad venezolana de hoy no podemos menos que llegar a la conclusión de que en aquella época de la Restauración, con Carlos II en el trono,  la gente vivía  mejor de lo que viven los venezolanos bajo el chavismo-madurismo, en pleno siglo XXI.
Comparemos las dos sociedades utilizando las mismas categorías definidas por Defoe:
LOS GRANDES.  En la época de Carlos II esta clase estaba integrada por las 1500 familias de la nobleza, de Duques hasta Barones, las cuales poseían casi la mitad de las tierras inglesas. Su ingreso promedio era, quizás, 1000 veces mayor que el de los pobres. En  el tope de la pirámide de poder estaba Carlos II, un verdadero gozón, mujeriego y mentiroso, quien decía: “Lo que yo digo lo digo con mis palabras. Lo que hago es culpa de mis ministros”. Lord Halifax decía de él (no a él): “Para su majestad, las  barraganas y los ministros son para ser utilizados, no queridos”. Su círculo íntimo incluía a los refinados Duque de Buckingham y Duque de Bedford y sus bufones existían solo para hacer reír a la corte.
 En la pirámide venezolana de poder han estado el paracaidista Chávez y el chofer Maduro. Chávez decía que a los militares se les usaba y se les botaba, como a los condones usados. A sus ministros los insultaba por televisión. A sus queridas las traía y las llevaba  en los aviones de PDVSA. La “grandeza” de esta clase chavista no era ni ética, ni intelectual, ni de sangre. Se medía y se mide por su capacidad de adulación. Por ello su círculo íntimo ha estado integrado por insignes aduladores como Diosdado Cabello, Rafael Ramírez * y José Vicente Rangel y por panzudos ministros de la Defensa quienes se arrodillan frente a los cubanos. Su corte ha incluido a bufones como Francisco Arias Cárdenas, Herman Escarrá y Roy Chaderton, quienes no provocan risas sino nauseas. 
LOS RICOS. En la época de Carlos II los ricos eran de dos tipos: quienes habían heredado su riqueza y quienes, con su talento, habían hecho dinero. En esa época de la restauración inglesa los ricos que heredaban tenían mayor prestigio social que los ricos que hacían dinero durante su vida. Había relativamente poca movilidad social a través de la frontera entre los “nuevos” ricos y el dinero “viejo”. En la sociedad venezolana del siglo XXI hemos visto una inversión de esta situación. Mucho del dinero “viejo” se ha prostituido frente al dinero nuevo. La nueva riqueza se ha hecho a base de contrataciones fantasmas con el Estado corrupto y de saqueos al erario público. Y así vemos que los bolichicos son gente del “Country”, de apellidos sifrinos que se han aliado con gente de medio pelo como Diego Salazar Carreño o como Jesse Chacón, para obtener contratos que le han permitido hacer millones. Hoy en día la riqueza chavista  hiede y solo obedece a la codicia, no al talento, no al trabajo, no al esfuerzo honesto, sino a la impunidad. Esta pandilla chavista-madurista está integrada por unos 600 miembros principales de cuello blanco en la cual alternan gente de La Castellana con gente del 23 de Enero en podrida simbiosis. Allí se ven las caras élites del jet set con  pandilleros venidos de los estratos culturales inferiores de la sociedad, hoy hermanados en torno a la misión conjunta de arruinar al país.
LOS MEDIANOS. En este grupo de la Inglaterra del siglo XVII se incluían los terratenientes, los militares, los clérigos y los que se denominaban “profesionales”: maestros, cirujanos (barberos), todos aquellos miembros respetables pero no nobles de la sociedad. En la Venezuela de hoy esta clasificación es equivalente a la gran diáspora, un grupo esencialmente formado por los integrantes de la clase media y  profesional venezolana que no se ha resignado a vivir bajo la bota chavista y que ha podido emigrar. Hay miembros de esta clase que quieren irse pero que no pueden hacerlo, por uno u otro motivo. Tristemente también hay miembros de esta clase que han decidido quedarse y colaborar con el régimen, viviendo más o menos bien de las sobras del saqueo. Son empleados y gerentes de las empresas del Estado, de los bancos amigos del régimen, contratistas que saben que hay fraude en lo que hacen  pero se resignan a cometerlo. A ellos hay que agregar a quienes comparten la filosofía política y moral del régimen, algunos de ellos intelectuales de tercera fila a lo Hernández Montoya, José Sant Roz o Earle Herrera, encuevados en APORREA.
LOS TRABAJADORES. En la época de Carlos II este grupo incluía a quienes desempeñaban las más diversas tareas cotidianas: carniceros, sastres, carpinteros, cocineros, “músicos”, zapateros (no José Luis) y tejedores. Esta es una clase que trabajaba duro para comer. En la sociedad chavista del siglo XXI este grupo es uno de los más sufridos. No pueden irse del país, tienen que coexistir con el narco-régimen,  son rehenes del sistema. Muchos optan por recibir el CLAP y hacerle creer a Maduro que están con él. Muchos tienen que prostituirse para sobrevivir. Parecería inútil y hasta cruel echarles en cara a este grupo su apatía y su resignación. Simplemente no pueden hacer otra cosa. Lo condenable es que el régimen los utiliza y los hace aparecer como la columna vertebral de la “revolución”. Uno de los mayores crímenes que ha cometido  el régimen chavista es haber explotado a este grupo para consolidarse en el poder, ya que le imposibilitan a estos venezolanos  hacer la transición de gentío a ciudadano, al embrutecerlos con limosnas atadas a exigencias de lealtad política. El peor ejemplo de este crimen es el uso que da el régimen a los trabajadores de PDVSA, al presentarlos como quienes pueden revertir la declinación de la producción de la empresa, algo que ellos claramente  no pueden hacer. Esta ficción solo ha servido para engordar grotescamente a Wills Rangel.  
                                 Como han engordado estos líderes de los trabajadores!

LOS ALDEANOS. La Inglaterra de Carlos II era 85% rural, dedicada a  tareas agrícolas. La sociedad venezolana chavista del siglo XXI es 95% urbana, con total abandono de la agricultura y dedicación a la buhonería y al bachaqueo. El país depende de las importaciones de alimentos, lo cual se ha constituido en un centro de gran corrupción en la cual participan civiles y militares, así como burócratas del más alto nivel, incluyendo la vicepresidencia del país. Intermediarios de El Aissami presuntamente importan cajas de alimentos con groseros sobreprecios para ser distribuidas entre quienes acepten ser leales al régimen, ver: https://www.diariolasamericas.com/america-latina/samark-lopez-quien-es-el-supuesto-representante-tareck-el-aissami-n4114873.
Ello representa un doble crimen: el fraude financiero y el fraude político de engaño al pueblo llano.    
LOS POBRES Y LOS MISERABLES. En la Inglaterra de Carlos II los pobres eran los sirvientes, los marineros, los soldados rasos, verdaderos esclavos del sistema. Eran, en términos modernos, quienes ganaban un dólar al día. Al menos en el siglo XVII existía en Inglaterra una Ley de Pobres desde 1601, la cual obligaba a los pudientes a contribuir a sostener a los pobres. Pero lo que vemos en la sociedad chavista del siglo XXI es una clase rica que no paga impuestos y, que al contrario, saquea a la Nación y, abajo, una gran masa gente sometida a la más alta tasa  de inflación del mundo, a una total indefensión, a las privaciones y al desprecio del régimen imperante, a menos que sea para pedirles lealtad política a cambio de mendrugos.
Estimados amigos:
La Inglaterra del siglo XVII era una sociedad agrícola y tenía alrededor de 5,5 millones de habitantes y un 15% de pobreza extrema. La Venezuela del siglo XXI es una sociedad en caos, tiene unos 32 millones de habitantes y un 61% de pobreza extrema, a pesar del inmenso caudal de dinero petrolero que ha ingresado al país. Ver: http://www.el-nacional.com/noticias/sociedad/encovi-los-venezolanos-esta-sumido-pobreza-extrema_224041 . En 1670 el pueblo quería a su rey, hoy los venezolanos desprecian a su chofer.
                 La sociedad de la Venezuela de hoy está en peores condiciones que la sociedad inglesa del siglo XVII. La desidia del país ha permitido un retroceso de siglos. Es necesario sacar a los bandidos del poder, hacer lo que sea para llevar a cabo esta acción profiláctica. Mientras este crimen está en pleno desarrollo hay venezolanos indignos, quienes se reúnen para tratar de buscar la manera de coexistir pacíficamente con el narco-régimen. Dicen que hay que rechazar las sanciones internacionales, dicen que hay que ir a votar bajo la supervisión de Tibisay Lucena. Dicen que hay que dialogar.
Yo digo que esta gente es entreguista. 
HAY QUE IR A UNA HUELGA GENERAL INDEFINIDA HASTA QUE ESTE NARCO-RÉGIMEN CAIGA.

* Ramírez Carreño acaba de llamar a Chávez "el Abel de América" en su ladrillo de hoy en APORREA. Este  prófugo lava de todo. Comparar a Chávez con Sucre!! Que desverguenza. 

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Hoy en Venezuela hay los corruptos y enchufados, los sobrevivientes que aun tratan de salvar sus negocios, los secuestrados que no pueden salir del pais por muchas razones, los que han tomado el camino de irse (ya no están o pronto no estaran), los arrepentidos que votaron por Chavez o Maduro, y los que son victimas de un regimen sin moral o valores.

Anónimo dijo...

No se entiende como no ven que la única salida pacífica del desastre es una huelga general indefinida y sin excusas ni medias tintas. La opción internacional sólo podría suceder si ante un movimiento popular, el régimen utiliza el ejercito y sus bandas armadas para masacrar a los que protestan. Hace unos años ésta opción era más fácil de llevar, pero cada día que pasa es más dura y sacrificada. Pero si Venezuela va a salir del hueco, no hay más opción.

Anónimo dijo...

Extracto Carta de Bolívar al general Juan José Flores (1830)

1°. La América es ingobernable para nosotros. 2°. El que sirve una revolución ara en el mar. 3°. La única cosa que se puede hacer en América es emigrar. 4°. Este país caerá infaliblemente en manos de la multitud desenfrenada, para después pasar a tiranuelos casi imperceptibles, de todos colores y razas. 5°. Devorados por todos los crímenes y extinguidos por la ferocidad, los europeos no se dignarán conquistarnos. 6°. Sí fuera posible que una parte del mundo volviera al caos- primitivo, este sería el último período.


Simón Bolívar